Capítulo 2: La caja y los peluches.
La sala de ensayos estaba en completo silencio mientras descansaban un poco después de repetir la coreografía cinco veces.
SeokJin miró a su alrededor descubriendo a cada uno de los miembros en un rincón alejado de la enorme sala, todos concentrados en sus teléfonos.
Suspiró pesadamente y sin ninguna idea en mente, volvió la vista a su propio celular también.
¿Cómo demonios fingían tan bien frente a los fans y frente a las cámaras?
SeokJin se sentía como un maldito mentiroso sonriendo y riéndose frente a esas personas que siempre los apoyaban, cuando ellos sólo estaban fingiendo ser los amigos inseparables de siempre.
Aunque tampoco podía engañarse a sí mismo, ellos no eran tan buenos actores. La mayor parte de los fans ya habían notado la diferencia en sus actitudes, aunque una buena parte de ellos lo habían dejado pasar como "madurez," la otra porción tenía bajas expectativas sobre la continuidad del grupo y muchísimas teorías sobre lo que podía o no estar pasando en el detrás de cámara.
Ninguna era cierta, cabe aclarar.
De cualquier forma, ninguna de esas divagaciones era de su interés. No era como si pudiera hacer algo para cambiar su situación. O quizás estaba cansado de intentarlo.
De cualquier manera, la reunión que estaban organizando sus amigos para el fin de semana, por el grupo de chat, era más interesante ahora mismo.
🔼
Ante el silencio ensordecedor de la sala de prácticas, al que SungDeuk aún no se acostumbraba, el coreógrafo quiso salir corriendo de allí.
Aún no creía el silencio sepulcral del lugar que ahora los acompañaba todo el tiempo, no con sus chicos que solían ser tan ruidosos y alegres.
Era casi una pesadilla verlos alejados uno del otro, sin dirigirse la mirada. Pero así eran sus días y ensayos desde hacía un poco más de un año. Las cosas eran así ahora, le gustase o no.
―Vamos de nuevo ―habló lo suficientemente fuerte como para que todos lo oyeran.
Enseguida todos se levantaron sin quejas y con suspiros de cansancio y molestia.
SungDeuk perdió la paciencia. No le pagaban lo suficiente para soportar ese ambiente de mierda. Y aunque le pagaran lo suficiente, tampoco lo toleraría.
―Bien, si no quieren ensayar, perfecto. No pienso trabajar con ustedes tampoco.
La sorpresa y la confusión en sus caras era realmente divertida. SungDeuk se habría reído si no estuviera seriamente molesto, últimamente este ambiente lo sacaba de sus casillas y hoy era el día en que decidía explotar.
―¿Qué? ―HoSeok fue el primero en hablar― ¿De qué estás hablando?
―Lo que oyeron. Estoy harto de ver sus caras malhumoradas y de verlos ignorarse todo el tiempo. Sé qué hacer esto es agotador, pero hace casi un año que tengo que soportar este ambiente de mierda ―respondió cruzándose de brazos.
―¡Hyung! ―se quejó SeokJin sin demasiada fuerza, sin poder creerse del todo lo que estaba oyendo.
El hombre sólo tomó sus cosas dispuesto a salir de allí. ―Cuando resuelvan sus problemas y tengan verdaderas ganas de hacer esto, me llaman ―dijo seriamente, y salió sin mirar atrás, dejando a todos completamente fuera de lugar.
La joven encargada de filmarlos siempre, quien justo llegaba a la sala cuando el coreógrafo salió, parpadeó completamente confundida y miró a los miembros buscando una explicación, pero ellos resoplaron y rodaron los ojos.
―Tomaré eso como un "tienen el resto del día libre" ―murmuró JungKook, moviéndose para tomar sus cosas del escritorio que había en la sala.
―Seguiré tu ejemplo ―TaeHyung se encogió de hombros caminando hacia sus cosas también.
―¡Esperen! ―habló rápidamente la muchacha, antes de que ellos pudieran huir de allí. Recién entonces ellos notaron que ella tenía una caja de tamaño mediano en sus manos.
―¿Qué? ―apuró YoonGi con su abrigo entre sus manos y expresión seria, listo para regresar a su estudio otra vez.
―Esto llegó hoy. Son para ustedes ―dijo ella abriendo la caja.
―Se supone que no podemos recibir regalos ―suspiró JiMin con cansancio y serio, aparentemente de mal humor.
―No no, son las muestras de los nuevos peluches de la línea BT21 ―sonrió ella a pesar de las expresiones nada simpáticas en los rostros de los miembros de BangTan.
―¿Peluches? ―murmuró NamJoon confundido, mientras todos se acercaban a ver el contenido de la caja. ―¿Cómo es que no sabíamos que iban a ser peluches?
Ella se encogió de hombros. ―Lo siento, sólo soy la mensajera― se excusó. Ella admitió para sí misma que la confusión y la molestia en sus caras al ver lo que había dentro, eran un poco intimidantes.
―Peluches ―dijo SeokJin con el ceño fruncido, siendo el primero y el único en hablar. El resto parecían enojados mirando el contenido. ¿En serio los habían detenido por esto?
Ella se encogió de hombros y sonrió apenada.
―Son adorables.
―Son extraños ―contradijo TaeHyung.
―Son feos ―corrigió JungKook.
Ella rodó los ojos y tomó a Cooky, el conejo color rosa, fiel a su diseño tenía una oreja caída y la cabeza demasiado grande para las proporciones de su cuerpo. Aún así se veía adorable, y la sensación de la tela suave y esponjosa del peluche solo le traia convencimiento por alguna razón.
―¿Cómo van a ser feos? Ustedes los diseñaron. Ten, este es tuyo ―estiró su mano para entregárselo. El menor de todos hizo una mueca y TaeHyung y HoSeok contuvieron una risilla burlona, aunque mal, ya que el menor no dudó en mandarles una mirada asesina en cuanto los oyó. JungKook tomó el peluche rosado sin muchas ganas y lo miró un poco; en la espalda, el peluche tenía una pegatina que decía Cooky, como si no lo supiera, él le había puesto el nombre.. ―Este es para Hoseokkie―alcanzó otro peluche al mencionado.
HoSeok miró el peluche extrañado pero con una sonrisa, a pesar de todo, le había agarrado cierto cariño al diseño. ―Síp, es raro.
―En la parte de atrás dicen sus nombres ―informó JungKook desinteresadamente mientras la muchacha tomaba otro y él seguía observando el bendito peluche con desdén.
HoSeok dio vuelta el peluche y leyó en voz alta― Mang.
―Este es para Jin, este es para JiMin... ―sonrió estirando un peluche para cada uno, uno de ellos. ―Y este es para TaeHyung, ―se lo entregó y TaeHyung sólo pudo mirar al extraño ser con cabeza en forma de corazón, voluminosos labios amarillos, sin mucho convencimiento, como si estuviera pensando que fue una mala idea semejante invento. ―Aquí está el de YoonGi. ―El rapero sólo tomó el peluche sin siquiera mirarlo. ―Y por último, este es para NamJoon.
El líder tomó el tierno Koala dormido con una sonrisilla pero sin demasiado interés.
―Tata ―leyó TaeHyung.
―El mío se llama RJ.
―El mío, Chimmy.
―Ya lo sabemos, literalmente los diseñamos juntos, en la misma habitación ―les recordó JungKook. JiMin bajó la mirada a su peluche sin decir nada más y Jin le dedicó al menor de todos una mala mirada que éste ignoró olímpicamente.
―Como sea ―cortó YoonGi metiendo el peluche dentro del gran bolsillo de su chaqueta. ―¿Ya terminamos?
―Pues, sí. Eso es todo ―respondió ella encogiéndose de hombros. ―Yo ya cumplí con mi parte, ―y dicho eso, con una rápida reverencia, la muchacha salió de allí.
Apenas ella estuvo fuera, cada quien retomó su tarea de tomar sus cosas para salir de allí.
Los primeros en desaparecer fueron YoonGi y JungKook, quienes tomaron caminos distintos.
Luego JiMin, luego Tae, quien no dejaba de mirar con cierta obsesión el peluche de extraña cabeza.
NamJoon se dirigió a su propio estudio con el koala en la mano y finalmente SeokJin guardó con cuidado el muñeco en su bolso y salió de allí, dejando a un solitario HoSeok, quien le sonrió por última vez al peluche antes de dejarlo sobre su bolso, sólo para volver a tomar el control del equipo de música, descubriendo al extraño conejo de JungKook abandonado allí.
Resopló y lo tomó. Si JungKook aún fuera el adorable maknae que entró a BangTan con tan sólo quince años, ese conejito sería perfecto para él.
Lo volteó y se rió cuando leyó Cooky, tan simple y ridículo, que era imposible que no hubiera sido creación de JungKook.
Dejándolo donde estaba, le dio play a la música una vez más, dispuesto a seguir bailando pero esta vez a su gusto, para deshacerse del estrés de la mejor forma que conocía.
―Al menos tendré algo de compañía ―se rió de sí mismo mirando a Mang.
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Como siempre, gracias por seguir aquí, los quiero mucho.
―Lu Shi.
PD. Seguro cambie algunas cosas de las Advertencias porque lo que se me ocurrió me gusta más que lo que tenía.
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