Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

GWEN

Las piernas todavía me tiemblan cuando salgo de la habitación y me siento tan avergonzada que quiero correr hacia la puerta y no volver. Claro que el sexo oral no tiene nada de malo, lo que me avergüenza es que su amigo nos haya interrumpido en pleno acto y quién sabe todo lo que ha podido escuchar. No soy silenciosa, lo admito, y pese a que Colin salió antes para eliminar las suposiciones de Key, está claro que el chico no es tonto y que puede unir dos puntos muy obvios.

Cuando llegué al departamento luego de mi segunda plantada en un mes, no imaginaba ni de cerca esta situación. Colin es mi amigo. O lo era. Ahora ya no sé cómo considerarlo. Que me haya hecho gemir su nombre no significa que nuestra amistad haya terminado, aunque no se me dan muy bien estas situaciones. ¿Quiero repetirlo? Claro que sí. Mil veces sí. Pero las dudas me atontan y los malos escenarios inundan mi cabeza. Los «y si...» no dejan de llegar y voy a volverme loca antes de la medianoche.

Respiro profundo, tan profundo como puedo y doy el primer paso hacia la sala. Me he colocado los pantalones que me quedan grandes y los he ajustado tanto como pude, aun así siento que estoy desnuda cuando la mirada de Colin se cruza con la mía. Ni hablar de la sensación asfixiante cuando Key repara en mí y me dedica algo así como una sonrisa. Él sabe lo que sucedió y está haciéndomelo saber con ese gesto que le queda muy bonito en su atractivo rostro pero que ahora me produce la necesidad de borrárselo de un golpe.

—Buenas noches, Gwen —me saluda con diversión—. ¿Disfrutaste la ducha?

—Eh... claro. El agua tiene mucha presión aquí.

—¿Qué quieres cenar, Gwen? —interviene Colin dedicándome una mirada de disculpas por su amigo—. Key quiere sushi, yo pizza, pero como tú eres la invitada tienes la última palabra.

—Cualquier cosa está bien.

—Ella quiere sushi.

—Eso no fue lo que dijo, Key.

—A mí me sonó así.

Aprovecho su pequeña discusión por la cena para tomar asiento en el sillón intentando acomodarme lo más lejos posible de esos dos. Pese a que es más grande que el mío, no es gigante y la distancia que me separa de Colin no es mayor a un metro. Notarlo me enciende de nuevo, trayendo consigo fragmentos de lo que sucedió en su cuarto. Sus manos en mis piernas, sus labios sobre los míos, su lengua en mi...

—¿Qué opinas de comida china? —me pregunta Key ajeno a las escenas sexuales en mi cabeza.

—Claro, me encantan los fideos.

—Comida china será. Los asiáticos vuelven a ganar.

—Mañana comeremos pizza —sentencia Colin con un tono propio de un niño.

—Descuida, Col, los italianos de la otra cuadra no se enfadarán contigo por engañarlos una noche.

Estiro las mangas de la sudadera y subo mis piernas al sofá para sentirme más segura. Key no ha dicho nada y se lo agradezco, se comporta súper normal y creo que empiezo a tenerle afecto. Sin embargo, sigo sintiéndome como una intrusa y quizás se debe a que he hecho algo que podría considerar una locura. Casi me acuesto con mi amigo. Sí, sí, acabado de conocerlo, pero sigue siendo una locura. Pensé que no le interesaba de esa manera, cuando decidió no llamarme eliminé la posibilidad de que algo sucediera y aquí estamos ahora sentados a centímetros de distancia con su amigo yendo hacia la cocina para ordenar comida y con una nueva experiencia entre nosotros. No voy a engañarme, lo que él hizo en esa habitación fue... increíble. Su toque, la sensación de sus dedos recorriendo mi piel y la manera en que su lengua se movió contra mí para hacerme ver estrellas. Me es imposible recordar la última vez que me sentí así, que disfruté tanto un encuentro y seguí rememorándolo después de que sucediera.

—Gwen.

Parpadeo para salir de mi ensueño y dirijo mi mirada hacia Colin. Noto en él la misma disputa interna que estoy teniendo y saber que somos tan similares en eso me brinda tranquilidad. Ninguno de los dos planeó lo que sucedió, fue un impulso, una necesidad oculta y un momento que no podremos ignorar.

—Colin —suelto con el mismo secretismo que él.

—No quiero que te sientas incómoda. Key llegó en un mal momento y entiendo si quieres volver a tu casa, puedo llevarte.

—Estoy bien.

—Solo avísame si cambias de parecer.

—¿Y perderme de este lindo apartamento? —Sonrío para quitarle pesadez al asunto—. Estás loco. Por fin tendré una buena historia para contarle a mis amigas del instituto en estas vacaciones.

—¿Una historia?

—Me refiero a estar en el departamento de una banda famosa —aclaro con rapidez a la vez que sacudo mis manos con nerviosismo. Sonó horrible y no se parece a nada a lo que tenía en mente. Por supuesto que no hablaré del sexo oral que me practicó, al menos no con mis viejas amigas, quizás sí con mi hermana—. No es algo que suceda a diario, casi me siento como si estuviera viviendo en una de esas películas del 2000.

—¿Alguna con Lindsey Lohan?

—¡Exacto!

Sonrío con nostalgia.

—Esas eran buenas épocas.

—Estábamos naciendo, Gwen —repone entre risas—. No sabemos si fueron buenos tiempos.

—Según las películas sí.

—¿De qué hablan? —quiere saber Key regresando a su asiento.

—De los 2000 —respondo con buen ánimo, más tranquila y con menos recuerdos quemando en mi mente.

—¿De las crisis económicas o de la cultura?

—Perdónalo, es un nerd de la economía.

—Estudié administración —corrige— y las crisis financieras internacionales son un tema muy interesante.

—¿Según quién? —No puedo evitar el sarcasmo en mi voz y su expresión se transforma en una de completa incredulidad fingida—. Lo siento, sonó horrible.

—Estás perdonada, Gwen, pero tendrás que traer comida la próxima vez.

—¿Un brownie? —propongo.

—Perfecto.

Sus labios se curvan en una sonrisa pequeña lo que me hace sentir como una ganadora. Según me comentó Colin unos días atrás, Key no es alguien abierto y que sonríe o hace amigos con facilidad; no obstante, ya he logrado dos sonrisas en lo que va del día y una más el día que llevé cupcakes a la discográfica. Él es serio, sí, pero todos quieren un poco de dulzura y yo tengo mucha para repartir.

—¿Todos ustedes tienen carreras universitarias? —pregunto curiosa.

—Así es, nos conocimos en la universidad y ahí iniciamos la banda. Key era amigo de una chica a la que Harley quería conquistar y yo era compañero de habitación del hermano de la chica, Alex. Los cuatro formamos la banda y... —Se detiene de pronto y su ceño se frunce—. Como sea, cuando firmamos con Universal Sound Inc. Taylor agregó una cláusula en el contrato en la que nos comprometíamos a terminar nuestros estudios universitarios.

—Entonces tú estudiaste música, tú administración ¿y Harley?

—Ingeniería automotriz —contestan al unísono.

—¿De verdad?

Key asiente con la cabeza y Colin está sonriendo por mi sorpresa. No diré que prejuzgar es algo que nunca hago porque sería mentira y lo hice con Harley porque a primera vista no parece ser un chico muy dado a los estudios. Es horrible, lo sé, pero a veces la parte malvada de la mente funciona más rápido que la parte empática.

—Detestó a Taylor por todo un año —comenta Key—. Su carrera duraba dos semestres más que las nuestras y estuvo quejándose de eso todos los días a toda hora.

—Fue insoportable.

—¿Por qué Taylor quería que terminaran sus estudios?

—En caso de que la banda no funcionara, para tener un plan B. —La mirada de Key se centra en su móvil por un momento y luego nos enseña la pantalla—. La comida está llegando, iré a buscarla. Pórtense bien y no hagan nada que yo no haría.

—Eso deja un vacío muy grande, Key.

—Exacto, les estoy dando libertad.

Escondo mi rostro enrojecido entre mis manos cuando el baterista se aleja y escucho la risita baja de Colin a mi lado. Sí, su amigo es divertido y no tenemos que avergonzarnos, pero se siente tan raro. La situación se siente irreal, bromear con otras personas, con muchachos y pasarla bien. No recuerdo vivir algo similar desde la universidad y entonces había mucha competencia entre mis compañeros como para disfrutar realmente del momento. Ahora es distinto, natural y quiero seguir aquí a pesar de todo. Mi cita fue una mierda y aun así estoy teniendo una noche genial.

—¿En qué piensas? —quiere saber cuando dejo mi rostro al descubierto—. ¿Te sientes incómoda?

—No, no. Estoy pensando en que Key me agrada y que me alegra que Peter no se haya presentado esta noche. Agradezco que esté lloviendo como si se acabara el mundo porque terminé aquí.

—¿Y sobre lo que sucedió? —La timidez invade su voz y es lindo recordar que bajo toda esa energía sexual oculta, está el dulce muchacho que me hace sonreír todo el tiempo.

—Podemos hablarlo luego, ¿no?

Coloco mi mano sobre la suya para brindarle tranquilidad y porque necesito sentir su piel contra la mía de nuevo. Es absurdo, un poco de atención y parezco un cachorro muriendo por cariño, pero no me molesta y a la mierda todo. Estoy pasándola genial ahora, mi mente no me arruinará este momento.

—¿El plan de mañana para ir al cine sigue en pie?

—Claro que sí —respondo con ánimo—. Hay pocos planes mejores que ir al cine y no me lo perdería por nada.

Key regresa en ese momento con nuestra comida y mi boca se hace agua con el increíble aroma. Estoy hambrienta, cansada y con ropa que no es mía aunque me resulta muy cómoda, podría acomodarme en el sillón y dormir hasta el día siguiente si tan solo alguien dejara una luz encendida para sentirme segura.

Cenamos charlando y viendo How I met your mother sin ningún apuro ni incomodidad. Disfrutamos la comida y también el postre que es un poco de helado de chocolate que tenían en la heladera. Nos pasamos el pote de mano en mano y enterramos la cuchara hasta que no queda más. Para entonces, hemos visto unos seis capítulos, tengo la panza llena y los ojos me pesan de sueño.

—¿Te quedarás a dormir, Gwen? —quiere saber Key levantando los envases de comida.

—Mañana tengo que trabajar temprano.

—¿Qué tan temprano?

—A las siete.

Ambos dibujan una mueca de dolor y me encuentro riéndome de ellos.

—Suelo levantarme a las cuatro para hornear, las siete son como un paraíso.

—Estás loca —determina Colin y su amigo asiente de acuerdo.

—Creo que ya es hora de irme. Gracias por todo, chicos. Te llevaré tu ropa mañana.

Me pongo de pie antes de que el cansancio me encadene al sillón y estiro mis agotados músculos aguantando un bostezo. Espero poder dormir bien esta noche, descansar y lograr que mi cerebro apague algunas de sus funciones, como mi memoria.

—Yo te llevo —se apresura a decir mi amigo—. Es tarde para que tomes el autobús y con la lluvia tardarás en conseguir un taxi.

—No es necesario.

—Insisto.

—No sabía que tenías auto.

—No lo tiene —murmura Key sin moverse de su lugar—. Me pedirá mi camioneta y ni loco se la prestaré de nuevo.

—¡Key! Es tarde para que esté sola.

—Lo sé, pero eres un peligro para mi Jeep y no volverás a usarla hasta nuevo aviso. Cómprate la tuya, tenemos el mismo sueldo.

—Tomaré un taxi —suelto con tranquilidad.

—No, no irás en taxi.

—Yo te llevaré. —Sus ojos cafés se clavan en los míos y asiento sin saber qué decir—. Colin puede venir con nosotros también, solo que en el asiento del copiloto.

Se pone de pie y no tarda en ir a buscar sus llaves. Colin va por mi ropa que está en la secadora y yo recojo mi bolso que no tiene más que mi móvil, mi billetera y las llaves de mi apartamento. No demoramos en ponernos en movimiento y bajamos por el ascensor hasta el subsuelo.

—¿Qué le hiciste a su Jeep? —susurro mientras caminamos entre las hileras de vehículos—. No lo habrás chocado, ¿o sí?

—No, solo fue un accidente.

—Le dejaste una mancha amarilla en la puerta a solo una semana de que lo compré —se queja su amigo.

—Eso es horrible, Colin. Yo tampoco te prestaría mi Jeep.

—¡Pagué por los arreglos!

—Pero dejó de tener la pintura original, genio.

Aguanto la risa al escuchar su tono malhumorado para luego subirme al vehículo de la disputa mientras ellos siguen discutiendo. Estoy del lado de Key en esto, aunque prefiero guardarme mis comentarios.

El viaje hasta mi apartamento es lento debido a la lluvia y para cuando llegamos es pasada la medianoche. Me despido de Key y le agradezco por el viaje prometiéndole pronto llevarle su brownie. Colin, en cambio, se ha bajado del Jeep y me sostiene la puerta como todo un caballero.

—Gracias por hoy —digo con completa sinceridad—. Mi noche pasó de ser una mierda a ser genial.

—Peter no te merece.

—Es bueno saberlo ahora y haberme quitado la duda. Al menos lo intenté, ¿no?

—Así es, estoy orgulloso de ti.

Le doy un rápido abrazo a modo de despedida y me apresuro a abrir la puerta porque a pesar de tener un pequeño techo, el viento lleva la lluvia directo a nosotros. Lo saludo una vez más moviendo la mano y espero a que suba al Jeep para cerrar.

La oscuridad total de la pastelería me atrapa y trago con fuerza cuando el miedo me inunda. Agarro valor de donde no lo tengo y con la linterna de mi móvil encendida me dirijo hacia arriba. Ni el terror a la oscuridad ni mi cita fallida consiguen quitar el recuerdo de la boca de Colin entre mis piernas y creo que por primera vez usaré el regalo rosa chillón.

¡Hola, hola, personillas! ¿Cómo están? ¿Qué tal su inicio de semana?

Colin y Gwen se comportaron bastante normal luego de los acontecimientos, ¿no creen? ¿Cuánto creen que les durará la normalidad o serán adultos y podrán llevarlo sin problemas?

¿Qué opinan de Key? ¿Tuvieron alguna parte favorita del capítulo?

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias por todos los comentarios en el capítulo de ayer, me hicieron reír mucho.

Les deseo un bellísimo día y nos leemos mañana.

MUAK!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro