Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❥ 16

Vimos los fuegos artificiales que tiraban en la ciudad por la ventana de mi habitación.

—Feliz año nuevo, Chan —le dije acostándome a su lado y abrazándolo.

—Feliz año nuevo, Innie —enrolló sus piernas en las mías.

Él se fue a las cinco de la mañana de año nuevo con la promesa de vernos después, su número telefónico estaba grabado en mi celular y podía hablarle cuando quisiera.

Mamá regresó muy temprano, dos horas después de que Chan se fue, me trajo algunos regalos y aparté unos guantes para dárselos a Chan.

Me refugié en mi cuarto más tarde y me metí a bañar con agua tibia.

—Voy a salir —le dije a mamá—. Quedé de verme con unos amigos en la plaza.

—Okey, pero ve con cuidado —me dijo desde la cocina.

Caminé despacio, mirando como cada vez había menos adornos navideños por las calles.

Encontré a Chan sentado en una banca y corrí hasta su lado.

—Ya llegué, ¿qué hacemos? —me senté a su lado y Chan me abrazó, después alzó mi bufanda cubriendo la mitad de mi cara hasta la nariz y bajó mi gorro hasta cubrir mis cejas, me hizo caminar detrás de él.

Estaba raro como si no quisiera que nos vieran juntos.

—¿Te avergüenzas de mí? —pregunté cuando nos detuvimos afuera del cine.

Él me miró sorprendido y negó.

—Más bien me avergüenzo de mí, no quiero que la gente te juzgue mal por estar conmigo.

—Chan, a mí eso no me importa.

—Pero a mí sí, no me repeles, vamos adentro.

Resoplé y asentí.

—Dame dos entradas para la sala cuatro.

Él joven detrás de la cámara registradora miró a Chan de arriba a abajo como si fuera escoria.

—¿Vas a pagar por ellas? —su pregunta me molestó.

Por supuesto a Chan también que gruñó sacando su cartera.

—Claro que voy a pagar por ellas.

—Con el dinero sucio de tu padre.

—¡Tú infeliz! —Chan lo tomó por el cuello y me asusté, su rostro estaba furioso.

Y aquí venía el Chan malo que no me gustaba, él que gritaba y tenía poca paciencia, él que no temía alzar un puño contra alguien.

—Suéltame o llamaré a seguridad —amenazó el joven.

—Sólo dame mis entradas, jodido hijo de puta.

—No, Chan, suéltalo, por favor, no vale la pena —le dije tomándolo de su chamarra.

—¡NO! —gritó asustando a los demás clientes—. Quiero que me dé mis entradas.

—Por favor, Chan, vamos a otro lado.

A fuerzas lo soltó y asintió.

—¡Joder!

Nos fuimos rápidamente de ahí, yo aún podía escuchar a la gente cuchichear.

Qué violento.

De tal padre tal astilla.

No tiene educación.

Me daban unas tremendas ganas de regresar y golpear a todas esas personas.

—Perdón, lo arruiné —dijo Chan después de caminar por las calles un rato. Más tranquilo.

—No fue tu culpa, ellos son tontos —dije y lo abracé por la espalda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro