Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27. Jay

Meg respira con lentitud en mi pecho. Tiene puesta una de mis camisas y la parte de abajo de su ropa interior. Lo único que me protege son mis pantalones deportivos porque ya se apoderó de toda la sábana acurrucándose entre mi cuerpo y la pared. La lluvia cae afuera haciendo un relajante sonido para mis pensamientos. Ensayé las palabras que le diría a Meg mientras se duchaba, pero terminó completamente distinto a como pensaba que iba a ser.

Las cosas están yendo bastante rápido. No tengo miedo. No mentí cuando le dije que no podría volver a encontrar lo que siento cuando me besa. He estado enamorado pero ya pasó hace bastante tiempo, si cuenta mandarle una carta de amor a una chica de un grado mayor que tú. Cuando mi papá murió lo que menos pensaba era tener novia como el resto de mis amigos. El tiempo se me pasó en otras cosas, como pintar, pensar en cómo pagaría mis clases de arte y en cuidar de mi familia. No es que no quisiera, nunca lo pensé. Hasta ahora.

Recuerdo todavía la forma en que mi papá miraba a mi mamá. Como si fuera lo más puro y perfecto que existe en la tierra. Como preparaba su café en la mañana, cuando llegaba del trabajo le daba un beso. No le daba vergüenza mostrar cuando la amaba en frente de nosotros o de la gente. Tomaba su mano y se la presentaba a sus compañeros de trabajo, a quién sea como esposa y señora orgullosamente.

También tuvieron momentos duros, pero lograron salir adelante porque eso quisieron. Querían estar juntos.

Y la pregunta que ahora me hago es...  ¿Meg quiere estar conmigo?

Ella es tan firme creyente de que las relaciones no funcionan que me hace dudar. Siente algo por mi. Nos entregamos mutuamente. Pero no creo que desee estar conmigo formalmente. Debo preguntárselo, no podemos ir en la vida actuando como más que amigos sin serlo totalmente, no podría soportarlo. Meg no es mía ni de nadie, pero me gustaría saber que soy el único que puede sostenerla en las noches y preparar su café con una exagerada cantidad de azúcar por la mañana.

No he podido dormir en este transcurso pensando en eso.

He notado que Meg duerme más y más rápido. Su cara está relajada, como si no se hubiese forzado a dormir. Tiene sus labios y nariz cubiertos con la tela de la sábana, puedo jurar que está sonrojada por el frío. Me pego más a su cuerpo para hacerla sentir cálida. Cierro los ojos aspirando su aroma.

Estoy siendo bastante feliz ahora. Todo está saliendo bien y mejor de lo que esperaba. Nuestro trabajo está bien, Bridge es fantástico, Meg es maravillosa, todo me parece increíble y difícil creer que no vivo dentro de un sueño.

Extraño a mi madre y a mis hermanos, hablamos a diario y es otro detalle que hace que todo sea un tono más oscuro. No le he dicho nada a mamá sobre Meg y yo. Todos los días me da un consejo y me cuenta cosas que hacen Alissa y Aaron. Rose también me saluda, me insiste que sigue sirviendo dos platos de más sin darse cuenta, para mi y para Meg.

No sé qué pueda llegar a pensar sobre que me gusta la chica con la que he crecido desde que tenemos nueve y diez. Sospecho que siempre lo supo, antes que yo. Yo no lo notaba pero sabía que algo era raro en mi. Me gustaba que se quedara unos segundos más abrazándome y me ponía algo nervioso de vez en cuando con su cercanía. Me gustaba verla caminar mientras daba pasos saltarines para llegar, algo que sigue haciendo, y estar tan pérdida en la música que ni siquiera podía recordar su nombre en esos momentos.

Suspiro.

No es difícil. No tiene porqué serlo. Pero con Meg, las cosas se vuelven inciertas y algo complicadas.

—¿Qué piensas?—pregunta somnolienta. Me mira desde abajo con un ojo abierto.

—No me di cuenta que ya habías despertado.

—No desperté hace tanto...—sonríe— No sé tú. Pero me muero de hambre.

—Yo también. Podría comer lo que sea.

Se pone sobre sus codos y talla su cara con sus manos para quitar el sueño de sus ojos.

—¿Lo que sea?—una sonrisa picara cruza su rostro.

—Meg...—río.

Comemos en la cama de Meg con las piernas cruzadas. Nuestra dieta se basa en sándwiches y chocolate caliente cuando no hay muchas ganas de cocinar. Meg tiene los hombros cubiertos con la cobija, y como predije, sus mejillas y nariz están enrojecidas por el frío. No podría ser más dulce mientras sonríe contándome sobre su clase de introducción a composición. Sé que algo ocurrió en la primera clase, salió atormentada y ni siquiera se dio cuenta que estaba ahí. No quiero presionarla pero odio que se calle las cosas que le hacen daño.

—No me has dicho nada de tus clases—dice.

—Te lo dije. No somos demasiados. Y de las clases, es bastante bueno. Nos preguntaron qué nos inspiraba a hacer arte.

—¿Y qué te inspira?—pregunta con sus absorbentes ojos negros.

Respiro.

—No lo sé bien. Supongo que viene de lo que siento en el momento.

Sonríe sin mostrarme los dientes.

—Pásame la guitarra.

—Termina de comer tu sándwich primero—respondo. Me entrecierra los ojos y se mete a la boca todo el pedazo de pan que le sobra—. No era a lo que me refería, pero cuenta. Y no se cómo te tragarás eso ahora.

Después de que Meg masticara con trabajo, tragara con algunas lágrimas en los ojos por el esfuerzo y me recordara que no la dejara hacer de nuevo esa estupidez, camina hasta su guitarra y la toma por ella misma.

—Estoy algo oxidada—dice mientras vuelve a encaminarse a la cama.

—Meg, no tocas desde hace unos días. Eres realmente exagerada—ríe.

—Bueno, para mi eso es estar ya algo oxidada.

Afina las clavijas y la miro mientras pasa el dedo pulgar para verificar si cada cuerda está perfecta. Tiene un hundimiento en la parte baja de la madera.

—¿Qué le pasó aquí?—le pregunto señalándole la abolladura.

—Es de la suerte—sonríe. Me la tiende—. Tú.

—No sé nada de guitarras o toques o lo que sea—la acepto porque tengo seguridad en la abolladura y su supuesta suerte.

—No es tan complicado.

—No te creo nada—río.

Meg me explica el nombre de algunas notas que rápidamente se me borran de la cabeza, me explica que las cuerdas no se tocan todas juntas siempre y que tengo que pensar en mover los dedos rápidos sobre...esas líneas de las que me habló pero que ya no recuerdo por mirarla mientras me explicaba.

—¡Concéntrate!—habla con fuerza mientras se ríe y acomoda su posición—. Qué bueno que jamas te di clases. Te hubiese devuelto tu dinero.

—No hubiera dejado de intentarlo con una maestra como tú—me levanta una ceja pero lo compensa con un beso rápido en la mejilla.

—Eres un romántico nato. Ahora, has lo que te enseñé. Soy buena maestra—sonríe con seguridad—. Sino, ningún alumno hubiese aprendido.

—Creo que hicieron lo que se me ocurrió a mi. Querían impresionar a la Maestra Labrot.

El resto de la tarde se resume en risas y una canción no muy bien tocada por mi parte. Le pido a Meg que la toque para escuchar cómo suena fluidamente. Sus dedos acarician las cuerdas como si fuera una parte más de su cuerpo, tararea la canción en voz baja mientras marca el ritmo. La lluvia de afuera hace de su melodía más tranquilizadora y serena, como si susurrara que todo irá bien.

Espero no equivocarme.






//////

¿Cómo están? ¿Cómo se sienten hoy? Yo emocionada, hoy por fin escribí un nuevo capítulo después de tanto tiempo, así que no me aguanté de subir dos hoy :)

Pero también me sentí nostálgica, pensé en cómo me iba a sentir cuando la terminase, y aunque queda mucho recorrido, no pude evitarlo.

Quisiera que me digan qué opinan de Meg y Jay, qué les gusta y qué no. Yo los amo, y me haría demasiado feliz que ustedes también.

Tengan un bonito fin de semana :)

Gracias por todo su apoyo. 

//////

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro