Capítulo 29. Dejándose llevar, con Marta.
El policía quería contarle a Olivia cómo lo había pasado Vanesa cuando su novia la dejó, y así tal vez Olivia podría entender el por qué Vanesa actuaba ahora como actuaba con las mujeres. Simplemente la inspectora no quería tener una relación seria con nadie por miedo a volver a ser abandonada. Le daba pavor volver a pasar por lo mismo.
Luego Marco se quedó pensando en las palabras de Olivia, cuando ésta le dijo que tenía una oferta de trabajo en Londres. Por lo que la forense le había contado, las condiciones eran mejores que las que tenía ahora, así que sería fácil que volviera a perder a su amiga. Le gustaba tenerla cerca. La había echado mucho de menos el tiempo que ella estuvo fuera. A pesar de él estar casado, tener sus hijos y su trabajo, le venía muy bien quedar con Olivia y contarse sus cosas. La quería y la apreciaba mucho. Y quería lo mejor para ella. Marco creía saber qué podía ser lo mejor para su amiga, pero también sabía que no sería tarea fácil conseguirlo.
Mientras, Vanesa y Marta se subieron a la moto de la inspectora, y ahora sí, directamente Marta pasó sus brazos alrededor de la cintura de Vanesa y la apretó suavemente, sin dudarlo. La madrugada se tornó más gélida y desapacible, y para Marta lo mejor era pegar su cuerpo y acoplarlo perfectamente al de Vanesa. Tal vez así dejaría de tiritar cómo lo estaba haciendo. Cuando Vanesa sintió el cuerpo de la otra mujer pegado al suyo, al notar que Marta estaba muerta de frío, le pareció bien que ésta la abrazara. No quería que la chica cogiera frío por llevarla en moto, pero tenía pinta que era lo que iba a pasar.
Al rato llegaron a casa de Marta. A ésta le costó bajarse de la moto, porque quería seguir con Vanesa. La inspectora apagó el motor de la moto y se retiró el casco de la cabeza.
-Vanesa, he pasado una noche estupenda. Tus amigos me han caído genial. Gracias por invitarme -Marta evitó preguntarle por Olivia, pero viéndolas bailar como las vio, era más que evidente que entre esas dos mujeres había algo - no me importaría repetir, la verdad.
Vanesa tragó saliva. Eso de repetir no iba con ella.
-Yo también lo pasé muy bien. Y me alegro que te cayeran bien.
-Me preguntaba... Si querrías subir conmigo a casa. Quiero invitarte a tomar algo, además necesito entrar en calor, estoy congelada - no mintió cuando dijo que estaba como estaba, hasta los labios se tornaron morados, y seguía tiritando por el frío.
-No sé si es buena idea, Marta -le contestó sin titubear Vanesa. En ese momento sí le apetecía dejarse llevar con Marta pero algo en ella le decía que no lo hiciera. Pero también sabía que estaba soltera y no tenía que darle explicaciones a nadie. Sería pasar una noche más con otra mujer, como había hecho hasta ahora.
Marta se acercó a Vanesa. Pasó sus brazos por el cuello de la mujer, y le susurró algo al oído.
-Pues yo creo que es una idea estupenda, aunque no lo creas. Sabes, tú y yo podemos entrar en calor juntas y te aseguro que va a ser mejor eso que irte a tu casa y calentarte tú sola. ¿Qué me dices?¿Vas a dejar pasar la oportunidad de calentarte con otra mujer?
Vanesa estuvo dudando unos segundos, pero cuando Marta posó sus labios sobre los suyos, ya perdió la poca razón que tenía. Entonces se separó de la chica y se bajó de la moto. Luego se cogieron de la mano y se fueron directamente al apartamento de Marta. Las palabras sobraron en ese instante, y Marta no podía estar más feliz.
Nada más entraron, Marta le retiró la cazadora de cuero a Vanesa y le quitó también la parte superior, incluyendo el brasier. Y cuando la vio desnuda de cintura para arriba, sólo pudo alegrarse de lo que le esperaba esa noche. El cuerpo de la policía la podía volver loca. Pero ella misma no se quedaba atrás, porque también tenía un cuerpo muy trabajado y tonificado. Asi que se mordió el labio de forma sensual, y acercó su lengua para pasarla por los húmedos labios de Vanesa.
La inspectora la empotró con cuidado contra la pared de la entrada, mientras no dejaba de besarla. La pasión y el deseo se apoderaron de ambas mujeres en un abrir y cerrar de ojos. Marta estaba deseosa de tener totalmente desnuda a esa increíble mujer. Pero la inspectora estaba igual que ella. Llevó una de sus manos a los bajos del vestido de Marta, y se lo subió despacio, para luego llevar sus dedos al muslo de la chica. Lo acarició y lo tocó, mientras Marta soltó un gemido cerca del oído de Vanesa, y eso excitó más a la inspectora.
Vanesa recorrió con sus dedos el abdomen y el interior de los muslos de Marta, muy despacio, mientras la otra mano la llevó a uno de los pechos de ésta. Cuando lo comenzó a acariciar, Vanesa sólo pudo sonreír al ver que la chica tenía unos pechos muy generosos y apetecibles. Esa chica tenía un cuerpo precioso.
La inspectora, después de acariciar las nalgas de Marta, se decidió a llevar sus dedos a la intimidad de la chica, y ésta dejó de gemir para dar suaves gritos de lo que estaba disfrutando cuando Vanesa comenzó a mover los dedos sobre sus bragas ya mojadas.
-Anda, mete los dedos, quítame las bragas...- le dijo Marta a Vanesa sensualmente y muy necesitada. Y ésta no lo dudó dos veces, le bajó las bragas dejándolas caer al suelo, y comenzó a masturbar a Marta. A Vanesa le excitó mucho encontrar los genitales de la joven totalmente empapados. Eso la prendió mucho.
Las dos mujeres iban a tener ya un orgasmo muy esperado, pero mientras el orgasmo de Marta iba a ser un orgasmo increíble, el de Vanesa iba a ser uno más en su colección, hasta que de repente Olivia se apoderó de sus pensamientos y consiguió llegar al clímax de una forma sublime.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro