Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

GWEN

Hemos llegado a la conclusión que mi vida amorosa apesta. Steve, Faith y yo tuvimos una larga conversación telefónica en la que, al final, ambos tuvieron que aceptar que no me va bien en el amor. Yo ya lo tenía asumido y quizás allí empieza mi problema, pero una vez más las situaciones han demostrado que tengo razón.

Colin Bloomberg ha sido catalogado como el enemigo número uno por mi mejor amigo y, a pesar de que creo que está exagerando, no tengo muchos ánimos para discutir. Me ilusioné, ahí estuvo mi primer error y ya aprendí la lección, o eso quiero creer.

Soy una mujer libre, fuerte e independiente. Puedo encontrar a cualquier idiota con el que tener sexo en Tinder si lo necesito y el día que me sienta realmente sola pues adoptaré un montón de animales que necesiten de mi amor. Hoy no necesito nada de eso y casi me ofende el regalo que mi hermana me ha enviado por Amazon.

—¿Estás burlándote de mí, Faith?

No es una burla, es un acompañamiento para las noches de frío.

—¿Cómo exactamente un dildo me acompañará cuando haga frío?

¿En verdad necesitas que te lo explique, hermana?

—Que no esté teniendo suerte con las citas...

Que nunca hayas tenido suerte con las citas desde que te mudaste a San Francisco —me corrige.

—...no significa que necesite un juguete sexual.

Los juguetes sexuales son geniales y yo incluso tengo uno.

—Eso es algo que no necesitaba saber.

No debes sentirte avergonzada por darte placer, Gwen. Ya deja de usar tus dedos o tu almohada y utiliza la tecnología a tu favor.

—Lo pensaré.

Me lo agradecerás luego. Y considéralo un regalo de Navidad adelantado.

—Eso no es justo —me quejo—. No tendré un regalo bajo el árbol.

Oye, si quieres que te regale un consolador delante de mamá y papá solo tienes que decirlo.

—Mejor no.

Mujer lista. Tengo que irme, Gwen. Mi clase comienza en cinco minutos, ¿hablamos por la noche?

—Claro. Gracias por tu extraño regalo.

Suelta un beso a través de la línea para luego colgar y dejarme en el silencio de mi apartamento. El dildo rosado con brillos frente a mí se ve como una cosa extraña y no me he animado a abrir la caja aún. Nunca he usado uno de estos, mi vida sexual es demasiado convencional y, últimamente, escasa. Podría darle una oportunidad y si no es agradable, tan solo tirarlo.

Busco un cuchillo para cortar las gruesas cintas que envuelven la caja y le doy un rápido vistazo a la hora en el camino. Me escabullí de la pastelería al recibir el regalo y tengo que volver porque acabamos de abrir y es cuando más trabajo tenemos, pero la curiosidad es más fuerte. Corto la cinta de embalar y miro dudosa el empaque.

—Al demonio.

Decidida y a solas, saco el consolador de su caja, así como las instrucciones que lo acompañan. Viene con un cargador similar al de mi teléfono y no se ve tan grande y monstruoso como en la imagen. Es de un feo rosado que, según el manual, brilla en la oscuridad. Tal vez pueda usarlo de linterna.

Mi concentración se rompe al escuchar el sonido estridente de mi móvil y me apresuro a contestar al leer un nombre conocido en la pantalla.

—Buenos días, Taylor. ¿Tengo que preocuparme porque me estás llamando tan seguido?

Buenos días, Gwendolyn. Puedes preocuparte por mí, pero no por las llamadas, sino porque mi familia no deja de agrandarse.

—Escucho el pánico en tu voz —suelto con diversión—. ¿Necesitas una niñera?

Necesito de tu ayuda y tu magia culinaria. ¿Cuándo tienes un espacio en tu agenda para una reunión con este hombre estresado?

—El chantaje emocional no funciona conmigo —le recuerdo—. Aunque creo que podría estar en la empresa alrededor de las once.

Estupendo. Eres la mejor Gwendolyn y mi esposa está ansiosa de conocerte.

—¿Tu esposa?

Te explico luego.

Me despido de él sin dejar de reír internamente por lo desesperado que suena y me hago una nota mental para llevarle algún dulce para alegrar su mañana. No sé qué está sucediendo en la vida de este hombre, no somos amigos ni nada, aunque sus llamadas suelen alegrarme porque significan mucho trabajo y una gran paga. A este paso, podré pagar mis deudas antes de lo previsto.

Vuelvo mi atención al regalo que mi hermana me envió y decido que no es un buen momento. Tengo que terminar un pastel e ir al otro lado de la ciudad para mi reunión con Taylor O'Malley. Si me siento valiente esta noche, me animaré a usarlo.

***

El lobby de Universal Sound Inc. se ve tan deslumbrante como siempre y no me cuesta encontrar al recepcionista en su escritorio contestando llamadas y mirando las cámaras en su ordenador. Lo saludo rápido al pasar ondeando mi mano porque voy tarde y no puedo darme el lujo de quedarme charlando a pesar de que él nunca me haya dado charla en realidad.

Peter sigue siendo mi objetivo número uno en cuanto a citas lo que es un poco triste porque solo hay dos opciones y una de ellas me pidió mi número para nunca llamarme. Sigo sin saber cómo sentirme respecto a Colin y elijo pensar lo mejor de él porque no está en mis planes de vida amargarme por muchachos.

Subo al ascensor con la pequeña caja de la pastelería en mis manos y marco el último piso. Tan solo un minuto después de que las puertas se cierren, se abren en otro piso y un muchacho rubio que conozco entra a la caja metálica. Por alguna tonta razón, miro a todos lados buscando una salida y él parece notarlo porque me sonríe con diversión.

—Gwen, ¿verdad?

—Así es, ¿Harvey?

—Harley —me corrige con buen humor—. No esperaba verte aquí hoy.

—Ni yo.

—¿Qué traes en la caja?

—Un regalo —contesto sin más porque estoy comenzando a sentirme nerviosa—. ¿Tienes hambre?

Mira sus manos llenas de comida y niega con la cabeza.

—Vine por suministros para la banda. Yo solo comeré la ensalada de frutas.

—Genial.

—Es muy interesante tu sweater —continúa con completa naturalidad—. ¿Tienes muchos?

—Toda una colección —admito—. Son mi prenda favorita.

—Lástima que San Francisco no sea tan fría para usarlos todo el año.

—Tendré que mudarme a Alaska.

El elevador vuelve a detenerse y Harley se pone en movimiento para bajar, algo que agradezco porque no sé muy bien qué decirle. No quiero preguntar por Colin y verme como toda una idiota, tampoco quiero que sienta que estoy interesada en él.

—Nos vemos luego, Gwen.

—Buen provecho.

Suelto un largo suspiro cuando las puertas se cierran y el ascensor sigue subiendo. No sé por qué no se me ocurrió que algo así podría suceder, después de todo estoy en la empresa donde ellos trabajan y no es como si tuvieran muchos ascensores que lleven a las plantas altas. Si mi condición física no fuera tan mala, me atrevería a ir por las escaleras.

Elijo no pensar en eso cuando bajo en mi destino y me concentro en los negocios que son la razón por la que estoy aquí. Conozco el camino hacia la oficina de Taylor y no demoro en encontrarme frente al escritorio de su asistente para anunciarme. No me sorprende que me hagan pasar rápido, pero sí me siento importante por el trato.

—¡Gwendolyn! —me saluda poniéndose de pie para recibirme—. En este momento eres mi persona favorita.

—Dices eso siempre, comenzaré a pensar que no estás siendo sincero.

—Me dueles. —Su sonrisa ilumina su rostro y me indica que me siente en el largo sillón de su oficina—. Gracias por venir tan pronto.

—Pude escuchar el miedo en tu voz. Por cierto, esto es para ti.

Su mirada se ablanda cuando recibe la pequeña caja y mira su contenido. No sé qué es lo que le gusta por lo que traje algo clásico que nunca falla: un croissant mixto.

—Gracias, Gwendolyn.

—Gwen —lo corrijo—. Creo que llevamos muchos años trabajando juntos como para que me sigas llamando por mi nombre completo.

—Gwen —repite antes de llevarse el croissant a la boca—. Esto está delicioso.

—Se lo haré saber a la chef —suelto con falsa modestia.

Mi comentario lo hace reír y por unos minutos hablamos sobre mi trabajo y temas tranquilos. Todavía no sé por qué me ha llamado con tanta urgencia, tampoco me molesta esperar porque pasar tiempo con él es agradable. No en un sentido de amor platónico, sino como un viejo conocido con el que me reúno cada tanto.

El sonido de su teléfono interrumpe nuestra charla y me muestra la pantalla donde se ve a una mujer rubia muy bonita y de sonrisa tierna.

—Mi esposa. Ella es la razón por la que te he pedido que vinieras.

—Sigo sin entender.

—Ella te lo explicará.

Me derrito de ternura cuando atiende la llamada y la saluda con un dulce «cielo» que en nada se parece a su aspecto de chico malo de banda de rock. Los escucho tener un intercambio tranquilo de esposos hasta que él menciona mi nombre y de pronto soy el tema central de la conversación.

Estoy súper emocionada de hablar contigo, Gwendolyn. Taylor siempre elogia de tu trabajo y profesionalismo, es un gusto por fin tener el placer de estar en contacto. Adoro tu comida, de verdad.

—Gracias.

No sé qué más decir porque, aunque sé que soy buena en lo que hago, me vuelvo tímida al escucharlo de personas importantes como la esposa de Taylor O'Malley que es una empresaria multimillonaria.

Voy a ser directa en esto porque seguro estás preguntándose qué demonios quiero y, además, porque debo volver al trabajo. ¿Te parece bien?

—Por supuesto, Genesis. Dime.

No sé si lo sabías, pero Taylor y yo seremos padres de nuevo y recién ayer nos enteramos que no será un niño, sino dos. —Puedo escuchar la emoción y felicidad en su voz, algo que me hace sonreír casi como reflejo—. La noticia me emocionó y ahora quiero hacer una fiesta de revelación de sexo junto al baby shower. Allí entrarías tú, ¿nos quieres ayudar con la comida? El dinero no es problema y la fecha no es próxima sino en dos meses para que podamos organizarnos bien. ¿Qué dices?

—Estaría encantada de ayudar.

¡Genial! Muchísimas gracias. Te dejaré con Taylor para que termine de explicarte todo y gracias de nuevo. Estaré pronto por tu pastelería para comerme todo con la excusa del embarazo.

Nos despedimos de ella sin poder borrar la sonrisa de nuestros rostros y la verdad es que me asombra que alguien pueda resultar tan encantadora por medio de una llamada telefónica. Ella me agrada y no la he visto nunca en persona, también me agradó las partes de «el dinero no es problema» y «será en dos meses». Me siento orgullosa de mí misma y de mi trabajo, de haber alcanzado este punto en el que gente famosa me llama para confiarme sus celebraciones familiares.

—¿Entonces nos ayudarás? —vuelve a consultar Taylor al colgar la llamada.

—Claro, gracias por la oportunidad.

—Te enviaré por mail las ideas de Genesis y la cantidad de invitados para que puedas organizarte. Y como dijo mi esposa, el dinero no es problema.

—No les cobraré de más, tranquilo.

—Podrías cobrarnos de más y no me molestaría, tu comida vale la pena.

Le dedico una mirada agradecida y ambos nos ponemos de pie dando por finalizada la reunión. Estoy emocionada y mi cabeza ya ha empezado a planear e imaginar detalles. Quiero que todo salga perfecto porque este es el gran paso que mi negocio necesita para expandirse, para dejar de ser una exitosa pastelería en un barrio tranquilo de San Francisco y pasar a una pastelería de renombre con, quizás, alguna sucursal.

—Oye, Gwen. Tengo una última pregunta.

—¿Sí? —Me detengo de inmediato y lo miro expectante.

—¿Qué hay entre tú y mi chico Colin?

—¿Disculpa?

No necesito más de un pestañeo para sentir las mejillas rojas y el cuello acalorado. No lo está preguntando con mala intención, puedo notarlo, pero aun así quiero escapar de ahí porque hablar con mis clientes de mi vida amorosa no está bien.

—Él me pidió tu número y yo me negué a dárselo.

—¿Él hizo eso? —suelto sorprendida.

—Perdón si te tomé desprevenida.

—Oh, descuida. No sucede nada entre Colin y yo. Bueno... me voy. ¡Gracias!

Escucho su carcajada cuando salgo con rapidez de su oficina y me hago una nota mental para cobrársela luego. Podrá ser mi cliente, pero no le perdonaré rápido este inofensivo momento.

Me apresuro hasta el elevador, saludando a su asistente al pasar, y toco mi rostro cuando me encuentro en la seguridad y tranquilidad de este espacio cerrado y privado. Tengo la cara acalorada y mi reflejo borroso en las paredes me enseña que también estoy sonrojada. ¿Por qué demonios Colin le ha pedido mi número? ¿Y para qué lo quería si al final ha decidido no usarlo?

Bajo en el lobby sintiéndome menos avergonzada que antes y mi mirada va a parar de inmediato a Peter. No le presté mucha atención al pasar hace unos minutos, pero ahora puedo notar que se ha cortado el cabello y le queda estupendo. Él es un chico atractivo y creo que lo sabe, aun así, no se muestra como el típico mujeriego que se esperaría de alguien que tiene a muchas mujeres tras de sí.

—Hola, Gwen.

Pego un salto al escuchar mi nombre y volteo con rapidez hacia mi izquierda de donde ha salido. Trago con fuerza al notar al muchacho a mi lado, al mismo muchacho que me pidió mi número y no me llamó. Al muchacho que habló de mí con su jefe y que ha sido parte de mis pensamientos por los últimos días. Colin Bloomberg me sonríe con tranquilidad, con sus manos en sus bolsillos y su cabello despeinado.

Y por alguna razón, le frunzo el ceño.

Buenas, buenas, personitas lindas. ¿Cómo están hoy? ¿Qué tal su fin de semana? El mío agotador.

Este capítulo me gusta porque podemos ver muchos aspectos de Gwen: su relación con su hermana, su relación con ella misma, su vida laboral y, por supuesto, porque aparece Harley y al final Colin.

¿Qué les ha parecido el capítulo? ¿Qué creen que va a suceder?

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias por su apoyo y todo su cariño.

Nos leemos el miércoles con una mala idea (spoiler camuflado).

MUAK!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro