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f i v e

—Yoon...—jadeó el menor apoyando su cabeza en el hombro del mayor.

Dio una última estocada corriéndose dentro del menor quien soltó un último gemido. Sus hormonas estaban a flor de piel y Jimin después se sorprendió de que Yoongi lo convenciera de hacerlo en las duchas de la escuela.

—Esto se sintió tan... tan bien.

Una vez que sus respiraciones se calmaron se asearon correctamente, terminando salieron de las regaderas para ponerse ropas limpias y volver a sus respectivas clases.

—¿Crees que alguien nos escuchó?

—No creo, la clase termino hace una hora y como la profesora de matemáticas no vendría seguramente todos andan vagando en el patio.—comentó terminado de ponerse los pantalones.

—Mierda Yoon ¿Como me convenciste?—una pequeña risita salió de los labios del menor.

—Soy irresistible que te puedo decir.—se amarró sus agujetas y se levantó acercándose a Jimin para ayudarle a abotonarse la camiseta.

—Esto no se repetirá.—comentó con un poco de vergüenza el menor.—Si nos descubren podrían expulsarnos y los exámenes finales están cerca y si no los hacemos no pasaremos a la universidad, y no podremos comprar nuestra casita y tendremos que vivir de rentas y tendremos trabajos mal pagados por no tener experiencia en nada y... silta mesf meijisahs.

—Es que callarte con un beso era muy cliché, y me gusta apretar tus mejillas.

Jimin tomó las manos del mayor apartándolas de su cara.—Es en serio Yoon, podemos tener problemas es la primera y última vez que lo hacemos en la escuela.

—Mi lindo Mochi tranquilo.—beso el tierno puchero que formó el menor en sus labios.—Además la adrenalina de ser descubiertos es más excitante ¿O no?

Jimin miro mal a Yoongi.—Si pero, pero ya dije que no se repetirá aquí.

—No tiene que ser aquí podemos hacerlo en los baños, en el salón, en el closet del conserje.—Jimin puso los ojos en blanco.—Estoy bromeando cariño.—lo sujeto de la cintura acortando la distancia que los separaba.—Te amo mucho Jimin.

—Lo sé.—Yoongi frunció su ceño disgustado.—Bromeó amor, también te amo mucho.

—No entiendo el motivo de esto.

—Estoy algo subido de peso, así que quiero grabar mis progresos.

—Mochi tú no estás gordo.

—Lo sé, pero... hay personas más delgadas que yo.

—¿Y eso que? Tu eres más hermoso que cualquiera.—bajo la mirada con sus mejillas enrojecidas acomodando mejor la cámara para que Yoongi no lo viera, aunque el mayor sabía que tenía una sonrisa en su rostro.

—Listo.—se puso en posición frente al mayor.—Agárrame bien.

—Lo hago.—sujeto sus tobillos mientras Jimin se flexionaba para hacer su abdominal.—Tengo una idea para motivarte.

—¿Cuál?

—Cada que subas dame un beso.

Jimin sonrió pero así lo hizo, subió una vez y besó los labios del mayor, subía y bajaba, a la tercera soltó una pequeña risita y cuando volvió a subir Yoongi sujeto su cabeza con una mano profundizando más el beso metiendo su lengua dentro de la cavidad bucal del menor.

—Mmm.—gimió Jimin siendo acostado en la colchoneta.

Se colocaron de lado de modo que el video captaba la espalda del menor, Yoongi deslizó una mano tratando de bajarle los pantalones por lo que Jimin comenzó a reír al imaginarse como se vería el video, el mayor beso su cuello causándole cosquillas. Quito la mano de Yoongi para subir sus pantalones, volvieron a rodar quedando Jimin nuevamente debajo mientras seguía riendo.

Yoongi se separó un momento y se acercó a apagar la cámara.—¿Esa es tu motivación?—sus pequeñas risas seguían saliendo.

—Te mirabas muy lindo, y me pone cuando eres tierno.

Jimin suspiró esperando a que Yoongi volviera a colocarse sobre él, aprovechando que estaban solos en su casa quería que le hiciera el amor, realmente se había excitado. No esperaba que Yoongi se levantara ofreciéndole algo de comer mientras guardaba la cámara.

—Puedo ordenar algo o prepárate lo que sea.

—¿En serio quieres hacer eso?—recibió una mirada de confusión como respuesta.

—¿No tienes hambre?

—Si pero, acabas de besarme, manosearme al grado de que casi hacemos un video porno y ahora huyes.—se cruzó de brazos sin levantarse de la colchoneta, se sentía indignado.

—Ah.. ¿Lo siento?

Puso los ojos en blanco.—Mira mejor déjalo así y en vez de irte a la cocina cómeme a mí, de preferencia con besos porque el canibalismo no es nada romántico.

Yoongi sonrió con las ocurrencias del menor, volvió a acercarse a él para subirse en su cuerpo, le propinó un beso mientras se dedicaba a acariciar su cintura.

—Mmm si no te deseara tanto te dejaría con las ganas como tú hace un rato conmigo.

—No lo hice apropósito, perdón amor.—pasó su lengua por su cuello mientras las pequeñas manos de Jimin se aferraban a sus hombros.

—Menos charla más acción que en cualquier momento puede volver mi mamá.

Yoongi rio volviendo a besar los gruesos labios del menor. Amaba a su pequeño.

—No tenías que golpearlo.

—¡El empezó!

—Jimin, le iba a decir que no.—busco las llaves en su mochila para poder abrir la puerta.

—Jaebum sabe que soy tu novio y aun así te pidió una cita.

—Amor, yo no iba a aceptar su propuesta. Además le recordaría que yo ya tengo dueño.

—Igual también se lo recordé.—se encogió de hombros entrando a la casa del mayor.

—Me gustan tus celos pero no quiero que te metas en problemas, no con el examen final tan cerca.

—Lo siento.—puchereo Jimin sentándose en el sofá.

—No pongas esa carita.—se sentó al lado de Jimin arrojando su mochila al suelo.

—¿Estas molesto?

—No amor.—dio un pequeño beso en su labios.—Sólo no pelees, no quiero que lleguen a golpearte y al que terminaran expulsando será a mi porque no soportaré que nadie se atreva a tocarte.

—Aww bebé.

Beso sonoramente una de las mejillas del menor quien soltó una pequeña risita, luego siguió con su nariz, frente y finalmente sus labios, se daban pequeños besos mientras sonreían disfrutando de su pequeño contacto.

—Yoongi.—se escuchó firme causando que el menor se separara de inmediato y se escondiera en el pecho de su novio.

Yoongi lo sujetó con fuerza acariciando su espalda.—No me dijiste que vendrías hoy.—volteo para poder mirarlo, este se notaba tenso

—Quería hablar contigo.

—Estoy ocupado.

—Ya veo.—Yoongi gruño en respuesta.—Te esperare hasta que acabes.

—No hace falta señor Min.—se animó a hablar Jimin.—Yo... yo puedo esperar arriba.

No espero una respuesta afirmativa y salió corriendo hacia el cuarto del mayor, este suspiro mirando a su padre.—¿Que sucede?

Jimin estaba acostado boca arriba mirando el techo jugando con sus dedos, hace más de una hora que había subido y Yoongi seguía abajo, ¿Eso era bueno o malo? Esperaba que bueno, en su mente el señor Min los aceptaba y ya no tendrían que preocuparse porque a él le molestara verlos juntos.

Eran muy pocas las ocasiones que Jimin lo veía pero lo hacía sentirse incómodo, muy incómodo, lo miraba con desprecio y a veces ni siquiera se esforzaba en disimularlo en ese momento que Yoongi se daba cuenta empezaban a discutir y se terminaban encerrando o yendo a otro lugar.

El sonido de la puerta abrirse lo distrajo de sus pensamientos, se apoyó en sus manos para mirar a su novio entrar sin expresión alguna y temió que no acabara bien la plática con su padre.

—¿Que sucedió?

Con un suspiro se acercó a donde estaba el menor subió gateando hasta donde se encontraba y dio un pequeño beso en su frente.

Yoongi tenía la mirada perdida, sabía que algo estaba tratando de esconder pero al mismo tiempo estaba tan enfocado en Jimin.

Beso los labios del menor disfrutando su tacto, sin darse cuenta Yoongi comenzó a desvestirlo dejando besos por cada rincón de su cuerpo.

—Espera tu papá está aquí.—colocó ambas manos en los hombros del mayor separándolo un poco, ambos ya se encontraban en bóxer y tenían los labios hinchados.

—Nunca entra aquí.

—Yoon...

Apoyó su frente en la del menor, con los ojos cerrados susurró.—Solo quiero sentirte.

Jimin comprendió por lo que ambos terminaron debajo de las sábanas del mayor, era una costumbre que Yoongi había desarrollado; le gustaba que el menor estuviera desnudo a su lado y se mantenían abrazados. Amaba ese contacto entre ellos, en donde ninguna tela separaba sus cuerpos y podía sentir la calidez del contrario.

—Te amo.—susurro acariciando la espalda del menor.

—Te amo.—respondió apoyado en el pecho del mayor.

Cada instante juntos estaba plasmado en su memoria, y eso era algo que jamás podrían quitarle: los bellos momentos que pasaban juntos.



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