Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

37. Jay

—¿Cómo te fue con Meg en su reunión familiar?—pregunta Gemma a mi lado.

—Sí, ¿cómo estuvo?—refuerza Harold inclinándose del lado de Gemma. 

Suspiro elevando las cejas antes de responder.

—Incómodo... Al final.

Harold y Gemma tenían planes para salir esa tarde, planes en los que estábamos incluidos. Deseaban conocer a Meg porque después de todo, les he contado algunas cosas sobre ella, Gemma insistió en que necesitaba una amiga y Meg sonaba perfecta, tengo la idea de que Meg puede tener la misma idea que Gemma después de que le comentase que le gusta pintar desnudos.

—¿Cómo es posible que estudiemos en el mismo lugar, y no la hayamos conocido aún?—pregunta Harold.

—Porque no es la situación perfecta para hacerlo. ¿Qué te parece si hoy salimos? Habrá una fiesta en uno de los clubes en que nos reunimos, van muchísimas personas que estudian aquí—sonríe Gemma.

De recordar el último acontecimiento en uno de esos famosos clubes se me revuelve la barriga. Está más que claro que no soy amante innato de las fiestas, definitivamente las disfruto pero es Meg quien odia perderse una.

—No lo sé...—comienzo— Hay mucho que estudiar y el trabajo...

—¿Te han dicho que pareces un anciano de vez cuando?—me rasco la cabeza—. Necesitas relajarte, impregnarte de esta vibra urbana, ¿bien?—Harold me mira con una sonrisa apoyando a su amiga—. Así que, dile a Meg que se ponga su mejor ropa de fiesta, tú date un baño y aparta la tarea un poco para disfrutar de la vida.

.

.

Nuevamente espero a Meg en la entrada, últimamente ha tardado un poco en salir de clase. Saco mi celular para repasar un tema que debo estudiar, pero antes reviso algunos textos de mamá y de Patricia.

Patricia me pide disculpas por haberse perdido, estuvo muy ocupada atendiendo al abuelo de Meg y ni siquiera se dio cuenta de cuando nos fuimos. También me cuenta que Simon estuvo preguntando por Meg y por mi, le hizo prometer que iríamos de nuevo. Todo depende de Meg.

Rastrillo mi cabello con mis uñas, es demasiada tensión tener que esconderle el hecho de que hablo con su padre y su tía para que sea parte de su propia familia. No sé en qué momento acepté hacerlo pero ya no hay marcha atrás.

Respiro profundo antes de contestar una llamada de Eric entrando. Saluda formalmente, de fondo puedo escuchar algunas voces, seguramente está en el trabajo.

—¿Cómo les fue?—pregunta con algo de cautela.

—Bien, hasta que llegó su abuelo. Tuvimos que irnos.

—No los culpo—toma una pausa—. Mi padre es una persona difícil. Si Meg no quiere volver a ir, no intentes convencerla.

—Ella volverá, sé que sí—digo para intentar animarlo—. Todos la recibieron con mucho cariño.

—Esperemos un poco.

—¿Qué quieres decir?

—Que esperemos un poco—dice con tranquilidad.

Siento unas manos en mis hombros y de un brinco Meg llega en frente de mi. Cuelgo rápidamente la llamada e intento sonreír de la forma más sincera posible aunque dudo que mis ojos lo reflejen.

—¿Estás bien?—pregunta.

—Estoy bien, ¿y tú estás bien?

—Sí—sube una ceja—. Estás algo extraño. ¿Seguro todo está bien?—cruza los brazos.

—Sí, claro que sí—meto mi teléfono en los bolsillos del pantalón para quitar su atención de él—. Gemma quiere salir con nosotros hoy.

Deja caer los brazos a los lados demostrando tranquilidad.

—Genial, ¿dijiste que sí?

—Les dije que intentaría convencerte.

—Jay, es la excusa más tonta que has dado en toda tu vida—ríe mientras empezamos a caminar para hacer la ruta a nuestro hogar—. A quien hay que convencerte es a ti.

—Igual jamás digo que no.

—Primero dices que no, después de un par de sobornos lo piensas y aceptas—sonríe con seguridad—. Heron también nos invitó a una fiesta hoy.

Arqueo una ceja, recuerdo la advertencia de Britney y prefiero hacerle caso a Britney y advertirle antes de que vuelva a pasar una situación parecida. Al darse cuenta cambia el tema rápidamente, empieza a contarme sobre su clase y de cómo le gusta tocar cada día.

Le presto atención, pero en mi cabeza se maquina el cómo le diré lo que me dijo Britney. Sé que siente celos por ella así sea demasiado terca como para admitirlo que tuvo que estar drogada para decirlo en voz alta. Intento mantener el rostro relajado, pero es difícil cuando dijo su nombre como si fuesen amigos de toda la vida después de esa estresante noche.

Cierro la puerta de nuestra casa con el talón, Meg bufa dejando su mochila en el sillón y quitándose sus zapatos.

—Todos los días te digo que no cierres tan fuerte—dice divertida dejando los zapatos a un lado del sofá.

—Meg, hay algo que quiero decirte—arruga las cejas pero manteniendo su expresión divertida.

—Claro.

—El día de la fiesta... Britney me contó que Heron no es tan bueno como parece.

—¿Por qué? ¿Vende drogas o mata personas?—cruza los brazos y ríe.

—Te hablo en serio. Britney tuvo una pequeña relación con él.

—¿Y eso significa que yo tendré alguna relación con él? Solamente hablamos como amigos, a penas si lo conozco. Pero tú al parecer, sí conoces bastante a Britney.

—No me cambies el tema, Meg—aprieto el agarre de mi mochila, no me he movido de la entrada de la puerta—. Gracias a Britney pude buscarte en esa fiesta. Ella me misma se ofreció.

—Ay, qué amabilidad la de Britney—se da la vuelta caminando a su habitación.

Hago lo mismo, tiro la mochila en mi cama al llegar a mi habitación y respiro con molestia. Me paso los pantalones por las piernas intentando sacarlos con rabia de mis tobillos. Me visto rápidamente y regreso a la sala cuando escucho los pies de Meg dirigirse nuevamente a la sala.

—Sí, Britney es muy amable—le digo siguiendo la conversación.

Trae una de sus camisas que cubren su short de pijama con el cabello desordenado, deja la taza en el mesón apretando los labios.

—Sí, es tierna, rubia y tan amable—junta sus puños colocándolos en un costado de su cara burlándose con sarcasmo.

—Pudo haberte pasado algo si te hubieses quedado ahí.

—Nada iba a pasarme. Estaba bien.

—¿No estabas jodidamente aburrida?—le digo citando sus palabras.

—¿Quién empezó a hablar de esa fiesta de todos modos?—se levanta y posiciona las manos en su cadera—. Si Britney es tan amable, deberías decirle que venga a vivir con nosotros.

—¡Nunca dije eso! Lo que dije es... Ahg. No me agrada una persona que quiera drogarte. Y a ti tampoco debería gustarte.

—Lo decidí yo, mientras tú seguramente estaba besándote con Britney—me pasa por un lado.

—¿Que yo...me besé con Britney? ¡Estaba preocupado porque eres una irresponsable que ni siquiera pudo decirme a dónde iba!

Hace una mueca de desagrado cuando vuelve su rostro a mi.

—¡No tengo que decirte todo lo que hago!

—¡Eso lo sé, Meg! ¡No tienes ningún deber conmigo! Pero estamos en una ciudad nueva viviendo juntos, solos. ¿Qué pasaría si te sucede algo?

—Seguramente Britney estaría ahí para rescatarme—mi sangre hierve.

—¡No te entiendo! ¿Qué es lo que quieres? ¡Duermes conmigo, me besas, me dices que te gusto y después me dejas así como así!

—¡Tú también haces más que sólo besarme!—inclina su cuerpo ligeramente hacia adelante—. ¡Y yo no te pregunto qué haces con otras personas!

—Pero te dan celos que Britney se acerque a mi y respire cerca de mi.

—¡Ya igual seguramente te gusta!

—¡Si tanto insistes, seguramente termine gustándome! ¡De todos modos parece que hablas lo suficiente con Heron!

Da dos pasos hacia atrás con la mirada dolida pero pasa un segundo y la esconde detrás debajo de sus cejas negras.

—Igual no somos ni siquiera nada—dice. Mis cejas se alzan involuntariamente con sorpresa.

—¿No somos nada y hemos estado juntos?

—Eso no quiere decir nada—sus palabras hieren mi pecho.

—¿Para ti no significa nada?

—Para ti debe significar lo mismo. Igual lo has hecho montones de veces con mil chicas.

—¿Qué es lo que te pasa? ¡Sabes que eso no es así!—bota aire por la boca con una sonrisa cínica.

—Estoy muy segura de que sí. Para ti es igual.

—¡Sí, claro! ¡Me da tan igual que he estado en cada desastre que te metes!

—¡No te lo he pedido!—empuja mi pecho.

—No vuelvas a empujarme.

—¿Eso es una advertencia?—dice retándome.

—No, no es una advertencia. No vuelvas a empujarme—repite su acción con un poco más de esfuerzo.

—¡Lo haré todas las veces que se me de la gana porque te da igual! ¡Y yo te doy igual porque Britney es tan linda y amable!—me enfrenta con sus ojos oscuros cuando intenta impulsar por última vez mi pecho.

—¡Sabes perfectamente lo que quise decir cuando la nombré! ¡Nunca dije que me gustara!—siento mi respiración subir y bajar mientras mi tono de voz sube, el cabello de Meg se suelta por el movimiento que acompañan sus gritos.

—¡Te estás dejando llevar por lo que dijo! ¡Heron me cae bien y en cambio de ti, eso no significa que quiera acostarme con él!

—¿Crees que yo quiero acostarme con Britney? ¡A diferencia de ti, para mi esto sí significa algo!—nos señalo.

—¡Estás loco!—sacude una mano con rabia.

—¡Y tú eres una histérica que no deja ganas que nadie le aconseje! ¡Por eso te pasan cosas como esas en la fiesta!

—¡No me digas que soy histérica!

—¡Eres una histérica!—vuelve a empujarme.

La tomo de las muñecas cuando me impulsa a centímetros de la pared, cambio su dirección dejándola entre la pared y mi cuerpo. Me mira con rabia cuando regresa su atención de mis labios hacia mis ojos.

—Ya basta, Meg.

—Suéltame—forcejea sus agarre, intento mantener sus muñecas entre mis manos con cuidado de no lastimarla.

—¡Deja de hablar!—la suelto y dejo mi mano caer en la pared detrás de ella, la hace crispar pero logro que reaccione—. No me gusta Heron, Meg... No sé que es lo que quieres pero...—suspiro pensando si las palabras que diré son correctas—sí hay algo entre nosotros. Por Dios, claro que hay algo entre nosotros.

Sus ojos absorbentes se tornan cristalinos y se mueven de un lado a otro analizando mis palabras, traga discretamente sin dejar de mirarme. Siento su aliento caliente cerca de mi boca. Mis dedos sienten su piel erizada debajo de su cuello cuando la beso sin perder más el tiempo. Su respiración entrecortada se hace música en mis oídos y pide más al momento en el que hace un puño con mi cabello. 

Deslizo mis manos por sus piernas para subirla a mi cintura mientras beso la vena caliente de su cuello y su mandíbula, acaricio la piel desnuda y erizada de su abdomen, subiendo con lentitud hasta su pecho para apretarlo entre mi mano. Me regala un gemido y se hace más fuerte el agarre de sus dedos en las hebras de mi cabello. Intento drenar la rabia contenida de hace un momento, la tensión entre nosotros es demasiado grande como para resistirla. Demasiada intensidad se volvió un momento intenso.

Pero todo acaba repentinamente cuando Meg baja sus piernas de mi cuerpo y me da la espalda para irse apresurada con el dorso de la muñeca en los labios a su habitación. Lo último que escucho es la puerta de su habitación cerrándose con fuerza, dejándome en el vacío y el silencio.

Sigo mirando en la dirección en la que se fue, todavía con la respiración agitada y una pequeña grieta que se expande en mi conciencia con cada segundo que pasa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro