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🥀 Capitulo 19.

Abrí la puerta y dejé entrar a Mew; se quitó su saco y lo dejó en un mueble.

-Cambiaron la decoración.-comentó mirando la sala y la cocina, que había pasado de un color verde menta en las paredes y muebles blancos a un amarillo pastel y muebles del color de la madera.

-Lo hicimos hace poco, supongo que no te dije, no es como si fuera muy importante.

-Todo lo que tenga que ver contigo es importante, Gulf -se sentó en el sillón y prendió el televisor-. Ven, acomodate a mi lado. -palmeó el mueble.

Primero fui rápido a la cocina por dos latas de gaseosa y después me dejé caer a su lado, colocando mi cabeza en sus piernas y dándole una lata.

Él bebió y yo solo lo miré, sin saber qué hacer ni cómo empezar lo que yo quería.

Me resigné a ver televisión a su lado hasta que se hizo de noche. Ya estaba cayendo somnoliento, y Mew me llevó hasta la cama dejándome recostado en ella.

-Duerme conmigo... Abrázame... —hice un puchero.

Él sonrió.

-Solo voy al baño.

Lo vi perderse en el cuarto más pequeño y me levanté rápido, casi tropezando con las sábanas, me quité los zapatos y la ropa pateándola debajo de un mueble.

Busqué una bata de encaje que había comprado el día anterior en mi armario y me la coloqué rápido.

Mew salió y me miró con el ceño fruncido.

-¿Dónde quedaron los pijamas de ositos que usabas para dormir?

-Hace tiempo que no las uso, son muy infantiles.

-A mí me gustan. -comentó para mi
decepción.

-¿Quieres que te preste algo para dormir?

-Siempre y cuando no sea una bata como la que llevas. -se burló.

-Ajá―solté– Sigue burlándote, como si no viera tu erección en los pantalones.

-Una reacción completamente natural.

Le lancé una de mis pijamas de ositos y busqué otra para mí, algo molesto; cuando la encontré, dejé caer la bata quedando completamente desnudo.

Lo escuché aclararse la garganta.

Sentí los brazos de Mew rodearme y apretándome contra su pecho, dejó un beso en mi cuello que me hizo desfallecer y tirar mi cabeza hacía atrás; podía sentir toda su hombría frotándose contra mis nalgas.

-Mew... yo de verdad...

-Shhh...-susurró pasando sus labios por mi oreja, besando esa parte de mi cuerpo suavemente, mi sangre empezó a bombear por mi miembro que se alzó con gloria Eres precioso Gulf, todo tú, no puedo dejar de verte, y odio no sentirte cerca de mí.

-Yo siento lo mismo...

Me dio la vuelta mirándome con adoración.

Él estaba completamente desnudo, luciendo su pálida piel con orgullo, y su miembro grande y venoso chocaba contra el mío.

Me besó despacio y lentamente, antes de meter su lengua en mi boca e invadir todo de mí.

Tomó mis nalgas con sus manos y me alzó haciéndome rodear su cadera con mis piernas. Caminó, y suavemente me recostó en la cama quedando encima, siempre cuidando su postura para no aplastarme.

En ningún momento dejó de besarme.

Bajó por mi cuello repartiendo suaves y delicados besos. Lamió, saboreó y chupó uno de mis pezones y la otra la acarició con sus dedos. Yo era un manojo de nervios para ese momento.

Lancé suaves jadeos al aire abriendo mis piernas y dejando que se colocara entre ellas.

Temblé cuando siguió un recorrido hasta mi ombligo, besando esa parte, y bajando más y más hasta mi erección. Gemí o gruñí, no sabía exactamente qué había hecho cuando su aliento chocó contra ella, cuando la tomó con sus manos y la acarició moviendo de arriba abajo mientras besaba mis testículos.

-Mierda... Mew...

-Esa boquita, Gulfi... -reprendió con una sonrisa, y pasó su lengua por la base de mi pene hasta la punta.

-Santa mierda....

-Gulf, deja de decir palabrotas.

-Las aprendí de ti... -respondí, y lo miré engullendo mi erección. Tiré mi cabeza hacia atrás lanzando un gemido agudo.

Pude sentir cómo los dedos de mis pies se doblaban y mis caderas se alzaban, era una experiencia nueva que debía repetir seguido.

Él chupó con maestría volviéndome loco y ansioso; mis manos se posaron en su cabello y embestí su boca desesperadamente buscando mi liberación.

Mew dejó mi erección solo para acariciarla un poco con sus manos, y después de besar la punta, volvió a engullirla en su boca.

-Dios, voy a venirme~ -gemí con mi pecho subiendo y bajando; exploté en su boca.

Creo que vi fuegos artificiales o estrellitas.

-Eso fue... demasiado bueno. -dije.

-Y se pondrá mejor; dolerá al principio, pero se sentirá bien cuando te acostumbres.

Asentí abriendo un poco más las piernas.

Mew chupó sus dedos hasta ensalivarlos por completo.

-Si te duele no dudes en decírmelo, me detendré, lo sabes Gulf, mi prioridad siempre eres tú.

Asentí de nuevo. Mew colocó una almohada debajo de mis caderas y pronto insertó uno de sus dedos dentro de mí.

Me puse nervioso al sentirlo hurgando dentro, pero no dolía, era extraño, pero no era algo doloroso, no para salir corriendo con la cola entre las patas.

Él me miró como si me preguntará si estaba bien, asentí y pronto otro dedo invadió dentro de mi entrada.

Esta vez dolía, pero era un dolor que me gustaba, más cuando empezó a hacer movimientos de tijeras, expandiéndome, abriéndome para él.

Solté varios suspiros necesitados.

Otro dedo entró y apenas dolió, estaba acostumbrándome al sentimiento de estar lleno ahí abajo.

-Gulfi... deberías ver lo maravilloso que tu interior me engulle, quiero entrar, ¿puedo?

-¿D-De verdad lo estás preguntando?

Apartó sus dedos y lo vi alinear su miembro en mi entrada, se empujó lento y gemí sintiendo cómo me expandía para recibirlo; empujé mis caderas para tomar más de él.

Lo escuche gruñir y se empujó más y más. Yo lo tomé sin reservas, caliente.

-Increíble... -gruñó, saliendo un poco y volviendo a empujar.

Yo gemí por el placer y me aferré a su espalda. De nuevo lo sentí salir y embestir contra mi interior.

-¿No te duele? -preguntó, y negué.

-Se s-siente bien.

-¿De verdad? -volvió a preguntar.

Este hombre no podía ser más lindo.

-De verdad Mew... no te contengas.

Volvió a moverse, saliendo y entrando, golpeando dentro de mí. En algún momento perdí el control moviendo mis caderas, tratando de sentir más de él.

Algo golpeó en mi interior lo que me hizo gemir más fuerte.

-¡Ahí M-Mew, dame ahí~!

-Sí, bebé...-siguió golpeando ese punto una y otra vez.

Yo sentía que lloraría de lo bien que lo estaba pasando.

-Voy a venirme... -jadeó en mi oído y luego me besó.

Gemí dejando escapar mi segundo orgasmo y apretándolo más. Mew mordió mi labio a la vez que gruñía, gemía y me llenaba.

Estaba sudoroso, Mew también; luego se dio la vuelta y quedé encima de él, su espalda recostada en la cama.

Acomodé mi rostro en su pecho, y entonces, alcé mis caderas y me dejé caer de nuevo. Mew gimió aferrándose a ellas. Volví a subir y bajar follandome con su pene que no había dejado su dureza.

Lo besé en la boca, enlazando mi lengua con la suya, disfrutando del placer de tener su miembro dentro, sus manos paseaban por mi espalda haciendo dibujos circulares mientras mis caderas se movían suavemente.

Volví a correrme y caí rendido en su pecho, él me dio media vuelta de nuevo pero esta vez acostándome a su lado. Ambos nos mirábamos; Mew mirándome con cariño y una pasión que no había visto en él. Alzó mi pierna y la hizo rodear su cadera, salió un poco y volvió a embestir dentro de mí.

Me aferré a su cuello y lo besé de nuevo, dejando que hiciera con mi cuerpo cansado lo que quisiera.

Hasta que quede seco, literalmente.










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