6.¿Desde cuándo el enemigo hace advertencias?
Daniel se despertó sobresaltado. Le había parecido oír un grito, y su susto fue tal que se cayó del sofá. Se masajeó la cabeza, pues se la había golpeado contra el suelo, y buscó con las manos la venda, que se le había caído. Se la colocó y ató con mucha destraza, todo el rato con los ojos cerrados.
Mientras, Irina también se había despertado, pero mucho más tranquila. Abrió los ojos lentamente, giró la cabeza y casi se golpeó contra el techo de la sorpresa.
-Genial, me siento como un globo de helio...-dijo, apoyando las manos en el techo e impulsándose hacia abajo,-esto no suele ocurrirme, ¿qué ha pasado?
Elena se había alejado de la mesa y tenía los ojos muy abiertos, como si acabara de ver a un fantasma. En ese momento Burke salió de su habitación dando un traspié.
-¿Qué ha pasado? He oído un grito-preguntó.
-¡Eso acabo de preguntar yo!-dijo Irina con un bostezo.
-¿Eh?-contestó Burke sin entenderla.
Elena tenía la respiración agitada, y Burke se dio cuenta de que miraba hacia la mesita.
-Que raro...-dijo acercándose,-aquí nunca llegan cartas. Ya no sé si emocionarme o preocuparme.
-¿Has gritado por una carta?-preguntó Daniel extrañado. Elena se dejó caer al suelo.
-Me siento estúpida-murmuró.
-Oh, no te preocupes. Todos nos hemos asustado por alguna tontería alguna vez-dijo Burke. "No ayudas" pensó Elena.
-Bueno, ¿vas a abrirla?-preguntó Irina.
-Eh, sí, claro, voy, voy.
"¡¡¡NO!!!" pensó Elena, conteniendo sus ganas de gritarlo. Luego intentó tranquilizarse, "basta Elena, no seas tonta... él no sabe que estás viva, ni nadie...mucho menos sabrá que estás aquí..."
-Qué raro-dijo Burke tras hecharle un ojo a la carta.
-¿Qué pasa?-preguntó Daniel, a la vez que Irina preguntaba que ponía.
-Está en español.
-¿¡QUÉ!? Déjame ver-exclamó Irina, quitándole el papel de las manos y rompiéndolo ligeramente. La leyó con rapidez, tampoco era muy larga,-vaya... parece que es un aviso.
-Di que pone de una vez que no me has dejado leerla.
-Dice que han rastreado el bosque, pero solo el que ha escrito esto nos ha encontrado... dice que debemos marcharnos cuanto antes, o harán un segundo rastreo y se verá obligado a decir donde estamos. También dice que no queda nadie en Zúritch... suponen que iremos a la otra ciudad, ¡que no sabe escribir ni pronunciar!-eso último lo dijo con una risita.
-¿Cómo sabemos si fiarnos?-preguntó Elena con la voz un poco ronca.
-Eso, a lo mejor es una trampa...-la apoyó Daniel.
-¡No seáis estúpidos!-exclamó Irina arrugando el papel,-si quisieran tendernos una trampa para capturarnos, ¿por qué demonios iban a dejar una carta en vez de aprovechar mientras dormíamos?
Dejó caer la carta al suelo y salió de la casa con rapidez. Los demás se miraron.
-La lógica de su idea es frustrante-opinó Daniel.
-Pues sí-dijo Burke mientras ayudaba a Elena a levantarse,-puede que tenga razón.
Entonces oyeron a Irina gritarles que fueran de una vez e insultar a las plantas que había rodeando la casa.
"¿Pero cómo lo ha hecho el idiota de Marcos para pasar?" pensó, pues había reconocido la letra del chico.
~*~
Burke se agarró con fuerza a los posabrazos del asiento.
-¿Te da miedo volar?-preguntó Elena, mucho más a gusto ahora que había podido ir al baño.
-No, ¿por qué iba a darme miedo una cosa así?-mintió él.
-¿Por qué te avergüenza tener miedo a volar?-le susurró Daniel.
-No sé, me da corte decirlo... ¿cómo crees que me hice esto?-preguntó dándose un ligero golpe en el brazo para que supiera de que hablaba.
-¿Un accidente de avión?-contestó asombrado.
-Sí... solo sobrevivimos seis personas.
-Wow, ¿iba alguien contigo?
-¿De mi familia, quieres decir? No, por suerte... pero íbamos un compañero de mi clase y yo. Un viaje de un concurso escolar, o algo así. Pero él...-Burke sintió un escalofrío,-murió.
-Vaya, no me extraña que le tengas miedo-dijo Daniel, dando el tema por zanjado.
Irina bostezó, aquella noche había dormido un poco mal, así que esperó el final del despegue, se quitó el cinturón y, ya que por fin podía sentarse, se puso cómoda para intentar dormirse. Tras unos diez minutos, lo logró.
~*~
Estaba ahí, de pie, observando todo con el corazón encogido. Su versión de cuando tenía once años lloraba delante de una tumba y dejó una flor morada delante de la lápida. Sus padres la abrazaron, llorando también.
-No es justo...-susurró,-¡es todo culpa suya! ¡Esto no habría pasado si...si ellos...!
La Irina de once años empezó a chillar, y el viento era cada vez más fuerte. Sus padres trataban de pedirle que se calmara, que su furia no cambiaría nada...
E Irina, la actual, lo observaba todo con ojos llorosos. Era como un fantasma, nadie la veía y ni el poderoso viento que hacía que el pelo de la gente se removiera y levantara sin parar la afectaba.
-Triste, ¿verdad?-dijo una voz femenina y suave tras ella. Irina se giró.
Allí había una chica de lado. Era hermosa: la piel morena, el pelo rubio que parecía tejido con los rayos del sol, una túnica blanca; pero lo que más llamaba la atención de ella, eran sus iris hechos de pura luz azul y su blanca ala de ángel.
-Una pena que alguien tenga que vivir algo así...-siguió diciendo, pero su cara se arrugó en una mueca y se giró de golpe, dejando ver su otro perfil. Los pulmones se le vaciaron de aire.
Ahora, tenía el pelo negro y rojo, cortado irregularmente por la altura de los hombros. Su túnica negra estaba rasgada, llevaba una espada colgada de la cintura, su ala era negra y sus ojos de una potente luz roja. Tenía una cicatriz en la mejilla y heridas por la pierna y el brazo. Su expresión era dura.
-Pero ambas sabemos que la verdadera culpa la tuviste tú... la vida también está hecha de momentos tristes. No todo es felicidad y sonrisas, la vida no es toda de color de rosa. Pero creo que eso ya lo sabes, ¿no?-su voz era mucho más dura, fría y ronca.
Entonces, el ángel se puso de frente dejando ver sus dos mitades al mismo tiempo. Era como el ying y el yang personificado.
-Te pareces a una de nosotras-dijo la parte rubia.
-Pero en realidad eres la otra-terminó la frase la otra mitad. El ángel rubio sacó una máscara de alguna parte y la lanzó al suelo. Cuando cayó, la otra desenvainó la espada y la partió en dos.
-Tarde o temprano tendrás que elegir, que mostrarte-empezaron a decir a la vez,-¡no puedes ser ambas, escoge, ESCOGE!
Irina se tapó los oídos, chillando y cayendo de rodillas. Su mirada se clavó en las dos mitades de la máscara. Parecía la clásica que se usa como representación del teatro, pero una mitad era la sonriente y la otra mitad la triste.
~*~
Irina se despertó de golpe, con la voz resonándole en la cabeza. Sacudió la cabeza, tratando de olvidar el sueño. Creía que ya había superado esa pena... pero ahí estaba de nuevo, más nítida que nunca.
El día en que se manifestaron por primera vez sus poderes.
Se frotó los ojos y preguntó cuánto quedaba de viaje.
-Casi nada-le contestó Daniel,-en cinco minutos empieza el aterrizaje.
-¿En serio?-preguntó asombrada.
No le había parecido un sueño tan largo... claro que el tiempo de los sueños casi nunca coincide con el tiempo que has dormido.
Después del aterrizaje, salían del aeropuerto con Burke quejándose.
-Pero no me avisastéis de que veníamos a Madrid...
-Avisasteis-le corrigió Elena,-además, ¡tú no preguntaste!
Irina contuvo una risita, mientras Daniel le susurraba un te lo dije.
-¿Y ahora qué hacemos?-preguntó Daniel.
-Pues por mí, como no sabemos que hacer y me engañasteis...
-¡En ningún momento dijimos que fueramos a Barcelona!-rebatió Elena, pero Burke la ignoró y siguió hablando.
-Por mi podemos ver un poco la ciudad-al ver la cara de "ay-no-por-Dios" de los demás, Burke se puso a suplicar como un niño,-¡porfa, porfa, porfa...!
-Está bien...-dijo Irina, entonces se le ocurrió algo,-sé de un lugar que seguro que te encanta. Venid, sé el camino.
-Conque porfa, ¿eh?-le dijo Elena a Burke dándole un codazo amistoso.
-Hum, sí. Mi tío decía que se dice así para acortar...
-No te preocupes, tu tío tenía razón,-le contestó conteniendo la risa.
-Ey, ¿adónde quieres ir?-le preguntó Daniel a Irina. Ella sonrió.
-Al Retiro, ¡no me digas que no es buena idea!
~*~
-Bonita, ¿verdad?-le dijo Daniel a Burke.
-¿Cómo sabes que...?
-¿Estás mirando la estatua? Me conozco este parque al dedillo, allí arriba ponen la Feria del Libro todos los años.
Burke se había quedado mirando la estatua del ángel caído.
-¿Al dedillo?-le preguntó a Daniel.
-Sí, vamos, que muy bien.
-Ah... no creo haber visto ninguna estatua parecida en Alemania.
-He oído que es la única estatua del mundo dedicada al demonio.
-Eso es un poco... oscuro.
-Ya, pero especial. ¿Dónde están las chicas?
-Ahí, en el kiosko...-contestó Burke girándose. Luego se quedó pálido,-o lo estaban, hace nada.
N.A: hola! Primera nota de autora del libro...
-¡A nadie le importa que sea la primera!
¡Tú, calla! *le lanza una lechuga pocha* A lo que iba.
Ahora tengo que disculparme por dos razones: 1-actualizar tan despacio.
2-por el capítulo tan corto.
Pero tengo mis motivos para no actualizar, tenía insti y falta de inspiración (admitámoslo, la musa es malvada).
Por suerte...
SIIIIIIIII!!!! VACACIONES DE NAVIDAD!!!!
Hablando de Frozen (en España la canción es "Sueltalo"), mirad que parodia:
Ok, no pretendo compraros con vídeos graciosos, pero ese lo vale.
Aunque a lo mejor es más gracioso en España :/
Buenoooo, ya me callo que no quiero hacer esto más largo y aburrido.
Por cierto...cuál de los cuatro protagonistas es vuestro preferido (no tengáis miedo de decirlo, no voy a matarlo...por ahora, MUAJAJAJA)?
A vosotros/as también os parece que Daniel es un poco extra y muchas veces narra como desde el punto de vista de Irina?
Eso es todo, hasta el próximo capítulo (pronto, si la musa quiere)!
Pd) en la multimedia (arriba del todo) una foto de la estatua del ángel caído, por si alguien no la ha visto. La verdad es que impresiona O_o al menos a mí. Y otra foto aquí abajo pos porque puedo.
EOB_BOE
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