16
- He preguntado...- su voz cada vez se hacía más aterradora.- ¿por qué llegaron tarde?
- Yo...- traté de hablar.
- Nosotros...- Emma me interrumpió sin querer. Al parecer se nos ocurrió hablar al mismo tiempo.
- Ya veo. Nada importante, ¿eh?
Mierda, mierda, mierda. Juro que sentí que él sería capaz de decapitarnos ahí mismo.
- Vengan conmigo.- mencionó mientras salía del lugar.
La primera lágrima recorrió el rostro de Emma. La vi de reojo y la limpié.
- No llores. Odio verte así. Mantente fuerte, por favor.
Ella asintió levemente. Luego de eso, corrimos hacia donde iba el señor WoonWo
Llegamos al cuarto de castigo, cosa que me puso la piel de gallina. El hombre mayor a nosotros sujetó a Emma del brazo fuertemente y la empujó dentro de este, sin importarle que ella tropezara y cayera al piso en el proceso.
Sentí el impulso de insultarlo de todas las maneras que sabía, pero... ¿qué podía hacer?
Me hizo una seña para que vuelva a seguirlo, cosa que me extrañó demasiado. ¿Qué planeaba hacer conmigo? No paramos hasta llegar a su oficina, cosa que me puso mucho más nervioso. Entró primero que yo, dándome la espalda.
- Perdiste de vista a Jungkook desde la mañana, ¿no?- preguntó con un tono de voz extraño. Estaba rebuscando algo en uno de los cajones, pero no le tomé mucha atención.
- Sí...- respondí lentamente.
Luego de eso, él volteó su cuerpo para luego apuntarme con un arma. Abrí mis ojos a más no poder mientras, por reflejo, levantaba con rapidez mis manos.
El señor WoonWo bajó el objeto comenzando a carcajear como un completo psicópata.
- ¡Debiste ver tu cara!
Mi mente aún no procesaba lo que acaba de pasar. Mi corazón latía demasiado rápido. Mi respiración se entrecortaba por momentos. Mi cabeza comenzó a doler.
De pronto, su risa se detuvo abruptamente, para luego sentir un fuerte golpe en mi estómago.
Mi mente estaba en blanco. Solo sabía dar vueltas.
Antes de lo que creía, ya tenía al señor WoonWo sobre mí dándome golpes en diferentes partes del cuerpo.
No podía reaccionar. Ni siquiera sentía el dolor de lo que pronto serían hematomas.
Narra Jungkook:
El pánico se había apoderado de mí mientras personas completamente vestidos de blanco me arrastraban hacia un lugar que identificaba como el "cuarto de experimentos". No quería que me vuelvan a lastimar. Realmente no quería.
El tiempo corrió desde que me colocaron un estilo de casco lleno de cables en mi cabeza. Sentí que dejaba de pensar con claridad. Mi vista se tornó borrosa. Y por un momento sentí que dejaba de tener consciencia de lo que estaba pasando.
- ¿Todo sigue en orden?- al fin pude entender algo de lo que hablaban las personas a mi alrededor.
- Sí, así es.- oí que alguien respondió.
¿En verdad todo estaba en orden? por como me sentía, podía decir exactamente lo contrario. Aún así, no podría decir que me sentía peor que la primera vez. Así que supongo que está bien.
Poco a poco comenzaba a sentirme mejor. Mis sentidos volvieron, a pesar de seguir con aquel casco extraño.
Narra Taehyung:
Me senté lentamente sintiendo todo mi cuerpo arder. Me quejé.
- ¡Duele!- chillé mientras me apoyaba hacia atrás y cerraba mis ojos con fuerza.
Noté que estaba completamente solo.
Decidí prepararme mentalmente para mirar mi piel, no sería algo bonito hacerlo. Bajé mi mirada y vi a varios hematomas en mis piernas, subí mi bata y encontré otros hematomas en mi estómago; había sangre seca en todas partes y eso era lo que me preocupaba. Toqué mi cabeza y ahí supe de dónde venía esa sustancia roja, estaba sangrando.
Me levanté del piso al instante y me di cuenta de que allí había un espejo. Lo cogí y me miré quedándome petrificado del susto.
Mi rostro estaba notablemente demacrado y delgado, corría un hilo grueso de sangre desde mi cabeza hasta mi mejilla. Vi la herida y no parecía tan grave como creía.
Comencé a caminar hacia la salida mientras pensaba en que Emma podría seguir en el cuarto de castigo. Me dirigí hasta dicho lugar y di leves golpes a la puerta con mi mano.
- ¿Estás ahí, Emma?- cuestioné con voz baja. Aún sentía me sentía realmente débil.
- ¿Taehyung?- su voz se escuchó.- sácame de aquí. ¡Sácame de aquí, por favor!- exclamó con su voz rota.
Fruncí mi ceño, ¿qué tan mal la debe estar pasando?
- Primero, intenta calmarte, ¿de acuerdo?- traté de tranquilizarla.- yo estoy aquí. No tengas miedo.
- Este lugar es horrible. Ayúdame.- mordí mi labio inferior con angustia.
- Te prometo que haré lo que pueda. Espérame.- indiqué.
- No tardes.- mencionó por último.
- No lo haré.
Me dirigí a la oficina del señor WoonWo deseando que allí estén las llaves de tal cuarto. Entré y comencé a buscar en el escritorio, nada.
Sin querer, encontré unos papeles donde estaban casi todos los datos de todos nosotros. Me quedé sorprendido cuando noté que en mi ficha decía que el "experimento" estaba completado en un 60%. Fruncí mi ceño. ¿Eso... era muy malo?
Sacudí mi cabeza dando un suspiro y dejé todo en su lugar para luego salir. Estaba a punto de hacerlo, pero choqué con un hombre haciendo que caiga al piso.
- ¡Perdón, perdón, perdón!- sentí que ganas de llorar me inundaban.
Si él era WoonWo, me iba a matar ahí mismo.
- ¡Dios mío, Taehyung! ¿qué te pasó?- di un suspiro de alivio de alivio al notar que tenía una voz diferente. Subí mi mirada.
- U-usted es...- él me interrumpió.
- Señor Wang, para servirte.- me sonrió.
Mi cabeza estaba dando vueltas. ¿Hace cuánto no sentía esa calidez en mi corazón de sentirme protegido?
- Yo...- bajé mi mirada.
- Antes que nada, levántate de ahí.- me extendió una mano y me ayudó a pararme.- ¿quién te hizo eso?
- E-el señor WoonWo.- respondí notoriamente nervioso.
- Ese desgraciado...- negó la cabeza.- acompáñame. Te voy a curar esas heridas.
- Tengo que sacar a una amiga del cuarto de castigo. Aún no puedo irme.- manifesté.
- ¿El cuarto de castigo?- lo pensó un poco.- vamos allá.- comenzó a caminar hacia ese lugar.
Al llegar, el señor Wang metió su mano en uno de sus bolsillos y sacó una llave que logró abrir la puerta.
Abrí mis ojos a más no poder al verla desmayada en el suelo.
- ¡Emma!- exclamé mientras intentaba hacer que despertara.
- Va a despertar.- escuché a mi mayor.- llevémosla.- entró y con facilidad la cargó en sus brazos.- acompáñame.
Hice caso a lo que pedió, curiosamente, paramos en la habitación de MinHo. Ladeé un poco la cabeza intentando saber qué estaba pasando.
- ¡MinHo!- el mayor exclamó su nombre y mi amigo abrió la puerta al instante con una sonrisa. Gesto que se le borró al vernos.
- ¿Qué carajos les pasó?- frunció su ceño y dio espacio para que entremos todos.
Lo primero que hizo el señor Wang fue acostar a Emma en la cama de MinHo. Se sentó en una de las sillas y nos indicó que hagamos lo mismo, accedimos.
- ¡Es que no puede ser! ¿Siquiera están comiendo bien?- cuestionó el mayor.
MinHo y yo negamos lentamente.
El señor Wang suspiró negando con la cabeza.
- MinHo, tráeme tu botiquín.
El nombrado se levantó y sacó de debajo de su cama una caja blanca y se la dio al mayor.
El señor Wang atendió mis heridas y le trajo un té a Emma cuando se despertó. Luego de eso se fue y MinHo dijo que ahora él, Wang, estaría a cargo de nosotros.
Tal vez, y así lo esperaba, las cosas mejoren apartir de ahora.
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