Mikellino:
Uyy...

Willy:
Hermano ¿Estás bien?

Mikellino:
Si... Por suerte esta la alfombra para amortiguar la caída.
No te preocupes, no es nada grave, solo fue un accidente, no es tu culpa.

Willy:
Hermano. Está bien, te ayudaré con el trabajo.

Mikellino:
¿Que?

Willy:
Si, tienes razón, yo también soy tu hermano, y tengo que ayudarte en el trabajo para comer y pagar las deudas. Yo ya soy grandecito para ir contigo a ganar dinero.

Mikellino:
. . . (¿Está hablando en serio? Uff... No, esto está mal)

Willy:
Te ayudaré.

Mikellino:
No.

Willy:
¿Que?

Mikellino:
Tienes razón, tu aún eres un niño,
no te puedo quitar la infancia así de la nada, aún no estás listo para está responsabilidad.

Willy:
Entonces...

Mikellino:
Yo soy el mayor, tengo que cuidarte y protegerte;
afuera no es un lugar seguro que digamos y no quiero que nada malo te pase.

Willy:
Hermano yo...

Mikellino:
Lo único que te pediré, es que haz los quehaceres del hogar cuando té ordene.
Solo eso.

Willy:
¡GRACIAS HERMANO!
¡Haré todo lo que tú me pidas!

Mikellino:
Jaja... (Todo lo estoy haciendo por tí hermanito, no dejaré que nadie te quite esa alegría.)