Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23


Zabdiel de Jesús

La velada había sido tal cual la imaginara: una cena agradable, besos y caricias, caminar descalzos por la arena, tomarnos fotos en la playa y terminar la noche envueltos en las sábanas blancas de mi cama. No podía pedirle más a la vida porque con Keshia ya lo tenía todo e incluso más.

Los últimos días en Skópelos decidí aprovecharlos al máximo, hicimos caminatas recorriendo la isla, comimos en varios restaurantes para probar diferentes tipos de comidas y postres como la tradicional tarta de queso Skópelos, quedamos en varias ocasiones con las Marías ya que Keshia quería pasar tiempo con sus nuevas amigas (y a mi no me desagradaban las chicas en lo más mínimo). Recuerdo el paseo en balsa, donde Keshia miraba maravillada a todos lados y yo la miraba maravillado a ella.

Y como no, la inolvidable visita al templo...

—¡Esto es una pasada!— exclamó María admirando el templo—. Hazme una foto, anda.

—Chica, están prohibidas las fotos en los templos.— murmuró la otra María por lo bajo.

—¿En qué momento pregunté si estaba o no prohibido? He dicho que me hagas la foto.— le extendió su teléfono pero María se negó a tomarlo, fue entonces cuando Keshia lo hizo.

Ella le mandó posar antes de hacerle la foto, lo que ninguno de los cuarto nos esperábamos era que saliera con flash.

—Oh no...— dijeron las tres al unísono cuando todas las personas miraron en su dirección.

—Sirio, es momento de correr.— le dijo María al perro.

No sabía como explicarle que los animales tampoco podían estar aquí... Pero bueno, como estas chicas hacían un poco lo que le daba la gana decidí callarme.

—Run, bitch.— dijo antes de empezar a correr, el perro de puso a ladrar pensando que se trataba de algún juego.

Yo sonreí incómodo a las personas que todavía estaban mirando en nuestra dirección, lo bueno es que ninguno hablaba español.

Cuando las busco con la mirada las encuentro entrando al dichoso templo, estas chicas no hacían más que incumplir las normas... Empiezo a caminar con pasos rápidos detrás de ellas para no perderlas de vista e intentar que no la líen demasiado.

—¡La madre que me parió!— exclamó María sacándose las gafas de sol en plan película—. ¿Que es lo que mis ojos ven?

Una señora que pasaba por nuestro lado se santiguó, a saber lo que estaba pensando de nosotros...

—María, solo es un chico guapo.— dijo Keshia cruzándose de brazos—. No hagas mucho escándalo.

—¿Guapo? Está buenísimo, tía... Y además no es solo un chico, es el príncipe de Grecia.— se mordió los labios.

El joven rubio pareció notar que hablábamos de él ya que sonrió por cortesía en nuestra dirección, suficiente para alterar a María un poco más de lo que ya estaba.

—¿Cómo se respiraba?

—Por la nariz, toma aire lentamente y...

María salió corriendo en su dirección y se lanzó a sus brazos, las chicas quedaron boquiabiertas ante la acción y yo me di un facepalm.

—I love you, i love you... No tengo ni puta idea de griego pero supongo que entiendes inglés.— dijo sonriente.

—Yes, I understand it without difficulty.

—Puta madre, es que tampoco sé hablar inglés.— se quejó frunciendo el ceño—. Hey tú, eres de Estados Unidos así que debes de saber inglés... ¿Me haces de traductor mientras intento ligar con él?

Me gustaría decirle que no pero finalmente cedo, el príncipe toma la situación con diversión. No se olvida de regañarnos cuando se da cuenta que llevamos un perro, a pesar de que se agacha para poder acariciarlo, y me mira con una ceja alzada cuando María le pide hacerse una foto con él para postear en Instagram. Termina haciéndose varias fotos con nosotros y nos dice que disfrutemos de Grecia porque sin duda será una experiencia única.

—Me olvidé de decirle que me tenía que seguir en Instagram.— murmuró cuando salíamos—. Si funcionó con un magnate no veo porque no funcionaría con un príncipe.

—¿No has tenido suficiente?— le pregunté burlón—. Fue incómodo tener que decirle todo lo que le dije.

—Yo creo que pensaba que eras tú el que estaba ligando con él.— dijo Keshia alzando sus cejas.

—Entonces habrá que demuéstrale que no es así.— dije antes de comerle la boca.

—¡Chicos, ahí hay un templo religioso... No empecéis con las cochinadas!

Reímos sin poder evitarlo. Sin duda alguna todo esto quedaría grabado en nuestras mentas como el mejor viaje que pudimos hacer en nuestras vidas.

Nos llevábamos un montón de nuevas experiencias y además dos amigas de Sanxenxo.

Y por si fuera poco, el día siguiente volvíamos a Estados Unidos... Definitivamente, ya nada volvería a ser como antes. Todavía tenía una conversación pendiente con Keshia sobre cómo serían las cosas a partir de ahora pero para eso quedaba el viaje de largas horas en el avión...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro