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Mon Amour.

No sabía cómo es que esto estaba sucediendo delante de sus ojos. Gritos desgarradores de una mujer inundaba sus oídos y no podía hacer nada, él lloraba y suplicaba que pararan, que detuvieran el peor de los martirios que estaba experimentando, el único testigo de ese crimen había sido el cielo junto con sus estrellas que parecieran que se burlaban de la cruel escena de una tía siendo arrebatada de su sobrino delante de éste mismo. Peter no podía moverse, sentía la presión en sus hombros cada que lo intentaba y, aunque gritará en aquel callejón al que habían sido forzados a ir luego de que aquellos sujetos los sacarán de su hogar cuando irrumpieron su paz hace al menos una hora, la gente pasaba de largo o corrían despavoridos por temor a volverse una víctima de lo que sea que estuviera pasando. ¿Creían que eran los únicos con miedo?

Rostros que Peter podía reconocer porque había salvado a algunas de esas personas en problemas anteriores, muchos le debían la vida y hubo algunos que proclamaban que darían su vida con tal de que Spiderman estuviera bien ¿Por qué hoy le daban la espalda? ¿Todo lo que hizó fue en vano? ¿Sólo pensaban en ellos mismos? Se sentía impotente.

Así, el tiempo paso, los minutos cayeron como las gotas que sus ojos derramaba, su voz se fue haciendo cada vez más débil luego de que esos cuatro hombres se habían ido complacidos por su crimen recién hecho y terminado. Los gritos que antes provocó que su garganta doliera, ahora eran chillidos acompañados de sollozos, su rostro era rojo gracias al llanto que daba y no dudó en demostrar su tristeza cuando abrazó el cuerpo de su tía apegandola a su pecho, como si la estuviera mesiendo ante el sueño que la noche daba.

—May... May... —Susurraba con su voz temblorosa.

Se separó lentamente de la mujer luego de haber estado abrazandola por un largo tiempo, tiempo donde esperaba que aquella mujer lo despertará para avisar que solo tuvo un mal sueño y que irían a tomar un café de la mañana pero eso no pasó en ningún momento, esto era la realidad. Miró el cuerpo entre sus brazos para acomodar un poco su ropa, el vestido que antes era de un color blanco floreado, ahora era de hojas marchitas teñidas de rojo. Limpió sus lagrimas secas junto con las que aun amenazaban con rodar por sus mejillas, algo comenzó a emerger de su pecho, un calor que cubría el dolor que sentía. Odio.

Cargó a May lo mejor que pudo, estába débil sin sus poderes pero aun así logró cargarla y se dirigió a su hogar que aún tenía esa calidez familiar a pesar de ser de que sólo tenía a dos personas viviendo allí. La dejo en el sofá lentamente y la miró por última vez para depositar un suave beso en su frente.

Caminó hacia el teléfono fijo para sujetarlo entre sus manos que temblaban demasiado al igual que todo su cuerpo.

—Bueno. Se comunica con el 911 ¿En qué puedo ayudarle? —La voz de una mujer inundó su oído derecho.

—Calle Pelazio, número 1890. Asesinaron a mi mamá.

Sin dejar que la mujer respondiera, lanzó el teléfono con furia a la pared donde se terminó rompiendo ante la fuerza de impacto. Peter caminó a la puerta de su hogar para abrirla y mirar por última vez el lugar, quería que el mundo sintiera lo que el sintió al ver a su único familiar siendo despojada de la dignidad frente a él.

Se dirigió a la Torre Stark.

Despertó con pereza, quería seguir durmiendo pero las insistentes llamadas no paraban de sonar en su celular que se encontraba a su lado, llevó su mano a donde estába el objeto y hubiera deseado tanto romperlo pero él no era millonario como para poder comprar un celular cada cinco segundos. Atendió una de las muchas llamadas.

—Escuché, señor: ¡Ya le dije que no hago putos tratos con héroes! ¡No es mi estilo y yo tengo un estilo muy hermoso como para que sea dañado por ustedes! —Gritó frustrado, desde hace un mes que le llamaban para proponerle lo mismo y ya estába cansado de eso. Se lamentaba a sí mismo no saber bloquear contactos de su celular pero tampoco eso hubiera servido mucho y Wade lo sabía.

—Sólo pedimos que vengas a la Torre Stark. Te pagaremos lo que tu quieras, Deadpool. —Pidió la voz del otro lado de la línea.

—Agh... Ya les he dicho muchas veces que no, ya no chinguen y si lo hacen pues chinguen a su madre. —Contestó descortés mientras se sentaba en la esquina de su incómoda cama y se acarició su cabeza calva con su otra mano.

—Por favor, es lo único que te pedimos... No te volveremos a molestar. Te necesitamos. —Eso lo sorprendió de sobre manera, de entre todas las llamadas que había recibido, esa fue la primera vez en la que se lo pedían de una forma tan suplicante, sumándole el hecho de que le dijeran que lo necesitaban.

Suspiró. —De acuerdo.

[…]

Caminaba por las calles de New York, hace tiempo que no recorría aquella ciudad pues prefería quedarse simplemente con Al en la comodidad de su casa, esos días ya no había hecho "encargos" para darse unas merecidas vacaciones con aquella anciana pero gracias a los héroes eso se vió interrumpido y siendo reemplazado por molestia ante tener que hacer un encargo de esas personas para que al fin lo dejarán en paz.

Era escoltado por dos hombres corpulentos y más altos que él, se sentía como un prisionero siendo conducido a la pena capital pero frenaron repentinamente cuando se toparon con una puerta de vidrio que dejaba ver una parte de lo que parecia ser una sala con sillones rojos y adornada por distintas plantas en macetas, uno de los escoltas le abrió la puerta y se quedaron quietos ahí hasta que Wade entró con duda.

La escena que veía le sorprendió, estaban algunos de Los Vengadores en el lugar, eso se lo esperaba pero lo que lo tomó desprevenido fue que todos desprendían una aura de incertidumbre y preocupación, algunos sólo se encontraban con los ojos irritados que veían a un punto fijo del cuarto.

—¡Hey! Sé que lloraban por mi, pero ya llegué. —Bromeó para intentar que el aura se volviera menos tensa pero extrañamente todos lo miraron apenas habló y antes de preguntar lo que sucedía, una chica de cabello cobrizo lo abrazó como si fuera lo que más esperaba. —Eh... ¿Qué pasó? —Estába notablemente confundido, intentó alejarse de la mujer pero está solo se aferró más a él y se rindió cuando la escuchó gimotear. —En serio, ¿Qué paso?

Tony se acercó a paso lento hacia el, se notaba cansado y con ojeras, pareciera como si hubiera perdido a su propio hijo y eso solo consiguió alarmar a Wade. —Espera, ¿Peter está bien? ¿Por qué no esta aquí? —Comenzó a ver a todos lados y su preocupación incrementó, hace mucho que no veía al castaño, al ver a todos de esa forma, su mente creía que el pequeño chico había sufrido algo y al ver el rostro afligido de Stark cuando pronunció aquel nombre solo causó que sus nervios incrementaran.

—¿Cómo puedes bromear con ésto? Pensé que hasta alguien como tu entendería. —Wade lo miró con más duda en él, algo que el otro notó. —Wilson... ¿En serio no sabes nada?

—¿Qué debo saber? ¡Sólo dime dónde esta Pet!

El silencio en la sala se hizo uno de ultratumba. —Wade... Te llamamos para que mataras a Peter... A Spiderman. —El silencio reino por un minuto.

—¿Qué demonios te pasa? —Preguntó desconcertado personal ver como todos lo seguían viendo, hasta Wanda que se había alejado de su pecho apenas escuchó lo que el mercenario preguntaba. —No, ¿Qué demonios les pasa? ¿Es un juego?

—Te vamos a explicar, Wade, solo tranquilizate. —Banner caminó hacia ellos y así el mencionado pudo notar sus ojos hinchados. —Él ya no es el mismo Peter que tu conociste. —Al recibir la mirada extrañada del mercenario, siguió hablando. —Hace dos meses la tía de él fue asesinada, no saben lo que paso porque Peter huyó luego de que la encontraran, piensan... Que él pudo haberla asesinado. Esa misma noche, vino a la torre para pedirme que le regresará sus poderes porque dos días antes se los extraje para poder estudiarlos.

Steve entró a la sala interrumpiendo al hombre, el rubio desde la puerta de vidrio continuó. —Banner se los dio, nadie desconfiaba de Peter, era un buen chico... Le robo la máquina para quitar los poderes... Pero cuando se los regresó, se marchó sin decir nada. Unos días después descubrimos que Spiderman había formado un escuadrón pero no uno de súper héroes, sino, uno de villanos.

—Creímos que era otra persona que se hacía pasar por Spiderman... —Wanda volvió a tener sus ojos rojos. —Pero luego esto paso.

Un video en la televisión comenzó a reproducirse donde se mostraba un banco siendo robado hasta que Spiderman llego a escena, todas las personas gritaban felizmente, creyendo que salvaría el día pero fue grande su sorpresa cuando el héroe le quito el micrófono a la presentadora del noticiero que ese encontraba allí y comenzó a hablar.

—¿De qué se alegran, ratas? —Comenzó a reír. —Tengo un mensaje para todos los ciudadanos del mundo, llegó este personaje renovado. Soy una persona harta de la hipocresía del mundo, cansada de que sólo estén para mi cuando ustedes me necesiten pero cuando yo los necesito, son unos putos imbéciles. ¿Saben? ¡VÁYANSE AL DIABLO! —Al gritar esto, arrojo su máscara al cielo y demostrar a un castaño con una gran sonrisa.

El video terminó con Spiderman sacando un arma y de ahí en adelante solo se mostraba la cámara en el suelo donde quizás el camarógrafo la había arrojado al huir o al ser asesinado. Wade miraba con los ojos bien abiertos la pantalla para luego mirar a Tony.

—Vaya... ¿Quién diría que la arañita se volvería una viuda negra? —Dijo para ponerse su máscara.

—Debes asesinarlo, Deadpool. —Tony lo miraba con dolor. —Nosotros lo intentamos... Pero los que no están aquí están todos muertos...

Wade podía ser muy insensible muchas veces, pero esa vez un brote de empatía surgió en su pecho y puso su mano en el hombro de Tony quien lo miro dudoso. —No se preocupen, solucionaré todo. —Mostró una sonrisa y se fue.

Su sonrisa desapareció cuando salió totalmente del gran edifício, su mirada bajo al suelo y pusó sus manos cicatrizadas en sus bolsillos, su pecho dolía porque sabía que estaba traicionando a alguien pero no sabía a quien ¿A Peter o a Los Vengadores? No lo sabía, simplemente sabía que se sentía mal. Los pasos de las personas a su alrededor se fueron volviendo cada vez más lentos ¿O era él el lento? El sonido fue disminuyendo poco a poco hasta quedar en silencio.

¿Sería capaz de asesinar a Peter Parker?

Tardó dos semanas en saber el paradero del castaño, días en los que más deseaba era no encontrarlo, admitía que quería verlo, tocarlo y saber la versión de su historia pero comprendía que debía exterminar a una de las pocas personas que quería. Peter siempre había sido alguien amable con todos, sin pecados encima ni sangre en sus manos y eso era lo que Wade siempre había notado desde la distancia, un par de veces se toparon pero ninguno interferia con el otro en sus objetivos así que sólo hablaban un momento y se marchaban pero al mayor le sorprendía la facilidad con la que hablaba el otro con él, era como si no supiera que era un mercenario que mataba personas por dinero.

Se encontraba fuera de esa antigua fábrica, veía como algunas personas entraban y salían cada treinta minutos, aguardó en su lugar hasta que notó como salían dos hombres y entró apenas se dieron la vuelta, se sorprendió al ver que dentro del lugar, estaba ordenado y limpio, muchas personas circulaban en la fábrica como si estuvieran en un trabajo de medio tiempo pero cuando notaron al hombre de llamativo color rojo, sacaron sus armas y sin dudar apretaron el gatillo contra su cuerpo haciendo que se desplomara en el suelo casi de inmediato. Una mujer de cabello rubio se acercó aun con su arma en mano y sin esperarselo, sintió como Deadpool la jalaba del tobillo para ponerla adelante de él, creyendo que nadie dispararía a una compañera pero ese fue su primer error, las personas disparaban sin temor y la jóven murió en sus manos apenas paso un minuto de la balacera. Corrió aún con el cuerpo en sus manos para usarlo de escudo, sacó su arma para sostenerla con la mano izquierda y comenzó a disparar a cada persona que se interponía en su camino.

Cuando llegó a la segunda planta del lugar, dejo el cadáver de la rubia en el suelo con cuidado, el esperaba no matar a nadie, aun pensaba que Peter podría ser víctima de alguna forma y sabía que a éste no le gustaría saber que mató gente pero no tuvo de otra más que hacerlo esta vez.

Siguió corriendo hasta llegar a la planta más alta, mato a decenas de personas sólo para poder llegar a su destino, su traje estaba lleno de sangre que había sido salpicada encima de él y las únicas armas que ahora tenía eran sus katanas que no dudó en poner en sus manos a la hora de abrir la última puerta de todo el lugar. Lentamente fue entrando para toparse con una grande habitación, había sillones blancos y pisos de mármol junto con un gran ventanal que daba a la vista la ciudad a lo lejos. Fue analizando cada esquina, hasta que se encontró a la persona que más buscaba, recostada en el sofá con los ojos cerrados. Wade se acercó corriendo, creyendo que estaba desmayado lo comenzó a mover de los hombros.

—¡Pet! ¡Despierta, por favor! —Estába en un estado de pánico hasta que vió como el menor abría los ojos.

—Agh... ¿Por qué me despiertas así? —Se sentó para tallarse los ojos, para Deadpool, se seguía viendo tan inocente como la primera vez que se vieron.

—Peter, diablos ¿Sabés todo lo que esta pasando? Te están culpando de demasiados crímenes pero todo estará bien, debes aclarar todo, sé que te comprenderán. —Sonrió aunque no se notó gracias a la máscara pero está se desvaneció cuando escuchó la risa burlesca de Peter mientras se levantaba del sofa para quedar cara a cara con el mayor.

—¿Quién dijo que yo no los hice? —Rió aún más, tanto que sus mejillas estaban rojizas. —Se supone que el inocente aquí soy yo, pero pareces muy confiado en mí, ¿No crees?

Deadpool guardo silencio por un momento. —Todo... ¿Todo es cierto? ¿Ahora solo asesinas por placer?

Peter quería decir "No" pero dijo totalmente lo contrario. —Claro. Pero no te hagas el puro y santo aquí, tu lo haces igual y yo nunca te reclamé.

—¿Qué paso contigo, Pet? Sé que algo debió pasar. —Tiró las katanas al suelo haciendo un ruido metálico al topar con el suelo. —Puedo escucharte.

Al castaño le dolió algo en el pecho, quería contar todo, gritar, llorar y decir todo lo que su mente guarda desde aquella noche pero simplemente no pudo. Ningúna palabra referente a eso salió de sus labios.

—Dejemos de hablar de esto. Me tiene hartó ese tema. —Dió un paso hacia delante haciendo que su pecho chocara con el torax de Wade quien no supo reaccionar. —Sabés... Siempre tuve un interés en ti, pero nunca lo notaste. —Su voz se volvió una más sensual y lenta. Llevó su dedo índice a los labios del otro para ir bajandolo lentamente.

—Peter ¿Qué haces? —Tragó su saliva por los nervios.

—Lo que siempre quisiste. No soy imbécil, sé que me deseas, tanto o más, que yo a ti. —Cuando su dedo índice llegó a la parte baja del traje, dió otro paso hacia delante causando que Wade cayera sentado al sofá. —¡Oh, señor Wilson! —Dio un gemido falso y dramático antes de dirigirse a los labios de éste y lamerlos superficialmente mientras se sentaba encima del mayor.

Lentamente el mayor fue cayendo a los juegos de Peter, porque sabía que el castaño tenía razón, desde hace más de un año estaba enamorado de él, segundo error. Correspondió a uno de los besos que Peter le dió. Sus lenguas se entrelazaron, como si quisieran ser una sola, la saliva bajaba por la comisura de sus sus labios hasta que tuvieron que separarse poe falta de aire, un hilo de saliva los conectaba junto con la respiración entrecortada y excitada del castaño que seguidamente se sentó en el suelo y sin que Wade lo viera, sujetó una de las katanas que antes había arrojado. Antes de que el otro lo viera, sintió el filo de la espada en su abdomen y siendo el Parker el responsable, pero le resulto bastante raro cuando vió como éste se quitaba lentamente la ropa frente a él  y se dirigía a su propio escritorio donde bajo la última prenda que tenía que era un bóxer, subió a la mesa y abrió las piernas sumisamente, esperando atento a Wade quien dió un quejido cuando tuvo que sacar la espada de su cuerpo, aprovecho que su traje se había roto para tirar de él y dejar a la vista su miembro aún levantado hasta caminar hacia Peter quien lo miraba divertido.

—Metemela. —Suspiró excitado para abrir aún más las piernas.

Wade se dirigió a su entrada y, aunque tuviera demasiadas ganas de estár dentro, metió un dedo primeramente el cual hizó círculos dentro de su ano, recibió un quejido ante esto, luego metió otro para moverlos en tijeras y finalmente metió el tercer y último dedo.

—Metemela, Wilson, hazme gemir, hazme tuyo. —Pidió para moverse y así sacar sus dedos de su interior. —Mi trasero pide a gritos que me llenes de ti.

Ya no podía soportarlo más. Entró de una estocada a la entrada de Peter quien solo atinó a gemir sonoramente por la intromisión tan repentina. Wade comenzó a embestir lo más rápido que sus caderas podían, eran estocadas fuertes y rápidas que ni siquiera dejaba articular correctamente una palabra al menor quien tocaba el cielo con cada embestida dirigida a su próstata.

—¡A-ah! ¡D-dios! ¡Ma-más rápido! ¡A-ah!

El escritorio se movía y rechinaba, ambos estaban sumergidos en el placer que se daban que ya no les importaba nada más que ellos en ese momento hasta que al final se corrieron para finalizar con un húmedo beso que les erizo la piel a ambos.

[…]

¿Qué estába pasando?

¿Por qué Peter era esposado y llevado dentro de una camioneta?

Todo había pasado tan rápido, en un cerrar y abrir de ojos la policía había llegado junto con militares que escoltaron al Parker, pensó en huir con el castaño pero era demasiado tarde para intentarlo, estába en shock.

—Gracias por cooperar con el arresto del jóven Peter Benjamín Parker. —Nick lo miraba neutral, como siempre.

Wade notó algo que nadie más vió, antes de que el castaño fuera totalmente llevado en la camioneta, sonrió siniestramente.

Quizás si el Wade lo hubiera pensado mejor, si fuera más inteligente de lo que era ayer, hubiera sabido lo que planeaba Peter. Quizás si lo hubiera sabido que antes el castaño recibiera un disparo en la cabeza por parte de un último sobreviviente de su escuadrón, hubiera evitado su propia muerte y la de todos los héroes del mundo.

Quizás si hubiera detenido a Peter el mundo no estaría sufriendo por la perdida de los héroes de ese día.

¿Quién diría que una arañita se volvería una viuda negra?

Amor mío...

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