03
Al día siguiente, Hyunwoo abrió sus ojos lentamente, con una sensación de agotamiento y desasosiego en todo su cuerpo. El haber trabajado hasta tarde y luego haber acomodado su apartamento antes de irse a dormir, le había pasado factura, pero aquello quedaba reducido con todo el malestar que seguía sintiendo en el pecho desde la última conversación con su pareja.
¿Qué más tenía que hacer para que Kihyun le perdonara y pudiera explicarse?
Girando sobre un costado, se estiró un poco hasta alcanzar su teléfono, con la esperanza de que, quizás Kihyun hubiera recapacitado sobre sus palabras y hubiera accedido a hablar con él. Sin embargo, no fue así, para nada. Ni un solo mensaje nuevo había en el chat que ellos compartían.
—Maldita sea, Kihyunie... —murmuró con pesar mientras se frotaba el rostro con ambas manos.
Resignado y con la última esperanza de encontrarlo en la universidad para sus clases de la mañana, Hyunwoo desayunó algo ligero y se alistó lo más pronto posible para tomar el autobús en dirección a la universidad.
Nada más llegar a las instalaciones de su facultad dentro del campus universitario, Hyunwoo buscó desesperadamente entre la multitud a su pareja, pero no estaba por ninguna parte. Eso ya dejó un mal sabor de boca al moreno, pero intentó controlar sus nervios y siguió esperando, a la vez que le buscaba a su alrededor. Quizás, Kihyun si se encontraba allí esta vez pero se escondía de él para evitar hablar.
Pero, de nuevo, sus pocas esperanzas se vieron derribadas cuando, pasada más de media hora del comienzo de su primer curso compartido, Kihyun no se presentó a clases.
Hyunwoo ya no solo se sentía demasiado nervioso, sino que la preocupación dentro de su pecho empezó a pesar tanto que casi se sintió ahogar en medio de la lección y tuvo que disimular su condición para evitar que el profesor preguntara al respecto.
Soportó un poco más, haciendo su mayor esfuerzo por comprender, o al menos, seguir el hilo de la clase, pero fue imposible. Su cabeza no dejaba de pensar, una y otra vez, lo ocurrido con Kihyun. Tenía que solucionar las cosas de manera inmediata.
No siguió a sus siguientes clases, en cambio, con el sonido de la campana que anunciaba el primer receso, Hyunwoo tomó todas sus cosas rápidamente y se retiró del lugar con pasos apresurados y un poco torpes. Dio alguna que otra excusa tonta a quienes le intentaron frenar por los pasillos, ya sea por alguna duda o simplemente para conversar un rato, y se subió al primer autobús que -ya conocía bien el camino- se dirigía a la zona donde residía Kihyun.
Conocía muy bien a su pareja, sabía que era alguien más bien reservado y no le agradaba cuando invadían mucho su espacio, muchas veces había respetado eso de él, pero esta vez Hyunwoo tendría que ignorarlo y golpear a su puerta sin más.
Luego de casi una hora de trayecto, Hyunwoo por fin se paró frente a la quinta puerta en el tercer piso de aquel bloque de edificios residenciales. Intentando recuperar un poco el aliento, dio varias respiraciones profundas y lentas y se preparó mentalmente para lo que haría a continuación. Notó sus manos temblar un poco cuando golpeó suavemente la madera con sus nudillos y luego, esperó por alguna respuesta del otro lado, por más mínima que fuera.
Escuchó varios pasitos cortos y disimulados y supo que Kihyun, no solo estaba en casa, sino que estaba ignorandole y, seguramente, viéndole a través de la mirilla de su puerta.
—Kihyunie, soy yo... —dijo con voz moderada—. ¿Podemos hablar, cariño?, por favor.
Esperó por lo que él sintió como una eternidad por una respuesta, pero esta nunca llegó y, sinceramente, el mayor ya empezaba a hartarse de toda esta situación.
—Vamos, bebé, háblame de una vez, sé que estás del otro lado de la puerta... —intentó de nuevo, un poco más impaciente esta vez—. Por favor, háblame, cariño.
Pero, de nuevo, nadie respondió a sus pedidos. No solo eso, también escuchó aquellos pasitos tímidos irse alejando un poco más.
Hyunwoo sintió que el tiempo se le agotaba, al igual que su paciencia, llegando casi a su límite, por lo que tomó una gran bocanada de aire antes de suspirar lentamente y continuar.
—Bien, lo comprendo... Sí, prometo que seré mucho mejor para tí, cariño, pero, por favor, dime algo... —murmuró, dejándose caer contra la puerta y apoyando su frente contra la superficie a la vez que cerraba sus ojos—. No he podido hacer nada en todos estos días, porque no he dejado de pensar en ti, porque sé que, de nuevo, no podrás dormir y... —Hyunwoo sintió el repentino nudo en su garganta ahogarle y tuvo que frenar por un instante en busca de aire—. Por favor, Kihyunie, dime lo que sea, insúltame si así lo quieres, pero habla conmigo, cariño —dijo por último.
Esperó por él, siguió esperando por varios segundos, el silencio a su alrededor en aquel pasillo desolado haciéndole sentir cada vez más ridículo y avergonzado, impaciente y desesperado, todo por una respuesta de su pareja, así sea algo simple como un insulto o una negación de su parte.
Pero los segundos pasaron, y ella nunca llegó, por lo que Hyunwoo tomó la falta de ello como una respuesta en sí. Aquello había terminado y debería de aceptarlo.
