s e v e n
Jimin estaba serio, completamente absorto en sus pensamientos repasando cada pregunta que había respondido, esperando que su respuesta fuera correcta. La semana había sido un martirio para él, pero finalmente le enviarían los resultados.
Yoongi se había comportado raro todo ese tiempo, demasiado complaciente y actuaba demasiado nervioso. Jimin no quiso preguntarle nada, esperaría a que su novio tuviera la confianza para decirle lo que sucedía.
Escucho una notificación de su computadora, se levantó de inmediato de su cama para sentarse frente a su escritorio. Sus nervios estaban a flor de piel y su corazón latía rápidamente, con su mano temblorosa deslizó la flecha para abrir el correo.
"Alumno Park Jimin con la matrícula 160180110-7"
Leyó rápido el aquel innecesariamente largo correo hasta que por fin llegó a lo que buscaba.
"Aprobado exitosamente"
—Lo hice.—susurro asombrado cubriendo su boca.—¡Lo hice!—salió corriendo de su cuarto bajando las escaleras.—¡Mamá, mamá! ¡Lo hice, lo hice!
La señora Park salió corriendo de la cocina, Jimin se lanzó a sus brazos apretándola con fuerza.—¿Pasaste?
—Si, ¡Voy a ser médico!
Acaricio la espalda de su hijo percatándose de cuánto ya había crecido, antes ella se agachaba para cargar a su pequeño angelito y ahora estaba a punto de ingresar a la universidad.
—Me siento muy orgullosa de ti mi pequeño.
♡
Jimin esperaba frente a la casa de Yoongi para saber los resultados de este, aunque en el fondo sabía que a su novio le iría bastante bien porque gracias a él es que logro aprobar.
En cuanto el mayor abrió la puerta se lanzó a sus brazos llenando de besos la cara de Yoongi, sentía como los brazos ajenos lo estrechaban fuertemente y Jimin creía que la vida no podría ser más maravillosa de lo que ya era.
Su ceño se frunció al notar la mirada decaída del mayor.—¿Que sucede?
—Tenemos que hablar.
♡
Ambos chicos se encontraban acostados en aquella cama sin decir absolutamente nada, Yoongi acariciaba la cintura del menor mientras que este pasaba la yema de sus dedos sobre el pecho ajeno haciendo figuras imaginarias.
—¿Me dirás que te tiene tan triste?
Miro los ojos de su pequeño niño sintiendo una enorme opresión en el pecho, se sentía egoísta y tenía miedo de perder a Jimin por algo que él consideraba un capricho. No sabía cómo reaccionaría por la noticia y aunque este aceptara no podría dejarlo ir sabía que sería doloroso estar separados tantos años.
—Cuando mi padre vino el me propuso irme con él, por mis calificaciones podría aplicar a una universidad de Seúl. No es en el centro de la capital, pero es un muy buen lugar para estudiar y trabajar.
—¿A cuál irías?
—Real academy sur of Seúl, me prometió ayudarme económicamente y pues... no sé, aún no decidí que hacer.
—Yonnie...
—No quiero alejarme tanto tiempo, terminare mi carrera en tres años y medio y tú seguirás estudiando para ese entonces. Alejarme de ti no es una opción y pensaba rechazar su oferta.
—Sabes que Seúl es una gran oportunidad, así que tampoco debería ser una opción rechazarla.—Jimin se levantó sentándose en la cama.—Los dos deseábamos ir juntos a la misma universidad, pero esta es una muy buena oportunidad para ti porque posiblemente consigas un trabajo más rápido allá que aquí.
—Pero no quiero dejarte.—se sentó de igual manera que el menor.—Estar tantos años alejados sería muy difícil
—Pero no imposible.—tomó la mano del mayor sujetándola con ternura.—Tenemos planes, tal vez cambiaran un poco pero los cumpliremos. En cuanto me gradúe iré a Seúl a buscarte ¿Esta bien?
—Jimin...
—No, no te atrevas a rechazar esto, ambos sabemos que esa universidad es muy reconocida y el 95% de los graduados logran conseguir un trabajo porque las empresas pelean por los mejores. Y yo sé que tú eres el mejor así que ve por ello amor, ambos llegaremos lejos.
Yoongi atrapó los labios de Jimin entre los suyos.—Te amo.—susurró entre el beso.—Te amo demasiado.
Jimin jadeó sorprendido cuando Yoongi lo subió a su regazo, pasó sus manos por los brazos de su novio subiéndolas para apretar sus hombros y sujetarlo con fuerza.
—Yoon...—se separó para recuperar un poco de aire.—Te amo mucho.
Yoongi acarició la mejilla de su novio con ternura.—Quédate, esta noche quédate.
Jimin asintió volviendo a besar los labios de Yoongi.
♡
Tenían solamente dos semanas antes de que su vida de adultos comenzara, y ellos querían aprovechar lo mejor que pudieran su tiempo, Jimin se quedaba con Yoongi debido a que la madre de este viajaba por unos negocios en su trabajo.
Una increíble ventaja para dos jóvenes amantes hormonales.
—Mmm... Yoon...—Jimin jadeó en medio del beso, clavó las uñas en la espalda del mayor y se arqueó al sentir su orgasmo cerca.—Ngh~ ¡Ah, sí, sí! ¡Yoongi!
Jimin se corrió entre ambos abdómenes mientras que Yoongi lo llenaba completamente, tenían una necesidad constante de sentirse cerca, de tocarse, como si quisieran guardar en su memoria cada parte del cuerpo contrario.
Yoongi repartía tiernos besos en el cuello del Jimin, ambos trataban de respirar correctamente, sus cuerpos estaban empapados de sudor. Habían terminado en la cama nuevamente a pesar de haberlo hecho en la ducha, después de comer, en el sofá, y nuevamente regresaron a la habitación para estar más cómodos.
—Yo... necesito beber algo.
—Tengo en mente que puedes tomar.—se inclinó a besar la oreja de su novio, sabía que era su debilidad.
—Mmm... Yoon, espera.—sonrío.—En verdad tengo sed.—acaricio el cabello del más pálido.—Pero primero tomemos un baño.
—Si nos bañamos juntos volveremos a entretenernos.
Jimin mordió su labio inferior.—¿Por qué eres tan sexy?
Yoongi volvió a besar los labios del menor sacándole pequeñas sonrisas, acarició su cabello con ternura. El mayor seguía dándole mimos, escuchando la dulce risa de su amado, ambos jóvenes ignoraron el ruido que provenía desde el primer piso de la casa.
—Basta, Yoon, hablo enserio.
Min tenia aprisionado el cuerpo de Jimin con el suyo, repartiendo besos en su cara, admirando las reacciones del menor.
—¡Yoongi!
El fuerte grito los aturdió a ambos, Yoongi cubrió por completo a Jimin quien temblaba algo asustado.—¡No sabes tocar la maldita puerta!
—¡Quiero que bajes ahora!—escucho la puerta ser cerrada con fuerza.
Yoongi estaba furioso, su respiración irregular, tenia ganas de golpearlo por invadir su privacidad de esta manera.
—Yoon, me aplastas.
Fue entonces que reacciono levantándose de inmediato.—Perdóname.—busco su ropa vistiéndose de inmediato.—Ahora vuelvo.—dejo un beso en la frente de Jimin antes de salir a su habitación, bajo las escaleras encontrándose con su padre.—¿Qué es lo que necesitas? Estoy ocupado.
—Si, lo note.—dijo despectivamente.—Nos iremos en dos días.
Fue como un golpe a la realidad.—Dijiste que aun tenia dos semanas, estas adelantando esto porque no me quieres cerca de Jimin, no puedes hacerme esto.
El señor Min se levantó del sofá.—Por tus notas, la academia te acepto a ti junto con otras nueve personas más, donde recibirán un curso de inducción que solo es para los estudiantes destacados. Ahora puedes quedarte y seguir acusándome de querer romper tu... situación, pero asegúrate de estar listo, nos iremos temprano.
Se dispuso a salir de la casa, pasando por el lado de su hijo quien no podía creer todo lo que sucedía, esto era bueno ¿Cierto? Entonces porque sentía ese enorme nudo en la garganta y esa pesadez en el estómago.
Escucho unos pasos bajar las escaleras, no se animaba a voltear debido a las lagrimas que comenzaban a salir.
—Amor, ¿Tu padre se fue? Quería disculparme con él, siento que no le he dado una buena impresión y planeaba decirle que te amo y que.., ¿Qué tienes?—se alarmo al ver los llorosos ojos de Yoongi, quien no emitía ningún sonido y lo miraba fijamente.—¿Yoongi?
El pálido estrecho entre sus brazos al menor, sollozando en su hombro.—Te amo, te amo mucho, quisiera saber que podría hacer para demostrártelo, jamás encontrare la manera de como hacerte sentir lo mucho que te amo.
—Yoon... por favor, no tienes que martirizarte con eso, también te amo, demasiado. Eres el amor de mi vida y siempre me demuestras tu amor, con tus acciones, tus palabras, todo estará bien, lo prometo, pero no quiero que llores, por favor, no me gusta verte llorar.—dijo acariciando la espalda del mayor.
Pero eso no podían predecirlo, no todo siempre estará bien, porque el destino le encanta jugar y no podrían prever su siguiente movimiento.
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