Capítulo 40
GWEN
Me defino a mí misma como una persona tranquila, pacífica y que no evita el conflicto, sino que busca una manera de encontrar el entendimiento. Fui parte del equipo de debate por un tiempo y renuncié porque sentía que todos allí querían discutir para purgar sus problemas y no era lo mío. Al crecer siempre fue igual, buscar soluciones en lugar de peleas y he vivido tranquila de esa manera. Sin embargo, esta mañana no puedo evitar que la sangre me hierva y quiero tirar el móvil contra la pared porque estoy más que enojada.
—¡Desgraciada!
Colin salta a mi lado al escuchar mi grito y me siento mal por él porque acabo de despertarlo, pero siento más rabia que otro asunto y estoy segura que me he puesto roja de pies a cabezas.
—¿Gwen?
—La odio, de verdad lo hago. Quiero arrancarle el pelo a esa pe... —Me detengo antes de soltar el insulto—. A esa idiota. Ni siquiera los pobres animales merecen ser comparados con este ser humano horrible.
—No entiendo —murmura frotándose el ojo izquierdo con cansancio.
Le dedico una mirada e intento calmar mi respiración porque ahora que he soltado lo que quería decir, noto lo que he causado. Colin estaba durmiendo plácidamente a mi lado y lucía tan tranquilo, tan descansado y ahora me mira como un niño perdido. Sus ojos están abiertos de par en par, aunque también brillosos debido al sueño interrumpido. Su cabello está despeinado y tiene una ligera marca en la mejilla que le ha hecho la almohada.
—Lo siento.
—¿Qué sucede, Gwen?
—Nada, todo está en orden. Lamento despertarte de esa manera.
—No puedes gritar así y luego decirme que todo está en orden porque no te creeré, cariño. ¿Qué ha sucedido?
Me quedo sin palabras por un momento al escuchar la ternura en su voz y, sobre todo, porque me ha llamado cariño y lo ha dicho de una manera tan dulce y natural que me derrito. La sensación no me dura mucho ya que también recuerdo lo que acabo de leer, las historias en las que me ha etiquetado Leighton Stone y quiero gritar del enojo. ¿Por qué? ¿Por qué se mete conmigo cuando claramente yo no lo he hecho nada?
—Es... Es Leighton.
—Ahora entiendo lo de «desgraciada».
—La odio.
—No eres la única, lo juro.
Se incorpora hasta quedar sentado y abre su brazo para que me acurruque contra él que es justo lo que necesito. Apoyo mi cabeza sobre su hombro y suelto un suspiro que vacía mis pulmones y el resto de mi cuerpo.
—No sé cómo logra enterarse de todo, fuimos discretos.
—No estoy siguiéndote —murmura.
—Ha publicado otra noticia sobre nosotros. Confirma nuestro noviazgo y de nuevo ha dicho que sus fuentes cercanas nos han encontrado en una situación comprometedora en el estudio de graduación. —Bufo—. ¿Cómo se entera de todo?
—Tengo mis sospechas...
—¿Las tienes?
Asiente con la cabeza.
—¿De quién sospechas?
—No quiero decirlo hasta no tener certeza.
—¿Será Taylor? —digo sin pensarlo.
—¿Taylor? —repite con confusión y asombro—. ¿Por qué pensaste en él?
—Él nos encontró en una situación comprometedora en el estudio de graduación.
—No, Gwen. Puedo asegurarte que no fue él.
—Sí... —Suspiro al notar que no tiene ni pies ni cabeza mi acusación—. Yo tampoco lo creo, ¿sabes? Él es amable y siempre considerado, no haría algo como eso. Se ha esforzado desde el primer momento por protegerlos y les cuida las espaldas con los reporteros.
—Exacto.
Me aferro más a su cuerpo y siento una gran necesidad de llorar porque no entiendo por qué nos está sucediendo esto ni qué es lo que hemos hecho para que se metan en nuestra relación de esta manera. Claro que Taylor no ha hablado de nuestra relación con Leighton porque no se beneficiaría en nada y porque es la persona en la que más confío en ese edificio justo después de Colin. Confío más en él que en Key y Harley, me ha dado trabajo por años y me ha invitado a formar parte de un evento familiar para que pueda lucirme con mis postres. ¿Por qué traicionaría de esa manera nuestra confianza? Además, sería obvio y ese hombre no tiene nada de tonto. No, él no es.
—¿Qué más ha dicho Leighton?
—¿Eh? —suelto saliendo de mis pensamientos.
—¿Qué más ha dicho Leighton para que reacciones así? Dudo que sea solo porque tuvo la exclusiva.
—Hay más —admito.
—Siempre podemos demandarla, ¿sabes?
—¿Y que quede como una víctima que quiere ser silenciada? —Niego con la cabeza—. No, gracias. Conseguiré callarla, pero no así.
—¿A qué te refieres?
—Creo que es hora de contestarle. Sé que dije antes que iba a hacerlo y luego no lo hice, pero ahora sí creo que es necesario.
—Pero ¿qué es lo que ha dicho?
No contesto porque pese a que sé que ella está mintiendo, me da vergüenza repetirlo. Me da vergüenza hablar de mí misma de la manera en la que ella tan libremente lo hace en las redes y sin temer que nadie le responda porque sabe que es intimidante como la mierda. Así que solo le entrego mi móvil que está abierto en su perfil y le indico que mire las historias.
Escucho la voz de mi nueva enemiga y procuro prestarle atención a mis uñas en lugar a lo que dice. No quiero volver a escucharla llamarme oportunista, pervertida, sucia y todo lo que ha dicho. No quiero escuchar de nuevo cómo ha dicho sin pelos en la lengua que seguro se la he chupado a Colin en el estudio y que la pobre persona que nos encontró no sabía dónde meterse. ¿Y qué si le hice una mamada a mi novio? No lo hice, nunca haría algo así en su lugar de trabajo. Aunque lo hubiera hecho, no es asunto suyo.
—De verdad, Gwen. Puedes demandarla y yo te apoyaré.
—¿Con qué fundamento? —suelto por lo bajo procurando no llorar.
—Difamación. Daños y perjuicios. Tu juicio prosperaría sin problemas porque tienes fundamentos.
—No puedo demandarla por daños y perjuicios porque las ventas en la pastelería han aumentado desde que comenzó a hablar de nosotros. Sacarlo a la luz solo haría más fuerte su punto de que estoy contigo por interés.
—Los daños y perjuicios no son solo monetarios. Si no la demandas tú, lo haré yo. Estoy cansado de ella y de que se meta contigo.
—Se mete conmigo porque cree que soy débil.
—Entonces muéstrale lo fuerte y asombrosa que eres, Gwen. Estaré a tu lado sin importar lo que ella diga porque yo ya sé que puedes con esto y con mucho más.
Despego mi cabeza de su hombro y busco su mirada. No hay duda en sus ojos, está hablando en serio y saberlo me recuerda la fuerza que tengo. Me he enfrentado a situaciones más complicadas que una chica con su teléfono y muchos seguidores.
—Tienes razón, tengo que demostrarle cuan fuerte soy.
—La discográfica seguro tiene excelentes abogados para esto.
Niego.
—No, no la demandaremos. Usaremos sus propias armas.
—¿Y cómo haremos eso exactamente?
—Quizás yo tenga solo seiscientos seguidores en mi cuenta personal, pero tú tienes como un millón.
—Un millón trescientos mil —me corrige con orgullo.
—Aún mejor.
—¿Qué tienes en mente?
—Primero, tenemos que desayunar. Y me tengo que bañar y empezar el día.
—No entiendo.
Le sonrío y beso sus labios de manera fugaz.
—Lo entenderás pronto.
—Quiero entenderlo ahora.
—Ahora tenemos mucho para hacer. Y lamento haberte despertado a las cinco de la mañana con un grito.
—¡¿Son las cinco?! —exclama con asombro.
—Sí.
—Con razón tengo tanto sueño. ¿Cómo sobrevives así?
Sonrío antes de contestar.
—Porque soy fuerte.
—Claro que lo eres, Gwen.
—Y porque tú eres un vago.
—Auch.
—¿Y si primero me baño así tu puedes dormir un poco más?
—Me gusta esa idea, cariño.
Muerdo mi labio inferior para no sonreír tanto como puedo y es que me llame «cariño» me ablanda por dentro. Y el hecho de que ni siquiera note cuando lo dice, que le salga tan natural, es mil veces mejor.
Me devuelve el móvil mientras se acomoda y dejo la pantalla encendida para llevármelo al baño y evitar la oscuridad total. Colin arquea su ceja en mi dirección al notarlo y no sé ni cómo empezar a explicárselo.
—Un problema a la vez —digo sin más.
—Cuando tú quieras, Gwen. Estaré listo para escucharte cuando tú lo estés para contármelo.
Y así sin más mis ojos se llenan de lágrimas una vez más, solo que esta vez no es porque me siento enojada, sino porque todo el miedo que he acumulado durante años se ve insignificante en comparación a la paciencia que Colin me tiene. El cariño no lo cura todo, eso está claro. Pero el tiempo sí me ha ayudado a ir curando ese recuerdo que aún hoy me paraliza a su manera y tener su apoyo es todo lo que necesito para saber que es hora de verbalizarlo por primera vez. No hoy, pero sí pronto.
***
Ni siquiera estoy segura de estar haciéndolo bien, pero tengo a Colin y a Steve aquí conmigo y llamé a Faith para tener su apoyo también. Espero que el ángulo de la cámara me favorezca porque estoy a nada de grabar un descargo mandando a la mierda a cierta periodista. Si voy a crear un escándalo, al menos espero lucir bien en el proceso para que cuando mi rostro salga en todos lados, se hable de lo que he dicho y no de que mi delineado estaba mal hecho.
—Dime cuando te sientas lista —me indica Colin posicionando su teléfono en un trípode que mi mejor amigo ha traído.
—Creo que nunca me sentiré del todo lista.
—Eso para mí basta —agrega Steve—. Cuando se está del todo listo, algo siempre falla.
—¿Estás seguro?
—No. —Sonríe y consigue sacarme una carcajada porque ni él ni Colin ni yo sabemos qué estamos haciendo—. Pero sí estoy seguro que una risa mejora cualquier situación.
—Tienes razón, Steve.
—¿Entonces empezamos a grabar?
—Sí, Colin. Empieza a grabar a tu novia que tiene que ponerse a hornear lo antes posible o cuando nuestros clientes lleguen, solo tendré café para ofrecerles.
—Pero un café muy rico —le responde con buen ánimo.
—Tienes suerte de ser músico porque ser empresario no es lo tuyo.
—Eso es hasta que Gwen me enseñe, entonces te comerás tus palabras junto a sus deliciosos pasteles.
—Me comienzas a agradar, Colin.
—Y tú a mí, Steve.
—Sigo siendo Steven para ti.
Vuelvo a reír porque adoro ver a mi novio intentando ganarse el aprecio de mi mejor amigo. Un aprecio que, como le dije antes, ya se lo ganó, pero que él no parará hasta escucharlo de sus labios.
—Estoy lista —les hago saber.
—Hagamos que Leighton Stone se trague sus palabras —me anima Col y toca la pantalla de su teléfono para encender la cámara.
Me tomo un momento para respirar porque, aunque la cámara esté grabando, no es en vivo y puedo iniciar tantas veces como me sea necesario o editar el video para cortar el incómodo silencio inicial. Pero no quiero hacerlo más de una vez porque ser pacífica es lo mío y ya me tiembla todo de solo pensar en lo que esto puede generar.
A la mierda.
Soy fuerte y ella no volverá a meterse conmigo.
—El precio de la fama es alto —digo con seguridad y cuadrando los hombros—. Todos lo sabemos y hay cientos de películas, libros y documentales sobre eso. De los que pocos hablan es del precio que se tiene que pagar por querer a alguien del medio. Y si me lo hubieran dicho antes es probable que me pensara dos veces en dónde me metía, pero está claro que aun así me habría lanzado de lleno porque incluso con la falta de privacidad, nunca cambiaría lo que tengo hoy.
»Conocí a Colin en el trabajo y recuerdo que la primera vez que lo vi no sabía quién era. La segunda vez tampoco y él fue quien me dijo que era músico. Cuando trabajo no importa a quién voy a servirle mi comida porque al final del día todos quieren una pequeña alegría de parte de un buen pastel. Y tampoco me importó cuál era su profesión porque descubrí que el chico detrás del bajo y del micrófono, era mucho más increíble que el que oía sonar por la radio. Fue mi amigo antes que nada —recuerdo y sonrío—, y yo nunca fui buena notando los coqueteos por lo que siempre tomé su buena actitud como una señal de amistad. Sí, Leighton, no te equivocaste al decir que no estaba interesada en él al principio, pero no porque no supiera quién era, sino porque no creí que alguien tan asombroso como él pudiera fijarse en alguien como yo.
Dirijo la mirada a Colin tras la cámara y noto que no termina de creerse lo que he dicho. Pero es verdad y creo que es genial que lo sepa.
—Tampoco te equivocaste al decir que tenía bajo autoestima y ahí está la prueba. ¿Un músico en ascenso con una pastelera? Por favor, como si esas cosas pasaran. Pero pasan y también hay gente que se mete en el medio por una exclusiva. Así que hagamos esto a tu manera —la reto—. ¿Quieres una exclusiva? ¿Qué te parece saber que Colin y yo estábamos más que bien y que ninguna de las cosas que publiques cambiará eso? Es importante que lo entiendas, Leighton y dejes de hacer un papel lamentable. Las relaciones son mucho más que fotos tomadas a escondidas y fuentes poco confiables. Lo que suceda entre él y yo es algo que se quedará entre él y yo. Pero hay algo que es entre tú y yo. No hables de mi familia. No hables de mí como si me conocieras porque de hacerlo sabrías que nunca haría nada de lo que me has acusado. No hables de mí como una caza fortuna porque lo único que haces es perpetuar una horrible idea sobre las mujeres. Y eso no está bien.
Trago saliva antes de continuar dándome cuenta que este video está durando más de lo que esperaba.
—Tenía la intención de enviarte al demonio, ¿sabes? De decirte lo patética que eres con tu teléfono en mano y tus palabras afiladas, pero eso no sería lo correcto de mi parte y creo que hay que educar. Empezando por ti.
»Cuando hables de otra mujer con el mismo veneno que has hablado de mí, recuerda a todas las mujeres que han luchado lado a lado para que hoy tengamos una voz, un trabajo, una educación. Y cuando veas este video y si en algún momento te das cuenta de tu error, estaré encantada de invitarte a mi negocio que construí con mi trabajo y sin el dinero de ningún hombre que haya pasado por mi cama. Estoy segura que entenderás lo que es trabajar duro porque imagino que estar donde estás hoy no se hizo de la noche a la mañana. Así como también estoy segura que entenderás que si vuelves a decir mentiras sobre mí o intentas ensuciar mi nombre, no me quedaré callada porque puedo no haber nacido para estar en este medio, pero no tengo intenciones de dejar que mi relación se rompa por ti ni por nadie.
El corazón me late con fuerza al decir esas últimas palabras y mantengo la mirada en la cámara por unos segundos. Colin vuelve a tocar la pantalla de su móvil y entiendo que ha parado el video por lo que me permito tomar una bocanada inmensa de aire. Me tiembla todo el cuerpo, siento que la sangre me recorre las venas más rápido de lo que debería y mi estómago está revuelto.
—Lo hice —susurro orgullosa de mí misma.
—Lo hiciste —acuerda mi novio acercándose a mí y colocándose de cuclillas con sus manos cálidas en mis piernas de gelatina—. Y estuviste increíble. ¿Quieres empezar a pelear por mí también?
—No, creo que esto ha sido suficiente por hoy. Me siento tan agotada como si hubiese horneado todo el día.
—Y ahora tienes que hacerlo —me recuerda Steve—. Para que lo sepas, también estoy orgulloso de ti.
Le sonrío a ambos y me pongo de pie con ayuda de Colin. Sé que esto es solo el inicio, un video casero no la callará por mucho tiempo; de hecho, creo que solo ayudará a que me tenga más odio injustificado del que ya me tiene. No importa porque hoy he triunfado, al menos así me siento.
Ser pacifista es genial y defenderse de los ataques también lo es. Abrazo a mi novio con fuerza y él me recibe con gusto. Sin embargo, no solo lo estoy abrazando a él, también lo estoy haciendo conmigo misma y con esta nueva parte de mí.
No tengo que esconderme.
No tengo que avergonzarme por lo que siento.
Querer a alguien no es un pecado. Tener un negocio que está escalando tampoco lo es. Y es hora de mostrarme orgullosa de todo lo que logrado en estos meses y de la persona que me acompaña.
¡Buenas, buenas, personitas! ¿Cómo están hoy? ¿Qué tal las está tratando septiembre?
Este capítulo pensaba escribirlo mucho antes, la idea era que fuera antes de la segunda cita entre Colin y Gwen, pero comenzaron a tener lugar otros sucesos y finalmente encontré el momento indicado en la historia para incorporarlo. Falta otro momento importante que tendrán que leer, la explicación de los miedos de Gwen. Espero poder escribirlos pronto.
Ahora bien, Gwen se puso firme y le contestó a Leighton. ¿Qué creen que sucederá ahora? ¿Cuánta paz les dará la periodista malvada?
Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias por su paciencia, apoyo y cariño.
Les deseo una bellísima semana y que, si en sus países está por empezar la primavera, les sean leves las alergias. Los quiero.
MUAK!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro