Ahí se encontraba.

En su casa.

Descansando en el regazo de su madre.

Mitsuki quedó tan sorprendida como su esposo al enterarse de la noticia de que su hijo era un omega, no podía dejar de pensar en lo que debía estar pasando.

Se llenó de rabia e impotencia al abrir la puerta de la casa y encontrarse con katsuki completamente desanimado, se podía ver en su mirada lo destrozado que estaba.

— hay algo más que el hecho de que sea un omega, ¿no crees masarou? — preguntó la rubia acariciando la cabeza de su hijo dormido, su instinto protector le hacía liberar feromonas que calmaban al cenizo.

— katsuki es muy orgulloso, eso debe ser lo que más le afecta

— recibir una noticia como esa de golpe... ¿Qué se supone que hagamos?

— ¿crees que cuidarán bien de él en yuuei?

La rubia frunció el ceño un poco.

— katsuki es un omega, sí, pero no por eso debe ser un protegido ¿no?, digo, hay muchos omegas que son héroes hoy en día.

— eso no es lo que quise decir mitsuki, me refiero a que... Ahora está eso de los celos y pues...

— de más que ya le dieron supresores. — dijo la mujer.

Katsuki solo fruncía el ceño inconscientemente.

En primer lugar.

¿Por qué había llegado a donde estaba?

.

.

.

Estaba en su habitación preparándose para su segundo, incómodo, y estúpido encuentro con deku.

¿Por qué tenía que ser ese idiota en particular?

— ugh— se dijo antes de suspirar con desgano.

Aún tenía puesta esa estúpida polera con su aroma.

Hoy se la devolvería de todas maneras, estaba aburrido de la sensación que le daba.

Él decía que era desagradable.

Pero la verdad es que esa calidez en su vientre cada vez que la olía era bastante adictiva.

No le gustaba pensar en eso de tal forma pero, la polera del alfa era básicamente su nuevo pijama.

Hubo veces en las que simplemente se olvidó del por qué la tenía, veces en las que la verdadera razón no era importante.

...Veces en las que se dejaba llevar por sus instintos de omega y sonreía involuntariamente al contacto con la tela.

Lo poco de cordura que le quedaba en esas situaciones le permitía recordar que iba a devolverle a deku lo que traía puesto, porque de no ser así...

Ese objeto hubiese sido reclamado como suyo hace bastante tiempo.

Katsuki volvió a suspirar dirigiéndose al punto de encuentro algo afligido y nervioso, dejar ir algo con lo que te habías encariñado era difícil.

Respiró hondo por un segundo y...

Se pegó una bofetada inmediatamente después de que dicho pensamiento pasara por su cabeza.

— concéntrate — se dijo intentando recopilar dudas sobre su "nuevo" cuerpo.

Estaba casi temblando de la impaciencia, no podía esperar para por fin mandar a la mierda esa polera del demonio.

— ¡kacchan ahí estás! — escuchó.

Mientras el peliverde corría hacia él no pudo evitar decir — ya era hora.

Frunció el ceño al sentir un aroma particular.

El de uraraka.

Pero ella no estaba ahí... Para su suerte.

¿Entonces por qué... ?

— ¡hola! — exclamó izuku.

Katsuki se quedó en silencio por un segundo mientras rodaba los ojos.

— sí sí hola cómo estás bla bla bla, ¿podemos ir al punto de una vez?

—... ¿Pasa algo kacchan? — preguntó el pecoso preocupado.

— no — respondió agresivamente.

Era muy extraño.

¿Por qué estaba más molesto ahora?

Admitía que desde que había despertado estaba molesto por la idea de ver a deku, pero ahora que lo tenía en frente...

¿Por qué?

Izuku hizo un gesto pensativo.

— ¿qué te molesta?

— dije que no me pasa nada — el cenizo se cruzó de brazos y frunció el ceño.

— kacchan tú sabes que yo estoy aquí para ayudarte — el pecoso puso su mano en el hombro de kacchan.

Y ahí lo sintió un poco más fuerte.

El aroma de uraraka.

Tomó la muñeca de deku fuertemente y la atrajo hacia sí mismo para examinarla.

— ... ¿Qué es esta mierda? — preguntó al ver con más detalle esa pulsera.

Deku estaba confundido.

— Eh... Uraraka-san me dio esta pulsera para controlar mis feromonas por mientras... Pero... Pensé que su aroma sería más sutil.

... ¿Así que era eso eh?

Ese nerd estúpido estaba usando algo de uraraka.

¡¿Entonces había estado usando su polera por nada?!

Al parecer no lo necesitaba para nada.

Izuku no lo necesitaba para nada.

A kacchan le hirvió la sangre por un segundo.

—... ¿Es una puta broma?

—... ¿Eh?

— ¡quítate eso ahora! — exclamó el omega forcejeando.

Él no iba a usar algo que no fuera suyo.

— ¡¿kacchan qué te pasa?! ¡No la tires tan fuerte la vas a romper! — como malpiensen esta mierda ustedes... 

— esa es la idea nerd.

— ¡espera! — deku alejó su brazo en cuanto pudo y se quitó el objeto — ¿ves?, las cosas se piden kacchan.

Katsuki observó el ceño fruncido del peliverde y comenzó a temblar de rabia.

—... Como sea — dijo antes de darse la vuelta y aventarle a deku su polera en la cara — toma tu mierda de polera.

— ¿qué?

Bakugou fue alejándose poco a poco, cada vez aumentando la velocidad.

Todavía no podía entender el por qué de su enojo.

A él no le importaba en lo más mínimo la vida amorosa de ese nerd... Mucho menos con esa perra de cara redonda.

Esperen un segundo.

¡¿Por qué tendría que ser la vida amorosa de ese idiota en primer lugar?!

... Después de todo no tenía forma de saberlo...

Kacchan se detuvo y gruñó un par de veces con ese pensamiento.

... Era solo lo más lógico para pensar, después de todo ...

— ella está intentando decir que es suyo.

Era obvio.

Es decir, ¡por supuesto que esa era una forma de apartarlo de los demás!

De dejarles en claro a todos que nadie iba a ganárselo.

Con su aroma.

Justo como...

J u s t o   c o m o .  .  .

— y-yo... — dijo abriendo los ojos como platos y cubriendo su boca con sorpresa y con la ironía de que acababa de descubrir algo que era obvio.

... ¿Acaso él estaba...

¿Todo ese tiempo...

¿Intentando decir que deku era suyo?

No.

Ese era su omega interno, ¡tenía que serlo!

Tan solo una mala pasada.

Una broma cruel.

Todo pensamiento de que deku solo podía usar algo suyo.

Era solo porque los demás aromas le molestaban en general.

¿Verdad?

... ¿Verdad?

—... No — se dijo incrédulo.

Katsuki no se había aislado de nadie, estar con kirishima no le molestaba, estar con kaminari no le molestaba...

Ninguno de sus aromas le incomodaba.

Lo que no le gustaba era sentir la esencia de otros en deku.

Específicamente en deku.

Ahora que analizaba la situación siempre que se alejaba molesto hacia su habitación era cuando deku estaba con sus amigos y él estaba cerca.

Lo odiaba.

Se odiaba.

Por ser un omega.

Por seguir instintos que ni conoce.

Por lo que estaba sintiendo.

Decir que era un golpe bajo era poco, sentir el aroma de ochaco en la pulsera que deku traía puesta lo hizo sentir...

Mal.

Eso era.

Por un segundo pensó en la buena relación que ambos tenían, no podía evitar imaginarse a esos dos juntos y eso le daba nauseas.

Quería negar que dos alfas podrían estar juntos... Pero sus padres son alfas.

"¿Por qué ella y yo no?"

Deku aceptó usar ese objeto sin una tregua, sin una obligación...

Lo suyo era una especie de trato con beneficio mutuo.

Era como si lo estuviera alejando poco a poco.

Este no era él.

Era su omega.

¡Odiaba a su omega interno!

Se siente débil...

.

.

.

Y así terminó en casa de sus padres, salió de yuuei en cuanto se dio la oportunidad un fin de semana, necesitaba despejarse y sobretodo alejarse de deku... Al menos por dos días.

— está ansioso — dijo mitsuki.

— y al parecer muy triste, no te respondió por nada.

Mitsuki suspiró.

— la genética es engañosa, a veces las generaciones saltadas son lo peor.

Ella se sentía como la peor mierda del universo en ese momento, no debió dejar que su hijo se criara en un ambiente que le metía en la cabeza expectativas como esa.

— podríamos adecuarnos a la situación... Supongo — dijo masarou.

— no, eso sería lo peor, créeme, no podemos tratarlo diferente porque descubrió que es un omega repentinamente, por supuesto que habrán complicaciones pero...

Mitsuki miró a su hijo y volvió a suspirar.

— ugh, masarou, yo también quiero -y tengo el instinto de- ser sobre protectora pero no podemos.

— mitsuki no pongas esa cara.

— ¡no puedo evitarlo, katsuki está asustado y perdido y no podemos hacer nada al respecto porque no lo entendemos! — exclamó entre susurros para no despertar al cenizo.

— lo sé, pero en parte es algo inevitable.

— después de todo siempre va a ser nuestro cachorro pendejo.

— m i t s u k i.

— ¿qué?, es verdad, lo quiero mucho pero es un pendejo.

—... Mitsuki, tranquilízate, deberíamos dejar dormir a katsuki y hablar sobre esto en otro lugar, ¿te parece?

Mitsuki frunció el ceño.

— joder por qué tienes que ser tan bueno... Bien, vamos a algún otro lado.

.

.

.

—

uh... ¿Qué le pasó? — preguntó ochaco al ver su pulsera algo desgastada.

— bueno... — deku rascó su nuca algo nervioso, ¿cómo explicaría una situación tan... Rara como la de ese día?

Ese comportamiento no estaba para nada dentro de lo normal en kacchan.

— k-kacchan... Eh... Forcejeó un poco con ella.

Ochaco sonrió un poco desconcertada —... ¿Cómo?

— kacchan forcejeó un poco con e--

— ¡sí escuché eso!, ¿pero por qué?

— no tengo ni idea, por más que conozca a kacchan no logro encontrar una razón, él solo dijo "quítatela" e intentó romperla.

— quizá sea algo de los omega...

— no Uraraka-san, los omega no son así, creo que es otra cosa.

Deku estuvo pensando por un segundo hasta que se le ocurrió algo.

— ¡ah sí!, kacchan dijo que actualmente le molestaban todos los aromas, quizá sea eso.

— ¿y cuando lo dijo?

— cuando hablamos por primera vez del tema... ¿serán consecuencias de su celo? Debería anotarlo... Como siempre, kacchan es todo un caso.

Ay, Inocente de deku.

Uraraka sintió un escalofrío al pensar en la reacción de bakugou, definitivamente él no estaba en sí.

— los instintos dan miedo — dijo.

— ya lo creo.

El lado omega de katsuki era muy posesivo.

"Pero deku-kun no entendería a lo que me refiero si le digo eso" pensó.

Y decirle no terminaría muy bien, podría terminar distanciándolos aún más.

Y eso sería contraproducente.

Quizá sería una buena idea que kirishima hablara con bakugou sobre el tema para obtener más información relevante.

— oye ¿y al final que hay de tu polera?

— la tengo aquí — respondió el peliverde levantando la prenda algo nervioso — kacchan me la lanzó algo enojado.

—¡ve el lado bueno deku-kun!, ahora tienes como atenuar tus feromonas.

— supongo de sí... — dijo sonriendo algo más calmado.

Ochaco sonrió.

Deku y kacchan definitivamente estaban destinados