Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

siete


El acompañar a JungKook a la universidad siempre le había gustado; a pesar de que había días que era más tedioso que divertido, pero últimamente era muchísimo mejor debido a que había iniciado una inesperada amistad con el hadita de cabellos color melocotón. 

TaeHyung en serio se alegraba de haber podido echarle valor al asunto; y aunque al principio estaba aterrorizado de conocer a otro hada, haberse juntado con JiMin le había alegrado mucho la vida. Ahora ya tenía dos personas favoritas, JungKook y la hadita Minie. 

-- Date prisa, date prisa, he quedado con JiMinie para estar juntos mientras su novio y tú estáis en las aburridas clases. -- Decía persiguiendo a JungKook por todo el apartamento. 

El joven estudiante estaba preparando su mochila, después de la universidad hoy tenía trabajo; es decir, debía de llevarse todo lo necesario porque no pisaría su hogar hasta la noche. Escuchando las exigencias de esa hadita caprichosa y sus pasitos detrás suyo, acabó por frenar para darse la vuelta y encararle. 

Pudo escuchar un "ouch" salir de los voluminosos labios del ser fantástico cuando chocó con su fornido torso. -- Escúchame, mosquito revoltoso; voy a tardar tres minutos en terminar ¿Vas a seguirme por todo el departamento? -- Inquirió dejándole un golpe con su dedo índice sobre la acaramelada piel de su frente. 

-- ¡Aish, JungKookie! Sí, te voy a perseguir por todos lados ¿Algún problema? -- El de cabellos azules se apoyó sobre las puntas de sus pies para terminar de colocarse a la altura que los pocos centímetros les diferenciaban. 

En ese momento en el que lo tenía cerca, con toda su carita preciosa frente a la suya y su aroma a... Dios, Jeon no sabía ni siquiera cuál era la fragancia de Tae; pero olía maravillosamente bien; en definitiva, en estos momentos el universitario se consideraba el mejor guerrero de Dios por no sucumbir ante los mágicos encantos del chico. 

Últimamente era de lo más complicado, esa hadita siempre estaba pegada a él; y habían cosas que no habían terminado de aclarar. Por ejemplo, nunca volvieron a conversar sobre el por qué un día pilló a TaeHyung viendo pornografía; tampoco aclaraban por qué algunas noches (demasiadas, tanto para perder la cuenta) ellos acababan envueltos a oscuras en la cama del humano dándose besos.

Luego en la mañana todo volvía a la normalidad, ellos volvían a juguetear y discutir cómicamente como siempre.

Habían muchas cosas que confundían tanto a JungKook como a TaeHyung, pero ninguno daba el primer paso a aclararlo. 

El corazón del de piel canela se sintió acelerar cuando sintió las manos del azabache tomar su cintura, de un momento a otro estuvo bocabajo sobre el hombro del joven; quien anduvo como si el chico que llevase como si de un saco se tratase no pesase en absoluto. -- Me pones nervioso pisándome los talones, vamos a llegar más tarde por tu culpa. -- Dijo, sonriendo al instante que escuchó al hadita quejarse. 

-- ¡Pero Ggukie! ~ -- Lloriqueó falsamente, a él en serio le gustaba ir detrás suyo siempre. Ese joven era su humano y él mismo se consideraba su hadita, aquella era una relación bastante estrecha... pero bueno, aquello era solo la perspectiva de Kim. -- Oye ¿Qué ropa interior te pusiste hoy? Definitivamente los calzones grises Calvin Klein son mis favoritos. -- Comentó estirando la cinturilla del pantalón que el humano portaba para comprobarlo. 

-- ¡Mosquito! ¡Dame un momento de tranquilidad! -- Exclamó avergonzado de la poca vergüenza que el mayor tenía con él; joder ¿Por qué vino a él alguien tan extrovertido como TaeHyung? ¿No habían haditas tranquilas o qué? 

El peliazul rió escuchando como el contrario se quejaba. "Sí que está usando mis favoritos" Pensó él entre carcajadas al haberlo comprobado. 



TaeHyung aparte de ver pornografía por curiosidad hacía ya un tiempo; también curioseó sobre historias románticas de los humanos. Es decir, había visto algún que otro dorama los días en los que JungKook le pedía que se quedase en el departamento por todas las cosas que tenía que hacer. 

Poco a poco el hadita se estaba acostumbrando a los aparatos digitales... aunque debía de decir que aún los odiaba. 

Tras haber visto algunas de esas historias había aprendido algunas cosas; como que definitivamente se sentía como uno de esos personajes que estaban "enamorados hasta las trancas", cuando veía escenas románticas no podía evitar abrazarse al cojín del sofá con sus mejillas sonrojadas pensando en que definitivamente adoraría poder vivir esas cosas con su humano. 

Así que sí, él ya había aceptado al completo sus bonitos sentimientos. Y aunque a  muchas hadas sería algo que le preocuparía, él no podía estar más feliz, no le temía a nada. No le tenía ningún miedo a morir por amor, cosa que a las hadas les podía pasar al no ser correspondidas o tras la muerte de su humano amado. 

Él estaba tan seguro de que conseguiría conquistar a JungKook que no le aterrorizaba el proceso ¡Ese chico bonito y gruñón con cara de conejito sería suyo! 

-- Minie ¿Cómo crees que podría llevar a cabo mi plan de conquista? Tengo algunas ideas, pero no sé...-- Inquirió el de cabellos azules. Ya le había contado sobre sus sentimientos, así que pedirle ayuda sonaba bastante coherente, después de todo el otro hadita había conseguido conquistar a un humano. 

Ambos se encontraban en la azotea del edificio en su forma humana, disfrutando el agradable solecito que había el día de hoy. -- Uhm, aquí en la ciudad los humanos suelen ir a citas para conocerse un poco mejor de esa manera especial... La realidad es que no sé como ayudarte demasiado porque YoonGi y yo crecimos juntos, nos conocemos desde hace demasiado tiempo. -- Contestó mientras trenzaba las hebras azulinas. 

TaeHyung estaba tumbado con su cabeza recostada sobre los muslos gruesos de su ahora mejor amigo, dejando que este mimase su cabello. En serio adoraba la sensación de que el mayor le hiciera trenzas, aquello era algo bastante común entre hadas. De hecho si te adentrabas en alguna comunidad de hadas, su forma de socializar era trenzarse unas a otras. 

Llevaba demasiados años vivo, y JiMin era la primera hada que le hacía algo como eso; algo básico entre ellas. Ese chico de mejillas adorables era el primero que no le hacía sentir un bicho raro, colocándole curitas a muchos de sus traumas pasados. 

-- ¿Cómo fue que ustedes... os distéis besos de repente? -- Volvió a preguntar JiMin, era algo que lo confundía; aquellos dos no eran nada en absoluto pero por lo que le contaba TaeHyung habían momentos que no lo parecía tanto. 

-- Bueeeeno, puede que hiciera una pequeña trampita. Usé mis poderes de curación en él y otros días traspasé algunos a través de un beso; así fueron los primeros y- -- 

El mayor vio una ventana abierta, era ahora el momento de preguntar. -- TaeHyung ¿Cómo es que eres capaz de traspasar poderes? JungKook-ssi nos contó que él pudo ver hadas y otros seres por un beso que le diste... Eso es algo muy complicado, apenas las hadas maestras son capaces y tú apenas eres un jovencito inexperto. -- 

"Oh, mierda." Había hablado demasiado y ahora tenía que pagar por ello. O no. La campana que indicaba el final de clases le salvó. -- ¡Hora de verles, vamos, Minie! -- Exclamó el de piel caramelo obviando la pregunta que su amigo le había hecho. 

"Cuánto tiempo más estarás evitando hablar de ti mismo y tus orígenes." Se preguntó JiMin colocándose de pie junto al otro chico. Ambos dieron dos palmadas y revolotearon en busca de las dos personas que más querían en este mundo tan mágico. 

Era la hora del almuerzo y eso significaba ir al patio trasero, donde la gente no solía ir y ellos cuatro podían hablar con la tranquilidad deseada. Aunque JungKook odiase al inicio estar por allí, al final se había acostumbrado por completo. Al ser alguien reservado también acabó por agarrarle el gusto, de esta manera no tenía que abrumarse en socializar demasiado en la cafetería o las gradas deportivas. 

-- Te has quemado la carita, JiMinie. -- Comentó YoonGi sonriendo como el tonto enamorado que se consideraba. Con cuidado pasó su dedo pulgar por encima del sonrojo que decoraba el rostro del bello ser, el sol había hecho de las suyas en su piel. 

-- ¿En serio? ¿Tanto tiempo estuvimos en la azotea? -- Inquirió el de cabellos melocotón mientras le daba un mordisco a una fresa, disfrutando de las caricias ajenas. 

Los labios abultados de Tae se estiraron hacia arriba automáticamente tras la escena, su mejor amigo y su humano podrían ser los protagonistas de uno de esos doramas que a veces veía. Ellos lucían profundamente enamorados el uno del otro. 

Intentando llevar a cabo una maniobra romántica se pegó un poco más al cuerpo JungKook, haciendo que ahora sus hombros estuvieran totalmente pegados. -- ¿El sol quemó mi piel, Koo? -- Inquirió, batiendo sus pestañas de forma adorable en el proceso. 

El nombrado tragó en seco de manera bastante disimulada, en serio cada vez que tenía el rostro de ese hada cerca todo su cuerpo se revolucionaba. Se preguntaba seriamente si él estaba usando algún tipo de magia, porque la atracción que sentía era angustiosa a veces. -- No, tú estás igual de feo que siempre. -- Soltó, usando su mano izquierda para pellizcar la mejilla del ser fantástico. 

Y claro que se atrevió a mentir descaradamente, porque si era objetivo TaeHyung era el ser vivo más bello que alguna vez conoció. Y estaba seguro de que no era el único que lo pensaba. Cuando el chico le acompañaba con su forma humana podía ver como más personas le miraban embelesados, y los entendían, esa preciosura no parecía ni siquiera real. 

-- Oi~ Que mentirosillo, mi carita es muy bonita. -- Contestó sobándose la mejilla que había sido pellizcada. 

-- ¿Vendrás conmigo hoy al cine? Ya sabes que si vas tienes que estar tranquilo, no puedes ser travieso en horas de trabajo. -- Preguntó el azabache mientras le daba un bocado a su comida, con sus orbes puestos en esta y no en Tae, quien le miraba divertido. 

"Yo seré travieso cuando quiera, es mi esencia" Pensó. -- Nop, me voy a casa; luego nos vemos allí. -- Dijo, y entonces sí que tuvo los ojos del universitario sobre él. Jeon se encontraba totalmente anonadado ante la decisión ajena. 

No tener a TaeHyung rogándole por ser su grano en el culo personal era de lo más extraño. 

-- ¿Pasa algo? ¿Te encuentras bien? -- Preguntó, en serio nunca ante el de piel canela se había quedado en casa por su propia decisión. De hecho siempre que JungKook le pedía que se quedase allí le costaba la misma vida convencerle. 

-- Sipi, todo bien, Ggukie. Solo quiero descansar y dedicarle el día a las plantitas que me compraste. Tengo que traspasarlas a otra maceta porque están creciendo. -- Comentó, no mintiendo demasiado, porque también aprovecharía para hacer aquello. 

Pero... la forma en la que el de cabellos azules le guiñó el ojo a su mejor amigo le hizo saber que tenía algo preparado. "Al parecer vas a empezar ya con el plan de conquista" Pensó JiMin, sonriendo ligeramente mientras daba otro mordisco a la fruta que YoonGi acercaba a sus pomposos labios. "Suerte, TaeHyunGie.



TaeHyung llevaba días mirando algo que poder hacer, hoy por ejemplo también le había pedido opinión a JiMin, este dándole la opción de las citas. Era algo que iba a dejar anotado, en algún momento no muy lejano le propondría una a su humano. Pero hoy no, para hoy tenía otra cosa preparada. Llevaba días investigando y recolectando información. 

En serio esperaba que saliera perfecto porque podría ser todo un desastre, pero como siempre, confiaba en él mismo y sus capacidades. TaeHyung era alguien positivo por naturaleza. 

-- Espero que le guste... y no quemarle la cocina. -- Dijo entrando en aquella habitación. Hoy iría a cocinarle algo rico al chico con el que convivía. 

Había estado cuidando sus plantitas tal y como le había dicho a JungKook, le daba tiempo puesto que el chico trabajaba demasiadas horas, a la vista del de piel canela. Así que dedicó un poco a sus pequeñas hijas y ya se puso manos a la obra. 

Se colocó el mandil que siempre veía a Kook usar y sacó los ingredientes del refrigerado. Bien, por amor iría a hacer algo que estaba totalmente en contra de sus principios. Los animalitos eran amigos, no podía comerlos; solo de pensarlo le revolvía el estómago, pero sabía que a su humano le encantaba la carne, así que iría a cocinar esta. 

El hadita dejó el laptop sobre la encimera, dejando un tutorial puesto. Si seguía todo paso por paso estaba seguro de que podría salir rico. Así que ahí estuvo, cortando verduras, haciendo la salsa, marinando la carne, cocinándola para que quedase en su punto... fue realmente entretenido; descubrió que cocinar le gustaba. 

Nunca lo había hecho antes porque JungKook no parecía convencido de dejarle, creía firmemente que ese revoltoso ser iba a arruinar su cocina. Pero hoy desde luego le iba a demostrar que no. 

Cuando todo estuvo terminado se sintió orgulloso. "Esto lo he hecho yo." Se dijo a si mismo, mirando la comida con ojos brillantes. Aún quedaba un poco de tiempo hasta que el universitario llegase, no demasiado pero sí algo así como veinte minutos. Por suerte el azabache le había enseñado a leer las horas y además le había dejado un papel en el refrigerador con sus horarios, así que Kim lo tenía todo controlado. 

Dejó lo preparado dentro del horno para que no se enfriase y se fue directo hacia la ducha, quería estar presentable; quería que Gguk le viera y pensase que se encontraba radiante. Así que se duchó y vistió con algunas de las prendas que el chico le había comprado en este tiempo. 

Se colocó una camisa azul que combinaba armoniosamente con su cabello y unos pantalones holgados beige. Dejó que su cabello se secase al natural, dejándolo un poco desordenado y no olvidó el bálsamo en sus labios. 

Con prisa miró el reloj digital que decoraba la mesita de noche del azabache, le quedaban pocos minutos. Correteando por el pasillo del apartamento tomó las flores que había podado de sus plantitas, había hecho una decoración para colocarla en el medio de la mesa. "Debe de estar al llegar..." Pensó asomándose a la ventana de la cocina, que daba hacia la calle donde estaba la puerta del edificio. 

Efectivamente apenas 3 minutos después el auto de SeokJin, el amigo y compañero de trabajo de JungKook, estaba allí estacionado frente al portal. -- ¡Ay, ya viene ya viene! -- Exclamó, aunque se encontraba solo. 

Tae sacó la comida aún humeante del horno, emplatando la esta en la vajilla más linda que pudo encontrar en toda la casa. -- Maldito soso y simple Jungkookie, tenemos que comprar vajilla más bonita. -- Se quejó, no estando contento con el simplón cuenco blanco de pequeños lunaritos azules.

Dejó este en el asiento del azabache y él sacó del refrigerador su macedonia de frutas ya prepara, dejando la miel a un lado para luego colocarla. Terminando de colocar las cosas fue que escuchó la puerta principal ser cerrada. Si no fuera porque ya estaba acostumbrado, se habría asustado de lo rápido que le latía el corazón en estos momentos. -- ¿Tae? -- Llamó el jovencito, confuso por no tener al chico revoloteando a su alrededor nada más entrar.

El de piel canela sonrió en grande, saliendo de la cocina para ir directo a la entrada. -- ¡Bienvenido a casa Koo! -- Saludó acercándose a este, quien se estaba quitando las botas para dejarlas en el zapatero de la entrada. 

-- ¿Qué haces así vestido? -- Preguntó intentando sonar tranquilo, todo lo tranquilo que podía teniendo a TaeHyung ya colgado de su brazo tan lindo. 

-- ¡Te hice una sorpresa, corre, corre ven! -- La sonrisita geométrica habitual del hadita se hizo presente. Este tironeaba del brazo libre de Jeon, quien usaba el otro para sujetar su mochila que colgaba de uno de sus hombros. 

No iba a mentir, sintió un escalofrío al escuchar "sorpresa", porque era consciente de qué tan desastre podía ser ese chico a veces. "Por favor que no haya destrozada, por favor" Rogó, llevándose la sorpresa de su vida al entrar en la cocina. Lo primero que le dio la bienvenida era un agradable olor a comida recién hecha, comida que olía exquisita. -- Tadah~. -- Canturreó el mayor mostrándole la mesa. 

-- ¿Todo esto lo hiciste tú? -- Inquirió sorprendido, se podía ver a leguas cuanto esfuerzo estaba dedicado a aquello; todos los detalles estaban cuidados minuciosamente. Tae asintió efusivamente con su cabecita, su esponjoso cabello moviéndose de manera adorable. 

-- Quería darte esta sorpresa ¿Te gusta? Bueno, primero debes de comer para responder a eso. -- Rió, apenas un poquito nervioso, porque hacer cosas románticas con JungKook le encantaba pero a veces le ponían un poquito inquieto al querer que todo fuera perfecto. -- Siéntate, Gguk; dame tu mochila, la dejaré en tu habitación. -- 

Aún sin dar crédito sintió como el hadita tomaba la mochila y se iba, correteando como siempre por el pasillo. Aún no entendía como sus vecinos de abajo no habían venido a quejarse, eso era un milagro.

El azabache se sentó en su lugar mirando el plato con curiosidad ¿Desde cuando el hadita sabía cocinar? Sus ojitos se movieron del cuenco hasta parar en el arreglo floral del centro, y a JungKook se le escapó una sonrisa de labios sellados. "Es tan lindo cuando se lo propone." 

-- Ya estoy aquí, hora de cenar. -- Igual de sonriente que antes el de piel canela se sentó frente a él; como cada día. 

TaeHyung se quedó allí mirándole con ilusión, y no hizo falta que emitiera alguna palabra para que Jeon entendiera que estaba esperando que probase la comida. -- Bien, a ver si no me intoxicas... -- Bromeó él, recibiendo una muy suave patada por debajo de la mesa que le hizo reír. 

El joven tomó sus palillos y fue directo hacia un trozo de carne, luego también alcanzando algunas verduras para probar la mezcla de sabores. Podía sentir como el pie de Tae se movía inquieto aunque este tratase de disimularlo. -- ¿Sabe feo? -- Inquirió a media voz al haber pasado segundos y que el contrario no emitiera palabra. 

-- No... no, está riquísimo. Wow, felicidades, hadita; está excelente. -- 

A TaeHyung casi le salen corazones a través de sus ojos al escuchar aquello, no le había llamado "mosquito", tampoco "Tae" o "TaeHyung" ¡Le había llamado "hadita"! Oh Dios, eso no pasaba todos los días. -- Gracias, Koo...  -- Murmuró, regalándole una de esas sonrisas que JungKook había apodado como las "sonrisas roba corazones 3000". -- Vamos, come; ya luego admiras lo bonito que estoy. -- Bromeó al sentir como el menor se había quedado ensimismado en él unos segundos. 

Y no tuvo como negar aquello, aunque usualmente lo hacía, ahora mismo no podía negar lo maravillado que se sentía con él. Aunque fuera un chico, y no una chica; cosa que siempre le abrumaba. 

Ambos hablaron de muchas cosas, pudiendo reír juntos mientras comían aquello que el peliazul había preparado con tanto cariño y dedicación. A pesar de que normalmente Tae era el más parlanchín entre ambos con diferencia; hoy el joven fue quien más habló, y ver a su humano tan entusiasmado solo le hizo sentirse más enamorado. 

Tal vez el hada no era consciente de la importancia de sus acciones, a JungKook nunca le habían hecho cosas como estas. La ilusión de que alguien te dedicase tiempo por primera vez era realmente gratificante. 

Posiblemente la cena del día de hoy pasaba a entrar en el "top 3 momentos" de ambos. TaeHyung no lo podía creer, pero todo había salido mejor de lo que había imaginado, ese chico estaba más allá de su imaginación. 

Hoy se sentía con el derecho de dormir en la cama con el humano sin tener que hacer un alboroto para convencerle. Y de hecho JungKook pareció pensarlo igual, porque en ningún momento le dio indicios que le llevasen a pensar que lo quería fuera de la habitación, como normalmente pasaba. Aunque nunca servía de nada porque Tae siempre acababa haciendo lo que le daba la gana como niño caprichoso que era.

Los dos se colocaron el pijama y se cepillaron los dientes, el peliazul jugueteando y manchando con gotitas de agua al contrario mientras se enjuagaban. Si bien al principio todo este comportamiento infantil pudo haber sido fastidioso para el joven, ahora le encontraba su encanto. 

-- Descansa, muchísimas gracias por la cena... en serio estaba deliciosa. -- Murmuró Jeon ya en la oscuridad de la habitación, ambos acostados en el mismo colchón pero sin tocarse. 

El de cabellos oscuros se encontraba bocarriba mientras que el otro estaba de lado, admirando el rostro de su persona favorita gracias a la poca luz que entraba por la ventana. -- Fue un placer, haré más si tanto te gustó. -- Le dijo con una sonrisita que JungKook no apreció al tener los ojos cerrados. 

A partir de ahí la habitación se quedó en silencio durante algo más de cinco minutos. Realmente TaeHyung quiso intentar dormir, pero se encontraba tan feliz y orgulloso de haber podido ofrecerle un momento bonito a su humano que la emoción no le permitía tranquilizarse al punto de sentirse adormecido. Quería más de JungKook. 

Con cuidado se deslizó por la cama, menguando la distancia entre ambos y atreviéndose a colocarse sobre el cuerpo ajeno. No es como si normalmente ellos fueran demasiado atrevidos al tocarse, si bien se besaban muchas veces; unas más intensas que otras, nunca llegaban al punto de manosearse demasiado. 

Por eso sentir como el hada se subía sobre él hizo que Jeon abriera inmediatamente los ojos. -- Tae- -- 

-- Dame un poco de atención... hoy en serio fui un hadita muy buena. -- Murmuró sentado en la pelvis del azabache; no en su zona íntima, pero sí bastante cerca. Sus manos estaban apoyadas en el torso del contrario acariciando este mientras le miraba con ojos brillantes. 

" A la mierda... " Concluyó el joven, relamiendo sus labios mientras conectaba la mirada con la del otro. -- Ven aquí. -- Dijo, y vaya si le faltaron segundos al peliazul para inclinarse hacia el cuerpo de JungKook para poder hacer que la distancia entre ambos fuera nula. 

Jeon capturó los voluminosos labios que tanto adoraba besar en secreto con los suyos, deslizando sus manos por debajo de las sábanas hasta que acabaron en el cuerpo contrario. Si bien al principio apenas las había dejado apresando la estrecha cintura del ser, las acabó moviendo mientras que el beso se intensificaba. 

Sus lenguas jugaban y sabían que sus labios iban a terminar hormigueando e hinchados, pero es que besarse parecía algo sin fin cuando se trataba de ellos y de lo mágico que se sentía. 

Los dedos de Tae acariciaban el cuello del joven buscando sus zonas erógenas, y JungKook tenía sus manos ocupadas manoseando los muslos ajenos con más experiencia que la hadita en estos temas. No había palabras que el mayor conociera para poder expresar lo bien que se sentía, a veces incluso le daban ganas de pedir que el azabache le pegase más hacia él, que lo apresara contra su cuerpo; en serio tenía la necesidad de fundirse con Jeon a veces. 

El primer jadeo se escapó de la boca del hada chocando contra la del contrario, este siendo provocado por el involuntario movimiento de caderas que su cuerpo inexperto había decidido hacer. -- Hazlo otra vez, hazlo de nuevo. -- Ordenó a media voz el menor, y sin pensarlo él le obedeció "por la luna y todos los animalitos del bosque, esto se siente bien". 

Los besos solo se profundizaron aún más, y ahora lo más travieso que había en la habitación eran las manos del universitario. Estas tomaban al completo las nalgas del chico que tenía sobre él. Chico. Sobre él. En serio JungKook no estaba dando crédito. 

Sus dedos apretaban las mejillas traseras por encima del fino pijama que TaeHyung portaba, deseando en serio poder hacerlo desaparecer para ponerse en contacto con la piel del ser mágico. -- Koo; más, un poquito más. -- Imploró el peliazul, perdido en todos los chasquidos que los pares de labios emitían al juntarse y separarse. 

Dios, después de estos besos sucios no estaba seguro de querer volver a los otros más tranquilos.

JungKook se movió de manera en la que pudo dejar el cuerpo de preciosas curvas debajo del suyo, metiéndose sin pudor alguno entre las piernas del hadita; quien se las abrió para dejarle un hueco más que acogedor allí. El azabache estaba apoyado en sus antebrazos, devorando los labios aterciopelados ajenos y sus jadeos también. Los deditos del mayor ya habían pasado a perderse entre sus cabellos negros. -- Mgh... Koo... -- 

No era una chica quien le llamaba entre suspiros de deseo, era TaeHyung y le estaba encendiendo más que nunca alguien antes. Las largas piernas del peliazul aprisionaron la cintura del chico, queriéndole más cerca aunque aquello fuera físicamente imposible. 

Apenas eran besos sucios y manoseo sin vergüenza, pero él ya podía darle la razón a YoonGi en aquello que le dijo refiriéndose a que las experiencias íntimas con las hadas eran inexplicablemente placenteras. 

No supo en qué momento su valor fue tanto como para desabotonar la camisa de pijama del contrario, sus belfos abandonando la boca de Tae expresamente porque tenía más sitios que besar, porque no por cualquier cosa hubiera abandonado esos benditos labios. 

Los besos se habían deslizado por su mentón, cuello y clavículas, recibiendo algún que otro mordisco que le hizo temblar bajo el fuerte cuerpo del joven. -- JungKook... ahm- mgh. -- La lengua del nombrado lamió su pezón derecho para luego tomarlo entre sus labios, succionando este a la par que las caderas de Tae volvían a ponerse en marcha para crear fricción. 

-- Así, muévete así  de bien. -- Jadeó ronco Jeon para volver después a mantener su boca ocupada, no importaba si era en su cuello, pecho o boca, él solo quería besar cada rincón del cuerpo contrario hasta que sus labios dolieran. 

Tae ya podía sentir la erección del humano totalmente acomodada contra su trasero, y él sabía ya como funcionaba todo esto porque se había informado bastante bien... tal vez había buscado hasta demasiada información. 

Totalmente decidido tomó las mejillas de JungKook con sus cálidas manos para atraer de nuevo su rostro hacia el suyo. Ambos se robaban la respiración, besándose con desespero y moviéndose a la par para que el contacto fuera estúpidamente placentero. -- Gguk, tengamos sexo... hagámoslo. -- Pidió el mayor en algo parecido a un lloriqueó que hizo que el azabache sonriera lascivo. 

-- No, bonito; no será hoy... pero no te vas a ir a dormir así, tranquilo. -- Jeon tomó el belfo inferior ajeno entre sus incisivos para tirar de este mientras su mano derecha se movía con avidez hasta poder colarse por dentro de la ropa ajena. -- Adoro escucharte llamarme en estos momentos, mi nombre nunca suena tan bien como ahora. -- Jadeó el menor apresando el miembro erecto de TaeHyung con su mano. 

La respiración del nombrado se cortó "Por qué no hemos empezado a hacer estas cosas hasta ahora." Se preguntó, teniendo ahora al chico que adoraba haciendo chupones alrededor de sus pezones a la par que su mano se movía. -- Oh- Koo- ahm... ah, q-quítame la ropa... -- 

JungKook alzó su rostro con una de sus cejas enarcadas con diversión. -- Tú en serio no tienes vergüenza alguna para estas cosas. -- 

-- ¿Es eso malo? -- Susurró, alzando sus brazos para rodear el cuello del universitario con estos. 

-- Para nada, hadita; eso lo hace todo mejor. -- Fue lo último que dijo antes de quitar toda la ropa que cubría el cuerpo del ser fantástico. Es que aquellas curvas no podían ser reales en ninguna realidad. 

Y a pesar de que él no se desnudó al completo se deshizo de su parte superior, porque la necesidad de tener sus pieles en contacto lo estaba consumiendo. Tae adoro la sensación de poder pasar sus manos por la piel desnuda y caliente, por esos hombros anchos que siempre lo tenían hipnotizado. 

Pero ahora poco podía pensar, JungKook le estaba robando la respiración y su capacidad de razonar algo. -- Gimes muy bonito. -- Susurró contra la boca del mayor paseando su pulgar por el glande lubricado, haciendo presiento para sentir como el chico se retorcía debajo suyo. Dios, lo mucho que le estaba gustando esto. 

-- JungKookie, a-amh...-- El experimentar todo esto por primera vez con el azabache era como cumplir un sueño realidad; él estaba contento, su corazón lo estaba. TaeHyung nunca había pertenecido a ningún lugar, pero ahora creía firmemente que pertenecía a esos brazos. 

Entre más besos, mordidas y respiraciones entrecortadas fue que sintió lo que muchas veces vio en vídeos, todo su cuerpo tembló y tuvo que abrazarse al cuerpo del contrario, sintió que por un momento el alma se le escapaba no soportando tal placer. 

Automáticamente todo su cuerpo se relajó, todo le daba vueltas mientras intentaba regular su respiración. -- No te muevas... -- Susurró el joven levantándose para limpiar su mano y buscar papel para limpiar a TaeHyung, quien después de estar aseado se colocó su ropa interior. La experiencia del primero orgasmo lo tenía atontado. -- ¿Vas a dormir así, sin el pijama? -- Rió a media voz el azabache. 

-- Me gustó demasiado tu piel como para no poder sentirla directamente. -- Argumentó, con sus ojos medio cerrados, viendo como el chico se volvía a meter bajo las sábanas. 

JungKook se colocó bocarriba, estirando uno de sus brazos para que el chico de piel canela se acurrucase allí. Tae realmente durmió mejor que nunca antes, con su rostro apoyado en el pecho ajeno, amando sentir los latidos del chico mientras este mismo acariciaba su pelo azul. 

No demoró en dormir, había encontrado el mayor punto de paz de toda su vida. A JungKook le costó un poco más, dormir con una erección no era fácil, pero supo que el día no era hoy; y aún así lo había disfrutado. 

La noche había sido mágica. Aunque en realidad todos los días alrededor de Tae se sentían así. 



Capítulo dedicado a lavidasaiyana , Lopita_ym , kim_gillian y jessicanoguez90 que esperaban por esta actualización. Espero que os haya gustado. 

Kisssuuu~~ 100323.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro