01
—Kihyunie, espera, no te vayas así, déjame... —Hyunwoo intentaba alcanzarlo y hablar con él, pero parecía ser imposible.
—No me hables Hyunwoo, y no me sigas, ya he tenido suficiente de ti —dijo Kihyun con un tono de voz tirante sin dejar de caminar por el pasillo.
La situación no era nada buena, Hyunwoo lo sabía, la había cagado en grande esta vez.
—Vamos, Kihyunie, no seas tan frío conmigo, hablemos... —volvió a intentarlo, extendiendo una de sus manos para tomar la de su pareja.
Sin embargo, Kihyun se dio cuenta de su intención y, con un brusco movimiento, alzó su mano para evitar que este la tomara y apretó más el paso. Quería irse cuanto antes a su casa para poder descargar todas sus emociones en paz.
Aquella actitud de Hyunwoo durante el fin de semana provocó que ambos se distanciaran y que, ese mismo lunes luego de terminar sus clases, tuvieran una fuerte discusión dentro de una de las aulas vacías que habían encontrado abiertas. Claramente, las cosas no habían salido nada bien y Kihyun se sentía tan mal que, si no regresaba pronto a su casa, la gente le vería llorar como un idiota en la calle y se odiaría, aun mas, por pasar vergüenza otra vez aquel mismo día.
Se sentía un idiota total por haber confiado en Hyunwoo, y no quería siquiera verlo, pero el moreno no dejaba de insistir en aclarar las cosas y Kihyun, sinceramente, ya estaba cansado de esto, quería tiempo a solas para pensar.
—Kihyunie, cariño, por favor espera —insistió, una vez más, Hyunwoo.
Y Kihyun tuvo suficiente de él y todo aquello. Frenó sus pasos de golpe y se giró en un segundo, enfrentándose al más alto y buscando su mirada con la propia cargada de toda la rabia y frustración que le generaba aquella estúpida situación, conteniendo sus lágrimas con mucho esfuerzo.
Verle así de derrotado por su culpa, por su estúpido orgullo y por haber actuado como lo había hecho, hizo sentir a Hyunwoo el corazón apretado y punzante, casi se quedó sin aire por un segundo al quedarse de pie frente a él, incapaz de lograr sostener aquella dura y contundente mirada.
Si, la había cagado demasiado esta vez, y todo había sido su culpa.
El tiempo pareció detenerse en aquel pasillo de universidad que, gracias al destino, en aquel momento nadie parecía necesitar transitar por allí. Solo estaban ellos, pero justamente era eso lo que parecía hacer más pesado y tenso el ambiente que los rodeaba.
Si alguien los encontrara allí, en aquella situación, luego de lo ocurrido, todo se complicaría aún más, por lo que Hyunwoo dio unos pasos más cerca de su novio y, lenta y cuidadosamente, acunó su bonito rostro entre sus manos. Milagrosamente, Kihyun se lo permitió, pero se mostró completamente tenso y reticente a su toque, sabía que una sola palabra mal empleada bastaría para que él diera un paso atrás y se alejara de su lado.
—Odio verte llorar, cariño... —murmuró entonces Hyunwoo, incapaz de alejar aquel pensamiento de su cabeza—. Solo habla conmigo, háblame y podremos...
Kihyun se le quedó mirando por un instante, sintiendo la tibieza de sus dedos contra la piel de sus mejillas. Se lo veía tan arrepentido, tan sincero con sus palabras que, por un segundo, se sintió dudar... Pero no caería tan fácil a sus engaños, no de nuevo.
Sin poder contener ya sus lágrimas, Kihyun se giró de nuevo y retomó el camino que había decidido recorrer para escapar de su pareja y poder, si tan solo lograba calmar sus destrozados nervios y su angustioso corazón, aclarar sus ideas y pensamientos.
Kihyun no pronunció palabra, y Hyunwoo dejó de seguirlo por aquel inmenso y desolado pasillo de la universidad a la que ambos asistían desde hacía ya tres años.
Cuando quedó solo, parado en el medio del lugar, y con el corazón en la mano, Hyunwoo comprendió que aquello no podría solucionarse tan fácilmente. Dejó caer sus hombros al sentir la derrota de su encuentro y luego suspiró lenta y profundamente, resignado a su infortunio.
Conocía demasiado bien a su pareja, llevaban juntos casi cuatro años, desde su último año de preparatoria. Sabía que Kihyun podía llegar a ser muy inseguro consigo mismo, demasiado desconfiado y, además, lo suficientemente orgullosos como para mostrarse fuerte e independiente a ojos de todos, pero a él ya no lograba engañarle, lo supo en el momento en que vio sus ojos marrones y cristalinos por las lágrimas contenidas.
Lo conocía tan bien, que sabía que, probablemente, aquella noche se la pasara llorando por su error y su equivocación. Y él no estaría allí con él para abrazarlo y darle consuelo, como otras veces antes.
Hyunwoo llegó a su casa, luego de una hora de viaje en autobús local que le pareció el viaje más eterno de toda su vida, perdido completamente en sus pensamientos. Se quitó de encima su abrigo, sus zapatos y su bolso, todo a duras penas, y luego caminó directamente a su habitación, dejándose caer finalmente boca arriba sobre su cama, viendo un punto cualquiera de su techo e intentando procesar todo lo ocurrido.
Varios minutos después, se giró un poco de costado, hasta alcanzar con una de sus manos el teléfono celular sobre las mantas de su cama y, tras desbloquearlo, automáticamente y casi de manera inconsciente, llegó al chat que compartía con su pareja. Otra vez, se quedó mirando un punto fijo sobre la pantalla del aparato, sin saber realmente que hacer a continuación.
Pensó en escribirle, lo que sea, desearle buenas noches, como siempre acostumbraba a hacer, o tan solo... pedirle disculpas una vez más, pero terminó por desistir, bloquear el teléfono y dejarlo caer a un lado de su cuerpo mientras soltaba un suspiro largo.
Por hoy, dejaría de insistir, porque también sabía que Kihyun necesitaba su propio tiempo para pensar las cosas y tal vez... Sí, lo intentaría mañana, intentaría contactar con él y reconciliarse por la mañana, antes o después de sus clases, hablaría con él y arreglaría las cosas.
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