Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. La Selva esconde secretos... secretos de guerra

Elena se paró al lado de un gran árbol e Irina tuvo que frenar de golpe para no chocar con ella.

-¿Estás... estás llorando?-preguntó, sorprendida.

-No-contestó Elena, obviamente mintiendo-. Es por... mi pelo. Me ha dado en la cara y me ha mojado.

Instantes después aparecieron Daniel y Burke.

-¿¡Cómo se te ocurre!? ¿Sabes lo grande que es este sitio? ¡Podría haberos pasado de todo! Podríais haberos perdido, o haber sido atacadas por algún animal o...¡o incluso haber acabado en mitad de un combate!-Burke hablaba rapidamente y su pronunciación empeoró por eso. Irina levantó una ceja.

-¿Cómo que un combate?-preguntó.

-Eso... ¿y por qué te preocupas tanto? ¿No somos unas "completas desconocidas"?-añadió Elena con la voz cortada por culpa del pequeño momento que había llorado (o que se "había mojado por culpa del pelo", depende de si le preguntáis a ella o a cierta Narradora aquí presente).

-Pues...-Burke retorció una hoja de alguna planta que por ahí había como alguien de pelo largo se retorcería un mechón, claro que la planta brilló y creció un poco, a lo que Burke solo reaccionó soltándola y siguiendo hablando,-el bosque también esconde secretos...secretos y guerras.

-Eso lo has mencionado antes. Estamos aquí, tenemos derecho de saberlo-comentó Daniel.

-Hay dos "tribus", por así decirlo,-explicó Burke a regañadientes,-los Obek y los Nikae. Se mantienen ocultas de la gente "normal" y eso... el bosque es como un pasadizo a sus territorios, por decirlo de alguna manera, y están enfrentadas. Y ahora que ya sabéis eso... ¿podemos seguir?

Daniel asintió con la cabeza. Irina todavía le daba vueltas a todo, a esa guerra, a los territorios ocultos... ¿por qué estarían peleadas? ¿Y de qué conocía Elena a la voz del walkie talkie?

Siguieron andando por el bosque, con Burke guiándoles. Elena iba unos pasos por detrás para ir sola. Irina se mordió el labio antes de decidirse y retroceder unos pasos para ir a su lado.

-Elena-la llamó. Ella levantó la mirada,-¿qué ha pasado antes?

-No sé de que me hablas.

-Un tipo ha hablado por un walkie talkie, tú te has puesto pál...bueno, más pálida, y has huido. ¿Por qué?

-Bueno...-suspiró,-con veintitrés años no se puede decir que has vivido toda clase de cosas y bla bla bla, pero a mí sí me han pasado... algunas cosillas. Ese tipo...-negó con la cabeza y su mirada se perdió en algún punto del bosque,-bueno, he tenido algún problemilla con él.

"¿Problemilla? ¿En serio, Elena? Eso es poco ", se dijo Elena a sí misma mentalmente. Luego le dijo a Irina que no quería hablar más del tema.

"Ya lo averiguaré por mis medios", pensó Irina imaginando que se encogía de hombros.

~*~


Mientras ellas hablaban, Burke y Daniel no se mantuvieron callados.

-Dime, ¿cómo es que hablas español?- le preguntó Daniel a Burke.

-Mi...ehr...¿tío? ¿Se dice así?-intentó contestar él.

-Si te refieres al hermano de tus padres, sí.

-Ah, vale. Pues mi tío estuvo viviendo en España varios años. Cuando yo era cinco...

-Que tenías cinco años, quieres decir, ¿no?

-Sí, eso. Bueno, cuando yo tenía cinco años volvió aquí. Pasaba mucho tiempo con él y me solía hablar en español, así que aprendí el idioma.

-Eso explica por qué lo hablas tan bien, yo solo sé inglés (bueno, aparte del español) y me da para defenderme y entender cosas escritas.

Burke se rió (aunque Daniel no le vió la gracia) e iba a decir algo cuando oyeron a alguien correr por el bosque de forma muy ruidosa.

Las chicas se pararon al ver que ellos también lo hacían. Entonces repararon en el ruido.

-¿Creéis que nos han seguido?-preguntó Irina, nerviosa.

-No lo sé-contestó Burke.

La persona se acercaba cada vez más.

-A lo mejor deberíamos irnos-opinó Daniel.

Elena iba a comentar cuando oyeron una voz femenina que llamaba a Burke. La chica salió entre los árboles, despeinada y medio tropezándose.

Era muy bajita y morena. Sus ojos eran grandes y de un curioso color morado y su pelo muy rizado y abundante, de color verde menta y con mechones morados oscuros. No iba maquillada, pero llevaba un vestido de falda corta de colores vivos, muy sencillo, y unas medias de camuflaje que desentonaban mucho con su aspecto llamativo. La única joya que llevaba era una diadema plateada colocada igual que una corona de flores, cuya única decoración era un dragón en el lado izquierdo de la cabeza. Debía de tener unos dieciseis años.

-¡Burke!-le volvió a llamar. Este salió de su asombro.

-Königstochter Browne?-preguntó él, en alemán. Los otros tres se preguntaban que clase de nombre era Königstochter sin saber que, en realidad, es una palabra alemana que significa "princesa". Los dos empezaron a hablar en alemán, pero por suerte para ti, lector o lectora, este narrador entiende cualquier lengua y te va a narrar la conversación traducida.

-Creo que nos conocemos lo suficiente como para que no tengas que preguntarme eso-dijo la princesa.

-Ya lo sé, Brow. Es la sorpresa, ¿qué haces aquí? Creía que tu madre te mantendría a salvo en el castillo o en Alaine-contestó Burke, llamándola Brow como hacían sus amigos.

-¡Lo intentó! Pero la desgraciada de Olivvia usó a unos snutch para secuestrarme y chantajear a mi madre, ¡y luego nos llama deshonrosos a nosotros, la maldita!

-¡Cálmate, Brow! ¿Cómo que Olivvia mandó que te secuestraran? ¿No estarás imaginándotelo? Ya sabes que muchas veces los snutch hacen cosas raras.

-¡Te aseguro que fue Olivvia! Me lo dijeron ellos antes de que me escapase, ¡de puro milagro! Nos estábamos acercando mucho al pasadizo a Onyria. Tienes que ayudarme, por favor.

-Lo siento, Brow. Ya sabes que me tengo que mantener al margen de esto...¡bastante tengo ya, con lo de Horst!

-¡Porfa, Burke! No te lo pido como princesa, si no como amiga-Browne puso ojitos de cachorro antes de seguir,-no me hagas suplicar, Burke...¿qué me hará Olivvia si me llevan ante ella?

Burke suspiró.

-Está bien, te esconderé un rato, pero luego te las apañas sola, ¿vale?- accedió Burke. La chica asintió, visiblemente relajada. Burke hizo que se acercase a un árbol. Movió las manos y unas ramas bajaron y subieron a la chica para esconderla en la copa del árbol.

Burke se giró para mirar a Daniel, Elena e Irina, y les descubrió con cara de no haber entendido nada.

-¿Qué acaba de pasar?-preguntó Daniel, quien estaba más confundido que las otras dos.

-Eso iba a preguntar yo-dijo Elena, que se descubrió a sí misma queriendo golpear a la chica del árbol.

-¿Quiénes son Olivvia, los buches, eeeeeh, Onyria y Alaine? Y esa tipa, claro-preguntó Irina.

-¿Os acordáis de las dos tribus, los Nikae y los Obek ? Brow...quiero decir, Browne, es la princesa de los Obek...

-¿Princesa?-preguntó Elena sorprendida,-¿eso significa...a ver cómo era...kogoni... kögne...korpi...?

- Königstochter-la ayudó Burke, con una ligera sonrisita: ahora era él quien le corregía a ella,-y sí, significa princesa. Alaine es el reino de los Obek, y Onyria, el de los Nikae. Olivvia es la reina de estos últimos. Y Irina...se dice butch. Son una raza, también secreta, de algo parecido a los gnomos, son como del tamaño de una muñeca, nos llegan un poco más arriba del tobillo...

-¿Y ella fue capturada por algo así?-resopló Elena.

-Creéme, son más hábiles de lo que parecen... un buen número de ellos podrían capturarnos a los cuatro, unos veinte bastarían,-le dijo Burke.

"¡Calla! Quien sabe si ellos están aquí..."pensó alguien del grupito.

-Vámonos, no me gusta este sitio-pidió Irina, abrazándose los brazos.

~*~

-¡Burke! ¿¡Se puede saber adónde nos llevas!?-gritó Elena. Él trató de decirle que se calmara, pero ella siguió hablando,-¡llevamos un montón de rato andando y no llegamos a ninguna parte! ¡Hasta las narices, ya!

-He tenido que dar una vuelta, ¿vale? Porque...

-¿No querrás decir un rodeo?-preguntó Daniel timidamente.

-¡Eso, como sea! Si quieres llegar a un aeropuerto hay que ir a un pueblo que pilla un pelín lejos, en el que estaba más cercano, ¡decidiste salir corriendo!

-¡OYE BURKE, ESTÁN VOLANDO HOSTIAS Y TÚ TIENES CARA DE AEROPUERTO!-empezó a gritar Elena, nerviosa y empezando a ponerse roja. "Algo pasa, seguro que tiene que ver con lo del walkie talkie"pensó Irina.

-Eso de hostias no es algo bueno, ¿verdad?-susurró Burke. Irina asintió con la cabeza, conteniendo la risa a duras penas. Elena iba a gritarle algo más y Daniel estaba a punto de advertir a Burke de que Elena había amenazado con pegarle, cuando Elena frunció el ceño y dijo:

-Hay alguien mirando, ahí, en el bosque.

-Normal, con los gritos que estás pegando...-dijo Burke, con los brazos en jarras.

-No, no es normal... le brillan los ojos.

-Horst-murmuró Burke, con los ojos muy abiertos.

-Hum, creo que a ese le mencionaste antes...-comentó Daniel.

Un hombre alto salió de entre las sombras del bosque. Tenía el pelo rubio platino, muy corto a lo militar, y en sus ojos azules se veía una locura animal que solo notaría alguien que ha conocido a otra persona con la misma mirada (Elena, por ejemplo, la reconoció al instante). Era alto y llevaba ropa un poco primitiva,como si viviese en el bosque, cosa que era cierta.

-Dieb-dijo con una voz grave y profunda,-dieb!

-Ya estamos-dijo Burke, cansado. Él, que se quería mantener al margen de todo lo que pasara con los Nikae...

-¿Qué está diciendo?-preguntó Elena, también cansada. ¿Es que ahí todo el mundo tenía que hablar alemán?

Espera, claro que sí. Estaban en Alemania.

-Me está llamando ladrón-contestó Burke,-está obsesionado con que yo tengo una reliquia de los Nikae que desapareció bla, bla...-luego empezó a dirigirse al hombre, hablando alemán,-¡Horst, ya te he dicho que yo no tengo la estatuilla!

-¡Mientes! Ya me estoy cansando, dime dónde la ocultas... o habrá consecuencias-contestó Horst. Burke suspiró.

-¡Cómo quieres que te diga algo que no sé! ¡Estás loco, Horst! Lárgate, no eres el único cansado de esto... ¡tenéis cosas más importantes que atender que una estatuilla!

-Tú lo has querido-dijo Horst, aunque se notaba que el que más quería pelea era él. Echó los brazos hacia atrás y empezó a crecerle pelo por todo el cuerpo, pelo blanco con rayas negras como un tigre albino. En sus manos empezaron a salir garras y le crecieron los colmillos.

-¿¡Qué está pasando!?-preguntó Irina, ligeramente asustada.

-Ah, sí, hay algo que no os he contado sobre los Nikae-dijo Burke entre dientes,-no son una tribu normal. Hablan con los animales, pueden domar a cualquiera... y muchos de ellos se transforman en animales.

-¿Es un animago?-preguntó Daniel, asombrado.

-Uf, eso suena muy potterhead. Mejor cambiapieles-opinó Elena.

-Eso es muy a lo Señor de los Anillos,-dijo Irina.

Pero ya daba igual si era animago o cambiapieles, pues Horst, totalmente transformado en un ser que era como un tigre albino humanoide, sacó las garras y saltó hacia sus presas.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro