—El apocalipsis no es inminente, ya es un hecho, y no podemos retroceder—decia Sindier con una voz átona, mirando el vidrio oscuro frente a él.

          Estaba al igual que Elisa en un cuarto oscuro, donde de un lado había un vidrio unidireccional, que mostraba tenuemente a Mr.Kat, amarrado a una silla, que tenia una decoración puntiaguda de arte gótico.

          Ella vestía diferente, pero aun tenía el sombrero en su cabeza. A su vez que Sindier tenia puesto esa ropa negra con tirantes que parecía anterior al siglo veinte.

—No digas eso cariño—murmuró Elisa.

—Pero es la mas certera verdad —alzó un brazo y apunto hacia Mr.Kat tras el vidrio— , él es una señal de nuestro hórrido final.

—No necesitan esto —decía Mr.Kat, mirando a la pareja— , puedo ver a través de él—aun en ese ambiente, él no perdía su matiz de felicidad en la voz.

          Con esa máscara blanca de ojos maliciosos, era un detalle único que perturbaba en la sala. Esa mirada fría que, al pronunciar esas palabras, la pareja miraba preocupada, como esa máscara buscaba en lo mas recóndito de sus almas.

—Calma querida —murmuraba Sindier— , Karma y Mition solo se fueron unos segundos, ya volverán.

         La fría estancia se vio interrumpida por las entidades que entraban. Karma a la cabeza habló:

—Seré breve, vamos a sacarle toda la información a ese mal nacido, pero claro, necesitare que vengan con nosotros...¿que ocurre?—Karma miró extrañado al par.

—Si intentan sacarle información a este mal nacido me temo que se les sera difícil—dijo Mr.Kat soltando una carcajada inquietante.

          Karma se volteó hacia el espejo unidireccional, a lo que le siguió la vista Mition. Ambos no le sobresalto esto, pero de todas formas decidieron seguir el plan.

          Entraron en la sala los demonios, seguidos unos segundos después por Sindier y Elisa, quienes miraban con inquietud al hombre en la silla. La oscura apariencia de la sala de interrogación, daba la impresión escabrosa de los rincones mas ocultos de la mansión oscura, como una guerra que ya había sucedido, dejando atrás vestigios en las paredes de violencia y muerte, plasmados en cada centímetro rugoso y sinuoso.

—Verán caballeros...y damas—decia Mr.Kat, con una voz enérgica e inglesa— , se que estoy esposado, pero eso no evitara que pueda matarlos a todos en este instante.

—¡No veo como eso sea posible, escoria!—dijo Karma con una voz fuerte, y dando un golpe a la pared sinuosa.

—No te moverás de aquí hasta que hables—agregó Sindier, dándole falsas esperanzas.

—Bueno, quise ser un hombre con clase por mis raíces inglesas —decia Mr.Kat— tu me puedes entender Sindier...pero no me dejan opción.

          Elisa y Mition fueron las únicas que lo sintieron, como una onda psíquica que se acrecentaba a su alrededor. Sus poderes pudieron detenerlo, para que se asentara en ese lugar, confinándolo a esas paredes. Pero era muy abrumador esa corriente, por lo que ellas no durarían mucho. Elisa a su vez protegió a Sindier, rodeándolo con un aura invisible.

—No les va a servir de nada —soltó una carcajada, y su voz se contagio de una locura entre risas— ...solo lo están haciendo mas difícil.

—¡No lo soportaré mas!—vociferó Karma desesperado por esa lunática risa que erizaba la piel, y ante esto sujetó de los hombros a Mr.Kat, a lo que Sindier le acompañó.

          Karma lo aventó contra la pared, y el descansa brazos de la silla donde estaba atado se rompió por la fuerza, y agregó gritándole:

—¡¡Te mataré en este preciso instante si no me dices porque mierdas has venido aquí, ¿Entiendes mal nacido?!!—el cólera de su voz sucedió a la par que sus ojos adquirían una tonalidad carmesí.

          Esa apariencia pulsante que se asomó por unos segundos a través de sus globos oculares, mostrando un matiz macabro, eso le produjo escabrosos recuerdos a la mente de Sindier.

          La onda psíquica desapareció, y Elisa al quitar sus dedos de sus sienes exclamó:

—Es suficiente Karma —el demonio se volteó, y con locura en sus ojos ella dijo con una voz sin fuerza:— , ya tengo la situación controlada.

          Los ojos demoniacos de la entidad desaparecieron y volvieron a su azul normal. Sindier se acerco a Mr.Kat, el parecía percibir que susurraba, pero no le entendía.

          Para su sorpresa lloraba, pero a la expensas de todos parecía mas bien como una risa ahogada que un lamento. Confundido, junto con Karma, lo agarraron cada uno de un brazo, y lo sentaron en la rota silla.

—No importa lo que me hagan —hablaba con una voz hostil— , pongamen una soga en el cuello, quemen mis vísceras, hiervan mis ojos, nunca hablare, he vivido tanto como los demonios, he presenciado incontables guerras, ustedes solo son algo que podre pisotear con facilidad.

          En lo mas profundo de su voz la resonancia causaba una cierta alteración en el aire, una que se transmitía en el vidrio unidireccional. Una energía que hacia vibrar los huesos de los presentes. Los ojos de Sindier se encontraron con los de Elisa, en un pavor que con cada palabra de Mr.Kat se volvía un terror absoluto.

          La resonancia alcanzó su ápice al pronunciar Mr.Kat estas palabras:

—Porque yo soy, Lucifer—su voz perdió su matiz gracioso, transformándose en un grito gutural, que sacudió las paredes.

          Alzó los brazos, y como si fueran hojas de papel insignificantes, los cuatro salieron aventados en todas las direcciones, dejando tras de sí destrucción. Sindier de inmediato cayo inconsciente, al igual que Elisa. Pero los demonios les tardo unos segundos recomponerse y encarar con una vista aterrada lo que se cernía en los vestigios de la sala de interrogación.

          El enmascarado se levanto, y al instante la silla y la mesa se convirtieron en cenizas ante los ojos de los demonios. Karma contraatacó con una energía roja que emergía de las paredes como sangre. Está se escurría y cubría los pedazos faltantes de la sala de interrogación, en un intento de reconstrucción que fue casi inmediato, solidificándose.

          Mition aprovecho el esfuerzo de su hermano, y se concentró en el par inconsciente, y usando sus poderes los trajo de nuevo a la conciencia como si estuvieran despertando de la muerte. Inmediatamente Sindier se levanto mareado y ayudó a Karma a fortalecer la fortificación que levantaba, mientras que Elisa tardo un poco mas para recobrar los sentidos.

          Fue ahí que la fortificación se quebranto, aun con el poder del maldad oculta mas fuerte de todos los tiempos el primer golpe desde el interior hizo que la pared se agrietara hasta el punto de casi ceder. Sindier alzo los brazos y una energía morada rodeo la pared de sangre. Pero el segundo golpe fue fulminante, y la fortificación se desmorono totalmente.

          La vista de Sindier estaba sumida en el horror absoluto, lo que presenciaba era tal de una pesadilla. Y por primera vez en la existencia de Karma, lo que veía era tan escabroso que retrocedió.

—¡¡Corran!!—gritó con trémula.

          Lo que veían era tan retorcido como su origen. Mr.Kat perdió cualquier característica distintiva de un mortal. La mascara se duplico al igual que su cabeza, sus extremidades consumieron su ropa y se convirtieron en vísceras y huesos vivos, que reflejaban caras y expresiones humanas de lo mas sórdidas.

          Mientras las dos mascaras se reían de una forma demencial y gutural, su cuerpo adquiría una proporción mas hórrida y enorme, con una descabellada visión de la carne fusionada con sensaciones de sufrimiento de miles de almas, que se transmitían en gritos en las cabezas de los presentes.

          Estaban huyendo en los pasillo, esos que cedían ante la energía del objeto que se acercaba, eso que escapaba mas allá de la realidad. Sindier y Karma lanzaban cuan cantidad inconmensurable de técnicas oscuras para detenerlo, pero sin éxito corrían e intentaban otra cosa.

          A la cabeza del grupo, Elisa usaba su poder para llamar a todos los portadores y sus entidades, para que huyeran a toda costa de lo que se avecinaba. Mientras Mition usaba su extenso poder, y me quedo corto al decir que era extenso, para detener de alguna forma lo que les perseguía. Pero esa entidad no parecía pensar, carecía de conciencia.

          Cuando llegaron a una sala con enormes cuadros y relieves, vieron que portadores y demonios a sus espaldas intentaba a toda costa de detenerlo, pero al fracasar con cada intento, no les quedo mas remedio que escapar rápidamente. Algunos se esfumaban para aparecer en otro punto del planeta, otros atravesaban puertas, y otros mas huían del horror que les seguía.

