Capítulo 3
Me monté en el coche con Glen, todo el viaje se mantuvo en silencio hasta que habló para pedirme la dirección. Le indique y nuevamente me mantuve en silencio, hasta que en el espejo del retrovisor que da a los asientos traseros mis ojos se encontraron con los suyos, hay una pizca de tristeza en sus ojos muy fácil de decifrar. Recordé a Handy y la cita que él tenía con ella, debo de advertirle.
-Glen, no salgas con Handy- pronuncié con cuidado de no sonar atacada.
Detuvo el coche en seco, que sino fuera porque llevaba el cinturón de seguridad me hubiera pegado un fuerte golpe en la cara. Giré mi rostro con algo de molestia que pude disimular con facilidad. Al ver que sus ojos se clavaron en los míos.
- ¿Por qué? Porque tengo muy claro que te gusta él- su respuesta salió llena de reproché.
-Verás...yo...yo solo intento...- me detuvo dando un golpe en seco en el volante.
-No sé que intentas, solo le pedí salir a Handy porque es tu mejor amiga, y quería estar con ella a solas para que me ayudara a convencerte. Es que me importas Fanny, pero tú no...solo piensas en el imbécil de mi primo que te diré que no es un buen...- no lo deje continuar.
Quite lo cinturón de seguridad impactando mis labios contra los suyos, no es que Glen no me a traerá, porque a quién coño no lo hacía. Pero Sean a sido mi flechazo, él que crea en mi un sentimiento muy difícil de explicar. Aún así si quería mantener a Glen alejado de Handy debo hacer esto, con esto me podría acercar a Sean y descubrir lo que siempre he querido descubrir de él. Es una oportunidad difícil para alguien como yo dejarla pasar.
No soy la mejor persona, pero si se que si tengo que actuar totalmente enamorado de Glen, lo haré. Es una idea algo alocada, que se me ocurrió en un momento pero no quita que sea fabulosa. Así que mientras sus labios recibían los míos con ansias y deseos, mientras que parecía que yo de verdad disfrutaba de aquel beso mi mente ni dejaba de trazar un plan.
Me separé de él con los labios rosados, entre abiertos en busca de aire. En la misma posición sin alejarme mucho de él, lo miré directamente a los ojos. En su rostro hay una destacable conmoción que usaría a mi favor, intento abrir la boca para decir algo cuando mis labios se lanzaron a por los suyos una ves más.
(...)
Estuvimos un buen rato entre beso y beso, lo miré a los ojos fingiendo mi mejor cara de enamorada, lo tomé de los hombros y con mucho cuidado besé la punta de su nariz.
-Prométeme que no saldrás con Handy-susurré con voz suave, algo ronca por los besos.
-sí es lo qué deseas no lo haré, pero antes quiero me me expliques que hay entre nosotros después de este beso- apreté la mano que mantenía agarrada del asiento, sonriendo.
-No es obvio, tu...n...novia- finalice con trabajo.
Un hurra se escapó de su boca sin ni siquiera hacer ningún ruido. La verdad no estaba nada entusiasta, en verdad no me importa. Cómo podría explicarle que mientras nos besábamos Sean no salía de mi mente, preguntándome cómo serían sus besos, sus caricias.
-creo que debería entrar- determinó él, asistí dispuesta a salir cuando me detuvo.
-¿Un último beso no?-solté algo incomoda.
-No déjalo, creo que fue demasiada muestra de cariño por tu parte, sé que no te gustan, eso pude observarlo-confesó algo cabizbajo.
-Es la verdad, lo siento-me encojo de hombros abriendo la puerta y saliendo-buen viaje por cierto-dije por último antes de girarme para llegar a casa.
Me adentré en casa cerrando la puerta detrás de mi, encontrándome con la cara cómplice de mi prima.
-¡¿Qué!?-verbalicé fulminándole con los ojos.
-¿Quién era ese chico? ¿es tú novio?, ¿Me trajiste pan?-habla tan rápido que me dan deseos de estrangularla.
-¡No te importa!, ¡si!, ¡No!-espeto molesta subiendo escaleras arriba cerrando la puerta con seguro detrás de mi.
