Capítulo 17
Seguía cayendo, en un vacío eterno, siendo perseguido por el miedo y la salvación, estando ambos en una disputa, mientras el cuerpo inerte desparramaba sangre y era azotado por la intensa brisa nocturna.
Las copas de los árboles desmenuzados por la explosión, llegaron a acompañar la caída precipitada de Raúl, que con una mirada fría aun en la muerte podía reflejar como lo había dejado su alma. Pero bastó con solo una fracción de segundo en la visión de Teriaxum para que su portador terminara su trayecto desparramándose al suelo de carbón.
La altura le arrebató un brazo y acabo por agrandar la fisura en el pecho de él, para así convertirse en no solo un despojo sino en dos partes. Los troncos de los arboles se tiñeron de un carmesí oscuro y liquido. Su entidad al llegar al suelo amplio sus poderes para que, al llegar los ángeles tras de sí, estos no pasaran a donde el par quedó.
El demonio cambio de plano astral para así sacarse de la vista a los ángeles. Se encontraban ahora en un plano donde todo era una planicie rojiza. A ella sólo podía sostener el torso cercenado de su portador, y al tener su cabeza de entre sus manos ni su forma le daba calma. El cuello de Raúl estaba tan azotado por el golpe con el suelo, que su columna restante estaba notablemente fuera de su lugar.
En ese instante de agonía congelada en el tiempo, y una fuerte ola de la perdida de esperanza, sucedió lo impensable, algo que no podía ser pero que pasó. Un demonio lloró.
2
—Despierta Raúl—esta voz dulce, familiar y tranquilizadora, bastó para abrir sus ojos ante la oscuridad profunda.
Lo que presenciaba no podía ser posible, aquellas cosas que juraban con verdad y deseaba, esas que parecían ficción, esperaban en realidad a la vuelta de la esquina. Y por suerte volvió a estar completo nuevamente.
—¿Que es todo esto?—miraba a su alrededor y no podía creerlo, pero mas que todo estaba sorprendido ante aquella figura que le soltaba esas dulces palabras.
Era como el anterior plano astral en donde se había reencontrado con su madre, pero este distaba de ser lo por algunos detalles, como que se perdía el sentido espacial, era casi un lugar sin forma, a excepción de las nubes que se arremolinaban y las figuras de personas incluyendo a Raúl.
—Pues me temo Raúl que has dejado tu cuerpo—esta voz pertenecía a su ya fallecida madre.
Rápidamente cayó en cuenta de esas palabras, perdiendo su ilusión del todo, para concentrarse mas en su existencia misma.
—¿Y no podré volver?.
—Dejame que te explique —se acomodó mejor en su lugar, hecho de nubes— , has dejado tu parte física para conformar el todo, conformas todo lo que ha pasado, todo lo que pasa, todo lo que pasará, y a su vez, conformas todo a la vez, ¡Raúl, no te fuiste a ninguna parte, aun sigues siendo el todo, este es el ultimo plano astral!— el éxtasis de su madre no solo se denotaba en su voz sino además en sus ojos y sus brazos que apunto hacia arriba.
En su mera confusión una duda se le presentaba, y no le dejaba en paz desde el instante en que llegó, y esta era:
—¿Y Teriaxum te dejó ir?.
—La verdad es que si, realmente has llegado aquí por que dejaste de vivir de entre el las criaturas de carbón, por lo que la entidad esta desbastada, ¡puedes creerlo!.
Raúl empezó a mirar a todas las direcciones en busca de sus partes, aquellas que estaban a su disposición. A lo que ella se percató y dijo:
—Si los buscas ya no los necesitaras, al fin donde estas ya no son requeridos.
—Si, claro—en su rostro reflejó otra repentina duda, que confirmaba con el rostro de modo sospechoso que le lanzaba su madre.
Tanto en la vida como en la muerte ella nunca había estado tan expresiva, pero mas allá de eso, era el hecho de que su su ojos, la única llave a su alma, presentaban un toque frío, del cual su iris no era del mismo color del que alguna vez lo tuvo ella. Este se presentaba de un gris apagado.
—Pero por supuesto que soy tu madre, como crees...—se calló al segundo en que se dio cuenta de sus palabras.
Se le heló la sangre al ver como ella, a quien no le había comunicado nada, pero que igualmente conoció todo lo que nació en el seno de sus pensamientos. Bruscamente la mirada de ella cambio de una de alegría a una de la helada verdad. Esa no era su madre.
—¿Dónde estamos?—preguntó Raúl levantándose a la par que de esa mujer, donde despedía una desconfianza enorme.
—Ya te lo dije, —su voz cambio ligeramente, mientras su mirada se volvía cada vez mas colérica y sus ojos eran consumidos por el fuego del cólera— en el último plano astral...hijo.
Inmerso en una adrenalina, continuó por gritar el nombre de su entidad. Pero la ultima silaba quedó a medías, ya que esa figura demoniaca de su madre se lanzo contra él. Siendo lo mas escabroso como ella no lo detuvo sujetando la boca ni golpeándole el rostro para que en un ataque de rabia lo callara. Esa mujer le introdujo su brazo en su garganta. Y con éxito logro que este se silenciara.
En lo que todo a su alrededor se deshizo, incinerando se y retorciendose en un fuego invisible, dando paso a la realidad que escondía esa ilusión.
—¡Admira Raúl, como has caído irremediablemente en las garras de Lucifer y Lúcero!—ella alzo el brazo, y como la realidad se desmesuró, Raúl se elevó con la extremidad de ella, perdiendo la gravedad.
Lo que los rodeaba era el cosmos, basto y oscuro, con un alrededor repleto de estrellas repartidas en pequeñas partes. De donde la oscuridad habitaba de entre las estrellas, emergió una sopa de criaturas tan negras como el vacío mismo. Gritaban y se movía con un cólera sin igual, que Raúl se arriesgaba a decir que se reían. Esta marea era de fornicación compuesta de entrañas y viscosidades, gritandose entre sí, en un frenesí sádico. Estando todos mirando al portador.
3
Teriaxum levantó el rostro cayendo en cuenta de una voz casi muerta y apagada, una de carácter metálico que hacia énfasis en su nombre. Sabiendo ya esa señal, le quedo poner esperanzas en lo que estaba apunto de hacer.
Mientras que en el plano principal, el de la realidad donde estaba Mition, Elisa y el resto de sobrevivientes de la mansión oscura, se mantenían a la defensiva ante la extraña retirada de los ángeles. Todos se encontraban revisando la zona en busca de uno de los componentes del trio oscuro. Pero fue en el sobrevuelo de un demonio que este se sorprendió ante la aparición de un ángel, que deambulaba en el bosque retorcido, vistiendo una armadura dorada y unas alas que reflejaban un resplandor de un azul muy brillante sobre los árboles.
El demonio cegado por furia, lo confronto lanzándose en picada hacia el alado blanco que perdido buscaba algo. Este al verlo de inmediato respondió por alzar los brazos y rendirse sin mas.
El demonio intento matarlo, pero el ángel lo esquivaba intentando hacerle entrar le en razón de que no era "ellos", y que no podía darse el lujo de una pelea.
—De que me esta hablando—se detuvo el demonio y aterrizo frente a el cerrando sus alas negras cual carbón.
—Necesito hablar con uno de los demonios del trio oscuro—replicó el ángel.
—¿Y por que debería hacerlo?—avanzo un paso y el ángel retrocedió otro.
—Estoy en contra de los ángeles —dijo con trémula ante la mirada del ente que enjuiciaba sus palabras— , yo se lo que les sucedió, ellos ya no son ángeles, están siendo controlados por Lucifer y su hermano...necesito hablar con el trio oscuro...soy Zaahel.
Los dos se encaminaron entonces hacia esa risco donde abría paso a un claro. Pero el demonio con una mirada de desconfianza seguía a pasos igualados al ángeles sin perderlo con la mirada.
Llegaron hasta un obstáculo para los mortales, pero a ellos solo les bastó alzarse hacia los aires para llegar al claro sobre el risco. En un empuje de terror, cuando llegaron a la multitud, estos retrocedieron, ya por dos razones, la repentina aparición y por lo que traía el ángeles así deliberadamente.
La mirada de Mition se lanzó contra el ángel y el demonio, pero mas que todo con los ojos le preguntaba al demonio lo que estaba haciendo.
—Descuiden ustedes, este es un ángel renegado a la guerra, uno como Gabriel que ya se ha alejado de todo...y tiene conocimientos de los hermanos y sus estrategias—Mition miraba el rostro del ángel, que reflejaba un temor que escapaba casi sutilmente de su rostro.
—¿Y porque, si tiene la oportunidad de salvarse de esta guerra, a decidido ayudarnos el bando contrario?—preguntó Mition, mientras en una medida de protección llamaba con el pensamiento otros demonios, que llegaban volando con sus grandes alas negras desde los lares mas oscuros de él escaso bosque.
—Lo he hecho ya por mera esperanza —se acercó un poco y denotó mas ese temor en sus palabras— , vienen criaturas de inmenso poder y arrasaran todo, estas han estado antes de que Dios muriera y vienen aquí por algo que los hermanos notaron al primer momento...el núcleo tiene algo especial.
—¿Y que es eso que lo hace especial?—pronuncio un portador de entre la multitud.
—La verdad, es algo de inmenso de poder, que debe estar inmerso en lo mas profundo del núcleo, quienes ustedes en el enfrentamiento hace años no lo vieron, eso es lo que les da energía al planeta para que siga vivo, y eso es lo que los hermanos buscan.
—¿Y si tienen tanto poder como para partir esta condenada podrá por la mitad, por van tras la energía que guarda en el núcleo?—preguntó Mition.
—Lo van a usar —decia Zaahel cambiando su voz a una mas apagada— , para acabar con la existencia...y volver todo a como era antes de la muerte de Dios, la oscuridad perpetúa.
Todos los presentes mantuvieron un silencio sepulcral alrededor de un minuto, hasta dada las palabras de Mition que anunció:
—Pues, sin el trio oscuro de nuevo junto, veo imposible la tarea de detenerlos.
—Pero si me permiten —meditó el arcángel— , puede haber una solución, para esto no necesitan que el trio este completo, es mas que suficiente dos o uno solo para enfrentarse a esas deidades, y tan solo deben traer de vuelta a aquellos que han sido atrapados por el poder de Lucifer...tienen que atrapar a los ángeles en un bucle, para ello necesitan de los viajeros nuevamente.
—¿Y por que piensas que eso puede funcionar? —exclamó con cólera Mition— ¿ya de por si estamos tan mal, y quieres incluir a los viajeros?—estas dos sentencia no lo inmutaron, dando paso a un plan que por la confianza en sus palabras, ya había organizado.
—Tal vez, nunca en la historia del cosmos habíamos peleado hombro a hombro, pero ¡miren a su alrededor, la guerra se acabó para ustedes!, ¡Elisa es tan activa como un vegetal, Sindier ha perecido, y Raúl ha dejado de vivir por culpa de una sola entidad que ustedes solos en el pasado pudieron acabar!, ¿cual fue la diferencia con el ahora que los hizo perdedores?, ¡el hecho de que los hermanos controlan a los ángeles, y esa es la única forma de ganarles!.
«Tienen que ver que su única escapatoria son los viajeros, que están a la altura de los ángeles. Doy estas palabras no solo por que han perdido la guerra, sino también por que al fin he encontrado a Gabriel en una caverna, ¿y saben lo que me dijo?, "Por mi hemos perdido la guerra, pero los viajeros viven en eras donde ni siquiera la guerra existe". ¿Y saben lo que hizo después?, se cortó la garganta frente a mi y me dio esta navaja —la alzó con firmeza— como símbolo de una guerra que apenas comienza con la sangre de los caídos.
Y la respuesta menos esperada por la multitud se hizo eco, unos vítores que anunciaban el comienzo de una guerra a través de todo el arrasado bosque.
Inesperadamente el arcángel y el demonio saltaron a la multitud, pero está no entendía la razón. Sobre el suelo que cubría el risco empezó un suceso sin precedentes que mantuvo en la terrible miedo a la multitud, que no sabia lo que estaba pasando.
Como si fuera humo, se alzo sobre el suelo de un tinte negro, cual usan los demonios. Que de repente se tiño de un gris más claro cuanto en cuanto ascendía ligeramente más. Los demonios eran de naturaleza caótica, pero sentían una inquietud y pavor a lo que por primera vez en su existencia desconocían.
Al final, la bruma grisácea que terminaba casi por ser completamente blanca, se concentro en un arco, y meramente esto hizo que a mas de uno le llegara la idea de que era una visita de los ángeles. Pero ya no había tiempo para prepararse, ya siendo el arco una puerta, que de sus grandes hojas blancas se disponían a enseñar su contenido.
Emergió entonces una figura no mayor a los dos metros, que denotaba una vestimenta completa que llegaba desde los hombros con dos lenguas negras enormes, hasta rozar casi el suelo, siendo una imitación futurista a una túnica. Esta figura tenia unos lentes tan oscuros que ni la luz de la luna los reflejaba. Y con un paso firme hacia adelante explico en palabras simples su llegada.
—Ya sabíamos que necesitaban ayuda —explica acercándose a los inquietos demonios— , desde si quera de que lo hubieran pensado, verán, esto ya había sucedido varios ciclos atrás, creo que fuero tantos, que mas bien es un ciclo infinito de eventos.
—¿Quien es...—decía un demonio, siendo interrumpido por la figura en su monologo, que simplemente ya tenia su respuesta:
—Miren, mi nombre es Vicent Coverfield, no tenemos mucho tiempo, y a lo que apremia mi paciencia, les aconsejo que se limiten a escuchar y seguirme, ya que estoy ya lo habíamos tenido y se que nos quitara tiempo, todas sus preguntas serán contestadas mas adelante.
—¡¿Vicent, eres del pasado?!—exclamó Mition.
—Pues, a lo que a mi me concierne aun no he muerto así que si, soy del pasado, ahora vámonos de aquí, hace cinco ciclos atrás me hicieron perder el tiempo y no nos fuimos antes de que llegaran otros ángeles, quienes aparecerán en unos —alzó su muñeca y miró su reloj táctil— dos minutos, así que andando.
Los demonios, portadores (incluyendo a la desmayada Elisa) y el arcángel, se encaminaron hacia el umbral dando pasos rápidos, mas que todo movidos no solo por las palabras provenientes de un muerto sino de los ángeles que ya se sentían en el viento. El ultimo en entrar fue Vicent, quien con una movida rápida de sus palmas cerró las dos grandes hojas blancas sin tocarlas con él adentro, con una mirada desganada, ya por ser una de las muchas veces en que había hecho esa misma tarea.
Para los que cruzaron, la realidad se distorsionó, dando vuelcos en una rara forma que tomaba el entorno para asemejarse mas y mas a su destino, un edificio.
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