Al día siguiente de que firme el acuerdo matrimonial me puse a recoger las cosas dentro de la habitación principal que había compartido con Jungkook por más de diez años, y saque los objetos personales de mi difunto esposo empacando todo en cajas, sin saber exactamente qué hacer con ellas todavía. Eran demasiados recuerdos para simplemente tirarlos como si nada hubiera pasado y seguir con la vida, hasta ahora no había tenido el valor para hacerlo, Jungkook más que mi esposo por casi doce años, había sido mi mejor amigo de toda la vida, siempre que tenía un mal momento recurría a él, solíamos platicar recorriendo el jardín y nos sentábamos en kiosco recargados uno del otro; ahora ya no podía hacer eso, no tenía a quien acudir para contar mis preocupaciones. El acuerdo matrimonial era muy claro al expresar que viviríamos en esta casa, la casa que alguna vez le perteneció por años a la familia Jeon, ahora pasaría a manos de Kim, justo como el hombre había deseado desde que tengo memoria.

La mayoría de los Jeon ya estaban muertos, la venganza de Taehyung había llegado demasiado tarde como para que los responsables pagarán por sus pecados. Los únicos Jeon con vida que quedaban eran mis hijos y ellos estarían pagando por los errores de su abuelo, Jungkook había muerto demasiado pronto, y aun tenía un poco de resentimiento contra mi esposo por sus malas acciones, por apostar nuestro patrimonio, emborracharse y morir en un accidente que el mismo provoco, aunque lo extrañaba demasiado, fueron sus malas acciones las que nos llevaron a la ruina en primer lugar.

Cuando recibí la noticia ni siquiera termine de procesarlo, corrí al hospital y cuando me dejaron verlo, él ya no respiraba, sostuve su cuerpo entre mis brazos y le llore hasta quedarme dormido, cuando recobre el sentido actúe como una maquina programada, apenas comiendo o hablando hasta que finalmente colapse en su entierro.

Me negué a pensar en ello, cada vez que recordaba el día en que me dijeron que había tenido un accidente los sentimientos feos brotaban en mí, no puedo quedarme con ellos, después de todo hay todavía dos niños que necesitaban de mí. Doble las camisas de Jungkook, los trajes y las gabardinas, los pantalones, nada de su ropa era de mi talla porque él era algunos centímetros más alto y ancho que yo, pero aún si me hubiesen quedado, no me habría atrevido a usar algo. Jungwoon me estaba haciendo compañía, se veía bastante triste cada vez que sacaba algo del armario.

—Appá no tires nada esto, guardémoslo para cuando se grande, por favor —casi me suplico, asentí, pediría que llevarán todo esto a la bodega y esperaba que no se dañará con el tiempo o se lo comieran los ratones.

—Las joyas te las puedes quedar ahora, creo que al le hubiera gustado que tú las usarás.

Jungwoon asintió tomando el joyero de Jungkook y revisando las cadenas que había dentro, se midió uno de los anillos sin que le quedará ninguno, aun así, los guardo. Cuando me regreso la mirada sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas. Sabía que quería decirme que lo extrañaba, pero esta vez no lo hizo, se limpió los ojos y me mostro una ligera sonrisa. En el momento en el que la habitación estuvo completamente despejada de las cosas de Jungkook, Jungwoon se fue con su hermana a jugar y yo me tomé un tiempo para apreciar el nuevo paisaje, la habitación se sentía algo vacía, siendo esta la más grande de la casa, después de todo Jungkook también usaba este espacio como oficina temporal, quedaban pocas decoraciones y solo los muebles esenciales, pero pronto esto se llenaría de las cosas de Kim Taehyung.

Todavía me sentía ansioso pensando en los acontecimientos futuros. No importaba si el me mostraba desprecio, mientras no lo hiciera con mis hijos, podría aguantarlo todo. Por la ventana, en el jardín pude ver a Minji y Jungwoon pasando el rato con algunos juguetes, Jungwoon era amable con Minji por lo que probablemente ya habían hecho las pases, siempre era lo mismo peleaban, me molestaban para que resolviera el conflicto, cosa que nunca pude hacer, y al día siguiente actuaban como si nada hubiera pasado, el único que quedaba cansado y estresado por la pelea era yo.

Me dirigí a la cocina para ordenar la cena, pronto los empleados se enterarían de mi compromiso y la prensa también, después de todo Taehyung se había vuelto uno de los hombres más ricos del país. Temía por las reacciones de los empleados, nadie se lo tomaría bien, pero más miedo me daban las reacciones que pondrían mis hijos, aun no tenia el valor para hablar con ellos. Por la noche recibí una llamada del equipo legal de Taehyug.

—Le aseguro que el contrato es conveniente para ambas partes, pero no me dejara mentir, sabe que él que más gana es usted. Los Jeon dejaron morir la empresa y me cliente tiene afinidad por el patrimonio —Más que afinidad, Taehyung estaba obsesionado con todo lo que tuviera que ver con los Jeon, era por eso mismo que estaba siendo demasiado amable, había más empresas y mejores empresas que él podría adquirir y aun así destino su dinero a una empresa basura y en quiebra. Sólo por mero orgullo, que peligrosos son estos hombres que harían cualquier cosa por tener algo que no les pertenece; mi cuerpo se estremeció de sólo pensarlo—, por su puesto mi cliente se quiere reunir con usted lo antes posible, después de todo estarán casados en menos de un mes, deben conocerse mejor, pero no debe preocuparse estoy seguro que nada hará cambiar de opinión a Kim Taehyung sobre esto. El patrimonio de los Jeon es lo que siempre ha deseado.

—Prácticamente me acaba de confirmar que me ven sólo como un accesorio dentro del patrimonio Jeon —dije con un poco de amargura—, pero entiendo, este matrimonio no se llevaría a cabo si no fuera por esa cláusula dentro del testamento Jeon en el que estipula que a empresa no se puede enajenar, después de todo los abuelos preferían que la empresa se arruinara a que pasara a manos de alguien más, estúpidamente aun así, pasara a manos de Kim por un matrimonio sin sentimientos.

—Señor Jeon nunca quise que mis palabras se mal interpretaran de esa forma.

—Ambos sabemos que no miento, y por favor no me llame Jeon, aunque soy parte de la familia he mantenido mi apellido de soltero, sigo siendo un orgulloso Jung, dígale eso al señor Kim. No soy ningún objeto que puede pasar de un lado a otro como se les de la gana. Nos reuniremos en dos días, hágame llegar por mensaje el lugar y la hora en la que el señor Kim quiera reunirse conmigo. No puede ser otro día ya que soy un hombre ocupado.

Colgué el teléfono sin esperar respuesta, necesitaba mantener mi orgullo, me senté enfrente del computador para seguir enviando solicitudes de trabajo a diferentes empresas y rezando por tener suerte y quedar en algún lugar. Desde mi matrimonio con Jungkook no pude trabajar, después de todo Jungwoon llegó demasiado pronto a nuestras vidas y tuve que cuidarlo, requería el noventa por cierto de mi tiempo y sólo tenía espacio para mí mismo cuando iba al baño o comía, y cuando por fin tuvo la edad suficiente para ir sólo a la escuela primaria, Minji ya venía en camino y Jungkook estuvo muy renuente a aceptar que trabajara, prefería que cuidara a sus hijos antes que cualquier cosa, en todo caso nos iba bien económicamente y no había necesidad, hasta que las cosas se arruinaron cuando mi suegro falleció y Jungkook no supo que hacer con la empresa. Ahora tenia que encontrar un empleo, eso me ayudaría a tener dinero por mi mismo y no tener que depender de la herencia de mis hijos y mucho menos del dinero de Taehyung, y me mantendría ocupado fuera de la casa, lejos de Kim. Minji después de todo ya estaba en edad de ir al preescolar, podía contratar a una niñera y empezar a desempeñarme en mi carrera.

Cuando la cena estuvo lista me despegué del computador y fui directo al comedor, los niños ya estaban ahí esperando a que les sirvieran la comida. Les di un beso en la mejilla a cada uno y ambos me miraron con sorpresa, era un habito que deje de hacer desde la partida de Jungkook, pero era hora de empezar a superarlo y vivir nuestra nueva vida.

—Appa, ya estoy lo suficientemente grande para que me des besos en las mejillas —Jungwoon estuvo avergonzado, se podía notar por el color rojizo que tomaron sus mejillas—, por favor no hagas eso de nuevo.

—Es porque appa no es Jay, sino él estaría muy feliz —dijo Minji con una sonrisa en la cara de oreja a oreja, la misma sonrisa que pone en su rostro cuando hace una travesura. Jungwoon se puso a un más rojo, todo su rostro estaba caliente y entonces el momento de pelear llegó, con su mano le dio una palmada a Minji en la cabeza, en respuesta Minji empezó a llorar y gritar como la niña que era, corrí a abrazarla mientas miraba a Jungwoon molesto.

—¿Por qué has hecho eso?, Minji es sólo una niña, tu deber es protegerla.

—¡Es una niña tonta! — grito con molestia, se levanto de la silla y salió corriendo.

—¡Jungwoon vuelve aquí!, no he terminado de hablar contigo, ¡Jungwoon!

Por supuesto, no me hizo caso, estaba pasando por la adolescencia y su carácter era bastante fuerte, no podía ir detrás de él primero tenía que calmar a Minji.

—Appá, Jungwoon es muy malo conmigo —dijo en medio de su llanto—, ya no lo voy a querer.

—No digas eso, ok, tu tampoco has hecho bien, no molestes a tu hermano entendido.

Minji no dijo más, siguió llorando por largos minutos, todavía lagrimeaba cuando la cena se sirvió, tomé el plato de Jungwoon y me dirigí a su habitación, el letrero de "no molestar" ya estaba colgado en la puerta. No tenia idea de comer cuidar a un niño adolescente, a su edad no recordaba haber sido tan temperamental, y en cuanto algo me molestaba corría a Jungkook y algunas veces a Taehyung para que me consolaran, desgraciadamente no sabía a quién acudía mi hijo mayor, no conocía a sus amigos cercanos, ni siquiera tenia idea de quien era Jay. Me sentí avergonzado de mi mismo.