VI
A veces, cuando cierra los ojos, puede verse a sí mismo, arrodillado y encorvado de una forma en la que pretendía protegerse.
Cuando toca la cicatriz en su cuello, puede escuchar lo que estaba escuchando cuando se estaba aferrando a su propia vida a pesar de que el peligro, en términos básicos, ya había pasado.
Cuando relamía sus labios, podía oírse a sí mismo repitiendo las únicas palabras que llevaba diciendo desde que era un niño.
Pero ahora, revivía todos esos recuerdos al ver el sarcófago de su padre, el mundo real estaba mudo, nada de lo que decía estaba llegando a sus oídos, nada de lo que recitaba estaba quedándose en su mente.
Solo estaba ahí, viéndose a sí mismo, preguntándose a sí mismo y suspirando.
—Hace mucho tiempo, mi padre me dijo lo siguiente:
Las pesadillas se hicieron constantes, a tal punto que evitó dormir y se refugió en su labor. Trataba de no verse en el espejo, y cuando lo hacía, siempre se miraba por el rabillo de su ojo, tratando de no ver su rostro. Porque si lo hacía, veía a su padre.
— 《En la grandeza de tu honor, a tu padre venerarás 》.
Cerrar los ojos, no era verse solo a sí mismo en su momento más frágil.
— 《y en la riqueza de tu sabiduría, su reino heredarás》.
Tocar su cicatriz, no era solo escuchar sus palabras. También era escuchar más heridas.
—Mi padre, un hombre honrado y dedicado a su pueblo. Hoy, deja este mundo para vivir en el corazón del reino.
Relamer sus labios, no sólo era recordar las mismas palabras que repetía una y otra vez desde su niñez.
Alzó la mirada a los presentes, pensando en qué tal vez, la mayoría sabrá que él no es una mala persona, que no es tan inútil como lo recuerdan.
Pero también, sabe que su vida siempre será un secreto de estado. A nadie le gustará saber la verdad, porque ellos sabían la verdad.
Todos saben que para él, no evita la mirada de los espejos porque no le gusta su apariencia. Las miradas acusatorias saben que no duerme porque sus pesadillas sean el problema, los murmullos siempre afirmarán que estaba desesperado por este momento.
—Descanse en paz, su Majestad.
Relamer sus labios, es para no hablar, tocar su cicatriz es para no olvidar. Y no ver, sabe que lo hace porque no podrá perdonar.
Las puertas de la oficina se abrieron, pero entonces Beomgyu se dio cuenta de que Soobin no se encontraba ahí.
Con un suspiro de exasperación, decide retirarse de la oficina y comienza a preguntar por el joven alfa, el cual estaba en otra sala muy distinta y lejana de la oficina, pero, para fortuna y comprensión estaba haciendo su trabajo.
A pesar del luto, y del estrés reciente que le ha provocado estar tomando un trabajo tan pesado de la nada, Soobin lucía relajado.
Parecía más relajado y adaptado a la situación, de todas formas ya habían pasado unas semanas desde el fallecimiento del rey Minhyuk.
Beomgyu se preguntó si acaso lo que Minho le había dicho era verdad, si acaso de la fachada tan cuidadosa y serena de Soobin se encontraba un torbellino de emociones que escondía con fervor y decisión a nunca dejarse ver herido.
Aunque le lastimaba pensar eso, de verdad creyó que Soobin confiaba en él. Se supone que su puesto estaba ahí para acompañarlo y serle más útil como alguien en quien pueda confiar.
—Creí que estarías en la oficina.
—Pedí por algunas remodelaciones, Se supone que estarían empezando a desocupar la oficina.
Beomgyu quedó en silencio cuando la respuesta de Soobin salió casi de forma automática, incluso viendo cómo parecía inmutarse al tenerlo en frente suyo.
— ¿Remodelar? Soobin, no puedes venir y pedir que cambien algo que está construido desde hace siglos.
—Exacto —el joven quedó en silencio cuando su amigo volvió a hablar con tanta serenidad a tal punto que hasta parecía ser abrumador —Solo quiero arreglar un poco las conexiones eléctricas. El sistema es muy viejo. Tú lo has dicho, es una construcción que lleva siglos y las conexiones eléctricas ya son demasiado viejas.
— ¡Tu padre ya hizo esas remodelaciones hace un año!
—También pedí que habilitarán una ventana. Esa oficina es asfixiante.
—Soobin, si no te gusta la oficina podrías dolo decirlo y pedir que te den una nueva. Pero pedir una remodelación es muy peligroso, en especial si quieres una ventana. El palacio se sostiene por sus paredes. El mínimo cambio de estas puede provocar un derrumbe.
—De hecho, revisé los planos y encontré con que el pabellón entero fue reconstruido cuando ocurrió el terremoto, hace más de treinta años.
—Y sigue siendo un tiempo demasiado corto para la renovación que quieres hacer.
—Yo lo encuentro un tiempo adecuado.
—Ajá, ¿y el cuadro de tu padre? Te recuerdo que debe haber un lugar específico para eso.
—Beomgyu, hay unos pasillos hermosos en el palacio donde pueden colocar ese cuadro.
—Y tú estarás en ese cuadro después, debes poner tu propio retrato de la coronación…
—Para el cual aún faltan como dos años —Soobin suspiró y firmó el documento que estaba entre sus manos —. Beomgyu, entiendo tu preocupación pero, es un lugar en el cual estaré pasando por horas por lo que me resta de vida, lo mínimo que puedo hacer es volverlo un poco más cómodo para mí. Y tal vez, tenerla en mejores condiciones.
Beomgyu guardó silencio, entonces Soobin pasó al siguiente documento, frunciendo el ceño al ver de lo que trataba.
—Comolejo departamental "Choi Jeongyeon" —Soobin alzó una ceja al ver que el nombre de esa mujer y el apellido de su familia estaba en lo que iba a ser un complejo departamental.
—Tu padre iba a inaugurarlo hace días, pero con su fallecimiento, se decidió posponerlo.
—Interesante, nunca se me dio a conocer esto —comentó el joven monarca —. Entonces he de suponer que me quieren ahí.
—No es necesario que asistas. El nombre de Jeongyeon está ahí, por lo que sería bueno que ella se pronuncie al respecto.
—Jeongyeon de hecho se ha negado a asistir a cualquier acto público en mi nombre con tal de que saque a Hongjoong del internado. Incluso cuando convencí a Hongjoong de asistir y no causar problemas. Por lo que lleva a que el segundo adulto de esta familia deba hacerlo, y ese soy yo.
—Sería tu primera inauguración.
—Sí, lo es.
Soobin cerró los ojos con fuerza, para luego desviar la mirada y pedirle a Kai que abriera la ventana del salón, argumentando que necesitaba aire.
— ¿Estás bien? —Soobin asintió en lo que se apoyaba su cabeza en sus manos, respirando hondo.
—Solo un poco mareado —los dos no dijeron nada, al menos hasta que Beomgyu decidió retirarse.
—Deberías… Deberías llamar a un médico, Soobin. No es normal lo que te está pasando.
—No, no hace falta.
Y con aquello dicho, Beomgyu se retiró, sintiendo el amargo en su boca al haber presencias como resultaban ser verdad las palabras de Minho en primera fila y como invitado del público.
Se sentía mal por eso. En especial al haber visto cómo a pesar de su malestar, no le pidió llamar a un médico o incluso pedir algo que pudiera ayudarloa aliviar un poco.
Y ahora que lo veía arreglarse para esa inauguración, ya no era normal.
Soobin parecía estar muy enfermo, estaba pálido y no sabe si es por las horas que llevaba durmiendo o por lo mismo que le ha estado causando tantos mareos y ahora también le provocaba ganas de vomitar.
Hasta parecía que Soobin lo sabía, pero que prefería ignorarlo.
—Beomgyu, por favor dile a Minho que lo necesito un momento —ordenó Soobin, quien estaba terminando de arreglar los últimos detalles de su apariencia, intentando cubrir cada defecto en él.
—Mi padre…
—Tu padre y Minho trabajan para la monarquía de este reino, por favor, haz lo que te pido —contestó Soobin, haciendo que Beomgyu rodara los ojos y emprendiera el camino hasta el lugar de trabajo de Minho.
Ahora que Soobin estaba solo, se sentó en su cama, intentando mermar su malestar.
No quería que Beomgyu lo siguiera viendo tan afectado como estaba.
Fue entonces que decidió llamar al médico que lo había estado atendiendo en la universidad, estaba seguro que él le ayudará a encontrar una forma de detener o apaciguar un poco el dolor en su vientre, estaba acostumbrado a los mareos o a las ganas de vomitar.
De todas formas llevaba años así.
—Te dimos la semana que nos pediste, y cuando menos lo esperamos resulta que estabas en el otro reino.
—Sé que se ve mal, pero…
—No quiero peros —se quejó el supervisor —. Ya que el paseo del funeral fue tan relajante, irás otra vez.
—Mire, le estoy diciendo que mi pasaporte lo tiene mi padre y…
—No quiero excusas. Recuerda que podría estar despidiéndote ahora mismo, y si realmente quieres conservar tu trabajo, moverás tu traserito de omega a el reino vecino y cubrirás ese maldito evento.
Yeonjun guardó silencio unos segundos.
—Sí, jefe.
No le pagan lo suficiente.
En sentido literal, recibía menos de lo que Jisung, quien era un asistente de cámara, estaba recibiendo.
Pero tampoco le estaban dando el apoyo que necesitaba.
Tuvo que verse obligado a pedir un adelanto, con el cual tuvo que pedir un pasaporte nuevo, ya que por mucho que lo intente, su padre no quería regresarle su pasaporte, alegando que había arruinado una gran oportunidad para el Rey Jimin.
No es su culpa que el rey Soobin sepa leer y entienda lo que estaba acordado. Hasta puede estar seguro que el joven monarca tenía clara su decisión antes de siquiera cruzarse con él. Y no le sorprendería, siendo sinceros.
Pero su padre y Jimin estaban haciendo un escándalo, acusándolo de ser un anti monarca al haber arruinado todo lo que estaban planeando.
Y ahora estaba ahí, en el reino vecino porque su jefe no pudo estar presente para su celo, por lo que debía cubrir lo que su supuesto amante -sí, su jefe lo dijo con celos- estaba por hacer. Una inauguración.
A pesar de que comenzaba a odiar el reino vecino y no tenía intenciones de volver a cubrir algo respecto a ese lugar, no podía llegar con las manos vacías e investigó un poco al respecto.
Se supone que esta inauguración tenía muchas cosas importantes, ya que se trataba de que la consorte del rey Minhyuk había invertido gran parte del dinero de la familia real para abrir una nueva vivienda a personas de bajos recursos que no pueden adquirir un hogar y ahora cobra una nueva importancia al ser la primera aparición pública de Soobin como monarca.
Por supuesto, aquello ahora estaba restringido.
Después de lo ocurrido en las afueras del palacio, se tomaron varias medidas para preservar la integridad del monarca. El cual terminó siendo en que el rey Soobin daría un discurso en el interior del edificio principal, permitiendo pasar a unos cuantos ministros, al parecer la Corte Real y también los medios de comunicación oficiales de la familia real.
Mientras que él debía esperar en un área que estaba fuera del edificio, teniendo detrás de él al resto de la población.
Le parecía bastante prudente, aunque se estaba arriesgando a que la gente le tenga más desprecio por no dejarlos celebrar un logro para ellos.
—Estamos al aire.
Yeonjun asintió ante el llamado de Jisung y puso una cara neutral, escuchando lo que sus compañeros estaban comentando, lo cual eran burlas hacia él por lo ocurrido anteriormente.
Hasta que recibió la señal.
—Buenos días. Así es, nos encontramos en el reino de Corea del Este, lo que tenemos aquí es un momento bastante especial, no solo para la sociedad de este reino, sino que también estamos hablando de la primera ceremonia que estará realizando de manera pública y solemne desde el fallecimiento del rey Minhyuk. Estamos hablando de la inauguración del edificio "Choi Jeongyeon", tres edificios departamentales de doce pisos con al menos veinte departamentos por piso, los departamentos están destinados a familias con bajos recursos.
—Supongo que ya sabías sobre este proyecto, ya que hasta parecías llevarte bien con el rey Soobin, ¿no?
Yeonjun sonrió, pretendiendo no querer matar a ese maldito presentador de noticias. No le pagaban lo suficiente como para que sea justificable tener que soportar los rumores que siempre lo estaban envolviendo.
—Me temo que no, ninguna de tus suposiciones son ciertas. De hecho, es por algo que nosotros debemos esperar al igual que los otros medios internacionales para poder ver al rey Soobin —el "oh" que escapó de los labios de los presentadores al escuchar su respuesta lo hizo sonreír.
Jisung alzó su dedo, el cual no era visible ya que era él quien estaba sosteniendo la cámara con la cual lo estaban grabando, orgulloso de haberle cerrado la boca a los presentadores.
—Volviendo al tema —Yeonjun se posicionó con tal de poder dejar de fondo los edificios y los otros periodistas de otros canales y lugares —La ceremonia está a punto de empezar, así que es bueno ir comentando que, pronto se nos dará un informativo de lo que ha dicho el rey Soobin en su discurso. Buenos días.
Y fueron sacados de la televisión.
Yeonjun suspiró de alivio cuando eso pasó, ya no soportaba oír la voz del maldito que hizo ese comentario.
¿Quién se creía para hacer un comentario de ese calibre? Lo peor viene cuando recordó que ese presentador era omega. Uno el cual había sido favorecido desde el principio. Recuerda que llegó en el mismo mes que él, y que a diferencia suya, ese omega siempre se vio ofreciendo favores a los ejecutivos e incluso a sus compañeros.
Por supuesto que a Yeonjun eso no le afectó, pero recordar que seguía con el mismo sueldo que era incluso la mitad de lo que un auxiliar de limpieza recibiría en el mismo edificio del canal. Su sueldo era el mínimo de lo mínimo, y por supuesto, todo se debía al estúpido sentimiento de que debía pelear con él por mantenerse.
No lo culpaba, de todas formas estaba buscando sobrevivir en un ambiente donde los alfas tenían la última palabra, pero en realidad, ¿qué le costaba no pasarlo a llevar? También estaba buscando sobrevivir ahí.
Sonrió para sí mismo, recordando lo que referenciaba al rey Soobin. Dándose cuenta que de alguna manera, todos buscamos sobrevivir.
Soobin tomó aire, nervioso al tener que hablarle a sus ministros y su Consejo Real, sabía que cada palabra en el discurso podía causar malentendidos en la población general, y que en realidad no estaba listo para aquello.
Le dolía el estómago, su cabeza estaba dando vueltas y es muy probable que haya estado aumentando su fiebre.
Pero un rey no tenía porqué quejarse de ello.
Cuando se le pidió subir para "decir unas palabras", dio unos pasos lentos hacia el atril en el cual iba a dar su discurso, revisando los papeles de forma disimulada.
Miró en frente y tomó aire, comenzando con las palabras más cordiales que podían existir, dando un discurso que pudo haber sido normal.
De no ser por el polvo que estaba cayendo.
Detuvo sus palabras cuando el polvo comenzó a hacerse presente, fue entonces que miró al techo, y se dio cuenta de que una fisura se estaba haciendo más y más grande.
Se quedó en silencio, intentando llegar a una orden rápida, pero al oír las ventanas crujir decidió que no podía pensar más.
—Pido a todos los presentes evacuar de forma ordenada el edificio. Por favor, deben salir del edificio lo más pronto posible.
Los ministros y la Corte Real se quedaron en silencio, quietos y abrumados por lo que acabaron de escuchar por parte de su monarca.
—Por favor, abandonen el edificio —pidió otra vez, y entonces miró a Namjoon, justo cuando las ventanas volvieron a crujir, esta vez de forma estruendosa.
El edificio se estaba comenzando a derrumbar.
— Dispersa a la gente de afuera, y ustedes por favor, ¡deben evacuar, el edificio se va a derrumbar!
Y al escuchar aquello, los cristales de las ventanas se rompieron, causando el pánico en los hombres que salieron corriendo como locos, el polvo comenzó a caer en mayor cantidad y la fisura se hizo más grande.
Todos comenzaron a evacuar, sin embargo, Soobin notó que estaban comenzando a volverse cada vez más desordenados.
El pánico estaba comenzando a inundarse tan solo con los ministros y la Corte Real pero, cuando logró salir vio todo el caos que se estaba desatando fuera del complejo departamental.
La gente corría a en todos lados, y cuando se volteó para volver a mirar el edificio, pudo ver cómo se derrumbaba.
— ¡Mami!
Soobin se volteó cuando escuchó la voz de una niña, entre tantas personas gritando por ver cómo el edificio estaba cayendo y por el miedo a quedar atrapados entre los escombros, fue entonces que pudo divisar a una niña pequeña.
Corrió hacia ella mientras se quitaba el saco de su traje y cuando llegó a ella la abrazó con fuerza para envolverla y que el polvo no le hiciera daño.
Los gritos se hicieron cada vez más presentes, y la gente comenzó a pedir ayuda, estaban comenzando a quedar atrapados entre los escombros.
Soobin intentó huir con la niña en sus brazos, sin embargo, cuando menos lo necesitaba, un fuerte dolor en el vientre se hizo presente al punto en el que se arrodilló.
Fue ahí cuando comenzaron las horas más tensas para el reino.
No sólo por el derrumbe, sino que Soobin, su nuevo rey, había quedado atrapado entre los escombros del derrumbe.
La vida del rey Soobin estaba en riesgo, si es que no estaba perdida ya.
Abrió los ojos, sintiéndose cegado por la luz de la habitación que estaba dando directamente en su cara, tomando segundo a segundo consciencia de su cuerpo, y siendo inundado por una horrible ola de dolor la cual lo llevó a ponerse una mano sobre la frente, intentando apaciguar el dolor de forma inútil.
Cuando pudo acostumbrar su vista a la luz, notó que su mano tenía una intravenosa. Frunció el entrecejo, mirando después a su lado y viendo lo obvio.
Abrió los ojos de sobremanera cuando divisó que algo hacía falta en sus manos, por lo que sin esperar a que su cuerpo termine de acostumbrarse al dolor, toma asiento en la camilla y busca lo que estaba perdido en las mesas de noche que estaban a su lado.
¿Acaso se lo quitaron al creer que solo es un accesorio? No sería una sorpresa, ya que su apariencia estaba fabricada para parecer uno.
Tomó aire e intentó pensar, tal vez con el apuro no lo puso en su muñeca. Aunque era extraño pensar en eso, era su rutina. No, ¡él nunca se lo quitaba!
Su corazón se apretó al no encontrar aunque sea el rastro de lo que buscaba, aterrado de haberlo perdido.
Perdió las pocas fuerzas que tenía en esa búsqueda, viéndose abatido cuando suspira, por lo que vuelve a recostarse. No tiene idea de lo que pasó, por lo que no termina de entender la razón de sentirse tan destruido.
¿Será que acaso ocurrió algo respecto a lo que perdió, y su dolor nacía por eso?
Se sentía cansado y sus ojos comenzaban a cerrarse solos, pesados e hinchados. Quería dormir, pero se negaba a hacerlo.
La puerta se abrió unos minutos después, dejando ver a Beomgyu, quien parecía sorprendido de verlo despierto, salió unos segundos, luego volvió a abrir la puerta e ingresó al cuarto, quedando a su lado un momento después.
Se fijó un poco en su rostro, el cual tenía una variación desde el temor hasta el alivio, era algo bastante confuso.
— ¿Qué…? —tosió un poco, dándose cuenta que tenía la boca seca. Lo hizo preguntarse desde cuándo estuvo de esa manera —. ¿Qué pasó?
Beomgyu se quedó callado unos segundos, como si estuviera intentando procesar todo.
— ¿Beomgyu?
—El edificio principal del complejo departamental se derrumbó cuando estabas por inaugurarla —contestó finalmente, dejando que tuviera el golpe de los recuerdos golpeando en su pecho —. El edificio principal se derrumbó poco después de que evacuaras a todos y eso provocó que cayera el segundo edificio, y los escombros de ese edificio te atraparon.
Soobin se quedó callado, recordando a detalle cómo es que sólo corría por su vida y por la…
La niña.
—La-la niña, tenía a una niña conmigo cuando se derrumbó el edificio, ¡¿dónde está?!
Soobin se sentó de golpe, pero, el dolor fue tan grande punzada que Beomgyu lo ayudó a regresar a su postura anterior, ya que quedarse sentado iba a ocasionar más dolor y Beomgyu no quería pensar en la magnitud como para Soobin se queje.
Debe ser como de mil demonios.
—Calma, la niña está bien, para fortuna de ella, no tuvo daños a parte del dolor por haber quedado bajo los escombros, ella estaba en buen estado y ya fue reunida con sus padres —el castaño mordió su labio, aún estaba preocupado —. Pero hay un problema en realidad.
— ¿A qué te refieres?
—Ahora mismo están protestando.
Soobin se quedó callado, confundido ante lo que el segundo alfa le estaba diciendo.
— ¿Protestando?
—Sí. Ocurre que hubo gente que terminó muerta. Ya sea en el momento o después por los escombros.
— ¿Y Yoongi? Se supone que él y el Consejo Real deberían estar…
—Yoongi volcó todos sus movimientos con tal de no dejar actuar a Jeongyeon. Por lo que salvar vidas tomó mucho, ya que no se pudo pedir ayuda al extranjero.
—He de suponer que los grupos de rescate hicieron todo lo que estaba a su alcance —Beomgyu asintió y Soobin se quedó mirando a su amigo por unos segundos —. Llama al doctor, y dile que estoy listo para recibir el alta.
— ¿Qué?
—Lo que te dije, llama al doctor y dile que me dé el alta, también llama a Minho y dile que me traiga un poco de ropa, debo volver al trabajo.
—Soobin, acabas de despertarte y…
—Y también me doy cuenta de que esta situación se ha manejado de forma nefasta, ve y llama al doctor y a Minho, ya —ordenó Soobin, causando que Beomgyu lo piense un poco pero luego acepta y se retira de la habitación.
No sabía cuántos días llevaba así, pero, debía hacer algo al respecto. ¿Cómo un consejo entero pudo ser tan inoperante al punto de dejar morir a la gente?
Se levantó, aunque estaba cansado y con dolor, lo hizo para demostrar que era capaz de salir bien de esta.
Yeonjun se encontraba fuera del hospital, le tocaba cubrir lo último antes de que deba volver a su hogar.
—Aquí Yeonjun, reportando en vivo cómo es que hace unos momentos se habría anunciado que el rey Soobin ha despertado del coma en el cual ha sido inducido después de ser encontrado en estado crítico por los derrumbes hace unos días atrás. Mientras las protestas se siguen desarrollando, se rumora que el nuevo monarca estaría planeando reposar un poco antes de volver a la labor pública por el calibre de sus heridas…
—¡El rey Soobin!
Yeonjun se volteó, viendo a Soobin salir mientras que Beomgyu y Minho lo ayudaban para mantenerse de pie y poder caminar hacia el auto de la familia.
Hubo un momento en el que Soobin se volteó, cruzando miradas de inmediato con Yeonjun y ambos quedando así, hasta parecía que el mundo avanzaba más lento, o mejor, ya no existía.
Cuando Soobin subió al auto, aquella pequeña conexión se esfumó, dejando a Yeonjun con aquella sensación tan extraña, tan estimulante que podría echarse al suelo para intentar calmarlo.
—Psst, Yeonjun —los susurros de Jisung finalmente lo sacaron de su trance, y siguió con su trabajo mientras seguía pensando en aquella sensación.
No sabía qué lo había alterado tanto, si su omega al saber que el alfa que lo había salvado en su momento estaba vivo o algo más.
Pasó los días pensando en ello, al menos hasta que recordó una sensación parecida cuando vio las noticias.
El Rey Soobin había destituido a su primer Ministro por inoperancias y esparcir rumores sobre una supuesta magia.
El ahora ex-primer ministro dio una entrevista, donde había confesado que con su magia roja, sentía una presencia poderosa cada que estaba cerca del joven monarca, e intentó indagar en ello, ya que todos los sirvientes y personal que envolvía a Soobin no parecía estar extrañado con aquella gran aura. No era cualquier aura, era incluso más grande que la de alguien con magia azul.
Su estómago se revolvió cuando leyó la entrevista, siendo también interrogado por sus colegas, e incluso por Changbin al todos ellos tener conocimiento que estuvo en el palacio.
Les dijo que no tenía idea, confesó que sentía esa magia poderosa pero, no podía afirmar que fuera de Soobin, ya que habían muchas personas en el palacio y nunca estuvo a solas con Soobin.
Por supuesto, pretendiendo que la charla en la oficina del rey no hubiera tenido lugar.
Y de todas formas, su magia no estaba tan entrenada para eso, porque no le gustaba sentirse sobrecargado con tantas auras a asu alrededor.
Jisung solo miró cómo sucedía todo a Yeonjun, preguntándose porqué había decidido dejar pasar los momentos del derrumbe.
Estaba impactado, por no decir menos.
El médico ingresó al cuarto, donde vio a Soobin, recostado en su cama pero haciendo el papeleo de igual forma.
—Ma…
—Aún no me coronan y usted y yo tenemos una relación más estrecha que eso —el médico guardó silencio y Soobin alzó la mirada, al menos hasta que el monarca sonrió con ligereza —. Sabe que me puede tratar de joven.
El médico sonrió y se acercó al joven monarca, quien había dejado a un lado sus documentos para ambos meterse de lleno en la consulta médica.
Comenzó por lo básico y la consulta llevó un buen rumbo, hasta que el médico quiso plantear lo del derrumbe.
—Me dijeron que no tenía fracturas, pero como salí apenas desperté, me obligaron a estar en cama. Aunque, la verdad me preocupa otra cosa.
— ¿Hay algo más importante que unas lesiones provocadas por quedar atrapados en un derrumbe?
—Usted ya lo sabe, comencé a atenderme con usted por lo mismo.
— ¿Has llevado el tratamiento que te dije? —Soobin asintió y el médico procedió a indicarle cuando tomar sus exámenes, y que pronto tendría sus resultados.
Así que ahí estaba.
Prefirió ir de incógnito, siendo acompañado por un guardaespaldas y por Beomgyu.
Ambos se quedaron fuera de la consulta y después. De una corta charla, donde el médico le preguntaba ciertas cosas, procedió a leerle los resultados, los cuales estaban igual que antes.
Estaba sorprendido, por lo que quiso preguntar, recibiendo otra a cambio.
—La única vez que te he visto sin esa cosa, vimos resultados esperanzadores. ¿Se puede saber por qué la sigues usando si ya vimos que no te va a ayudar a resolver tu problema?
No dijo nada, no sabía cómo responder.
Tampoco es como si pudiera culpar al doctor, estaba haciendo un buen trabajo y el tratamiento era efectivo, sobre todo, no podía culparlo, ya que tenía razón.
El doctor suspiró.
—Hay una laguna, si te sumerges en el agua, estarás resolviendo dos problemas.
Recibió las indicaciones, y salió de la consulta leyendo lo qie le dijo el médico.
Supuso que si adelantaba un poco del trabajo, podría ir allí con calma.
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