Capítulo 90. En el hospital.
Ya en el hospital, metieron a Vanesa en un box. Los doctores que la iban a atender debían valorar la gravedad de las heridas provocadas por la navaja de Álvaro, además de ver si era necesario operarla o no. Vanesa estuvo consciente en todo momento. Era buena señal.
A Vanesa la atendió un par de doctores y una enfermera una vez ya en le box. Y cuando la inspectora se dio cuenta de quién era la enfermera, casi se desmayó en la camilla. Pero a la enfermera le pasó exactamente lo mismo. Llevaban algo más de un año sin verse y el encontrarse en ese momento ahí, en el hospital, y en esas circunstancias, hizo que las dos mujeres sintieran mucha vergüenza y los nervios se apoderaran de ambas.
-Sara, por favor, corta la ropa que lleva, hay que retirarla. Necesitamos ver las heridas que tiene -dijo la doctora a la enfermera.
-Claro - contestó de forma escueta la enfermera. Le costaba moverse delante de Vanesa. Le costaba hasta mirarla a los ojos. Había echado mucho de menos esa oscura mirada, y lo suyo le había costado también el cambiar de número de teléfono para que la inspectora cesara en llamarla. Y ahora, que pensaba que ya la había superado, la tenía en un box a escasos centímetros de ella, y para colmo, la tenía que desnudar y atender. Y la inspectora estaba más guapa y sexy que nunca.
Pero Vanesa pensó que no iba a ser capaz de volver a sentir los dedos de Sara rozar su piel, y para colmo la doctora le había pedido que fuera ella la que la desnudara. Estaba perdida. Necesitaba un milagro para salir ilesa de ese box.
-Hola…-Saludó Vanesa a la enfermera intentando evitar mirarla a la cara.
-Hola…-Le contestó Sara haciendo lo mismo que la inspectora - ya has oído a la doctora. Necesitamos verte las heridas, por lo que hay que cortarte la ropa.
-No creo que sea necesario. Puedo quitarme yo misma el suéter.
-Pero no tienes que hacer ningún esfuerzo.
-Tranquila, que no es problema -dijo Vanesa mientras ella misma y sin ayuda, se retiraba el suéter. Prefirió evitar que Sara la tocara. A decir verdad, y después de tanto tiempo, no sabía cómo iba a reaccionar su piel y todo su cuerpo si eso sucedía, y no quería que su reacción corporal la pudiera delatar de alguna manera.
Una vez retirada la ropa, la doctora procedió a mirarle bien las heridas que tenía la inspectora en la espalda, mientras comenzó a hablar con la paciente -por cierto, inspectora, gracias.
Vanesa se quedó sorprendida porque esa mujer supiera a qué se dedicaba, pero a decir verdad, los compañeros de la ambulancia ya le habrían dado todo el parte de lo que había ocurrido en la casa de Carlos.
-Gracias, ¿Por qué, doctora?
-Mis compañeros me han contado lo que has hecho. Y debo decirte que estoy muy orgullosa de que haya mujeres como tú - le dijo la doctora sonriéndole. Y esa bonita sonrisa, además delante de Sara, la dejó más perdida de lo que ya estaba.
-Doctora, en realidad sólo hice mi trabajo, el trabajo que hacen ustedes sí que es de admirar.
-Sí, lo sé, por eso me hice médica de urgencias - la doctora se estaba comiendo con la mirada a la inspectora, y mientras, Sara estaba molesta por lo que estaba pasando ahí entre la doctora y Vanesa.
Vanesa, se tuvo que poner de costado para que la doctora y Sara hicieran su trabajo correctamente.
-Vanesa, estoy feliz de decirte que las heridas han sido muy superficiales. Te haremos más pruebas para descartar cualquier daño interno, estarás unas horas en observación, y ya te podrás marchar.
-Muchas gracias, doctora.
La doctora salió nerviosa del box, dejando a Sara con la inspectora a solas. Era un hecho que Vanesa le había gustado y mucho. Pero no sabía cómo entrarle a la inspectora. Además lo más seguro era que una mujer como ella tuviera pareja. Intentó no pensar en ella y siguió con su trabajo, pero le costaba quitársela de la cabeza.
Mientras, Sara se quedó atendiendo a Vanesa. Y fue inevitable que las dos mujeres hablaran.
-Vanesa, me alegro que hayas salido ilesa, debió de ser horrible para ti y para Marco. Están sacando la noticia por la televisión ahora mismo. Me ha mandado un WhatsApp Rocío y me ha dicho que se ha enterado por la tele que tú eres la inspectora a cargo del caso.
La inspectora por fin consiguió mirar a los ojos a Sara. Esos malditos ojos la seguían alterando como antes o tal vez más, puesto que llevaba mucho tiempo sin encontrarse con ellos y ahora que los tenía fijos en ella, se estaba dando cuenta que los había echado mucho de menos.
-¿Y qué te ha contado tu hermana de la noticia?
-Que la inspectora estaba herida, pero que Marco había comunicado que habíais cogido al asesino por ti.
Vanesa retiró la mirada de Sara avergonzada. ¡Maldito García! Ella odiaba que su compañero le diera todo el mérito. Si él no hubiera disparado y matado a Álvaro, quizás en ese momento ella no estaría hablando en el hospital con Sara. Su compañero tenía el mismo mérito que ella. Gracias a su compañero, Álvaro estaba muerto.
-Vamos, Vanesa. Te conozco, no te quites mérito. Marco tiene razón seguro.
-Sara, tú no estabas ahí para decir si García tiene o no razón. Y no, no la tiene, él también se ha jugado la vida por mí y por la chica que estaba secuestrada. Esa es la realidad.
-Lo que tú digas -contestó Sara contrariada. A ella le gustaba y odiaba por partes iguales la terquedad de Vanesa, como también sabía que la inspectora odiaba ser el centro de atención. Así que entendía que se hubiera enfadado con la confirmación de García en las noticias. Conociéndola, estaba segura que se había enfadado con su compañero porque ahora toda España estaría deseosa de conocerla, justo lo que Vanesa quería evitar.
Olivia había llegado en un tiempo récord al hospital. Esta vez como no tenía tiempo que perder, había decidido cogerse un taxi porque tal y como estaba la ciudad, con calles inundadas, y la lluvia aún sin haber cedido un ápice desde que comenzara en la madrugada, sabía que le costaría mucho más llegar hasta Vanesa. El taxi fue su mejor opción.
Cuando llegó a urgencias, ella misma se presentó como doctora para que la atendieran antes. Se moría de ganas de ver a Vanesa. Así pues, enseguida salió la doctora encargada de Vanesa a atenderla.
Cuando la doctora vio a Olivia, se imaginó que esa preciosa pelirroja sería la pareja de Vanesa, y como necesitaba saberlo, ni corta ni perezosa se lo preguntó directamente.
-Hola, ¿Es usted pareja de la paciente Vanesa Ramírez?
-Hola, buenos días. Sí, soy la pareja. ¿Cómo está ella? ¿Puedo verla?- Preguntó Olivia impaciente porque le permitiera ver a Vanesa.
La doctora se desanimó cuando Olivia le confirmó que sí era la pareja. Igualmente compartió con ella el estado de Vanesa, además le habló en términos médicos cuando supo que ella también era médica, y muy a su pesar, le dijo en qué box se encontraba la inspectora. Olivia le dio las gracias y se dirigió sin perder ni un segundo al box que le había indicado la doctora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro