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02



Nada más abrir los ojos tras despertarse a la mañana siguiente, Hyunwoo miró por un instante al techo de su habitación, dejó salir un pesado suspiro y se giró a buscar su teléfono celular.

Resignado y a sabiendas de que Kihyun le ignoraría aquel día, al igual que ayer, se quedó mirando con vista perdida a la pantalla del aparato, allí se veía el chat que compartía con su pareja, y uno de sus últimos mensajes le eran imposibles de ignorar en ese momento.

"Eres un grandísimo idiota, Hyunwoo, déjame en paz".

Sí, lo era, el idiota más grande del mundo por haber hecho llorar a una persona tan maravillosa como lo era Kihyun.

La alarma de su teléfono sonó, dándole un susto de muerte y casi dejándolo caer al suelo por el sobresalto. Hyunwoo la apagó con un rápido movimiento de dedo y luego volvió a suspirar con desgano. Hoy ambos tenían clases por la mañana y, si no se apuraba, llegaría tarde.

No todo estaba perdido, lo sabía, lo presentía, solo debía... Buscaría a Kihyun por toda la universidad si hacía falta, pero aquella discusión absurda no podía pasar más allá de ese día.

Con su nuevo cambio de actitud, en un intento por desesperarse más, Hyunwoo salió pronto de la cama y se encaminó hacia el baño de su pequeño apartamento, se alistó lo más deprisa que pudo, casi cayéndose al intentar calzar una de sus zapatillas -las mismas que Kihyun le había regalado para su último cumpleaños- y perder un poco el equilibrio, y salió en dirección a la parada de autobuses más cercana, le quedaba un viaje largo antes de llegar a la Universidad, en el camino intentaría organizar sus pensamientos para hablar con Kihyun en cuanto se lo encontrara.

Sí, tan solo tenía que hablar con él y explicarse.



...



Solo había un problema con su plan, Kihyun no había asistido a ninguna de sus clases, tanto las compartidas como sus individuales, en todo el día...

Eso no solo hizo que Hyunwoo se sintiera aún más horrible con toda esta situación, sino que también comenzó a preocuparse por la actitud de su pareja. Kihyun nunca faltaba a sus clases, era de los mejores estudiantes en su campo, entonces...¿De verdad estaría tan molesto con él?, ¿realmente quería evitarlo hasta este punto?

Todas estos cuestionamientos y especies de fantasmas atacaron y oscurecieron la mente del moreno durante todo el trayecto a su casa. Debía cambiarse la ropa casual por su uniforme y luego correr hacia el trabajo de medio tiempo que tenía, pero... Hyunwoo no lograba dejar de pensar en su situación con Kihyun, debía de hacer algo, lo que sea.

Revisando, por enésima vez en el día, el chat que compartían con él, Hyunwoo notó que Kihyun estaba en línea, por lo que, sin perder un segundo más, y casi cayéndose otra vez al quitarse las zapatillas tras ingresar a su hogar, le hizo una llamada a su novio.

La espera fue insoportable, el rechazo arrebatador y la ansiedad que le apretaba la garganta, pero por fin, luego de varios intentos desesperados, Kihyun dejó de colgarle y atendió su llamado.

Sin embargo, el chico de bonitas mejillas y ojos perspicaces, no pronunció palabra alguna, tan sólo el débil y tembloroso sonido de su respiración del otro lado de la línea.

—Kihyunie... —comenzó Hyunwoo, aclarándose la garganta antes de continuar—. Sé que me escuchas, cariño.

Esperó por algún tipo de respuesta, pero sin éxito. Kihyun seguía sin querer dirigirle palabra, tan solo su respiración contenida y el sonido ambiente que le rodeaba. Reconoció los autos pasar y pitar la bocina, por lo que se encontraba en su apartamento, cerca del centro de la ciudad y en un zona bien concurrida, pero no había rastro de la música que él siempre solía escuchar de fondo, solo silencio.

Hyunwoo dejó salir un pesado suspiro antes de volver a retomar la palabra, ahora con un tono más cuidadoso y suave.

—Por favor, cariño, no me ignores todo el tiempo ni me cuelgues el teléfono así nomás —dijo entonces, haciendo un corto espacio -desesperado por escuchar su voz- y luego agregó— Seamos honestos y hablemos bien, bebé, esto se comenzó a salir de nuestras manos ya.

—No, ya detente —respondió sorpresivamente Kihyun, pero pronto volvió a callar, sin agregar más a su arrebato.

Esperanzado, Hyunwoo recobró un poco la emoción e intentó seguir así con su conversación.

—Sabes, cariño, incluso en mis sueños suspiro de pesar por ti, ¿Podríamos, tan solo...

—Hyunwoo, no tienes ni la menor idea de cómo me siento —dijo entonces Kihyun, interrumpiéndole con su voz algo temblorosa y demostrando cierta ira en su tono.

Hyunwoo sintió una punzada en el pecho al escuchar aquello, por supuesto que él sabía cómo su precioso, frágil y orgulloso novio se sentía, era por eso mismo que había intentando tanto por explicarse y evitar seguir con aquella situación.

—Por supuesto que lo sé, entre más pasa el tiempo, más nervioso me pongo, cariño.

Esperó otra vez por él, alguna respuesta, por más corta o susurrada que fuera, lo que sea, pero necesitaba que Kihyun le dijera algo en ese momento. Sin embargo, él no lo hizo.

—Kihyunie, ya debo irme al trabajo, pero necesito que me respondas algo, ¿podemos reconciliarnos por la mañana?, dímelo ahora, por favor —dijo él, mirando la hora en la pantalla de su teléfono y comprendiendo que no lograría mucho más aquel día—. Te conozco muy bien, cariño, probablemente te dormirás llorando otra vez, ¿verdad?, solo respóndeme eso, Kihyunie...

Y, un segundo después, Kihyun le cortó la llamada. Su teléfono repitiendo el tono inerte de la línea y Hyunwoo sintiéndose como si le hubiera dado un revés con su mano pero el dolor se trasladara directamente a su corazón.

Completamente resignado, Hyunwoo no pudo más que ir a su trabajo con aquella sensación de desazón en todo su cuerpo.



...



Del otro lado, Kihyun dejó caer su celular de su mano al colchón de su cama y rodó de costado para ahogar sus sollozos contra la almohada, pero entonces, sintió el suave y casi evaporado aroma de la colonia de Hyunwoo sobre la tema y las lágrimas que había intentado ocultar y retener a lo largo de toda su llamada, por fin, fueron liberadas y se derramaron por sus pálidas mejillas.

Hyunwoo estaba en lo cierto, Kihyun podía parecer una persona orgullosa y fuerte, pero en el interior, y aunque odiara demostrarlo, Kihyun era alguien muy sensible e inseguro de sí mismo. Que su pareja hubiera hecho lo que hizo frente a él hizo que se sintiera verdaderamente mal y su autoestima estuviera por los suelos.

Se sentía incapaz de salir de la cama y hacer, siquiera, la mínima cosa, como acomodar su apartamento. Tan solo quería cerrar sus ojos por un instante y que todo, de alguna manera, se solucionara mágicamente.



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