Dos
Al parecer aquella chica se trataba de la hermana del mismísimo Kim Namjoon. Posicioné mi peso en el casillero mientras mantenía una paleta de sabor fresa en mi boca sin perderles la mirada en ningún momento. La mirada de la chica cayó en la mía por algunos segundos, su rostro fue desconcertado pero devolvió la atención a su hermano.
Al fondo del pasillo veía a Taehyung caminar como si se tratara de una pasarela de modas y debía resaltar lo que llevaba puesto. Sonreí aún con el dulce en mi boca, su mochila se encontraba colgada en su hombro derecho y aunque no lo deseara, muchas chicas lo veían. Pero las entendía ¿quien lo podría despegar su vista de semejante hombre? Vaqueros ajustados a sus piernas, camisetas de botones con tres de ellos sin cubrir su pecho donde adornaban algunos collares delgados y sin olvidar su cabello que parecía crecer con el paso de los días.
Sip, aquel hombre se trataba de mí precioso novio.
— Preciosa — Se acercó a mí con una sonrisa pequeña colocando sus manos en mi cintura mientras que yo pasaba mis brazos por su cuello para terminar en un beso profundo que parecía no tener un fin. Sentía las caricias de sus manos y las mías en su pecho. Y así demostrarles a todas que no se encuentra disponible.
— ¿Por que siempre tenemos que encontrarlos de esa manera? Váyanse al cuarto de limpieza o que se yo — La voz irritante de Jungkook se hizo presente pero no le prestamos atención. Hasta que al parecer el muy estupido le proporcionó un golpe a Taehyung en la cabeza.
— ¡Hey! — Se quejó en cuanto desprendió sus labios de los míos. Jeon colocó los ojos en blanco y expulsó el humo grisáceo sin utilizar el esfuerzo.
— Es hermana de Namjoon — Volví a meter la paleta de dulce a mi boca, Jimin la miraba de pies a cabeza sin ningún pudor. Se veía pequeña.
— Pareciera que tiene quince años — Chasqueé la lengua, Taehyung no la miró más desde que me había molestado. Ahora su mirada estaba en mí, más claro... recorría todo mi cuerpo como si estuviera abalizándome.
— ¿Volvieron a hacer alguna maldad? — Pregunto Jungkook. La chica pasó a un lado de nosotros con la cabeza agachada mirando el piso como si fuera lo más interesante, toda una tonta en cuanto golpeó su nariz con el pecho de Min.
— ¡Fíjate por donde vas, estupida! — Le gritó. Ouh, en verdad era irritante ese hombre pero así lo quería. Ella solamente se disculpó en voz baja y salió corriendo.
— Deberías ser más compresivo Yoongi. Fue un accidente — Se burló Jimin. El mencionado le mostró el dedo del medio y después sus huesos crujieron .
— Me estresa ese tipo de chicas, que pesar.
Solté una risita por lo bajo captando su atención para después de algunos segundos, mirarme de pies a cabeza. Yoongi sonrió de una manera tan... maliciosa. Como si planeara algo contra mí.
— Cada día te vistes como una prostituta. Taehyung, ¿permitirás eso? — Me señaló, soltamos una carcajada todos los presentes. Siempre solía molestarme con aquellas palabras o insultos pero no me molestaban porque estaba consciente de que era en plan de broma.
Mis vestimentas siempre consistían en shorts o faldas cortas con alguna blusa de igual manera y pegada, no me gustaba lo holgado. Y unas preciosas botas en color negro. En mí siempre predominaban los colores negros, blancos y rojos..
— No viste de esa manera — Taehyung reprochó al mismo tiempo que depositaba un pequeño beso en mi cuello.
Después de algunos segundos nos dirigimos a la cafetería para seguir nuestras conversaciones sobre algún tema irrelevante pero ahora con comida de por medio. En cuanto tome asiento, mi mirada se topó con la de Namjoon que se encontraba a una mesa de nosotros, alcé ambas cejas esperando que volteara su rostro que tanto odiaba. Pero en vez de eso, me realizo una seña donde indicaba un pasillo solitario. Lo ví levantarse de su asiento y dirigirse al lugar de una manera despreocupada.
— En un momento vuelvo — Les avisé imitando la acción de Namjoon de una manera rápida antes de que empezaran a bombardearme de preguntas. Tenía ventaja debido a que el baño de mujeres se encontraba por el mismo lugar.
— ¡Sunhee, Sunhee! — Vociferó, alcé ambas cejas al mismo tiempo que me cruzaba de brazos. Namjoon sonrió y pasó la lengua por sus labios en cámara lenta.
— ¿Que necesitas de mí, Kim Namjoon?
— Tus servicios no, me repugna que te hayas acostado con todos tus estupidos amigos — Me miró con asco como si en realidad me lastimarían sus palabras. Solté una carcajada y negué con la cabeza caminando hacía a él.
— Bueno, yo tampoco me acuesto con estupidos...¿Que es lo que quieres? ¡Habla ya! — Empezaba a hartarme que se hiciera el interesante y solamente me mirara con una sonrisa.
— Necesito que protejas a mi hermana — Confesó.
— ¿A tu hermana? ¿protegerla? ¿Acaso me ves la cara de niñera? — Me burlé, ¿era un idiota a caso? Ni de loca haría eso. No tengo tiempo para cuidar niñas tontas.
— Sunhee, por favor. Ella es muy... inocente. — Me acerque a él hasta llegar a su oído izquierdo para susurrarle:
— ¿Recuerdas todo lo que le has hecho pasar a Taehyung? Te refresco la memoria: pedofilo, enfermo mental ¿que más? Son tantos sobrenombres que le has puesto, Namjoon — Mordí el lóbulo de su oreja, Namjoon me empujó con poca fuerza hacía atrás.
— No lo conoces, Taehyung esta...enfermo. ¡Ha hecho tantas cosas horribles! ¡Yo lo he visto!
— Deja de decir tonterías, porque si no la que pagará todo esto será tu hermana — Dicho eso, me fui del lugar dejándolo con la palabra en la boca. Y aunque fuera una advertencia, me encargaría de que se convierta en una promesa.
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