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capitulo cuatro


Desde que sale del baño desnudo —exceptuando una bata de baño— espera ir a la cama y dormir, pero sus planes cambian cuando se encuentra con el príncipe frente a él, sosteniendo una bandeja de extraña comida. Le da un vistazo a la habitación y cae en la cuenta de que Arel no está, preocupándose.

—Debes comer algo —alienta el príncipe, señalando vagamente la bandeja—. Es importante para que recuperes algo de energía.

Taehyung vuelve la mirada a él, perdiéndose por un momento en su traje oscuro, tan profundo como el universo.

—¿Alguna vez te quitarás la máscara? —pregunta, en cambio.

—Si me la quito, ¿comerás? —Taehyung vacila un poco, acercándose a la bandeja para observar en esta un plato hondo con un peculiar contenido: una crema verde que no parece desagradable, tostadas y un vaso con un líquido rosa—. ¿Es un trato?

—Puedo beber esto ahora y terminar el resto luego —dice, tomando el vaso con líquido rosa, bebiéndola con los ojos cerrados y, sin evitarlo, arrugando la cara por el sabor amargo del contenido.

Cuando vuelve la mirada al príncipe, se muerde los labios, esperando que no le dé náuseas. Deja el vaso en la bandeja e inspira hondo, sintiéndose nervioso.

El príncipe deja la bandeja sobre la cama y lentamente acerca sus grandes manos a la cabeza, con intenciones de crear suspenso. Presiona en ambos costados y hay un ligero sonido como de aire contenido, expulsándose mientras la máscara sale. Taehyung retrocede por inercia, sus manos cerrándose en puños con tanta fuerza que está seguro de haberse hecho daño.

Un rostro sospechosamente ordinario asoma en la rendija del casco y Taehyung deja de sentirse ansioso, lánguidamente volviendo su corazón a la normalidad.

—Eres... Te pareces...

—... ¿A un humano? —Taehyung afirma, meneando la cabeza—. A pesar de verme como uno, tengo algunas peculiaridades, pero no te preocupes —se adelanta a aclarar cuando Taehyung pone cara de horror y retrocede violentamente—, no me transformo en un alienígena con seis piernas, dientes afilados o tentáculos como ustedes nos describen. Diría que soy más fuerte que un humano común, también qué puedo hacer cosas que ustedes no. Por ejemplo, puedo hacer sanaciones.

—Nosotros también podemos sanar a las personas —replica en defensa el humano.

—Tienes razón, pero no como yo. —Hace una pausa y da un paso adelante, quedándose quieto cuando Taehyung retrocede de nuevo—. Por mis propios medios, no sé cómo, tal vez por el poder del sol, puedo sanar heridas sin necesidad de terceros. Solamente pongo mis manos y...

—Eso es imposible.

—No tengo porque demostraste nada.

—¿Y qué hay del Sol? ¿Por qué crees que ese poder es de ahí? —Baja la mirada, estupefacto—. No tiene sentido.

—Dicen que nuestro imperio nació del sol. Una estrella que nos ha dado poderes y habilidades asombrosas —explica—. Nosotros somos... tal vez un error, o un milagro, pero estamos aquí, al fin y al cabo. —Taehyung abre y cierra la boca, sin poder decir nada, intentando asimilar lo que él ha dicho— Ahora que me has visto, puedes comer.

El humano pasa saliva, sintiendo su estómago un poco reticente a hacerlo, también un calor desbordante que traspira por su piel.

—¿Cómo te llamas? Debes de tener un nombre al igual que los demás.

—Amo —responde el alienígena, como si hubiera esperado la oportunidad de decirlo—. Puedes llamarme "amo". Eso soy para ti.

—¿Soy tu esclavo?

—¿Creíste que eras algo más importante?

—Yo... —Se siente enfurecido y tembloroso por el miedo, no quiere hacerlo enojar, no quiere saber que puede llegar a hacer, además de intentar estrangularlo—. No lo sé...

El príncipe inspira.

—Nosotros, el imperio, no tenemos nombres. Yo no tengo un nombre, me dicen príncipe imperial, amo, etcétera, al igual que mi padre. Mis hermanos se clasifican con números a partir del número dos, porque yo soy el primero. ¿Qué sucede? ¿Por qué pones esa cara? ¿Nunca has escuchado algo como eso?

—Sé de nombres raros alrededor de mundo, pero nunca que sé... Ah, bueno, tal vez de esa película de ¿Qué le pasó a lunes? Donde llaman a unos bebés con el nombre de cada día de la semana, pero es ficción después de todo... —El príncipe ladea la cabeza, mostrando un genuino gesto de confusión—. No importa.

El príncipe se endereza, dándose cuenta que ha perdido un poco su compostura. Y lo piensa.

—Ponme un nombre.

—¿Qué?

—Quiero escuchar algo diferente de lo habitual, eso sí, debes llamarme amo. ¿Qué piensas?

Taehyung contrae los gestos de la cara y cavila por un rato.

—Jung... —recuerda a un viejo amigo suyo y sonríe poquito, decidiendo distorsionar un poco el nombre para no tenerlo en sus recuerdos demasiado tiempo—. Jungkook. Tienes gestos asiáticos, además. —El príncipe hace un ruido tras su garganta, como recordándole algo—. Amo... Jungkook.

—¿Qué significa?

—Centro o los pilares de la nación. Lo escuché alguna vez.

El príncipe titubea un poco y comienza a caminar de un lado a otro, recitando el nombre en voz baja, hasta que se detiene y asiente.

—Soy Jungkook, entonces. —Lo mira a los ojos, perdiéndose en el iris de color miel del humano—. Ahora puedes comer. Pedí que se esforzaran por hacer un sabor agradable a tu paladar. La intención es que te acostumbres a nuestros sabores, por lo que podría... —suspira—, no ser tan agradable después de todo. Lo lamento.

—Está bien.

Taehyung se adelanta y se sienta en el borde de la cama, cuando lo hace y se cruza de piernas, la tela se contrae y deja sus muslos desnudos... tal vez una parte de su miembro casi al descubierto cuando ha cruzado las piernas si lo piensa bien. Jungkook lo ha visto y gira la cabeza, sintiendo un calor desorbitante en su cuerpo más allá de lo normal.

El humano intenta negar que aquello ha pasado y mete una tostada a la crema, desistiendo casi al instante de comerlo. Intercepta miradas con el príncipe, hasta desahogarse.

—Me has visto —dice, sonrojado y, extrañamente, excitado.

—Así es.

Taehyung bufa, no sabe si por la sinceridad del príncipe o porque parece no importarle. ¿Y por qué le molestaría eso? Después de considerarlo como un alienígena atractivo y en un estado de amabilidad total, no parece tener miedo si no deseo, deseo de ser poseído, de ser tocado. La última persona con quien lo había hecho era un amante de la ciudad de Seúl llamado Jiwon. Y no lo negaba, le gustaba ser tratado con rudeza y descaro. Tal vez, solo tal vez, si se había excitado antes cuando el príncipe lo masturbó con la espinilla. Por destino o coincidencia, el príncipe parecía ser activo y él amaba que la otra persona tomara ese rol.

—¿Qué haces? —pregunta Jungkook, ligeramente irritado. Taehyung ha bajado una pierna, dejando un vacío entre ellas del que se asoma un poco sus testículos. El humano lo ha hecho inconscientemente y se sonroja con violencia, volviendo a la posición inicial—. ¿Estás excitado nuevamente?

—No —miente y Jungkook avanza hacia él.

—Muéstrame.

Taehyung ancha los ojos, aferrándose a la tela. El príncipe no retrocede y sigue mirándolo con severidad, así que Taehyung suelta el aire contenido y obedece, moviéndose lento y subiendo la bata para que lo vea completo: su pene enhiesto, hinchado y goteante.

—¿Tú...? ­—pregunta Taehyung, intercambiando la mirada del rostro inexpresivo del príncipe a la armadura, justo en la parte donde debe estar su miembro masculino, si es que lo tiene—. ¿También estás excitado?

—Eso creo.

El humano pasa saliva, sintiéndose nervioso. Se siente tan vulnerable estándolo solo él desnudo que se deja llevar.

—¿P-Puedo verlo?

Jungkook frunce el entrecejo y, vacilante, abre el compartimiento de abajo. Taehyung ahoga un jadeo, sorprendido por lo que ve. Sabía que debía de ser grande por la altura y posible musculatura del alienígena, sin embargo, es más de lo que hubiera podido imaginar. Alarga una mano y Jungkook retrocede; Taehyung se avergüenza y la baja lentamente, pero Jungkook vuelve a acercarse y el humano vuelve a hacer el movimiento. Esta vez, Jungkook se deja explorar.

Cuando la mano del humano agarra una parte de su órgano, Jungkook gime y tiembla suavemente, como una hoja en la copa de un árbol. Taehyung se da cuenta de que su mano no termina de cerrarse alrededor del pene y ancha los ojos, poniendo su segunda mano por encima de la otra, midiéndolo a su manera. Cuatro puños y medio es lo que mide el órgano hinchado y duro, con venas oscuras marcadas en torno a él.

Un miedo absurdo, combinado con una curiosidad y excitación total, hace que Taehyung se ciegue por completo ante el deseo de probarlo.

Cuando mira hacia arriba y Jungkook no se mueve, acepta eso como un permiso y se arrodilla en el suelo. No obstante, cuando hace eso, queda por debajo y solo le queda contemplar las enormes bolas y la base firme del órgano. Taehyung no resiste, las toca y Jungkook gime más alto, sacudiéndose un poco. Presa del deseo, Taehyung lame la extensión del órgano mientras se levanta, volviendo a la cama. Besa la punta y chupetea, quedándose con un sabor ligeramente amargo en la boca, no muy diferente al semen habitual, al semen humano. Intenta con su mano masturbar al príncipe, cansándose un poco por el trabajo. Jungkook mete sus dedos en la mata húmeda de cabellos del humano y jala ligeramente, animando a Taehyung a proseguir.

El humano sabe que podría terminar con la mandíbula dislocada o con la garganta desagarrada si va demasiado lejos, pero tampoco puede usar mucho la mano por todo el trabajo que le supone, así que usa su lengua, mojándolo todo, haciendo círculos en la punta, hundiéndolo y quizás mordisqueando un poco para crear más sensaciones. Masajea los testículos, empuñándolos y sintiendo el peso como sacos con dos enromes piedras en su interior.

En un movimiento repentino, Jungkook lo aleja y se masturba él mismo, su mano cerrando su órgano, haciendo movimientos ágiles mientras Taehyung espera. Un líquido espeso y tibio de color perla brillante baña el rostro del humano, gran cantidad entrando a su boca y obligándolo a tragar. Se da cuenta de que sabe mucho mejor que el líquido pre seminal y casi se siente aliviado por eso.

Jungkook empuja al humano a la cama con un movimiento brusco y lo toma por las corvas, su órgano quedando cerca de su boca y sus nalgas rozando el pecho del traje. Taehyung anticipa lo que hará y echa la cabeza hacia atrás cuando la boca del contrario lo toma, enloqueciéndolo, nublando su vista.  

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