Omake: Un corto camino que llevó a una gran enseñanza
En lo profundo de un bosque, frente a un extenso rio con un desconocido final e inicio se encontraba una mujer poderosa conocida como la bruja de justicia, una guerrera formidable y a la vez una belleza.
Tomoe se encontraba observando el calmante rio viendo tu reflejo.
"¿Dónde estoy...?" Tomoe miró sus manos "Me siento extraviada pero a la vez me siento en casa".
La japonesa no sabía que se encontraba en su tierra natal, Japón, aunque no era su tiempo estar en ese lugar la hacía sentir en casa.
De pronto escuchó un fuerte golpe de algo chocando contra el suelo, la samurai se levantó y se dirigió hasta donde se produjo el golpe y al llegar se sorprendió al ver quien estaba ahí.
"Sasaki... Kojiro" Tomoe se detuvo y se oculto entre los arbustos y vio la escena.
Un sonriente anciano continuaba su camino en su caballo, bajó su sombrero en reverencia hacia el joven espadachin antes de alejarse más del joven.
La espadachín se encontraba tirado en el suelo mirando hacia el cielo con una enorme sonrisa "¡¿Entonces, como gano está vez?!"
Tomoe se dió cuenta que estaba en el momento en el que Sasaki avanzaba en su camino para llegar a la perfección de su estilo de la espada.
Sasaki se levantó del suelo y tomó su espada de madera con ambas manos, arrodillado desde atrás del anciano maestro que poco a poco se va alejando, el joven soltó unas lágrimas mientras se agradecía.
La mujer que se encontraba observando entre las sombras decidió acercarse para hablar con el espadachín.
Tomoe avanzó hasta Sasaki y con respeto y cuidado se agachó y habló "¿Te encuentras bien?"
"¡Ahhhh!" La repentina aparición de la samurái asustó por completo a Sasaki que cayó al suelo nuevamente.
"Eso fue algo grosero de tu parte" Añadió la samurái mirando al espadachín.
"¡No pude evitarlo! ¡Saliste de la nada!" Sasaki se defendió, mientras limpiaba el polvo de su vestimenta habló con Tomoe "Tú... Pareces no ser de por aquí, tus ropas no son algo que llevarían una mujer".
Tomoe se dió un chequeo de la forma en la que iba vestida, era la misma ropa que usaba cuando estaba en el infierno "Digamos... Que soy una clase de mujer diferente".
Sasaki guardo silencio por un momento, Tomoe esperaba algún tipo de queja o molestia Pero eso cambio cuando vio al espadachín sonreí.
"¿En serio? Pues te queda muy bien" Sasaki se acercó a Tomoe y realizó una pequeña reverencia "Soy Sasaki Kojiro, un placer".
Tomoe respondió el saludo haciendo también una pequeña reverencia "Un placer, mi nombre es Gozen Tomoe".
"Gozen... Tomoe" Sasaki miró a la mujer tratando de comprobar algo "Ya he escuchado ese nombre antes" La mirada de Sasaki hacia la samurái se afligía más.
Tomoe olvidó que habían pasado 400 años desde su muerte y posiblemente alguien habría contando algo sobre ella que habría sido rumoreado a traves de los años.
Sasaki invadía más el espacio personal de la mujer "Mmmm" El espadachín estaba a punto de decir algo y ver la boca de Sasaki abierta preparada para articular más palabras la puso nerviosa. Nervios que desaparecieron al instante.
Limpiando la cera de su oído Sasaki empezó a alejarse de la samurái "Nah, ya no lo recuerdo".
Tomoe estaba a punto de matar a Sasaki con sus propias manos por hacerla preocupar, y el aura asesina que desprendía pudo ser sentida por el espadachín que se abrazó a si mismo al sentir un escalofrío.
La mujer se calmó y se acercó al espadachín "Sasaki-san, ¿Te molesto si te pido que me dejes acompañarte hasta tu siguiente destino?"
Sasaki miró a Tomoe sorprendido, sonrió con confianza "¿Ah sí? Supongo que deseas ver en primera fila a un gran espadachín, dime, ¿Has escuchado de mi?"
"Si" Tomoe respondió con calma y honestidad, haciendo que el ego de Sasaki creciera "He escuchado acerca de un joven y tonto espadachín que tiene el valor suficiente para pedirle a los mejores maestros de la espada de Japón que se enfrenten a él solo para perder y desaparecer del lugar".
Tan rápido como apareció, Sasaki cayó al suelo de rodillas con los ánimos en el suelo, espera que las personas escucharán de él por eso pero no con las palabras con las que la mujer lo describió.
"E-Esta bien, me puedes acompañar hasta el siguiente pueblo" Sasaki se levantó y avanzó por el camino seguido por Tomoe.
El par de guerreros emprendió el viaje hasta el siguiente pueblo para encontrar al siguiente rival de Sasaki.
Tomoe no podía entender porque había sido traída aquí, en este tiempo y con él, pero no le molestaba. Ella deseaba ver en primera fila el entrenamiento de Sasaki Kojiro, por eso solicitó acompañarlo, aunque el viaje no sea muy largo.
En el camino, Sasaki conversaba con Tomoe, contándole todo acerca de sus experiencias al enfrentarse con los grandes maestros.
Tras un largo camino, ambos decidieron parar para pasar la noche. La zona donde decidieron descansar era un buen lugar, una cascada que formaba un gran estanque y de él se formó un río, era una zona abierta dentro del bosque y lo mejor era la bella vista de las estrellas. Tomoe trajo lo necesario para iniciar una fogata y ayudar a preparar la cena.
"Sasaki-san, todo está listo, solo faltaría capturar algo para cocinarlo" Tomoe se acercó al espadachín que regresaba después de una pesca exitosa, trayendo dos pescados de buen tamaño atravesados en la hoja de su katana.
"La captura de hoy fue maravillosa" Sonriendo Sasaki quitó los peces de la hoja de su arma "Pero aún no es suficiente" Sasaki camino hasta la cascada, posicionándose sobre una roca que se encontraba ahi.
Tomoe fue testigo de algo que solo podía ser descrito como "arte".
Sasaki se sentó con las piernas cruzadas dándole la cara a la cascada, sujetando su Katana con ambas manos se concentró y meditó entrando en calma con todo el ambiente.
Tomoe vio como una golondrina volada arriba de Sasaki, el ave cayó en picada aumentando la velocidad de su vuelo gracias a la caida. Cada vez acercándose más, Sasaki preparó su katana lista para hacer un movimiento.
Antes de acercarse más al espadachín, la golondrina arribó nuevamente a una velocidad increíble volviendo a los cielos, justo en el momento en el que la golondrina cambio de dirección Sasaki hizo un ligera movimiento con su Katana.
Tomoe vio en primera fila como la punta de la katana del espadachín se manchó con sangre, cuando miró en el cielo vio como la figura de la golondrina era dividida en dos partes.
Cómo si fuera coincidencia, ambas partes cayeron junto a los pies de la samurái "Con eso podremos llenarnos está noche" Sasaki fue el primero en hablar mientras con una sonrisa limpia su arma.
"Si" Tomoe estaba impresionada. Miró con una sonrisa al espadachín que se acercaba a ella con una sonrisa.
Tras terminar la cena, ambos miraban el fuego consumir la madera, todo era pacífico y tranquilo, algo que no incomodaba.
"Sasaki-san" Llamó Tomoe al espadachín sin apartar la mirada del fuego "¿Por qué haces esto? Me refiero, a ir de maestro en maestro y perder. Estoy segura que habría mejores métodos para aprender y entrenar tu estilo de la espada".
Sasaki miró por un momento a Tomoe, sonrió con calma mientras dirigía su mirada ahora al cielo "Tal vez tengas razón, pero aún así continuaré entrenando de esta forma, porque aprender de tus errores es la mejor forma de avanzar en tu camino".
"Todos tenemos un objetivo sabes, incluso aunque no lo admitamos, tenemos sueños, deseos y metas. Yo deseo aprender de todos los maestros, perder y ver mis fallas me ayudarán a mejorar" Sasaki suspiró al recordar a sus viejos compañeros quienes fueron los que lo ayudaron a empezar en su enseñanza"Y tú, tienes algún sueño? Alguna meta? Algún deseo? Que te impulsa a seguir tu camino".
Tomoe miró un rato a Sasaki "La justicia, un mundo donde el mal no exista, ese seria mi sueño" La mujer respondió viendo sus manos "La maldad debe ser erradicada".
"Maldad, eh?" Sasaki se recostó en el pasto viendo el estrellado cielo nocturno "Ese sueño, solo se quedará como una sueño".
Tomoe miró anonada al espadachín con su respuesta "¿Por qué dices-"
Sasaki la interrumpiría "Tanto la maldad como el bien deben de existir, son uno mismo y gracias a eso existe un equilibrio. El bien genera el mal y el m genera el bien, de hecho ¿Qué es el mal? Hay especies que se atacan entre sí mismos, lo mismo sucede con nosotros los humanos, pero tenemos normas que nos establecen que está bien y que está mal".
"Digo, acabo de matar dos peces y un ave inocente, ¿Eso me hace malvado?" Sasaki miró a Tomoe que no supo que responder "Aunque no sea justo, el mal debe existir, para que de esa forma el bien surja"
Cerrando los ojos Sasaki se dispuso a dormir "Mis palabras quizás no las hayas entendido, pero quién sabe, quizás algún día veas con tus propios ojos lo entiendas".
Tomoe miró al espadachín por unos momentos, se recostó también en el pasto y le dijo unas últimas palabras antes de dormir "Sasaki-san"
"¿Si?" Habló haciéndole entender a Tomoe que seguía despierto.
"Algún día, estoy segura que llegarás a la cima y verás con tus propios ojos como tu estilo de la espada" Tomoe recordó como el viejo Sasaki cortó en pedazos al dios de los mares y como aún cansado y lastimado sonreía al terminar el combate "Sera capaz de matar incluso a un dios".
"¿Un dios? Jeje me alagas, pero gracias, descansa Gozen-san" Dijo el espadachín antes de cerrar sus ojos y entrar en un profundo sueño.
"Descansa... Asesino de dioses" Tomoe cerró los ojos durmiendo también. De Pronto los abrió nuevamente, ya no sentía la brisa del viento o el calor del fuego, miró al rededor y se encontraba nuevamente en la zona para ver los combates del Ragnarok.
Tomoe miró suspiró bajando la cabeza, segundos después sonrió. Se levantó del suelo y camino hacia las demás para ver el cuarto combate.
Continuará...
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