Igual de lo que dijo Poe antes, en el mismo día se encontró el cadáver de un hombre adulto en el patio trasero. El arma homicida era un hacha utilizada para talar árboles, la punta afilada del hacha fue insertada en el corazón del hombre, la sangre tiñó de color rojo a la nieve blanca sobre el suelo.

Cuando Gojo Satoru y Makima fueron a investigar la escena, el cadáver ya había sido retirado, dejando solo la nieve que se volvió marrón rojiza debido a las manchas de sangre.

No había huellas dactilares ni ninguna evidencia física, era simplemente un crimen perfecto. Así será imposible encontrar al asesino, ¿escribiría un detective algo tan irónico?

Por supuesto que no.

Sólo que el propósito de Poe es atraparles en el libro para siempre, lo cual fue razonable.

La mansión estaba completamente cerrada al mundo exterior, incluso cuando ocurrió un caso tipo así, no han venido los policías. El cadáver fue enterrado directamente en un pozo de nieve que no estaba lejos de la mansión.

En este caso, esperando que el clima se caliente y la nieve se derrita, probablemente volverán a ver este cuerpo otra vez.

Pero al personal de servicio e incluso al dueño de la mansión obviamente no les importaban estas cosas, como si hubieran sido liberadas innumerables veces, y los más descontentos fueron los invitados de la mansión.

Debido a la causa de la tormenta de nieve, un grupo de personas quedaron atrapadas en la mansión. Aquí no había teléfono, ni señal, ni forma de comunicarse con el mundo exterior, solo podían esperar a que cesara la tormenta de nieve.

En la tarde del primer día, Gojo Satoru tuvo más que un simple síntoma de resfriado común como dolor de cabeza y secreción nasal. Su mente ya no estaba tan lúcida y toda la persona parecía soñolienta.

Makima puso su mano en su frente, viéndole cómo estaba la temperatura de su cuerpo no debía ser inferior a treinta y nueve grados.

Ella obligó a Gojo Satoru a acostarse sobre la cama y le ayudó a arroparse. Fue a la recepción para pedir medicamentos para el resfriado para dárselo de comer a él. Quedando en la habitación, le cambiaba la toalla mojada en la frente de vez en cuando, ocasionalmente echaba dos ramas a la chimenea, para que el fuego ardiese con más intensidad.

Gojo Satoru no había tenido un sueño tan intranquilo durante años.

Desde que aprendió la Técnica de Maldición Inversa, nunca más estuvo enfermo, cansado o incómodo, y nunca se había sentido tan somnoliento.

Le dolía mucho la cabeza. A pesar de estar en una habitación cálida y acurrucada bajo la colcha, aun así sentía frío desde adentro hacia afuera.

Este es un mundo donde no se pueden usar las Técnicas.

Ya sea la Técnica de Maldición Inversa, la Técnica de Maldición Ilimitada o incluso la Técnica de teletransportación, él no podía usarlas.

Claramente medía 1,9 metros de altura, pero ahora mismo estaba acurrucado en una bola dentro de la colcha, sus mejillas expuestas estaban rojas, sus largas pestañas blancas temblaban levemente, posiblemente sea porque tenía fiebre, su respiración no era muy regular.

Él no quería dormir, quería saltar levantando inmediatamente para encontrar al asesino y luego regresar.

Pero sus párpados parecían estar pegados con superpegamento, no se podían abrir. Él no pudo evitar fruncir el ceño, a él no le gusta esta sensación de estar fuera de control.

Gojo Satoru en este instante se dio cuenta profundamente de que sin el Juryoku, "Gojo Satoru" era solamente una persona común y corriente con un cuerpo más fuerte, también se enfermaría y se sentiría incómodo al igual que las demás personas comunes y corrientes.

Sin embargo al menos Makima ahora está muy bien, no le moquea la nariz ni nada de eso.

Al pensar hasta aquí, él sintió el hecho de que él mismo se ha enfermado valió la pena.

La toalla en la frente parece cambiarse con frecuencia.

Incluso una vez alguien le despertó para que tomara una pastilla, él bebió del todo un vaso grande de agua tibia.

Él de vez en cuando entreabría los ojos, por lo visto siempre había una persona ocupando las cosas, corriendo dentro y fuera de la habitación.

Era una pena que su mente estuviera confusa durante ese tiempo, se durmió otra vez antes de poder ver claramente quién era la otra parte.

Gojo Satoru no sabía cuánto tiempo él durmió, pero solo sabía que él fue despertado por Makima.

Y ella tampoco le despertó por nada más, sino porque tenía que volver a tomar medicamentos.

Tomó la pastilla blanca que estaba sobre la suave palma de su mano, se la metió en la boca, también tomó el vaso lleno de agua tibia y lo bebió de un trago. Según parece que había gotas de agua cayendo desde la comisura de su boca hasta su mandíbula, él usó la mano para secar las comisuras de sus labios, allí se dio cuenta de que el cielo ya estaba oscuro.

Makima mirando cómo él se acostaba bien y correcto, planeó irse de allí, pero tan pronto cuando ella levantó, la persona en la cama la agarró de la muñeca.

-¿Qué hora es?-

Probablemente porque su mente aún no estaba siendo muy clara, Gojo Satoru pronunció las palabras vagamente llevando una fuerte voz nasal.

Makima miró el reloj de la pared: -Son más de las once.-

......¿De verdad que él ya ni siquiera puede ver la hora que es por la fiebre?

Gojo Satoru volvió a preguntar: -¿De la noche?-

¿Sino de lo contrario?

Makima asintió: -Sí.-

-¿Por qué tú no duermes?-

-Hmm......todavía estoy investigando el caso, además tú necesitas que alguien te cuide.-

-Hoy de momento no hace falta investigar, y yo no necesito que alguien me cuide, este pequeño problema se resolverá sólo mañana por la mañana.-

Gojo Satoru rara vez ha dejado de lado su actitud habitual de hablar consigo mismo por su cuenta, el tono de cada palabra que decía era extremadamente serio, pero desde el punto de vista de Makima, sentía que él se volvió mucho más infantil.

Aunque Gojo Satoru esta persona siempre fue muy infantil para empezar.

-Tú también descansa pronto.- Él dijo.

Makima le miró desde arriba, él ahora mismo está acurrucado en la colcha como una bola de gato blanco, permaneciendo allí inmóvil, pero realmente queriendo que ella se quedara, su pata no paraba de tirar y tocar la palma de su mano.

Cuando las personas están enfermas siempre se vuelven muy frágiles, tienen miedo al malestar y a la soledad, siempre quieren que alguien les acompañe.

Esto también era verdad, todo el mundo estando enfermo anhela el cuidado de los demás, y la persona que ellos más anhelan tener su cuidado suelen ser la persona que para ellos mismos más les importan.

En este momento Gojo Satoru era como un gato exponiendo su débil vientre frente a ella, deseando obtener su caricia y cuidado. Solo en este tipo de momentos él expondría su verdadero yo, lo que llegaba a pensar era todas las cosas que él anhelaba todo el rato.

Makima ha vivido durante muchos años y, aunque domina la psicología humana, todavía no puede comprender los sentimientos de las personas.

Ella a menudo parece mirar hacia abajo y examinarles desde la perspectiva de un superior, sintiendo que los deseos de los seres humanos eran cosas que no valían la pena ni mencionar.

Pero por alguna razón, sus pies parecían estar pegados al suelo, no podía caminar mirando a la apariencia de él.

Las emociones que tienen los humanos son realmente problemáticas.

Esta no era la primera vez que Makima se sintió así.

Y como demonio nacido del miedo humano, ¿cómo sería posible que ella no forma parte de los seres humanos?

Makima simplemente se sentó junto a la cama y tomó con ambas manos la mano de él cuál la agarraba de la muñeca.

Ella descubrió que él era obviamente un hombre, pero su piel era muy blanca y delicada, similar a la de ella, pero no era sólo doble más grande que de ella, necesita usar las dos manos juntas para poder tomarlo.

-Está bien entonces, ¿dónde voy a dormir yo?-

Gojo Satoru parpadeó con sus ojos azules, que todavía estaban cubiertos por una capa de vapor de agua, abrió la boca: -Duerme encima de la cama~. -

Makima negó con la cabeza: -Se contagiará el resfriado.-

Una vez que acabó de hablar, Makima vio al hombre de cabello blanco fruncir el ceño lastimosamente, viéndole era como que ella había hecho bullying a él, como si estuviera a punto de llorar en un simple desatento.

Él le rascó la suave palma con las yemas de sus dedos: -No pasará eso, absolutamente no pasará.-

-Hace mucho calor dentro de la cama, definitivamente no te resfriarás.-

Makima descubrió que él ya estaba empezando a decir tonterías, no era cuestión de si la cama estaba cálida o no, sino del asegurado contagio de si dormía con una gran paciente como él.

Luego vio que él parpadeó dos veces, esperando que ella lo aceptara, de repente sintió que no podía diferenciar si él exactamente estaba siendo real o estuvo fingiendo.

Aunque su cerebro todavía podría estar confundido, pero ella no creía que después de tanto tiempo él no podía mantener su mente clara ni un poco.

¿Estrategia de lastimarse deliberadamente para ganar su confianza?

Sin saber cuánto tiempo pasó, Makima cuando vio que Gojo Satoru accidentalmente se quedó dormido mientras esperaba su respuesta, no pudo evitar suspirar.

Se quitó el abrigo dejando solo una fina falda blanca sobre su cuerpo, desatando la larga trenza, levantó la cálida colcha para tumbarse dentro de ella, justo cuando estaba a punto de darle la espalda, fue rodeada por un par de brazos con fuerzas.

Makima fue obligada a enterrar su cabeza delante del pecho de él. Esa fuerza era irresistible, la caliente temperatura corporal del hombre y el sonido de su corazón latiendo en su pecho la hicieron sentir con la mente aún más clara.

Boom, boom, boom, los latidos de su corazón eran rítmicos, y el reloj de la pared también hacía tictac, que era rítmico de la misma manera.

Escuchó de nuevo la voz roncadora de Gojo Satoru, había aire cálido fluyendo sobre la parte superior de su cabeza: -De esta manera no te contagiarás, duerme bien......-

Ella sospechaba que él se quedó dormido en medio de la conversación.

De hecho, era realmente difícil resfriarse de esta manera, siempre que se intente no respirar el mismo aire.

Pero ahora ella estaba cubierta por la colcha, frente a ella estaba el amplio pecho de él, el espacio era extremadamente estrecho y no había suficiente aire para usar.

Ella cada rato que dormía tenía que asomar un momento la cabeza hacia fuera, para mantener suficiente oxígeno, no sabía en cuál de todas las veces fue, escuchó a él llamarla por su nombre con voz vaga.

-Makima......sukidayo......entonces tú......te gusto o no......-

Gojo Satoru parecía estar soñando, algunas palabras emergieron de vez en cuando, de forma intermitente, y después de un poco de reconstrucción, convirtieron así.

Al igual que "Lo que uno piensa durante el día, es lo que uno sueña por la noche", a Gojo Satoru le debe haber gustado a ella hasta un cierto punto, sólo por eso la confesaría sus sentimientos mientras dormía en los sueños.

Volvió a emitir una voz semiconscientemente: -Al menos......responde un momento......-

-Sí, a mí también me gusta Satoru.-

Su voz era tan baja que sólo ella podía oírla.

Más que una respuesta, esto era más como un deseo, deseando que él pueda tener un dulce sueño.

——

Gojo Satoru tuvo un sueño.

En el sueño, él por fin confesó sus sentimientos a Makima, pero la premisa era que Makima se paraba en su lado opuesto, ella se convirtió en una Jusoshi.

Dentro del sueño, la mujer todavía tenía el mismo aspecto que en su memoria, su largo cabello rosa anaranjado estaba atado en una trenza dejando caer por la espalda, se volvía rojo anaranjado bajo la luz del sol, sus largas pelos de patillas acompañadas de la brisa flotaban en el aire formando un arco elegante.

Habitualmente en las horas de trabajo, ella siempre vestía traje por todo el cuerpo, organizada minuciosamente de pies a cabeza.

Cuando no está en el trabajo, suele usar ropa informal en casa, lo que la hace lucir más casual y le agrega un toque de vida ordinaria.

Pero la Makima del sueño estaba parada en el lado opuesto del río, el lugar cerca del río estaba lleno de Lycoris radiata abiertas. Lo que llevaba ella puesta encima no era traje ni ropa informal.

La mujer vestía un vestido negro ajustado, parada junto a un grupo de espíritus de maldición que compartían inteligencia y lenguaje.

El río parecía moverse, ella se alejaba cada vez más de él.

Y él por alguna razón, se quedó allí sin poder moverse, como que fue sellado por algo, no podía emitir ningún sonido, solo en su corazón parecía que una bestia estaba aullando.

Gojo Satoru casi la va a perder de vista.

No entendía por qué sus Seis ojos no podían ser de ninguna utilidad en ese momento, él era como una persona común e indefensa, incapaz de poder llegar a hacer nada.

Pero, de hecho, era él quien era indefenso como una persona común y corriente.

En el último momento, él finalmente reprimió el dolor del corazón, dijo con voz ronca: -Makima, sukidayo.-

-Entonces tú......¿te gusto o no?-

-Al menos......responde un momento.-

En vano, Gojo Satoru descubrió que se encontraba parado en un espacio abierto sin nadie, y su voz al fin también disipó en la oscuridad.