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cinco



-- JungKook-ah~ hazme caso... -- Susurró el de cabellos turquesas en el oído del humano. 

Como siempre, cada día; para la desgracia de JungKook, el hadita estaba allí acompañándole en sus clases. Aunque había intentado que el ser sobrenatural se quedase en casa este se había negado, ya lo había hecho un día y la experiencia no le gustó en lo absoluto. 

Eso de quedarse un día entero sin la presencia de Jeon a su alrededor no es como si le hubiera fascinado ni mucho menos. 

Definitivamente molestarle y planear alguna excusa para probar sus labios era mucho mejor.

El azabache siquiera parecía estar echándole cuenta, tenía su vista clavada en la pantalla digital donde su profesor explicaba algo que Tae no entendía; y tampoco pretendía hacerlo. -- Ggukie ¿Sabes que si no me das un besito ahora mismo moriré? -- Intentó convencerlo con una piadosa mentira. 

Sintió como el cuerpo del joven se había tensado ¡Seguro que le había terminado de persuadir! 

Error. 

Muy al contrario de recibir un tierno gesto de afecto físico, el hadita tuvo un suave manotazo que le hizo revolotear de su hombro. >> Ash, por qué mi humano será tan amargado. << Se quejó ahora sentándose sobre su cabeza. Y si ya se sentía frustrado, la cosa fue a peor. 

A su derecha estaban esa parejita rara que siempre se quedaba observando ¿Por qué ese hada de cabellos color melocotón podía obtener mimos de su humano y él no? ¡¿Qué había de malo con él?! 

El compañero de JungKook estaba atento de igual manera a las explicaciones del profesor; pero no por ello no dejaba de acariciar el rostro de su hadita, quien dormitaba tranquilamente sobre su estuche. TaeHyung no conocía de nada al otro ser de mejillas regordetas, pero le asustaba. Su humano le dijo que hacía unos días habían estado hablando y desde entonces el azabache había estado un tanto curioso en cuanto a sus orígenes. 

Y no es como si a Tae le gustase hablar de estos... porque si quiera él tenía demasiada idea de ellos, y lo poco que rememoraba no era plato de buen gusto de recordar.

Cuando el timbre sonó casi fue capaz de llorar de felicidad, eso solo significaba que iría a la azotea de la universidad junto a JungKook y que podría cambiar su forma. Aunque era un gasto de energía, amaba poder pasar tiempo con el jovencito de aquella manera. 

Despidiéndose brevemente del pálido de su lado, Jeon tomó sus cosas y fue directo hacia las escaleras que lo llevarían hasta lo más alto del edificio. Sonaba extraño, pero se alegraba de no tener amigos en la universidad los cuales le interrogasen por su ausencia en los descansos, la situación sería complicada de explicar... además, para qué amigos cuando ya tenía su grano en el culo personal llamado TaeHyung. 

-- ¡Por fin me harás caso, humano arisco! -- Se quejó el de tez canela, dando dos suave palmadas para cambiar su forma. Siquiera dos segundos habían pasado cuando abrazó abruptamente al de cabellos oscuros. -- ¡Ggukie, la gracia de los abrazos humanos es que los devuelvas! --

-- Ash, mosquito, eres un dolor de cabeza... suelta, suelta. -- Dijo el otro intentando separar el delgado cuerpo ajeno. 

Sí, sí lo de los besos con el hada estaba más que bien y de vez en cuando le encantaba intercambiar algunos con él en la privacidad de su apartamento... pero... bueno, digamos que se ahogaba en la efusividad cariñosa del ser fantástico. -- Solo dejaré pasar esto porque me muero de hambre y quiero mi frutita... -- Refunfuñó el peliazul, sentándose con su espalda en la pared. 

>> Gracias al cielo. << Pensó el más alto, sentándose a su lado para a continuación sacar de su mochila ambas cajas de comida. La suya alta en proteínas y la del otro llena de frutas rojas, que eran las más favoritas de Tae. 

-- TaeHyung-ah ¿Aún no quieres hablar un día con YoonGi y JiMin? A lo mejor podríais haceros amigos y- -- Antes de poder terminar la frase Tae le miró con el ceño fruncido, apuntando con su dedo índice hacia sus labios, donde aparecieron un par de margaritas que le hicieron imposible seguir hablando. 

Mientras que el humano escupía las flores entre quejas, Tae procedió a hablar. -- No me gusta relacionarme con otras hadas o seres sobrenaturales. Sino hubiera huido a cualquier sitio natural y no a tu casa, idiota. -- Dijo sin pensar demasiado, siendo consciente de que había dejado salir algo de información cuando dejó de escuchar los insultos hacia su persona. 

Algo sin duda había captado la atención del curioso joven. -- ¿Entonces huías? ¿De qué? ¿Por qué te fuiste de tu... tu... manada? -- 

-- ¿Manada? Las hadas no somos lobos o perros. -- Rió sin gracia el más mayor; cuanto odiaba tocar este tema. -- No huía de nada, solo me escapé porque soy una hada terrible e inquieta, ya está. -- 

Vale, aquella descripción era una con la que JungKook estaba terriblemente de acuerdo, sin embargo no le parecía la razón real. Aún así no creía que ahora fuese el momento de seguir indagando, el hada estaba frunciendo sus labios con sus ojos clavados en las frutillas, las cuales siquiera fue capaz de terminar de comer. 

Wop, si que había encontrado la fibra sensible de TaeHyung; no podía creer que hubiera dejado sus frutas a la mitad. 

Quería conformarse con la pequeña información que había sonsacado, pero su cabecita pedía más, conocer un poco más al bichito con el que convivía. Entendía que no podía indagar mucho más; por lo menos hoy, en sus orígenes o de donde venía ¿Pero qué tal un poco sobre él? 

JiMin le había insinuado que parecía ser un hadita muy especial, los poderes de Tae no eran los más comunes por lo visto. Podía intentar tantear el terreno a ver si el de piel canela se sentía bien como para hablar de estas cosas que le ayudarían a saber quien o como era este jovencito -no tan joven.- -- TaeHyung ¿Las hadas tenéis padres o algo así? -- 

-- Uhm, no... no como tal. Vivimos en comunidades. -- Explicó, jugueteando con la fruta de su cajita de plástico; esto le hizo a JungKook saber que definitivamente había algo que no iba bien, parece que algo le había afectado. -- Salimos de huevitos que la madre naturaleza se encarga de distribuir. Las hadas mayores se encargan de nosotros cuando eclosionamos, es como... como si todos fueran nuestros papas; supuestamente todos cuidamos de todos. -- 

>> Ojalá eso fuera verdad y alguna de ellas hubiera estado dispuesta a cuidarme. << Pensó reprimiendo un suspiro; llevaba mucho tiempo sin tener estos pensamientos, pero con tanta pregunta de parte del humano le estaba siendo complicado no recordarlo todo. Maldita hadita metiche de cabellos melocotón que había despertado la curiosidad en Jeon.

-- Así que sois como una especie de secta mágica. -- Bromeó sin gracia alguna el universitario, viendo como el peliazul le miraba con una de sus cejas alzadas ante la extraña comparación. 

-- Bueno, ahora que lo dices si parecemos una, humano tonto, ahora ya basta de preguntas, no me gustan cuando me hacen sentir presionado. -- 

-- ¿No decías hace unos minutos que querías atención? -- Murmuró rodando los ojos a un volumen medio, bajo pero no lo suficiente como para que el hadita no escuchase. 

>> Me refería a otro tipo de atención... << Se quejó mentalmente. TaeHyung no había experimentado nada como lo que suponía el contacto físico humano. Era algo maravilloso, y no entendía como la madre naturaleza no lo había incluido en la vida habitual de un hadita... comprendía muy bien a todas las que se paseaban por la civilización humana. 

Y lo peor de todos es que eran preciosas, coquetas y sobre todo curiosas. Si unos cuantos besos parsimoniosos se sentían de maravilla ¿Cómo sería eso que llamaban "sexo"? Había visto unas pocas de veces a JungKook practicándolo con diferentes chicas cuando aún vivía en su apartamento en secreto.

Necesitaba investigar un poco sobre este y luego convencer a su humano en practicarlo. Lo ansiaba. 

Sin esperarlo en un instante se vio sorprendido por el azabache, el chico dejó de estar frente a él comiendo para colocarse a su lado, con sus hombros pegados el uno al otro. Su cuerpecito se tensaba automáticamente cuando el humano se acercaba.  -- Hoy estás raro, quiero decir, más raro de lo común. Más que un hada pareces un alien. -- 

-- Estoy cansado, últimamente consumí mucha energía, eso es todo. -- Contestó con simpleza, aunque no fuera ni por asomo la razón principal, su cansancio provenía de muchas cosas más.

-- Entonces duerme un poco, acuéstate y deja de molestar. Si hablas por los codos es malo, pero cuando estás en silencio es mucho peor. -- Se quejó el menor, llevando su mano hacia los cabellos ajenos para poder hacer que este se recostase, dejando su cabecita en sus piernas.

El hada parpadeó confuso, era la primera vez que Jeon hacía algo como aquello. Apenas se habían besado un par de veces, pero nunca hubieron abrazos o caricias como las que ahora le estaba dejando en sus cabellos. 

Sin saber siquiera por qué, las comisuras de sus abultados labios se curvaron hacia arriba de forma involuntaria. Kim se acurrucó con su rostro apoyado en los fuertes muslos de su humano, cerrando sus ojos sabiendo que no podría dormir de la emoción; pero quería hacerle creer a JungKook que su esfuerzo por hacerle sentir mejor estaba sirviendo. 

El azabache era muy arisco en general con los demás, por eso es que estaba atesorando este momento entre sus recuerdos favoritos; haciendo además un apunte mental: << No solo el contacto lascivo se siente bien, el contacto suave también se siente bonito. << 





Después de estar la tarde entera trabajando y que SeokJin, una vez más, se ofreciera a llevarlo a casa por fin JungKook había entrado por la puerta de su apartamento. Estaba agotado debido a que hoy era el día del espectador en el cine, es decir, las entradas estaban mucho más baratas y por ende habían más clientes. 

Socializar tanto y además estar obligado a tener una buena y simpática cara hacia el público a veces le consumían la energía. 

Por suerte, TaeHyung le había dejado tranquilo en cuanto entraron por la puerta, el peliazul le había dicho que se diera un baño tranquilo, que era lo que más necesitaba seguro; y el peliazul tenía razón, lo que más ansiaba era un ratito para hundirse en el agua calentita.

Lo que no había pensado era en el por qué el hadita que nunca quería separarse de su culo; ahora de repente le animaba a tener un momento a solas, porque claro que había un por qué. 

-- Vale, uhm, supuestamente en internet hay de todo... debe de haber de esto también. -- Murmuró el de piel canela frente la laptop del universitario, con la cual por cierto no se llevaba nada bien ¡no podía acostumbrarse ni en mil años a la tecnología! Era algo horrible, pero poderosa. 

" Sexo " Buscó, y a parte de definiciones sobre lo que era, no le salió algo demasiado interesante. Todo fue diferente cuando le añadió una palabra. " videos sexo." 

Varias páginas que te prometían los mejores video salieron, brillando en los orbes de Tae. Pinchó en la primera que se presentó, siquiera mirando el como se llamaba o los términos de uso. 

Tan pronto como estuvo dentro sus ojos e abrieron de par en par y sus mejillas se sintieron calientes, además de su respiración que pareció volverse más pesada de repente. Oh, cuantos cuerpos desnudos y cuantas miradas llenas de deseo. 