Mordiendo su tembloroso labio para evitar llorar allí mismo, Hyunwoo intentó una última vez, desde lo más profundo de su dolido y arrepentido corazón.
—Bien, ya entendí, Kihyunie, me iré y te dejaré en paz, pero antes...Quiero que sepas que, lo que pasó, fue porqué pensé que él eras tú y solo quería disculparme contigo por lo que había sucedido antes. Nunca quise hacerte daño y todavía hoy veo tu rostro allí y mi corazón se aprieta dolorosamente... —Hyunwoo suspiró con pesar y se alejó de la puerta, enderezando su espalda—. Espero puedas perdonarme alguna vez, cariño ,adiós.
Sin más por agregar, y con el corazón en un puño, Hyunwoo se giró y comenzó a caminar por el pasillo hasta el espacio de las escaleras. Regresaría a casa y, simplemente, intentaría continuar con su vida sin Kihyun.
Pero entonces, y contra todo pronóstico, escuchó a sus espaldas como una de las puertas se abría lentamente.
—Hyunwoo... —le llamó Kihyun, con voz temblorosa y rota.
Él detuvo sus pasos automáticamente, pero se tardó un poco más en girar para enfrentarse con su pareja. Repentinamente, tenía miedo y ansiedad por verle a los ojos y hablar, pero debía hacerlo, así lo había querido todos esos días que estuvieron alejados.
Se regresó sobre sus pasos, siempre manteniendo su mirada sobre los tristes y llorosos ojos castaños de Kihyun, y, cuando estuvo a tan solo unos centímetros de él, se detuvo y esperó... lo que fuera que él quisiera hacerle o decirle, lo aceptaría.
Kihyun se mostraba pálido y ojeroso, con el cabello despeinado y sus ropas desordenadas, algo casi imposible de ver en él comúnmente, sin embargo, allí estaba, con un tembloroso puchero en sus labios en un intento por disimular su llanto contenido.
Las manos de Hyunwoo picaban por fundirse en un abrazo y protegerlo de todo mal, pero no fue necesario que él lo hiciera, ya que, tan solo un segundo después, fue el propio Kihyun quien alzó sus brazos y los dejó allí, en una clara invitación que Hyunwoo no dudó en comprender y aceptar al instante.
Entró en el espacio entre sus brazos y se permitió relajar cuando por fin sintió la calidez del otro cuerpo contra el suyo, la temblorosa respiración de Kihyun contra el hueco de su cuello y su fina cintura siendo rodeada por sus brazos.
—Odio tanto verte llorar, cariño, perdóname por todo, te lo ruego, prometo que yo...—comenzó de nuevo Hyunwoo, acariciando su menuda espalda con movimientos suaves.
—No, yo solo... —interrumpió Kihyun, alejándose un poco para buscar su mirada—. Yo creí que tú, que con él... Yo solo...
Incapaz de aguantarse más tiempo, Hyunwoo bajó un poco su rostro y unió sus labios en un lento y tierno beso que les robó el aliento al separarse. Luego, el mayor cerró sus ojos y unió sus frentes con un gentil toque.
—Aquella noche, yo había tomado un poco, lo sabes. Quise besarte sin darme cuenta que estábamos en un lugar público y tú me alejaste y te levantaste de la mesa —Hyunwoo abrió sus ojos y buscó su mirada, llevando una de sus manos hasta la mejilla derecha de Kihyun y borrar el camino de sus lágrimas con tiernas caricias—. Eso lo entendí luego, por lo que te busqué otra vez en la fiesta para disculparme, pero cuando te confundí con aquel chico... Cariño, te juro que pensé que él eras tú y simplemente pensé en abrazarte por detrás como siempre lo he hecho, pero, en el segundo en que me acerqué a su cuello y sentí otra colonia que no era la tuya, supe que me había equivocado, por lo que me alejé rapidamente, pero ya era tarde, tú ya habías visto todo... Lo siento muchísimo, bebé, por todo, de verdad.
—Hyunwoo, yo... pensé muchas veces en aquella noche, y yo... Creí que tú, como te había alejado, simplemente buscaste a alguien más, Dios, malinterpreté todo, pero es que tú sabes que yo...
Otra vez, Hyunwoo buscó sus labios para robarle otro suave y tierno beso que hizo enrojecer las mejillas del menor.
—Lo sé, Kihyunie... No buscaba herirte ni hacerte sentir inseguro, sabes que solo tengo ojos para ti, que te amo con todo mi corazón, y que me arrepiento cada minuto que pasa por haberte hecho sentir tan mal por un descuido de mi parte. Te busqué inmediatamente para explicarte y tú, simplemente no me dabas el espacio...
—Lo lamento tanto, Hyunwoo, siento tanto ser así de insoportable, yo sé que actué mal pero es que...
—No necesitas disculparte, cariño... Solo, la próxima vez, promete que me dejaras explicarte la situación, por más absurda que sea, ¿sí? —dijo Hyunwoo, con una dulce sonrisa extendiéndose sobre sus labios.
Con nuevas lágrimas en sus ojos, Kihyun asintió varias veces con la cabeza y sonrió con genuina alegría, buscando luego los carnosos labios de su novio para fundirse en un nuevo y lento beso.
—Lo prometo, y te perdono, cariño —dijo Kihyun tras separarse, uniendo sus frentes y cerrando sus ojos otra vez, simplemente disfrutando de tenerse tan cerca una vez más.
... EL FIN ...
Gracias por leer <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro