Capitulo 2 El pecoso
Katsuki camino de regreso a casa con pasos casados y completamente empapado.
Volteo hacía atrás contemplando como la lluvia caía en el agua estancada de su pueblo, el ambiente húmedo y el cielo nublado lo relajaban de alguna forma. Se pregunto si el pecoso había llegado a casa a salvo, siguió caminando y pronto escondida entre los arboles y rocas su casa alumbraba el camino. Sus pies dejaron marcas en las pequeñas rocas creadas y puestas específicamente para no pisar el jardín lleno de pequeñas flores, toco la puerta y una mujer rubia lo recibió.
-Hasta que llegas- le miro de arriba abajo- entra rápido no quiero otro enfermo en casa.
El rubio entro y se quito sus botas y ropa mojada, tomo la bata que su madre le paso resguardándose del frio. Avanzo hasta el cuarto de baño y encendió la chimenea calentando un poco el lugar, en la bañera de piedra el agua lo recibió y aunque estaba fría el calor del lugar lo alivio.
Cuando salió con ropa más cómoda y abrió la puerta del cuarto de sus padres, se sentó en el colchón y acaricio las manos de su progenitor. Este estaba acostado con varias cobijas encima y le sonrió suavemente y acaricio sus cabellos cuando recostó su cabeza en su regazo.
-¿Cómo te sientes?- le pregunto aspirando el olor cálido de su padre.
-De hecho me siento muy bien, creo que podre salir del cuarto pronto.
Katsuki suspiro feliz y se recostó más en el cuerpo de su padre. El no era mucho de las muestras de afecto, pero con su padre todo era diferente, el siempre sería su calor en la lluvia.
-¿Vendiste todo el pescado?
-Si
-Me alegro......-tomo una respiración larga y continuo- ¿Qué se siente volver al pueblo después de tu viaje?
-Se siente bien, conocí a alguien que es un fastidio
Su padre rio y tocio un poco cubriendose con el brazo, katsuki le miro preocupado y su padre le acaricio los puntiagudos cabellos rubios.
-¿Quién?
-Un chico con cabello de brócoli y pecas tontas.
-Aaaah..- su padre asintió con la cabeza- el hijo de los Midoriya.
Katsuki volteo a verlo algo extrañado.
-¿Lo conoces?
-Si, tu y el eran amigos de bebes- el castaño sonrió ante el recuerdo- le prometiste que cuando cumplieras 19 te casarías con el
El rostro de katsuki palideció para luego volverse rojo como un tomate.
La risa del castaño resonó en la habitación y el rubio rio también con el.
Esperaba que su padre mejorara pronto.
Izuku llego con pescado extra para la cena.
Su madre le miro mal por gastar el dinero de esa forma pero al final los dos disfrutaron de una buena cena.
-Mami
Llamo a su madre mientras esta lavaba los platos.
-Creo quiero ir al pueblo un rato.
Su madre asintió y izuku tomo su capa lista para partir.
Le encantaba nadar y lo hacía cada vez que podía, aunque ese día no sería de esos.
Camino tranquilo ensuciándose de lodo en todas partes Su capa se arrastraba desgastada y enlodada, algunas partes del camino fueron tediosas por la pesadez de la ropa mojada y su enorme mochila pesada y húmeda. Parpadeo suave intentando enfocar su vista en la torrencial lluvia, las gotas resbalaban de su cabeza hasta su barbilla dejando un rastro lento en sus mejillas que simulaban lagrimas.
Se detuvo en su lanchita y la uso para llegar al otro lado, sonrió con calidez, el señor Mikagi tocaba de nuevo la flauta desde su porche y el sonido hacia eco en todo el pueblo compitiendo con el sonido de las gotas gritando al caer.
(la canción del principio, pueden escucharla desde el minuto 04:26 desde que izuku se fue de su casa si quieren. Recomendación de la Autora ;D )
Se sintió afortunado de poder vivir y convivir en un lugar tan hermoso, con gente tan hermosa.
Se sonrojo al pensar en el príncipe Shoto, el príncipe y heredero del imperio norte donde se encontraba su pequeño pueblo. Conocía al príncipe en persona desde hace poco tiempo, pero podía describirlo a la perfección: serio, tranquilo, reservado y tal vez tímido. Izuku suspiro de puro fanatismo y admiración, además el príncipe era bastante guapo, lo conoció gracias a la condesa Momo quien vivía en el pueblo antes de ser nombrada condesa, ella le escribía cartas contándole sus días en su mansión.
Los tres son buenos amigos.
La condesa le comento de lo callado y tímido que era el príncipe, como en ocasiones le daba vergüenza decir un simple ''hola'' o un ''buenos días''. Le conto que era muy bueno con las espadas y la lectura. A izuku solo se le subían los ánimos cada vez más hasta que por fin lo conoció y quedó completamente hechizado por el.
Izuku estaba enamorado.
Pensaba que en cuántas monedas de oro tendría el príncipe y en qué las gastaría. Seguro en ropa de seda y oro.
Y de repente ¡Pom! Estaba pensando en el rubio que conoció, el tal ''Katsuki Bakugo'' hijo del pescador y la comerciante del pueblo.
Por supuesto que izuku era un acosador y ya sabía quien era su madre y donde vivía su familia.
¿De dónde saco la información?
Le preguntó a su mami.
Y como buena mamá le conto todo.
Le conto que de hecho el y el rubio se conocieron de niños y ambos se llevaban bien, el rubio vive en lo más alto de la montaña entre una cabaña oculta entre los árboles y rocas. Y el planeaba visitarlo antes de irse.
Se oculto debajo de una roca y comenzó a encender un poco de fuego, por la humedad fue difícil y el era muy poco, aún así le sirvió para calentar un poco la sopa de vegetales que preparo su madre para el padre de Katsuki.
La lluvia se volvió más fuerte y supo que tenía que apurarse, a llegar. Después de unos minutos la casa del rubio se hizo presente y el pudo suspirar feliz. El vaho salía de su boca sin cesar y toco la puerta lo suficientemente fuerte para que lo escucharan. Una mujer rubia salió por la puerta.
-Oh, hola ¿puedo ayudarte en algo?
-Si- respondió de inmediato- traje algo para su esposo de parte de mi madre Inko
La mujer asintió con una sonrisa y lo invito a pasar. Dejo su capa y botas mojadas en el piso y camino dejando la canasta con comida en la mesa.
-Toma un baño caliente izuku te servirá, puedes usar la ropa de mi hijo.
El peliverde asintió y se encamino al baño, dejo calentar el agua y se baño tranquilo sacando todo el lodo y sudor de su cuerpo, cuando tocaron la puerta la mejor amiga de su madre le dejo unos pantalones y una camisa de manga larga.
Intento ponerse el pantalón, pero este simplemente caía por sus delgadas y blancas piernas llenas de puntos. Decidió no usarlos y con la camisa cubrió lo más que podía su ropa interior, la camisa le cubría hasta la mitad de sus regordetes muslos y su figura se veía bien a pesar de solo estar en ropa interior. Tomo unas sandalias que cuando caminaban sonaba un ligero chapoteo, dejo la toalla en sus hombros sacudiendo sus verdes rizos mojados y atravesó el pasillo para llegar al sillón. Lo bueno de que la señora Mitsuki lo conociera, era que lo dejo pasar con facilidad y hasta se quedaría a dormir.
Cuando llego al sillón una sombra se paró detrás de el y el sonido estrepitoso de un plato cayendo al suelo y haciéndose pedazos resonó por la habitación.
-¿Tu que demonios haces aquí?................- pregunto el rubio tragando grueso al ver al pecoso en escasez de ropa.
Hola soy yo ʕ•ᴥ•ʔ
Se que nadie está leyendo esto pero bueno, esperen el cap 3 dentro de unos días se llamará "una visita inesperada" espero que les haya gustado este cap, se que fue corto :c y trataré de hacerlos más largos.
Sin más que decir salgo del aire.
ʕっ•ᴥ•ʔっ
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