En seguida que me tiro encima de la cama y veo la foto recuerdo a Handy. Ahora que estoy en casa espero aclarar mi mente. ¿Cómo sabía sobre sobre el asesinato de aquella vez?, yo no le conté, pero más impactante es ¿por qué tenia manchas de sangre en sus zapatos? ella no podía ser el asesino o ¿si?
Mi mente ahora mismo es un remolino, por otro lado esta que se colaron en mi habitación, por el otro esta Sean que es tan misterioso. Lo mejor que me viene ahora es darme una ducha de agua caliente y acostarme a dormir a ver si la cabeza me para de analizar todo.
(...)
Luego del baño me dispuse a dormir cuando me sonó el celular es una llamada de Handy, la ignoré siguiendo con mi sueño. Me despierto al mi estomago reclamar por comida, me levanto yendo abajo. La casa esta sumergida en una inmensa oscuridad, es sumamente raro que todos estén durmiendo. Tomo mi cena que esta guardada en el frio colocándola en el microondas, esta pita, la retiro sentándome en la mesa a comer. Friego y regreso a mi cuarto son las cuatro de la mañana, mi celular suena nuevamente. Es una llamada de Handy.
<<¿A esta hora?>>
-dime-digo contante.
-...-Silencio, solo una respiración como entre cortada desde el otro lado.
-Hola...hola, Handy-repito cuando la llamada se corta.
<<¿Qué raro?>>
Coloco el celular en la mesita de noche, tomo la laptop colocando The Vampire Diaries.
<<¡Qué hombres!>>
(...)
Después de unas horas no se en que momento me quedé dormida. Desperté con un raro dolor en el cuello, bueno nada raro para la posición en la que dormí. Miro el reloj viendo que voy tarde.
<<Cuando no>>
Me levanté tomando el pantalón de la mesa de noche metiendo una pierna en el pantalón. Me revoque con mis propias piernas y el pantalón cayendo al suelo de cara.
<<¡Oh por dios!>>
Con apoyo de las manos me puse de pie. El sabor a metálico en mi boca, me lleve la mano comprobando la sangre. Me levanté mirándome en el espejo viendo la partidura. Lo que me faltaba, termino de prepárame cogiendo la mochila y saliendo a toda prisa. Tropiezo bajando las escaleras mi trasero amortigua la caída.
-¡Ja,ja,ja! - la risa de Stifany me hace levantar del suelo de un salto- sigues siendo igual de torpe- la fulmine con la mirada.
-Un momento...¿sabes que hora es?, Deberíamos estar ya en la escuela-recuerdo con mala gana.
-Tranquila disfruta de la vida, no me acuerdo en que momento te volviste tan puntual- miró el reloj de su mano- o al menos eso intentas.
-No me jodas Fany, vete a tomar por culo- espeté con mucha molestia.
-Hija, pero que mala leche tienes-habló mostrando lo obvio.
-Y tu me pones peor, hurraca - giré con una sonrisa triunfal abriendo la puerta.
-Vale, Ú.r.u.s.u.l.a-la diversión en cada palabra que pronuncia ensachando su sonrisa.
-Pegarias de maravilla con alguien que conozco-murmurré casi para mí.
-¿Con un muñeco, capitán del equipo de fútbol?-habló esperanzada.
-no es tan imbécil pero si es un toca pelota, al igual que tú- señalé molesta.
-No te referías a mi, ¿Verdad tarroncito?- la voz cínica de Sean me hizo brincar.
-¡Qué feo!, Fíjate que está noche no dormiré-insinué llevándome una mano al corazón.
-Tú sueñas conmigo todas las noches, te lo permito mientras no me manoses de más-guiño su ojo y mi prima río.
<<Tan imbécil>>
-¿Sabias que ella va a la escuela?-sonreí con malicia ante ver su cara de confusión.
-¿Y?- dijo mi prima como si no entendiera nada.
-Qué él no habla en la escuela-aclaré.
-Tranquilo muñeco yo te guardo el secreto- le guiño un ojo ella con pícardia.
-Gracias muñeca-hizo énfasis en lo último con la misma expresión que ella, a mi el estómago se me contrajo.
-Qué asco-susurré para mi- ahora volviendo a la realidad ¿a qué viniste?- digo mirando hacia otro lado.
-A buscarte, al parecer mi primo le gusta que sea tu guardaespaldas- explicó.
-Yo no necesito guardaespaldas- advertí con molestia.
-Yo creo que sí, tarroncito-dijo colocando una mano en mi hombro.
-Qué pesado, ¿En qué momento eres tan divertido y conversador?- acuse quitando su mano de mi hombro.
-Desde el momento que jugar contigo es divertido-aseguró riendo haciendo que mi prima se echara a reír.
-¿Ahora soy un juguete?-pregunté con mis ojos clavados en él.
-sí, eres como esos payasos de caja que les das cuerdas y asustan a los niños-respondió y ambos se echaron a reír.
- Muy bien, Dany Robina- lo aparto de un empujón pasando por su lado.
-¿Quién?-fruño el entrecejo como sino supiera quién es.
Lo miré como si le hubiera salido otra cabeza, mi prima comenzó a reír otra vez y su cara de no entender nada me molestó.
-Ignoraré ese comentario, porque quién no sabe quién es Dany Robina- digo restándole importancia al asunto.
-Venga ya, yo creo que no todos saben quién es- se cruzó de brazo.
-¡Chicos iré a coger la mochila!- gritó ella subiendo las escaleras- ¡Fanny, este pega más contigo que tu novio, y no lo conozco!- volvió a gritar nuevamente desapareciendo por completo.
Al sentir la mirada de Sean clavada en mí fue que me di cuenta que quería que una nave espacial me succionará. Dió unos pasos hasta mí y yo retrocedí, quedando completamente pegada a la pared. Colocó una mano en cada lado de mi cabeza, pegó su rostro al mío. Mis ojos quedaron fijos en los míos, podía sentir su aliento a mentolado y el roce de sus labios sobre los míos.
-¿Qué haces?- intento apartarlo de un empujón cuando sus labios se pegaron aún más a los míos casi besándome. Haciendo que me quedara quieta.
-Espera, eso es cierto-asisto con la cabeza idiotizada por la forma en que muerde su labio inferior- ¿Estás con él aún sabiendo que te mueres por mí?- paso la lengua por su labio inferior rozando el mío, haciendo que trague en seco.
-¿Desde cuando eso te importa?- hablo sin poder de quitar la vista de sus labios.
-Esto...solo se hace más divertido-sonrió con diversión y un toque de malicia.
<<¿Qué?, ¿Más divertido?>>
-¡Apartate!- quitó la mirada de sus labios, y de un empujón alejándolo.
Aún así solo lo moví un poco, cosa que volvió a pegarse.
-¿Qué pasa?, quieres mantener la distancia porque no quieres ser descubierta-pronunció bajo sobre mis labios.
-No hay nada que descubrir me gusta Glen- aseguré con seguridad y firmeza.
-¿En serio?-tomo mi labio inferior entre sus dientes succionando dando una pequeña mordida en mi labio.
Un gemido entre dolor y placer se escapó de mis labios, por el labio que lo tengo lastimado.
-Es el sonido más delicioso que he escuchado, y seguiré escuchando. Porque mientras sigas mientiendo tu labio nunca sanará- advertió pasando su lengua sobre la herida de mi labio llevándose la sangre que solté con él.
-¡Eres un cínico de mierda!- espeté golpeando su pecho.
-y tú, una mentirosa- rozó sus labios nuevamente.
Mientras seguía rozando sus labios sobre los míos haciéndome perder la calma, llevo una mano a mi abdomen colandola por dentro de mi jersey. Recorrió mi abdomen con tanta suavilidad que una corriente eléctrica recorrió todo mi vientre. Su mano siguió el camino hacia mi vientre, haciéndome retener la respiración. Fue hasta mi oreja dejando suavemente su respiración, me erice. Río bajo y mordí mi labio, subí una pierna en su cintura esperando que su mano bajara más. Y lo hizo, sus dedos rozaron esa parte sensible que me sobre esforcé para no estar mojada.
-Ya vez, no me gustas Sean-susurré en su oído, trazando círculos con mi lengua, cuando río otra vez.
De un empujón lo aparté y saque la mano de dentro de mi pantalón. Su sonrisa maliciosa me encanta como no tiene el idea. ¿Quién me diría a mi que estaría tan cerca de Sean hace unos meses? Nadie, debo admitir que me encanta. Cada versión de él me gusta, quiero conocerlas todas y pronto lo haré.
-Así que te gusta jugar, pues te arrepentirás de jugar conmigo-su sonrisa desapareció cuando oímos los pasos de Stifany.
-¡Ya estoy aquí!- anunció ella cruzándose de brazos, analizando con la mirada.
-¡Qué bien! me muero de ganas por ver a mi novio-exclamé entre divertida y sería.
Sean salió sin decir una palabra, mi prima me dió un última mirada negando con la cabeza antes de salir detrás de él. Me aseguré que todo estuviera en orden antes de salir, al salir me lleve la sorpresa de no encontrar a ninguno de los dos.
<<Genial, por otro reporte>>
Me eche a correr hasta la parada, miré el reloj viendo que sin importar lo que hiciera ya llego tarde. Me senté en la parada resignada cuando el sonido del claxón de un coche me hizo mirar.
En un coche blanco con ventanas negras de esas que puedes mirar desde adentro hacia fuera, pero no de afuera hacia dentro. Me acerque al bajarse una ventana y una chica de cabellos violetas y ojos azules me hizo un gesto con la mano para que me acercara.
-Hola, ¿tú asistes a la universidad Standford?-preguntó algo apenada.
-Sí-respondí cortante.
-me preguntaba si me podrías guíar, que soy nueva...-no la deje continuar.
-Claro, en cambio podrías llevarme-su sonrisa amable apareció en su rostro angelical de modelo de revista.
-Mejor todavía, así ya tengo alguien de amigo en la nueva escuela. Monta- abrió la puerta.
Me monté me coloqué el cinturón y ella arrancó. Debo reconocer que conduce como alma que se la lleva el diablo, pero conduce bien. Ni siquiera llegamos tarde, llegamos justo a tiempo. De camino hablé con ella, era increíble que tuviéramos tantas cosas en común Rachel y yo. Si así se llama, se ofreció a traerme todos los días.
-bien Rachel, nos vemos más tarde. El edificio que buscas es el que queda a tu izquierda segundo piso, puerta dos- explico echándome a correr.
Nos despedimos con un gesto de manos antes de desaparecer edificio dentro. Me senté en el puesto de siempre, ya todos estaban en el aula. Incluyendo a Sean y mi prima quienes se sentaron a una distancia prudente como sino se conocieran. Revisé con la vista viendo que el puesto de Handy está vacío.
No es nada raro ya que Handy suele faltar los martes. Así que podré disfrutar de la soledad en toda la clase. El puesto de Sabrina está libre y con manchas de sangre, las imágenes vienen a mi cabeza. Y el olor de la sangre la siento en toda el aula, un escalofrío me recorre al recordar sus cuencas vacías. Esas dónde antes habían unos preciosos ojos azules mar.
Más imágenes de sangre vienen a mi mente, las de aquella navidad. Y con ellas el olor de un perfume conocido justo cuando tropecé ese día con el pecho del asesino o asesina. Alguien tocó mi hombro haciéndome brincar al volver a la realidad, la cara de la profesora de lengua está en mi campo de visión.
-Fanny, ¿Estás bien?-pregunta preocupada.
-sí...algo así-vocifero casi en un murmullo.
-¡Fanny!
-mmm... sí, estoy bien-repongo enseguida.
-me alegra mucho, eres una chica fuerte. La policía quiere hacerte unas preguntas, así que cuando termine la escuela haría falta que te llegarás a la comisaría.
-sí-respondí contante sacando mis cosas de la mochila.
-¡Bien, chicos!-aplaudio llamando la atención de todos-Empecemos con la clase de hoy.
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