❥ 17
Chan apenas me habló cuando regresamos a clases.
Todo fue besos y abrazos de bienvenida dejando a Chan de lado como si no existiera, él actuaba de forma que se veía que no le importara, quise ir a abrazarlo, pero me dijo que no lo intentara.
—Déjalo, Jeongin, es un grosero sin futuro —Miyeon me jaló a su lado.
—Un folla novias —gruñó Hyunjin.
—Sigues traumado con eso —Chan le dijo desde su lugar haciendo a Hyunjin levantarse, pero lo detuve antes de que se pusieran a pelear.
—No vales la pena, drogadicto de mierda.
—Ya basta, Hyunjin —dije empezando a cabrearme—. Deja de portarte como un idiota y siéntate, les traje unos presentes, no te daré nada si empiezas a pelear —saqué las bolsitas de chocolates que había preparado para ellos y se las entregué.
—Jeongin, yo también quiero una —Félix me sorprendió por la espalda y tuve que darle la que era mía porque me costaba decirle que no.
—Yo también quiero —me dijo Minho.
Miré la bolsita que me sobraba, pero que era para Chan.
—Ya no tengo.
—¿Y esa?
La miré de nuevo y puse una sonrisa plana.
—Tienes razón, toma.
Se la di y él sonrió, me alegré por él, pero de verdad me hubiera gustado dársela a Chan.
Chan y yo caminos por el parque de regreso a casa, nos sentamos en los columpios y hablamos de las clases.
—Hyunjin, aún sigue rencoroso contigo —le dije haciéndolo gruñir—. Él de verdad la quería.
—Supongo —dijo sin darle importancia.
—¿De verdad te acostaste con ella? —asintió y no supe qué decir—. ¿Por qué la querías?, ¿te gustaba tanto que no te importó que estuviera con otro?
—No me gustaba, Jeongin, fue algo de sólo follar y ya.
—¿Por qué?
Chan me miró apretando los dientes e incómodo.
—A veces las personas tenemos sexo con otras sin necesidad de sentir algo por ellas, sólo sexo, Jeongin.
—Yo no podría —dije deteniendo el columpio—. ¿Por qué tú sí?
—Porque somos diferentes, ya deberías saberlo, porque yo soy yo y tú eres tú y... de verdad debes dejar de hacer esas preguntas, Jeongin.
—¿Tú me quieres? —pregunté nervioso—. Si yo tuviera sexo contigo, ¿lo harías porque sientes algo por mí o sólo por follar?
Él me miró.
—Tú eres diferente, jamás te faltaría el respeto de esa manera.
—¿De verdad?
—Yo a ti te adoraría, mi prioridad serías tú en todo momento, te trataría como lo más valioso del mundo y... ¿podemos dejar de hablar de esto?
Asentí con las mejillas sonrosadas.
—Está bien, pero yo quiero que algún día me adores.
Chan gruñó y saltó del columpio.
—Joder, no me provoques, lindo.
Me levanté también y le di un beso en los labios.
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