          Tras ellos se derrumbaban los cimientos de la mansión oscura, hechos polvos por esa energía amarilla. Una energía que no pertenecía a ese plano de la existencia, uno que escapaba de la mas grotesca imaginación.

          Llegaron al fin a una sala diferente, que al anterior quedo hecha trizas al instante. Esta sala tenia un candelabro enorme, paredes de rojo, un techo con el vivo cosmos y una puerta al final que era tan grande como la galería.

          Una multitud de portadores y demonios que no podían huir corrían hacia esa puerta, estando entre ellos esos cuatro que habían despertado a la bestia dimensional.

          Algunos demonios terminar por ser atrapados por Mr.Kat, y sus portadores al no tener un sustento de energía demoniaca terminaron por ser calcinados.

          Sindier y Karma usaron sus poderes para lanzar hacia la puerta aquellos demonios y portadores que no podían. Al cruzarla vieron que estaban rodeados por un bosque, Elisa se quedo atónita mirando al par oscuro corriendo a lo lejos desde donde los habían dejado.

—¡Sindier no!—gritó Elisa con una voz quebrada.

          Elisa intento correr para llegar a la puerta, inclusive dejo caer su sombrero, que de inmediato lo atrapó Mition en el aire. Estaba apunto de llegar cuando vio que Sindier corriendo levantó su brazo y lo dejo caer, haciendo que la puerta se cerrará.

          Las dos grandes hojas de madera se sellaron y se derritieron ante los ojos de todos, volviéndose agua que se escurrió entre los pies de Elisa. Ella se lanzó al suelo y rompió en llanto.

          Fue tal el dolor que sentía, que se retroalimento sobre todos los presentes. Mition con lágrimas en sus ojos se agacho junto a ella, intento lo mejor que pudo por decirle algo, pero la energía psíquica era intensa, por lo que solo le quedo abrazarla con fuerza, y ella estaba tan devastada que lloraba sin consuelo.

          Los portadores y demonios, de formas y de colores de iris variados, se acercaron viendo la escena. Pero abruptamente cambiaron su vista hacia sus espaldas, de donde aparecieron otros demonios y portadores. Estos miraban con terror a los presentes.

—¿Que ha sucedido?—mascullo una mujer del montón que estaba apareciendo de entre el espeso bosque.

          Se sorprendió Mition al ver que Elisa se levantó, se limpio los ojos con la manga de su camisa, y con una voz átona le respondió:

—Sindier Coverfield...se ha ido.

          De inmediato se derrumbo de nuevo, y Mition la sostuvo en brazos. Y con sombrero en mano, se la llevo de la mirada de todos, mientras que con la mirada les anunciaba que no fueran espectadores, y todos obedecieron.

2

          Elisa y Mition se internaron en el bosque, escapando de la presencia de todos aquellos sobrevivientes de la mansión oscura. La entidad condujo a su portadora a un tronco y la sentó ahí, se alejo un poco y se llevo las manos a la cabeza.

          Mition no sentía de la misma forma el dolor que emanaba de Elisa, es mas ella realmente no se preocupaba por la muerte de un mortal, así eran de hipócritas los demonios pero era su naturaleza una naturaleza egoísta y auto destructiva. Ella tenia miedo porque a la pérdida de Sindier y de su hermano sentía que la guerra estaba acababa, ella se llevaba las manos a la cabeza porque estaba realmente furiosa, quería gritar, quería golpear algo para mitigar su odio, que para un demonio era ya suficiente para partir la tierra por la mitad.

          Desesperada daba vueltas junto al tronco, estaba apunto de gritar cuando sin previo aviso una voz le llamo la atención, esa era la voz apagada de Elisa.

—¿Que haremos ahora?.

          Mition se detuvo y soltó sus cabellos, al mismo tiempo que miraba por sobre el tronco y veía a la multitud en el claro, armando carpas con sus poderes por la inminente noche.

—Mi marido...y tu hermano, se han ido para siempre.

          Mition se quedo en silencio sin decir nada. No sabía que hacer, no sabia que responder. Rebuscaba de entre todo su conocimiento pero eso ya no importaba, era pura ficción si su hermano estaba muerto, todo lo que sabia del futuro se había desvanecido. Y para rematar dejaron en la mansión oscura a Raúl y a Teriaxum, pero a esas alturas ella no quería decirle a Elisa, no todavía.

—¡Oh por el Cosmos —sucedió lo que Mition se temía— , dejamos a Raúl y a Teriaxum también atrás!—Elisa abrazó sus piernas y escondió su cabeza como una niña indefensa, para Mition esto le fue una desgarradora verdad.