Mordiéndose el labio inferior con un poquito de nervios por ser descubierto asomó su cabecita por el pasillo que llevaba al baño, aún JungKook no parecía que fuera a salir, así que volvió a sentarse en la cama que solían compartir -a escondidas porque el azabache siempre se dormía antes, cosa que el hada aprovechaba para colarse.- 

Una vez más no pensó demasiado en clicar en el primero que se abrió, y aunque le parecía muy interesante el como ambos se tocaban el uno al otro, no le despertaba todas las sensaciones esperadas porque no era capaz de empatizar con la mujer. Necesitaba ver algo con lo que él pudiera sentirse identificado. Así que la idea de buscar en el buscador de la página específicamente videos entre dos hombres no se hizo esperar. 

Ahora sí, en ese momento si que había descubierto lo más interesante que se le presentó en la vida alguna vez. -- ¿C-cómo? ¿P-por ahí? P-pero... oh... ¿¡Tanto cabe?! -- Tae parpadeó un par de veces al ver como ese chico joven metía en su trasero un dildo demasiado grande. 

Atento a lo que pasaba ladeó tantito su cabecita, escuchando a un volumen mínimo como él gemía. Se escuchaba muy lindo ¿Cómo eran los gemidos de JungKook? Casi no los podía recordar ¿Cómo serían sus propios gemidos? ¿Serían así de lindos? 

Sin darse cuenta el vídeo había terminado y el siguiente se había puesto de manera automática. Ahora si eran dos chicos participando. En serio, existiendo este tipo de vídeos ¿Por qué JungKook veía esas películas aburridas de superhéroes? Esto era mil veces más entretenido.

 Kim sintió que la saliva se atascaba por su garganta cuando se fijó en como las manos del hombre agarraban la cintura del contrario con posesión, la manera en la que sus dedos se hundían en su piel para poder pegarlo a él mientras parecían devorarse, cómo las del contrario se aferraban a su espalda... y como se unían. 

Era adictivo; y solo le hacía querer sentir aquello, todas esas sensaciones que parecían ser maravillosas. Tenía que hacer lo que sea para terminar convenciendo a JungKook. 

-- TaeHyung ¿Vas a querer entonces cenar algo? -- Inquirió el universitario, entrando por la puerta de la habitación con el albornoz atado a su cintura, secando sus cabellos con otra toalla.

En cuanto la voz del universitario hizo acto de presencia el de piel canela tuvo que cerrar la pantalla del laptop a toda velocidad. Kim mantuvo su respiración, aguantando también la mirada de sorpresa que el joven le regalaba, desde luego no estaba entendiendo nada.

Con las mejillas encendidas y el corazón acelerado el hadita se colocó de pie a toda prisa. -- ¡Si, si! Voy a hacerme un tazón de leche con miel, sí, sí, eso mismo. -- Balbuceó nervioso, saliendo a pasitos rápidos por la puerta. 

Bueno, una vez que cerrabas la pantalla del aparato ese se apagaría ¿no? Eso quería creer el ser fantástico, que ahora estaba en la cocina intentando asimilar lo que acababa de ver, agarrado a la encimera. Esos videos habían causado estragos en él ¿Cómo haría para seguir con su vida de hadita revoltosa? 

-- ¿Qué le pasa hoy? -- Murmuró para si mismo el azabache, aún mirando la puerta por la que el chico había desaparecido de camino a la otra habitación, iba a proponerle hacerle él la cena, después de todo veía agotado estos días al peliazul. 

Al ver que Tae había estado usando su laptop; cosa que no entendía puesto que ya le había dejado claro varias veces cuanto odiaba la tecnología, decidió terminar de usarla, con la intención de ver qué clases tendría el día de mañana para así poder organizarse. 

Esperaba encontrarse con fotos de plantitas o animalitos, porque TaeHyung realmente estaba obsesionado con la naturaleza. Pero no, lo que tuvo brillando en la pantalla era una escena que nunca creyó posible.

El video estaba pausado, pero se sobreentendia de qué trataba. -- T-Tae-...¿TaeHyung? -- Llamó confuso. 

-- ¡No estoy! -- Escuchó desde la cocina. 

¿Por qué razón estaría el hadita buscando algo como aquello? Se preguntó JungKook, tan ensimismado en esa inquietud que siquiera se dio cuenta del vuelco de emoción que sintió su corazón.


Kisssuuu~~ 180722 

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