Mi maldita curiosidad me llevo a esto, ahí comenzó mi primer error. Tal vez si no lo hubiera seguido ahora estaría a salvo. Desde aquí donde me encuentro escribiendo, no estoy a salvo. Sé que está a punto de encontrarme, pero antes debo guardar mi última evidencia, para que sepan que todo lo que viví fue real. Siento pasos por el pasillo rápidamente escondo en el armario. Siento la puerta abrirse de la habitación, él está aquí.

-Se que estas aquí, puedo olerte – su voz gélida resonó en toda la habitación
Creo que es hora de despedirme ...

Años más tarde...

Allí estaba yo con mi cara de sueño en el aula sentada esperando a todos, no se porque mi madre se empeño tanto con que viniera tan temprano a la escuela.

<<Tal vez porque siempre llegas tarde >>

<<Cállate maldita conciencia>>

Estaba dando cabezazos hasta que la puerta se abrió de par en par haciéndome abrir los ojos como platos y brincar en el asiento. Pero solo era el...

<<¡¡Que susto, jodeeer!!>>

Sus ojos verdes se clavaron en mí. Por primera en todo este tiempo me pareció ver un poco de confusión en su rostro, que claro rápidamente volvió a cambiar por su cara de... "jodanse todos soy Sean Jobs y me interesa una mierda su existencia". Sentándose en la última mesa del aula junto a la ventana. Tenia tanto sueño que me importo una mierda que estuviera hay así que recosté la cabeza en la mesa y cerré mis ojos.

Estuve así unos segundos, pero me fue imposible, sentía su mirada clavada en mi nuca. Me gire en su dirección mirándolo a los ojos, su mirada se clavó en los míos; Su mirada es tan penetrante, es como si indagara en lo más profundo de mí, descubriendo todas las cosas que oculto. Y no pudiera hacer nada para pararlo, en cambio en los suyos eran imposibles descifrar algo. Estaba comenzando a sentirme nerviosa e intimidada, cambie la vista hacia otro sitio volteándome de nuevo al frente. Pero todavía sentía su mirada clavada en mí.

<< ¿Pero que le ocurre?, ¿Qué hace?>>

Estoy empezando a incomodarme, no podía aguantarlo más, él no era así, estoy segura que si se lo contara a Handy no me creería; Me gire otra vez hacia el pero esta vez mirando hacia el entrecejo, tenia que aparentar que lo estaba mirando.

-Es incomodo, ¿sabes? – hablo tratando de sonar segura

-Sabes que debe ser peor que lleves un zapato de un color, y el otro de otro – su voz es tan varonil, tan... sexy.

<<Pero que digo concéntrate ... Espera, espera dijo un zapato de un color y el otro de otro.>>

Rápidamente me miro para los pies y efectivamente ahí estaba mi zapato de un color y el otro del otro. Ya mi madre podía haberme dicho que llevaba los zapatos así, porque yo estaba media inconsciente cuando me levante, de milagros viene vestida.

-Eso esta de moda- le solté sin mas.

-Me alegro de no ir a la moda, porque si tengo que ir tan ridículo... me deprimo.

<<Que grosero >>.

-EL caso no es mi estilo de vestir, el caso es...-me interrumpió.

-  EL caso es que te mueres por mi.

-Que... ¿qué dices?, no que va – dije restándole importancia.

-Te crees que no e visto como me miras todo el tiempo.

-eso... Eso-solté

-Eso es verdad, ¿dime que se siente que te observe todo el tipo como una obsesionada?

-Yo no te miro como una obsesionada
Puede que sea verdad, pero no tiene ese derecho a restregármelo en la cara.

- ¿segura?.

-Y tu no eres el que no habla con nadie.

-Viste que eres una obsesionada.

-¡¡NO, ES VERDAD!!- hable alzando la voz.

La puerta del aula se abrió dando a reflejar en ella, a un director muy enojado.

-están en un buen lio jovencitos.

-pero porque no hemos hecho nada, aparte de esperar.

-si segura señorita Vera.

- ¿ qué hicimos?, según usted.

-Escribir ese mensaje en la entrada.

- ¿pero de que me habla? – esta vez habló Sean.

-Ahh, así que fue obras de los dos.

-Yo acabo de llegar.

-entonces estas admitiendo que fue ella.

El miedo se estaba acumulando de que dijera alguna mentira y acabara echándome la culpa, todo el temor se disolvió cuando abrió la boca para hablar

-Cuando llegue todo estaba bien.

-entonces fuiste tu.

-estamos diciéndole que no fuimos ninguno de los dos.

-a detención conmigo ahora mismo.

-si señor.

Nos levantamos encaminándonos a la maldita detención sin a ver echo nada. Cuando llegamos nos sentamos frente al director.

-Bien, no quieren aceptar la culpa.

-no, porque no fuimos.

-bien limpiaran la escuela.

-¡¡Pero!!-hablamos los dos a la vez
-no hay peros. ¡Vayan ahora!.

Estábamos caminando por la escuela para llegar a la habitación del conserje. Íbamos en silencio porque no sé porque razón Sean volvió a entornarse serio y callado.

-oye Sean

Siguió en silencio sin contestar hasta el cuarto del conserje. Al entrar cada uno tomo lo que necesitaba, para limpiar la pequeña bromita de algún graciosito. Después de caminar varios minutos llegamos a la entrada. Tenia que admitir que me quede un poco sorprendida. En el suelo de la entrada con letras gigantes y pintura roja estaba escrito... Uno de nosotros va a morir.

- ¿Pero esto eee? -dije con la boca abierta de par en par.

-me ves cara de adivino- dijo con fastidio.

-No seas grosero -Se giro de espalda ignorándome por completo.

<<¿Pero, que carajos le pasa este chico?, ¿por qué es tan bipolar.?>>

-Fanny-escuche la voz de mi amiga llamarme.
Me gire en mi propio eje. Ya todo cobraba sentido por eso no me había respondido porque la vio venir.

- ¿qué haces tú aquí tan temprano? - mi voz salió un tanto molesta.

-Vaya manera de saludar -habló con la sonrisa desapareciendo de su rostro.

-lo siento, es que no estoy de buen humor.

-pero cuando tu estas de buenas.

-No pero peor el director nos castigo para limpiar la entrada, por culpa de la broma de algún imbécil.

-Joder, sí que les tomara tiempo.

-todo fuera más cómodo si mi compañero fuera más agradable – Musite en alto para que Sean lo escuchara.

-No me lo puedo creer te toco con Sean Jobs, tu sí que tienes suerte – dijo dándome un codazo.

-no seas pesada

-Eres consiente de la suerte que tienes de compartir castigo con Sean Jobs.

-y que, ¿se come?

-haz lo que quieras, iré dentro y mejor te das prisa horita todos comienzan a llegar – soltó desapareciendo por las puertas.

Cuánta razón tenía. No estaba para ver a todos rumorear sobre nosotros. Mejor me convenía terminar pronto.

****

-Solamente quiero irme a casa a dormir, es eso mucho pedir.

-Fanny te pasas todo el tiempo durmiendo, sabes estoy empezando a preocuparme

-no es nada, es solo que me paso la madrugada entera despierta.

-¿Haciendo que?

-No es de tu incumbencia- solté sin más.

Si, a veces no media mis palabras, pero es que Handy siempre estaba de curiosa, pero viendo su cara se que fui demasiado brusca.

-Handy yo ...-intente discúlpame, pero me interrumpió la persona que menos esperaba que se acercara a nosotras.

-Hola chicas – la voz tentadora pero varonil  a mis espaldas me dejo en blanco.

-¿Dime que eso no fue con nosotras?- dijo Handy bajo solo para que la escuchara yo.

- Si fue con ustedes.

-Ya ves sí.

-Oye, Handy ¿si estas libre... crees que después de la escuela podríamos salir?.
-claro, por supuesto.

-bueno, chicas cuídense.

- ¡Ahh! -grito-ya ves me invito a salir no me lo creo.

-sí, sí. Glen te invito a salir... emoción -digo con falsa emoción.

-Fanny, eres insoportable-soltó molesta- si no fueras mi mejor amiga te mandaría a la mierda.

- Pero hazlo-cruzo mis brazos desafiándola.

-Vete a la mierda, cuando no estés con la regla me vienes a buscar-se largó dejándome sola.

Joder creo que me pase un poco, pero bueno ya lo hecho. Hecho esta que se vaya a la mierda. Voy a la piscina de la escuela a relajarme un poco. Cuando oigo a dos personas hablando y me escondo.

-Sean, mira lo que te voy a decir...-es interrumpido.

-Cuídala Glen, dicen que las noches son muy peligrosas-amenazó.

-No me asustaras, que hallas ma...-se callaron cuando mi celular comenzó a sonar.

Sali corriendo por el pasillo antes de que me vieran, corrí tanto que creo que deje mi cuerpo en el pasillo y mi alma es la que esta aquí. Miro para ver de quién se trata:
Mi Alma gemela.

-Háblate perra, casi ahora mismo me metes en un problema-informo aún algo nerviosa.

-¿Desde cuándo a ti te importa meterte en problemas?-Pregunta divertida.

-Nunca, solo que esta vez estaba espiando a alguien-miro hacia todos los lados dicho lo último.

-Uff...entiendo, perdón. ¿Y estaba bueno?-interroga con curiosidad.

-No te interesa...mejor dime para que me llamas-resto importancia.

-¡Vaya formita!, bueno da igual. La cosa es que estaré llegando hoy en la noche, y ya sabes me transfirieron a tu insti-la emoción en su voz es super contagiosa.

-Esa si son noticias-alardeo feliz.

-Bueno primi debo colgar, que ya casi abordo el avión-se despide.

-Vale...nos vemos en casa-cuelgo.

Me giro pegándome un fuerte susto que hasta el celular se me cae.

-¿Qué haces tu ahí?-interrogo.

-Lo mismo te pregunto yo a ti ¿Qué hacías ahí?-su tono autoritario me asusta.

-¿Dónde dices tu exactamente?-me hago la tonta.

-Escuchaste mi conversación con ese. Te vi, no más bien olí tu desagradable perfume-Suelta haciendo que me enfade.

<<¿Mi qué?>>

-¿Cómo te atreves a acusarme de algo que yo no hice?, además no quiero que nadie me vea hablando contigo-hago énfasis en lo último.

-Muy bien, ni yo contigo. Solo por esta vez te lo dejare pasar, la próxima te arrancare la lengua-amenazó para darme la espalda e irse.

<<¡¡Imbécil!!>>

Me encamino hasta el aula. Entro encontrándome con algo que hace que mi cuerpo se petrifique y la sangre se me congele. Hay en el techo colgada, con sus cuencas vacías y ambas muñecas brotando sangre que cae al suelo formando dos charcos rojos, se encuentra Sabrina Smith una de las chicas más populares de escuela.