Capítulo 92. Compartiendo dolor.
García no se esperaba eso por parte de su amiga. Ahora se sentía culpable por Olivia, él le había empujado a la forense a darle una oportunidad a su amiga y compañera, y por su culpa Olivia debía estar llorando por las esquinas. Necesitaba ir a ver a Olivia para asegurarse que ésta estaba más o menos bien, y quería decirle que podía contar con él si necesitaba hablar y desahogarse. Así que se dispuso a llamarla por teléfono. Olivia no tardó en cogerle la llamada.
-Oli, ¿Dónde estás?
-Hola, Marco. Estoy en el trabajo.
-Oli…Has venido al hospital, ¿Verdad?- Le preguntó el policía a su amiga. Marco notó que Olivia tenía la voz quebrada, y había estado llorando. Marco se enfadó consigo mismo por cómo estaba Olivia. Debía de haber tenido en cuenta que Sara podría aparecer en algún momento en la vida de Vanesa.
-Sí…
-¿Y por qué te fuiste sin ver a Vanesa?
-Ya lo sabes, además, ella ni se enteró que fui a verla.
-Bueno, ella ahora mismo sí lo sabe. Por cierto, me gustaría que nos viéramos. ¿Puedes escaparte del trabajo un momento?
-¿Estás seguro, Marco? Tienes que estar muy cansado con todo lo que has vivido. Deberías irte a casa, con Rosa.
-Oli, necesitas un café con tu mejor amigo, lo sé, así que quedamos en la cafetería de enfrente del anatómico en quince minutos, ¿vale? Además, yo estoy todavía muy nervioso. También me vendría bien verte para contarte cómo fue la noche.
-Está bien - en realidad Olivia era lo que más necesitaba. Desahogarse con alguien. Quizás pudiera hacerlo con su hermano, pero sabía que Marco era la persona idónea para hacerlo. Él conocía también a Vanesa y estaba segura que su amigo le daría un buen consejo de qué hacer.
En veinte minutos estaban los dos amigos sentados en la cafetería en la que habían quedado tomando un café, con algo de dulce que había pedido también Marco. Su amiga estando como estaba, necesitaba meterse un arsenal de azúcar en el cuerpo.
A Marco le dolió ver a su amiga tan mal. Su rostro delataba que había estado llorando.
-Bueno, Oli, cuéntame, ¿Qué pasó en el hospital?-Preguntó Marco poniendo su mano sobre la de su amiga. A ésta ese gesto le sentó de maravilla. Ese hombre era de lo mejor que le había pasado en la vida y ella lo valoraba mucho. Además él la conocía demasiado bien, sabía siempre lo que necesitaba y cuándo lo necesitaba.
-Pasó que llegué lo más rápido que pude al hospital. La verdad, no he podido pegar ojo en toda la noche, Marco, creo que en la vida había hecho tantos nervios como los hice hoy.
-Me lo puedo imaginar, Oli, el no tener noticias de los dos te habrá puesto con los nervios a flor de piel.
-Así es, Marco. No sé cuántas veces he mirado esta noche la pantalla del móvil, esperando que me llamarais. Y cuando por fin he visto tu nombre en la pantalla, algo raro he sentido. Por un lado me he alegrado mucho de ver que estabas bien, pero por otro lado me he asustado pensando que a Vanesa le había podido pasar algo.
-Lo siento. Es normal que te preocuparas por ella.
-Bueno, dejando ya a un lado la maldita noche que he pasado yo, ya en el hospital, hablé con la doctora que atendía a Vanesa y me dio el parte médico, yo le dije que era su pareja y que también era médica, total que me mandó al box donde estaba Vanesa, y cuando fui a correr la cortina, escuché a la enfermera decirle que la echaba de menos y que quería quedar con ella. Vi cómo posó la chica su mano sobre la de Vane y vi cómo ésta se estremeció. Esas dos mujeres siguen amándose, Marco, y yo ya no pintaba nada ahí.
-Joder, Olivia…pero has sacado tus propias conclusiones sin confirmar que tú tienes razón. Debes hablar con Vanesa y que ella te aclare todo. Que te diga qué siente por ella y qué siente por ti. No puedes tomar conclusiones precipitadas.
-Marco, tú no viste lo que mis ojos vieron, en serio, sé lo que te estoy diciendo. Vanesa aun no la ha olvidado, y Sara tampoco si le dijo que la había echado de menos. Además, Vanesa nunca me dijo que esa chica fuera tan guapa, ¿Qué edad tiene? Se ve joven.
-Oli, por favor, déjame hablar con ella, si tú no lo quieres hacer. Y sí, Sara es una mujer muy guapa, tiene veintiocho años.
-No, no lo hagas, por favor. De hecho ella me ha llamado varias veces, pero ahora mismo no tengo el valor de cogerle la llamada. No quiero echarme a llorar cuando hable con ella, y en este instante no estoy fuerte, lo siento.
-Está bien, Oli. Daros un tiempo si es necesario, pero no tires por la borda vuestra bonita relación. Sabes, sólo le he visto sus ojos brillar con una luz impresionante cuando está con una mujer, y esa mujer eres tú, no Sara.
-Marco, dejemos las cosas como están. Y ahora cuéntame cómo te fue la noche, joder, estoy muy feliz por vosotros. Ahora podréis descansar tranquilos. Ya tenéis a Álvaro.
-El problema Oli, que tú no sabes el horror que vimos allí. No sé Vanesa, pero yo creo que voy a tener pesadillas por las noches, en serio. Lo que hemos vivido está noche los dos, no creo que lo podamos olvidar. No quiero ni imaginar Teresa, la chica que tenía secuestrada, ya estará marcada de por vida.
-He visto las noticias en la televisión, sólo hablan de ello, y joder, esa casa no me extraña que la llamen la casa de los horrores. Habéis hecho un trabajo fenomenal. Yo ya le dije a Vanesa que erais los mejores, y que formáis una pareja laboral espectacular.
-Eso me ha dicho la jefa esta mañana, y que nos merecíamos un buen descanso. En eso estoy con ella.
-¿Vais a tomar unos días de descanso?
-Sí, Oli. Nos lo merecemos y lo necesitamos. En serio, en esa casa las hemos pasado canutas.
-Sólo espero que podáis descansar esta noche, la verdad que igual os toca tomaros algo para dormir.
-Sí, es posible. Y bueno…Yo quiero decirte algo, que pasó está noche, necesito contártelo -Marco se sentía avergonzado de haberse mostrado con tanto miedo ante Vanesa. Y necesitaba decírselo también a Olivia, quería que ella supiera también su parte más desconocida, necesitaba que ella también lo aceptara tal y como era. No quería que Olivia tuviera una imagen de él errónea.
-Claro, Marco, cuéntame. Pero, ¿Es sobre ti? ¿O sobre Vanesa?
-Sobre mí…Olivia. Sobre una parte de mí que no conoces, y quiero que por fin me conozcas al completo.
Olivia miró a Marco intrigada, se moría por saber qué escondía su amigo, pero en unos segundos lo iba a saber.
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