Me aferré a Chan asustado, dejé derramar lágrimas saladas que murieron en mis labios.

Chan aún con los puños apretados me dio un beso en la frente, se quedó sin decir nada, luego pasó sus manos cariñosamente por mi cabello, tratándome como si yo fuera un niño pequeño y débil que necesitaba ser protegido.

Cuando me dejó salir de su casa, pero él se quedó dentro de ese infierno, sólo atiné a correr hasta mi hogar y encerrarme en mi habitación, preocupando a mi madre y después en la escuela, a mis amigos.

No hablé con Chan los siguientes días, con la excusa de que tenía que quedarme en la enfermería ayudando a mamá, la verdad era que estaba asustado.

¿Sería Chan capaz de tal violencia contra mí?

¿Por qué Chan no había defendido a su madre?

¿Por qué no lo habían denunciado?

Chan apoyaba a su padre.

Realmente no podía dormir por las noches, me sentía solo sin él cerca.

Lo escuché aventar piedras contra mi ventana y de nuevo lo ignoré, hundiendo mi cara en la almohada.

Verlo me hacía recordar los gritos de su madre, me hacía recordar como yo quería salir a ayudarla y él me lo impidió apretándome a su cuerpo con fuerza.

Fuerza... Chan me había tomado fuertemente del brazo que había dejado marca, había golpeado a ese chico del bar y... hace meses habían encontrado droga en su mochila, yo mismo lo había visto golpear a muchas personas, golpeó a Hyunjin, fue violento contra el chico del cine.

Tal vez Chan no era la persona que yo pensaba.

Todos tenían razón menos yo, fui el único que no vio al verdadero. Y ahora tenía miedo, de él.