Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

COLIN

No soy un muchacho de citas; de hecho, no recuerdo cuándo fue la última vez que fui a una. Mi última pareja fue en la universidad y ya ha pasado muchos años desde entonces, e incluso en ese momento no necesitamos citas. Fuimos amigos primero y luego simplemente terminamos de la misma manera poco después. Así que cuando tuve que organizar una cita con Gwen, no supe por dónde arrancar.

«Piensa que tú estás yendo a una cita» me dijo Key.

«Haz algo grande» fue el consejo de Lee.

«No hagas ninguna estupidez» me aconsejó Taylor.

En definitiva, sus palabras me ayudaron, pero no me dieron una pista. Recurrí a mi buen amigo Google y escuché un podcast sobre citas donde afirmaban que ir al cine no era una buena idea. Mi primera opción murió entonces. Cansado y ya sin ideas, busqué planes interesantes para realizar cerca de San Francisco. ¡Bingo! Un par de llamadas, un depósito bancario y la cita tomó forma en minutos.

Ahora, con Gwen mirando el globo aerostático con los ojos abiertos de par en par y con una sonrisa curvando sus labios, creo que hice bien. Quizás no se trata de pensarlo tanto, tal vez se trata de la persona con quién estarás y en pasarla bien.

—Espero que no tengas miedo a las alturas.

Nop, solo a la oscuridad. Y a los bichos con muchas patas. —Me dedica su sonrisa—. Estoy muy emocionada por subirme, ¿cómo se te ocurrió esto?

—Investigando.

—¿A mí? —suelta con confusión.

Niego con la cabeza.

—Actividades cerca de la zona.

—Bueno, si me hubieras investigado a mí, sabrías que siempre quise subirme a uno. Tuve una etapa en mi adolescencia en que ahorré por meses para viajar a Turquía y subirme a uno.

—¿Y qué sucedió?

—Era un sueño caro y tenía otros sueños que le ganaron, como tener mi pastelería.

—Estoy feliz de darte un pedacito de tu sueño.

—Es el sueño completo —me asegura con sus ojos almendrados perforándome—. Y mucho mejor.

—Si salimos vivos, le pondremos cinco estrellas en Google.

Ríe por lo bajo y me deja guiarla hacia el pequeño espacio vidriado donde nuestra cena espera por nosotros. Me detengo cerca de la puerta para saludar con un apretón de mano al encargado del lugar y Gwen aprovecha para agradecerle por esta mágica noche. La adoro, solo ella podría decir algo como eso y sonar natural.

—Entonces cenaremos primero —señala mientras ingresamos al lugar vidriado—. No me sorprende, ¿sabes?

—Sí, cenaremos primero, pero no porque tenga hambre.

Arquea una ceja con diversión y me encuentro sonriéndole.

—Sí, tengo hambre. Yo siempre tengo hambre, aunque no se debe a eso.

—¿Y cuál es la razón?

Separo una de las sillas de la mesa y hago un gesto con la mano para que tome asiento. Me dedica una hermosa sonrisa para luego depositar un beso corto en mi mejilla que llena mi piel de electricidad.

—Gracias —murmura acomodándose en el lugar.

Rodeo la mesa y tomo asiento en la silla vacía que está justo frente a la de ella.

—Vamos a comer primero porque ya es la hora de la cena y estimo que no has probado bocado en horas.

—Comí una mandarina mientras me preparaba.

—Bueno, espero que te comas todo igual. Y espero que te guste porque estaba aterrado de meter la pata.

—Que sepa cocinar no significa que detesto la comida de los demás, todo lo contrario.

­—Segundo alivio de la noche —bromeo, aunque tiene mucho de verdad—. Y la razón principal por la que cenaremos ahora es que el globo no desciende aquí mismo, sino que terminaremos en otro campo y para cuando hayamos vuelto, nuestra comida estará fría.

—Me parece una buena razón, pero ¿cómo volveremos?

—El encargado irá por nosotros.

—¿El no volará con nosotros? —suelta con sorpresa y algo de miedo—. No esperan que yo sepa manejar esa cosa, ¿o sí? Podría ser peligroso, soy capaz de quemar toda una hectárea.

—Tendremos a alguien con nosotros, tranquila. Significa menos privacidad, pero estaremos a salvo. O eso quiero creer.

—¿Sabes? —Suspira—. Estaba más que nerviosa por esta cita y ahora me doy cuenta que fui una idiota por estarlo.

—Yo también estaba nervioso si ayuda en algo. ¿Quieres que hablemos sobre eso? Seguro te reirás con mis razones.

—Mis razones tampoco son tan... racionales. —Ríe al notar su elección de palabras—. Mis últimas dos citas ni siquiera llegaron a concretarse porque me dejaron plantada, así que estaba llena de miedo desde el inicio.

—Nunca te dejaría plantada, Gwen.

—Ahora lo sé. Que fueras por mí fue un gran inicio porque al menos comenzó la cita.

Mi respuesta se ve interrumpida por un camarero que trae nuestra cena. Elegí pastas para la ocasión porque a mí parecer son muy románticas y dan el ambiente de una buena primera cita. Es culpa de Disney y de esos dos perritos que comparten sus albóndigas. El hombre sirve también vino en nuestras copas y nos deja la botella acompañada de una jarra de agua. Nos desea una buena cena y luego se marcha.

—Vaya, qué nivel —bromea—. Así se siente salir con una celebridad, ahora entiendo todo.

—Esto recién comienza, recuerda que ganaré nuestra apuesta.

—Tengo tiempo para que la segunda cita sea incluso mejor, no me subestimes.

—Nunca lo haría, Gwen.

Tapa su sonrisa dándole un sorbo al vino e imito su accionar porque pese a que todo está marchando bien, sigo nervioso y mi boca se siente seca.

—¿Por qué más estabas nerviosa? ­—pregunto.

—En mi historial de citas, son pocas las veces que pasé una buena noche. Los muchachos con los que salía terminaban siendo unos patanes. Sé que no es lo mismo contigo, en este caso, temía yo ser la idiota. Ya sabes, hablar incansablemente de mí y no dejarte emitir palabra.

—No arruinarás nuestra cita Gwen porque el hecho de que sea contigo ya la hace increíble.

Sus mejillas se tiñen de rojo y por el calor que siento en las mías, sé que yo también me he sonrojado.

—¿Por qué estabas tú nervioso?

—No tengo una cita hace mucho y nunca organicé una. Además, no sabía si iba a gustarte el globo o la comida. Tal vez querías algo más tranquilo, normal y cerca del centro.

—Esta cita es perfecta.

—¿Lo crees?

—Lo creo. —Sonríe—. Lo creo tanto que temo por mi cita.

—Será una segunda cita increíble y te daré un premio consuelo —la molesto.

—No te burles de mi cita —me acusa.

—No lo hago, pero ahora que sé que soñabas con globos aerostáticos, me tengo fe.

—Oh, cállate y come.

Suelto una carcajada al oírla, aunque no discuto. Enredo los fideos en mi tenedor y los llevo a mi boca tal y como me ha indicado. Le sonrío antes de masticar y sé que estoy perdido cuando veo la curvatura de sus labios y la dulzura con la que me mira. Quiero que me mire de esa manera a diario, que me mire así por el resto de mi vida.

—Si comemos rápido, ¿podemos ir antes al globo?

Trago antes de contestar.

—Le pediré que nos guarden el postre para llevar.

—¡Te adoro! —exclama.

No nos atragantamos con la comida, tragamos tranquilos y mantenemos una conversación civilizada, aunque sí se nota que estamos haciéndolo más rápido que de costumbre. No me molesta, todo lo que quería era que ella disfrutara esta cita y lo está haciendo. El globo aerostático la tiene entusiasmada y verla de esa manera es lo que hace mi noche.

Cuando terminamos de cenar, se disculpa para ir al baño y aprovecho el momento para pedirle al camarero que nos guarde el postre. El hombre vuelve poco después con dos bandejas descartables con nuestro pastel de chocolate y cucharas de bambú. No creo que podamos comer en alturas así que decido guardarlo en la camioneta mientras Gwen vuelve.

—¿Colin? —escucho que me llama—. ¿Colin, estás aquí?

—Voy —grito en respuesta.

Me apresuro a regresar al salón vidriado y noto en su mirada que se ha llevado un gran susto al no verme allí. Me sienta mal, por supuesto, porque detesto a todos esos idiotas que la han tratado como basura en el pasado y no la valoraron.

—Fui a guardar el postre —le hago saber.

—Oh.

—¿Todo en orden?

—Sí, sí, claro. —Aclara su garganta—. ¿Quieres ir al baño?

—Sí, ¿puedes esperarme?

—Por supuesto.

En lugar de alejarme de ella, me acerco y la rodeo con los brazos. Corresponde mi abrazo de inmediato y acaricio su cabello porque todavía puedo detectar cierto malestar en ella.

—Ya vuelvo, ¿sí?

—Lamento haberme alterado —susurra—. Me entró el pánico cuando no te vi.

—Estaré aquí en menos de dos minutos.

Me sonríe, aunque no es la misma sonrisa que tenía hace unos minutos. Sus nervios por la cita son reales y no puedo culparla. Yo estaba nervioso y nunca nadie me dejó plantado ni me trató mal. ¿Por qué los hombres somos tan idiotas?

Regreso tan rápido como puedo y para entonces Gwen se encuentra en el claro abrazándose a sí misma y mirando hacia el cielo estrellado. No digo nada, tan solo me coloco a su lado y comparto un momento de silencio con ella.

—¿Tienes frío?

—Estoy bien, gracias.

—¿Estás lista?

—Estoy lista desde los trece años.

Le ofrezco mi mano y ella no duda en tomarla. Entrelazo nuestros dedos y acaricio su piel mientras caminamos hacia el globo aerostático. Nuestro guía nos espera ya adentro con un farol en su mano y junto a la gran base se halla una pequeña escalera para ayudarnos a subir. Entro primero, sin soltar la mano de Gwen, y luego la agarro con fuerza por la cintura cuando cruza para evitar que se golpee.

—Buenas noches —nos saluda el guía—. ¿Listos para la aventura?

—Muy listos —contesta Gwen por los dos.

—Tienen mantas en el canasto, pueden usarlas si sienten frío. Agárrense fuerte cuando despeguemos y si sienten ganas de vomitar, siempre pueden hacerlo por el borde. ¿Tienen alguna pregunta?

—¿Cuánto dura el recorrido? —pregunta.

—Hasta que nos quedemos sin combustible —bromea.

Gwen y yo nos aferramos al borde de la base con nuestras manos libres y esperamos a que el guía ponga manos a la obra. El piso tiembla cuando enciende el fuego y comenzamos a elevarnos muy lentamente. Los ojos almendrados de mi linda cita me buscan y veo la emoción que experimenta, una emoción que comparto porque esto se está poniendo genial.

Coloco mi mano sobre la suya a medida que subimos y por un momento nos quedamos en completo silencio con unas increíbles vistas frente a nosotros. Está oscuro, sí, pero podemos divisar las siluetas de los árboles y el cielo está despejado por lo que las estrellas nos saludan. No comprendo mucho de vuelo, aunque no pasan más de unos diez minutos hasta que estamos a la altura deseada y comenzamos a movernos en la dirección que el guía marca. Puedo ver abajo a la camioneta que irá por nosotros comenzar a moverse y sus luces se ven tan pequeñas que parecen dos hormigas.

—¿Te gusta? —susurro.

—Es mejor de lo que habría imaginado. Muchas gracias, Colin.

Tomo la manta que está en el canasto y la coloco sobre mis hombros para luego acercarme y abrazar a Gwen. La he tomado por sorpresa, aunque no tarda en relajarse y apoyarse contra mi espalda. Nos abrigo a ambos y disfrutamos del viaje.

Mi corazón late con fuerza, mis labios están curvados en una sonrisa y aspiro su dulce perfume cada vez que respiro. Se siente cálida contra mi cuerpo, cómoda también, casi como si encajáramos. En este momento somos dos piezas de rompecabezas que se han encontrado y han calzado a la perfección. Somos un conjunto.

Y mientras acomodo mi barbilla sobre su hombro y miro a las estrellas que brillan más fuerte que nunca, noto algo en mi corazón que se enciende como un farol y se expande por mi cuerpo. Noto lo mucho que la quiero.

Buenas, buenas, ¿cómo están? Espero que muy bien, las he echado de menos.

Tuvimos la primera cita!! Y todavía no termina, nos falta el postre ¿y alguien pidió un poquito de spicy? ¿Les ha gustado el capítulo? ¿Han tenido alguna parte favorita?

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias por su apoyo y paciencia. YA SUPERAMOS LAS 70 MIL LECTURAS. Gracias infinitas.

Les deseo una bellísima semana y un hermoso fin de semana. Nos leemos pronto.

MUAK!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro