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Capítulo 2

Salí del aula a pasos apresurados en busca de algún profesor, sentía que la historia se estaba repitiendo. Por mi cara todos me observaban, tome a la profesora de Lengua de la mano sacándola a rastras del aula. Se soltó de mi agarre y con sus ojos clavados en mí, justo como mis compañeros.

-¿Qué sucede, Fanny?, ¿Por qué me sacas así del aula?-me remueve al ver que estoy ida.

-Está pasando otra vez-arrastre las palabras, pero ella pareció entenderme por la manera en que se abrieron sus ojos.

-¿Dónde?, ¿qué sucedió?-su voz esta algo asustada.

-En mi aula...es Sabrina, ella está muerta-los murmullos de todos se escuchan alrededor nuestro.

-Espera aquí, todo va estar bien ¿sí?-intenta sonar calmada pero no funciona.

Siento a alguien sujetarme del brazo y sacarme entre las personas que me aturden. Me llevan algún sitio lejano, nos detenemos de momento sintiendo la brisa dando en mi rostro. Levantó la mirada encontrándome con quién menos creí que fuera.

-¿Te sientes mejor? te vi perdida entre tanta gente, estabas como aturdida-la expresión de su rostro cambia al ver que no articulo palabra-Fanny ¿me oyes?-remueve las manos por delante de mí rostro.

Pero mi mente solo está en aquel día:

Había discutido con Handy como siempre, así que me aleje del patio yendo al campus, a esa zona donde nunca hay nadie. Todo estaba cubierta por una espesa capa blanca, hacia bastante frío, estaba nevando y apenas se veía algo. Me adentre en la facultad de química abandonada a resguardarme del frío, nada más de entrar el fuerte olor a podrido me hizo fruñir el entrecejo. Había tanta peste que parecía que había un animal muerto en alguna parte, ignore el olor y me adentre aún más. Me detuve al divisar marcas de pisadas cubiertas de sangre, di un paso así atrás tropezando contra el pecho de alguien. Corrí tanto que me dolían los pulmones y apenas podía respirar al intentar salir del sitio, resbale con algo viscoso en el suelo. No era tonta sabía que si miraba me iba a encontrar con algo que no me iba a dejar dormir en días. Me impulse hacia arriba con los brazos y las piernas de apoyo volviendo a correr. Todo de momento se quedo completamente a oscuras y sentí la respiración de pesada de una persona en mi nuca, cada vello de mi cuerpo se paralizo. Me quede totalmente quieta esperando el movimiento de la otra persona, hasta que sentí el fuerte golpe en mi cabeza que me derribo. 

Recuerdo despertar en medio de la nieve, era ya de noche y el inmenso olor a metálico me aterro. Lo primero que divisó mis ojos fue la cabeza de Eicher en mis manos, un inmenso rastro de sangre  como si hubieran arrastrado un cuerpo se dirigía a la facultad de química abandonada. Estaba cubierta de sangre, ¿Cómo coño se suponía que iba a salir de ahí sin que pensaran que yo lo había matado?, alguien quería inculparme. Mi cuerpo temblaba, no por el frío sino más por el miedo. Ese maldito miedo que te consume, ese que te cala tan hondo que llega a tus huesos. Me levante como pude soltándolo todo, me encamine hasta el edificio de gimnasia esquivando a los custodios que milagrosamente puede lograr. Sin pensarlo dos veces me quite la ropa adentrándome bajo la ducha de agua fría, me restregué tan duro casi a arrancarme la piel quitando la sangre que apenas me había tocado el cuerpo  por la ropa invernal. Me seque con la toalla mía personal que lograba guardar en la taquilla, me coloque la ropa deportiva y la que llevaba puesta la aguarde dentro de una bolsa negra. Salí con el mayor cuidado de no ser vista, para mi buena suerte llegue a casa y mi familia no estaba, recordé que irían a casa de mi tía. Queme la ropa y me tire en mi cama cubriéndome hasta la cabeza con el miedo que viniera a por mi, con el celular a mi lado. No logré quedarme dormida, cada vez que lo hacia tenia pesadillas. Mis padres me internaron un tiempo en un psiquiátrico, gracias al psiquiatra que me presiono tanto que me saco la información. Les dijo a mis padres que yo había presenciado un hecho traumarte y así estuve un buen tiempo. 

Hasta que todo volvió a la normalidad, ahora volvía a repetirse. Tengo tanto miedo de que sea el mismo asesino, tanto miedo de que me halla encontrando. Se que a pasado tiempo y que yo pude haber ayudado, pero preferí callar,  volverme cómplice de esa persona aunque sea indirectamente. Glen volvió a llamar mi atención colocando ambas manos en mis hombros, parpadee repetidas veces volviendo en mi. Escuchando lo que dice.

-Fanny, hola-siguió pasando las manos en mi cara.

-Lo siento, ya estoy aquí-sonreí torpemente como pude, sintiendo las lagrimas resbalar por mis mejillas y caer al vacío.

-Oye, calma. Tranquila respira-me atrajo hacia él estrechándome contra su pecho. 

-S...se..se esta...volviendo a...repetir-balbucee totalmente aterrorizada.

-¿Qué se esta volviendo a repetir?-preguntó preocupado.

-Las muertes...¡Las muertes, Glen!, acaso no lo ves-Exclama con miedo.

-Tranquila Fanny eso no es...-lo acalle.

-Tú...tú, no lo sabes. No sabes pero yo...-antes de que pudiera confesar algo.

-¿Qué escenita?-la voz de Sean me hizo brincar y aferrarme más fuerte a Glen.

-¡A ti nadie te llamo!-me sorprendió el modo en que Glen le habló a Sean, como si lo odiará.

Esta claro que se conocen, yo misma los había visto hablar.

-¡Hay primito, supérame ya!-La manera tan cínica de Sean es como si se le estuviera riendo a la cara.

<<¡¿Primito?!>>

-¡¿Ustedes son primos?!-mi tono pareció tomarlos por sorpresa a ambos.

-Así es, aunque a Glen no le guste aceptarlo así es-confesó con una sonrisa en su rostro.

-¡Tú cállate!-le ordenó Glen lleno de rabia.

Era raro ver a Glen molesto, eso era algo imposible de ver. Es tanto como ver a Tom atrapar a Jerry. 

-¿Qué esperas para separarte de él?-intervino Sean, ignorando a su primo.

-Déjala, ella no se siente bien-informó apretándome más a él.

-Chicos...-intente decir algo.

-Yo tú me alejaría de ella porque tal vez el asesino o la asesina, la tenga como la próxima victima por metiche-pronunció con tal cuidado que parecía una amenaza.

-¿Cómo sabes?-me separé de Glen encarándolo.

-Porque...-no pudo decir nada más cuando llego Handy estrujándome en sus brazos.

-Ya estoy aquí-susurró en mi oído, tranquilizándome. 

Como había pronosticado, se giro marchándose como si nunca hubiera hablado. Glen me regalo una mirada a modo de disculpa marchándose detrás de su primo. Handy me miro con los ojos cristalizados en ellos pude descifrar: un siento muchísimo que tuvieras que presenciar eso. Me aferre a ella con fuerza como si se me fuera la vida en ello.

Mi celular sonó me separe de Handy un escalofrío me recorrió la columna cuando vi que era una foto mía y de Handy de hace tiempo. Una que tengo en mi habitación, abrí la foto y no me había equivocado era mi habitación debajo de la foto:

Maldita Curiosidad.

-Handy, es él o ella-aseguré, mostrándole el celular.

-Es hora de que esto acabe Fan, debemos ir a mostrarle a la policía-aseguró con seguridad.

-¡¡No, no puedo!!-espeté tomándola de los hombros.

-¿Por qué? por lo que sucedió aquella ves, estas justamente donde quiere el asesino ¿acaso no lo ves?-me sujeto del rostro haciéndome entrar en razón.

Pero la empuje alejándome de ella, se quede algo descolocada. La miré a los ojos, luego la exploré de arriba abajo deteniéndome en un punto que me dejo sin aire. Retrocedí a pasos lentos, ella se quedo ahí confundida y yo corrí de regreso al campus. Choque con Sean este me dedico una mirada de enojo y luego me miro fijamente siguiéndome. Al estar en la parada me detuve y fue ahí cuando él me sujeto del brazo haciendo que lo mirará.

-Monta-ordenó abriéndome la puerta.

-Por qué...-me detuve a mi misma al ver que Handy veía hacia la salida buscándome con la mirada.

Rápidamente monte en el coche, él hizo lo mismo y sin más arranco el coche a toda velocidad salió del parqueo. Se mantuvo en silenció hasta que llegó a una casa inmensa de tres pisos, una de esas casas antiguas que pertenecían a familias adineradas de esas que tienen muchísimos empleados. De esas que aparecen en las películas de terror, desde afuera parece abandona. Pensé en echarme a correr ya que no confiaba en nadie y esta queda bien apartada. Hasta que bajo del coche y me abrió la puerta esperando a que bajara. Se adentro y miro hacia atrás deteniéndose cuando no me vio seguirlo. Lo seguí completamente desconfiada, hasta que llegamos a la sala y una chica de servicio nos dio la bienvenida. Me guio a la sala y ya dentro me indico para que me sentara, él hizo lo mismo sentándose a mi lado. Mi mente aun estaba procesando tanta información y el miedo aún indicándome estoy aquí.

-¿Dime que fue lo que viste?-su pregunta me tomo por sorpresa.

-N...no, no se de que me hablas-Comenté haciéndome la tonta.

-No te hagas la tonta, la expresión que llevas en el rostro aún es de que viste algo-explicó.

-¿Qué era eso que me ibas a decir cuando Handy llegó?-lo observe con cuidado de ver cada gesto en su rostro.

-Yo pregunté primero-exigió con obvia curiosidad.

-No es nada, es que me enviaron esta foto-le mostré el celular, fingiendo que era eso.

-Debes tener cuidado debes decirle a la policía, pero se que no es eso-insistió.

-Ya te dije, es  tu turno-articulé algo molesta.

-Vale, me refería que si yo fuera él asesino, iría a por ti- pronunció con fastidió, diciendo la verdad.

-Eso en las películas cuando sucede es que el chico es el asesino-bromeó cambiando de tema, para que no me pregunte.

-¿Y que te hace pensar a ti qué yo no soy el asesino?-su rostro se ensombreció, su voz salió con una frialdad increíble haciendo que me erizara.

-¡Ja, ja, ja! -reí algo asustada-eres super gracioso-le di con el codo.

-¿Quién dice que bromeó?-reconoció con frialdad.

-¡Ya deja de intentar asustarme!-ordené molesta.

-No bromeó, Fanny. Ahora que a lo mejor no soy el asesino que estas buscando-declaró con una sonrisa maliciosa.

-Si claro, ¿Cómo no? venga hombre-mascullo levantándome del asiento al ver que mi prima mandó un mensaje. 

Abro el mensaje:

Trae pan, ven pronto que me aburro.

Guardo el celular mirando a Sean, se levanto posicionándose frente a mi. Me paralicé al notar como uno de sus brazos me rodeó de la cintura atrayéndome hacia él, puede sentí con claridad el su aroma tan delicioso a hombre. Pensé que me besaría por la manera tan cerca que pego sus labios a los míos, hasta que los desvió hasta detenerse a mi oreja.

-Ten cuidado Fanny, el enemigo es quien menos esperes, y a mi no me gustaría para nada que alguien tocara lo que es mío- susurró con cierta picardía, dejando suavemente un beso en mi mejilla casi, en la comisura de mis labios.

¿Quién te a dado ese derecho?-demandé saber.

-Tú, cuando me has demostrado que estas obsesionada conmigo-confesó con una sonrisa divertida al yo pisar su pie para despegarme de él.

-Adiós, Sean-dije con cinismo.

-Déjame llevarte-se ofreció.

-Deja yo se ir sola-me di media vuelta, notando su mirada clavada en mi espalda al perderme de la sala.

Justo cuando abro la puerta de la entrada me encuentro con Glen que esta ligeramente sorprendido al verme, mi sonrisa se borra de inmediato. 

-¿Qué...qué haces aquí?-pregunta, pero en el momento en que voy a responder habla Sean.

-Yo la traje-Él lo observo un segundo, luego cambio su mirada hacia mi-tranquilo no la toque, más bien la salve. Así que deberías estar agradecido.

-Gracias, hijo de puta-ironizó Glen.

-De nada-se volvió hacia la sala.

Yo quedé más confundida de lo que estaba, hoy todos se están comportando muy raros. Tengo la cabeza echa un lio, más aun cuando recuerdo a Handy y mi piel se eriza.

-¿Te llevo?-se ofreció volviendo a sonreír igual que siempre.

-Claro me encantaría-verbalicé en alto para que Sean me escuchará.

Glen me miro extrañado pero se le paso cuando le dedique una tierna sonrisa, la sonrisa se me ensancho cuando lo oí reír en la sala. He admitir que me gusta ese chico, desde el minuto uno que llego a la escuela y le dio de comer a mi curiosidad.

¡OMG! Amo a Sean y a Glen...pero que raro es todo, ¿Qué será lo que noto Fanny para qué se alejara así de Handy? Piensen, piensen. Los quiero, Muack. 


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