—Adiós, cariño —mamá me dio un beso en la frente y acarició mi mejilla—Te tomas las pastillas que te dejé, cada ocho horas. Cierras bien la puerta y no le abras a nadie, no dejes entrar a nadie a la casa, a na-di-e, Gulf, sabes a lo que me refiero, a veces eres demasiado bueno y no ves la maldad en otros.

-Sí mamá, a partir de ahora no dejaré que nadie entre.

"No incluía a las personas que ya estaban adentro".

-Ahora sí, adiós Gulf.

-Adiós mamá.

La vi correr hasta el taxi y subirse, se despidió nuevamente de mí incluso cuando este arrancó.

Cerré la puerta y corrí hasta mi habitación. Entré y alguien me tomó violentamente de los brazos e hizo que mi cara quedara contra la pared mientras cubría mi boca.

-Eres un pequeño mentiroso. -Mew susurró en mi oído haciéndome estremecer.

Luego me soltó y se rió de mí.

-Eres un tonto-reclamé recomponiéndome y golpeando su pecho ligeramente– no seas violento conmigo.

-Ya, ya, lo siento -se sentó de nuevo en la cama. –Linda ropa, por cierto.

Sacó mi ropa interior de la maleta y corrí para arrebatarle mis bragas, guardé todo antes de que siguiera burlándose.

-Mamá se ha ido, ¿quieres quedarte a dormir aquí?

-Pensé que ese era tu plan desde un principio. ¿No te da miedo meter a tu casa al peligroso y malo Suppasit?

-Tú no me asustas, yo sé que jamás me harías daño. Y sí, ese era mi plan, pero luego me di cuenta de que no pregunté tu opinión, y no quiero obligarte a que te quedes, probablemente tengas otros planes.

-No tengo otros planes. -se acostó en la cama con los brazos debajo de su cabeza. Palmeó la cama a su lado.

Me acosté ahí, nervioso.

-No te molesta, ¿verdad?

-¿Qué?, ¿qué seas tan arrimoso conmigo? -se burló y pasó su mano por mi cabello como siempre. Me miró.

Me gustaba cómo me miraba, me veía como si fuera especial, y era por esa razón por la que jamás podría tener miedo de él. Lo que Mew no se atrevía a decirme con su boca, lo expresaban sus ojos al mirarme.

-Mejor veamos una película. -sugirió.

Asentí y me levanté de la cama, él me siguió hasta la sala con dos mantas para cubrirnos.

-Hay arroz con leche, ¿quieres?

-Por favor.

Se sentó en el sillón y yo encendí el DVD.

-Hay varias películas, ¿qué quieres ver? Romance, musical, acción, comedia, suspenso, super héroes...

-¿Tienes de terror?

-No me gustan las de terror.-contesté haciendo un puchero.

-Entonces comedia.

-Umm... ¿quieres ver "Son como niños" uno y dos, o "¿Dónde están las rubias?", o "Mi abuela es un peligro" uno, dos y tres?

-Veamos todas esas, la noche es larga.

Le sonreí y puse "Son como niños".

-Me gustan estas películas.

Me acurruqué a su lado, y de nuevo, Mew puso su brazo en mi hombro.

-A mí también.