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Capítulo 22


Tan pronto cuando Gojo Satoru cayó, toda la competición de cervezas llegó a su fin.

La conversación entre Makima e Ieiri Shoko también terminó sin una palabra, la mesa estaba llena de platos, palos, manchas de aceite, tazas de cervezas, había de todo, lo cual era un desastre.

Gojo Satoru todavía estaba durmiendo apoyado sobre el cuerpo de ella en este instante, probablemente sea porque estaba demasiado cerca, ella al parecer podía llegar a escuchar los pequeños ronquidos de él. El aliento uniforme se rocía en el cuello de ella, provocando unos leves picazones, y ella podía oler un poco de olor a alcohol.

Makima echó un vistazo a las comidas que ya fueron barridos, luego inclinó un poco la cabeza, miró al hombre de cabello blanco dormido, levantó la mano y con cuidado le quitó las gafas de sol en el puente de la nariz y las puso en el bolso de ella.

Luego, volvió a tocar sobre el cuerpo de él por acá y por allá con las manos, causando que Ieiri Shoko y Nanami Kento, quienes estaban sentados frente a ellos, les miraran con ojos extraños.

Makima sacó la billetera del bolsillo del pantalón de Gojo Satoru, se la entregó a Ieiri Shoko, quien tenía la mirada fija, y dijo en voz baja: -Ieiri san, por favor vaya y pague la cuenta, yo intentaré despertarle.-

Ieiri Shoko asintió atontada: -Ah, sí.-

Makima palmeó al hombro de Gojo Satoru: -Gojo san, es hora de levantarse.-

Ninguna reacción.

Makima le dio unas palmaditas en la cara de Gojo Satoru: -La competición de cerveza ha terminado, tenemos que irnos.-

Sigue sin haber reacciones.

Makima suspiró, tiró del cabello a Gojo Satoru dos veces más: -Levántate rápido, hay Kikufuku para comer.-

......

Bueno, parece que realmente se durmió del todo.

Al ver a Ieiri Shoko regresar tras pagar la cuenta, Makima ejerció un poco de fuerza e inmediatamente cargó al hombre de 1,9 metros de alto sobre sus hombros y tomó la billetera que Ieiri Shoko trajo de vuelta: -Ieiri san, Nanami san, por favor encárguense de Ijichi san, Gojo san y yo tomaremos un taxi.-

Todos bebieron mucho alcohol (excepto Gojo Satoru), por lo que no podían conducir del automóvil cuál habían venido juntos. Gojo Satoru y Makima vivían en dirección opuesta a las otras tres personas, por lo que tuvieron que tomar taxis por separado.

Ieiri Shoko: -......Vale.-  Cuánta fuerza.

Ijichi Kiyotaka: -¿Eh? Eh......¡¿Gojo san no se vomitará así?!-

Buena pregunta.

Gojo Satoru ya estaba vomitando en seco.

Afortunadamente, no se despertó. Makima llamó a un taxi, se agachó y arrastró a Gojo Satoru, luego informó la dirección del chalet Gojo.

El cielo estaba completamente oscuro, la noche estaba totalmente en silencio.

El asiento trasero del taxi no era espacioso, si hasta Makima se sentía un poco apretada, no hablemos de Gojo Satoru. Estuvo acurrucado en el asiento trasero, sus piernas delgadas, rectas y largas no se podían estirar nada de nada, y como sus ojos estaban cerrados, en este momento era como que la gente podía llegar a compadecer bastante de él.

Pronto, Makima dejó de mirarle cuando se transmitió una voz del asiento del conductor.

El conductor parecía ser un hombre de unos 40-50 años, con un poco de condena e impotencia en su voz: -¿Habéis estado bebiendo hasta tan tarde? Los jóvenes de hoy en día de verdad......-

Makima no tenía intención de responder, pero escuchó al conductor continuar diciendo: -Muchacha, no pareces haber bebido mucho, pero el muchacho debe haber bebido demasiado.-

La expresión de Makima era normal, inimaginablemente se podía ver que era alguien que había bebido casi diez tazas de cerveza de barril.

Ella negó con la cabeza para sus adentros, era justamente todo lo contrario.

-Debe ser agotador y peligroso para ti una muchacha, llevarle de regreso. Ahora hay todo tipo de gente por ahí, y recientemente hubo bastantes casos de desapariciones, así que trata de no beber hasta demasiado tarde.-

Las desapariciones......¿podría ser por causa del espíritu de maldición?

Involuntariamente, Makima respondió: -Sí, gracias.-

Cuando el taxi llegó a la puerta del chalet Gojo, Makima lo pensó, sacó la billetera de Gojo Satoru de nuevo, pagó el dinero y le sacó del auto.

Ayudar a Gojo Satoru sosteniéndole a subir las escaleras, Makima abrió la puerta de su habitación, pensando en arrojarle directamente sobre la cama. Pero justamente cuando le soltó, el hombre envolvió sus brazos alrededor de la cintura de ella y cayeron juntos sobre el suave edredón.

¿Está despierto?

Esta fue la primera reacción de Makima.

¿Por qué no la suelta aún?

Esta fue su segunda reacción.

Makima trató de liberarse de sus brazos, pero descubrió que él estaba usando tanta fuerza que ella no podía liberarse en absoluto.

Ella sí que tenía una forma de cómo liberarse, pero su método no parece ser aplicable sin causar daño a Gojo Satoru.

-¿Gojo san? Suelte la mano.-

-Gojo san, sé que estás despierto.- Mientras hablaba, palmeó el muslo de Gojo Satoru con la mano.

La respiración de una persona es ligeramente diferente cuando está dormida y cuando está despierta. Incluso si Gojo Satoru es muy bueno fingiendo estar dormido, incluso si oculta muy bien su respiración, Makima podía diferenciar fácilmente si está despierto o no.

Makima empezó a estar un poco impaciente: -......No hace falta que me engañes, solo quita las manos.-

Unos segundos después, la voz del hombre por fin se ha transmitido por debajo.

-¿Y si......digo que no?-

La voz de Gojo Satoru en este momento era un poco ronca y un poco perezosa, al parecer debido a que acababa de despertarse, su articulación se volvió un poco vaga.

El hombre no abrió los ojos, seguía con ojos cerrados, sus finas y largas pestañas blancas caídas, y la luz de la luna se proyectaba sobre su rostro blanco y delicado.

Los miradas de Makima hundieron y oscurecieron levemente, preguntó: -Gojo san, ¿puedo preguntar qué estás haciendo?-

Gojo Satoru respondió: -Nada, solo quiero abracitos.-

Al escuchar esto, las pestañas de Makima temblaron levemente, como si algo hubiera fluido a través de su cuerpo, y ella cerró los ojos suavemente.

Abrazos.

¿No es esto lo que ella siempre quiso?

En comparación con la represión por la fuerza y ​​el miedo, ella quiere obtener una igualdad real, un abrazo que realmente no tenga que preocuparse por nada, y este sueño está fermentando por aquí.

Si la fuerza de Gojo Satoru puede ser igual o incluso mayor que la de ella, ¿entonces ellos serán iguales? En tal caso, ¿ella podría pedir un abrazo que no importaría y se preocuparía por nada?

Ella no lo sabe.

Aunque fue solo por un momento, pero ella ha tenido la idea de que no querer dominarle.

Ella claramente nunca hizo esto.

Era muy tarde ahora, estaba completamente oscuro el cielo hace bastante temprano, y la luz blanca brillante entraba por la ventana abierta, haciendo que esta escena abrupta fuera extremadamente armoniosa.

Después de un rato, Makima abrió los ojos: -Gojo san, aún no se ha lavado y el olor a alcohol en el cuerpo es un poco pesado.-

Gojo Satoru fingió estar incómodo y sacudió la cabeza, fingiendo que no podía escuchar.

De hecho, Gojo Satoru no olía mucho a alcohol. Después de todo, solo bebió una taza, o para ser exactos, ni llegando a eso. Makima estaba hablando de ella misma, el olor de casi diez tazas de cerveza de barril no era tan fácil de disipar.

Pero Gojo Satoru como si no pudiera oler nada, todavía la abrazaba con fuerza.

Makima suspiró levemente, allí se relajó y se acostó sobre él.

Puso la cabeza de lado y apoyó la oreja contra el pecho de él, la temperatura era un poco más alta, sentía el subir y bajar de su pecho cuando respiraba.

Podía escuchar los poderosos latidos del corazón de Gojo Satoru, "boom, boom". Su audición era muy buena e incluso podía escuchar el sonido de la sangre fluyendo en los vasos sanguíneos.

La voz no era agradable, pero era muy regular.

Después de escucharlo durante mucho tiempo, en realidad sintió un poco de sueño.

Los Demonios del Control maduros no sienten sueño excepto cuando quieren quedarse dormidas. ¿Significa eso que permanecer en los brazos de Gojo Satoru le estaba haciendo sentir muy segura? Por eso tuvo la idea de querer quedarse dormida.

Makima dejó escapar un largo suspiro de alivio, dejó de lado sus pensamientos que la distraían.

Sin saber en qué momento, Makima se durmió pacíficamente. Gojo Satoru abrió los ojos levemente, descubrió que la respiración de la persona en sus brazos se había vuelto uniforme y prolongada. Tras asegurarse de que se había quedado dormida, quiso levantarse y llevarla a su habitación.

Justo cuando Gojo Satoru levantó los brazos, vio con buen ojo que el cabello rosa anaranjado de ella estaba envuelto alrededor del botón de su ropa, trató de desatarlo, fue en vano, quiso cortarlo con Juryoku.

Pero ella parece apreciar mucho su cabello......

Además, el proceso de lavar y cepillar el cabello de Makima en todos los días era muy engorroso, por lo que, por supuesto, la calidad de su cabello es muy buena.

Tsk, las mujeres son realmente problemáticas.

Gojo Satoru apartó los dedos del cabello de Makima y los envolvió alrededor de su cintura de nuevo.

Luego durmió con ella toda la noche así abrazándola.

——

Gojo Satoru ha tenido un sueño.

Este sueño es muy extraño, hay criaturas que no son ni espíritus de maldición ni seres humanos, interrumpiendo el orden del mundo humano todos los días.

Lo que es aún más extraño, es que Makima está adentro.

En el sueño, Makima es una Cazadora de Demonios directamente bajo la Seguridad Pública, y a la vez también es un demonio.

Gojo Satoru estaba muy desconcertado, por qué en el sueño Makima quería cazar y matar demonios a pesar de que ella era un demonio.

Pero pronto descubrió que los Cazadores de Demonios obtenían poder firmando contratos con demonios y pagando el precio correspondiente.

Entonces no existía sentimientos entre los demonios, que no es muy diferente de la de los espíritus de maldición. También es por esto que no es raro que los demonios y los Majins cacen y maten demonios.

Y Makima era un demonio que quiere ser igual a los humanos, sin embargo parece incapaz de darles a los humanos nada más que miedo.

Gojo Satoru vio que el poder de los demonios proviene del miedo de los seres humanos a ciertas cosas. Cuantas más personas teman algo, más fuerte se volverá el demonio que esa cosa encarna.

No sabía de qué tipo de demonio estaba encarnado Makima.

Pero por alguna razón sin saber por qué, Gojo Satoru podía sentir vagamente los sentimientos internos de Makima, ella anhelaba la igualdad, la anhelaba mucho.

Al mismo tiempo, anhelaba un abrazo.

En tal caso, él la abrazará más a lo menudo en los tiempos generales, de verdad qué amable es él.

Gojo Satoru lo decidió en secreto.

Sumergido en el sueño, caminó ligeramente, en silencio siguió a Makima, observándola trabajar, luchar, ir a trabajar otra vez y volver a luchar nuevamente.

Además de comer, dormir y trabajar, este tipo de vida es casi igual a la de ellos, los Jujutsushis, tres lugares y una ruta, aburrida y simple sin diversión.

-Tú......-

Gojo Satoru se congeló por un momento, era la voz de Makima y claramente no había nadie más cerca.

-¿Me estás viendo a mí?-

——!

Entonces él se despertó.

Lo primero que llamó su atención fue el rostro dormido de Makima cubierto de sol.

Gojo Satoru parpadeó con sus ojos somnolientos y descubrió que el gran sol fuera de la ventana brillaba directamente sobre su rostro, el pecho de la mujer sobre él todavía subía y bajaba de manera uniforme, por lo que se sentó rápidamente.

-Duele......-

Makima fue jalada por el cabello, por lo que también se despertó naturalmente.

A diferencia de sus ojos claros habituales incluso después de beber, sus ojos dorados estaban brumosos, ella dijo aturdida: -¿Gojo san?-

Gojo Satoru sintió una pequeña sensación de superioridad en su corazón.

-El pelo......- ¿Qué hacemos con ello?

Antes de que pudiera terminar la frase, vio a Makima arrancándose con decisión el cabello del botón en su pecho, algunos mechones de cabello rosa anaranjado quedaron rotos y colgaban de los botones esporádicamente.

Gojo Satoru: -......-

¿¿No dijo que hay que cuidarse el cabello?? Él la ayudó a proteger su cabello toda la noche, ¡¿¿y ella se lo arrancó así de una sin pestañear??!

Al ver el raro silencio de Gojo Satoru, Makima preguntó con recelo: -¿Qué sucede?-

Luego volvió a mirar por la ventana y descubrió que el sol ya estaba alto, por lo que saltó de encima del cuerpo de él de inmediato: -Se está haciendo tarde, es hora de lavarse.-

Gojo Satoru: -¿?-

No es nada especial, es solo que la mente de una mujer no debe ser adivinada casualmente.

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