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cap 1 La primera vez que

El era simplemente.....

Vivía en un pueblo pequeño.



Su pueblo estaba en el centro de una enorme montaña en la que había caído un meteorito hacía cientos de años en ese lugar dejando un cráter que con el tiempo se lleno de agua y solo dejo las esquinas libres donde construyeron sus casitas, su montaña era rodeada por más montañas que les daban una maravillosa vista y unas cosechas perfectas.





Su pueblito era perfecto para el.





La primera vez que lo vio fue en el mercado del pueblo.




Ese día se vistió con sus zapatillas rojas que jamás faltaban en su atuendo, unos pantalones cafés, una blusa simple blanca abotonada, se puso el gorro de la capa en su cabeza estaba lloviendo ligeramente. Salió de su casa despidiéndose de su madre con un beso en la frente, ella se despidió de él y le gritó desde su cama que se cuidara.





Después de correr la bajada de la colina se subió a su pequeña lanchita y con un palo movía las calmadas aguas cristalinas relucientes para moverse hasta la otra esquina. Las aguas eran tan trasparentes que se podía ver el suelo a varios metros más abajo.



Saludo alegremente al chico de cabellos azules que lo saludo con calma. Su amigo le ayudo a subir su lanchita a la tierra llenando de lodo varias de sus ropas, se despidió prometiendo hablar más tarde y se encamino al mercado. Pudo haber rodeado el cráter pero era más divertido pasar por el agua y hasta en ocasiones tirarse a nadar un poco.



El agua del cráter llegaba desde una cascada de la montaña más grande a su lado y caía hasta la tercera montaña más pequeña y esta caía hasta un río que llegaba hasta otro pueblo cercano. Todos llevaban sus jarrones de barro para llenarlos con agua en las esquinas más limpias.



Compraba frutas y medicina para su madre, los enfermos eran muchos estos días por al lluvia.



Su día era tranquilo, hasta que se topo con unos hermosos ojos rojos e intensos cuál fuego. Vestía un pantalón azul medio roto de las puntas, unas botas largas manchadas de lodo, no poseía prenda en su parte superior, dejando su marcado abdomen y tatuajes en el brazo al descubierto y exponiendo su pecho con varios collares colgando del cuello. Se pregunto de dónde provenían las piedras tan hermosas de esos collares. Seguro valían una fortuna.



La primera vez que lo vio, no se había enamorado perdidamente.





Se dedicó a observar como su enorme capa roja se arrastraba por el suelo marcando su paso, como si su apariencia no fuera sigo para decir "estuvo aquí". Cuando se dio cuenta que lo observaba demasiado se volteo olímpicamente hacía el lado contrario tratando de disimular.



La primera vez que lo vio solo pensó que el debía ser alguien extraordinario, alguien a quien no se puede ignorar, simplemente nació para ser observado.



La primera vez que lo vio no sintió esas mariposas de las que todos cuentan en los cuentos.





¿Que debía hacer? Era la primera vez que veía a alguien tan imponente y majestuoso como ese rubio. ¿Que se supone que debería hacer? ¿Hincarse e implorar le poder verlo por siempre?¿Marcharse y perder la oportunidad de hablarle a alguien tan grandioso?





Decidió entonces ignorarlo, aunque le fue difícil por sus constantes gritos.



-¡¡MALDITA SEA!! ¡¡ME DIJIERON QUE CON 20 PESCADOS ERA SUFICIENTE!!¡¡NO VENGA CON EL CUENTO DE QUE SOLO DIJO 10!!- gritaba completamente furioso contra la mujer que solo se hacía cada vez más pequeña.



-Yo dije claramente que solo éramos 10- dijo tomado coraje y encarando al rubio- usted debió escuchar mal.



El rubio se veía claramente molesto, cada vez se ponía más rojo parecía que iba a estallar. Dió unos fuertes y pesados pasos tratando de acaparar todo el espacio de la pera frente a el, su vecina solo podía hacerse más pequeña en su lugar por el miedo.



Antes de siquiera pensarlo sus pies se movieron solos, parándose frente de la mujer castaña, cubriéndola con su espalda. Miro al rubio desafiante buscando alejarlo, pero solo género una risa burlona del rubio.



-¿Que?- pregunto brusco.



Alzo una ceja indignado.



-Esa no es forma de tratar a una persona- la mujer atrás de él temblaban como hoja de papel en el viento- Si tienes problemas con ella existen otras formas de solucionarlos, la violencia nunca es la respuesta.



Algunas personas habían parado de hacer sus cosas solo para ver lo que sucedía. Rodó los ojos con fastidió ¿que les importaba?, suspiro fastidiado.



-¡¡DEJEN DE MIRARNOS MIERDA!!- grito el de ojos escarlata.



-¿Puedo saber que sucede aquí?- pregunto finalmente al rubio después de su grito y que todos continuarán con lo suyo.



Este también resoplo con fastidió y un poco de burla.



-Muy bien "señor justicia"- hizo comillas con sus dedos sin dejar de sonreír con malicia- Está mujer ayer me pidió 20 pescados para 10 personas- explico levantando moviendo las manos simulando números- pero hoy que vengo a entregarlos ¡resulta! que solo son 10 y que no piensa pagarme por los otros 10 ¡¿Que se supone que haga con ellos?!¡Ya le vendí su ración a todo el pueblo!



La mujer de ojos azules solo le miro triste, como si toda aquella situación la hiciera sentir culpable. Aunque en parte era cierto por no volver a especificar cómo se hace habitualmente.



-Pero si tú no eres el pescador...-comento un poco confundido- ¿Que paso con el señor Masaru?- pregunto ahora preocupado, el señor Masaru era el hombre más amable que había conocido, siempre le regalaba un pescado a él y su madre. La de ojos azules también hizo un chillido preocupado.



El rubio rodó los ojos fastidiados.



-¿Eso que tiene que ver con el tema?- paso las manos por su cara con furia mientras estiraba sus párpados- El es mi padre hoy está resfriado eso es todo.



Eso lo descolocó un poco. ¿El señor Masaru tenía hijos? ¿Estaba casado? ¿Tenía una esposa? ¿Le habrá pasado algo malo? ¿Estará bien? ¿Por qué no sabía de esto? ¿Todo el pueblo lo sabía menos el? De pronto su mente se llenó de preguntas.



-Estas hablado en voz alta idiota- lo reprendió una voz.



Se sonrojo un poco al darse cuenta que efectivamente estaba murmurando de nuevo. La mujer veía el intercambio de palabras sin saber si involucrarse o no, pero la mirada comprensiva de izuku le decía que no, que todo estaba bien.



-Lo lamentó- se disculpo con un movimiento de cabeza.



-Eso no importa, yo quiero saber que haré con pescado extra- gruño, al parecer lo que mejor hacía el rubio era enojarse.



-¡BIEN!- alzó la voz ya arto- Yo los compro- saco su monedero de su enorme mochila amarilla- ¿Cuánto es?- pregunto mientras rebuscaba en su monedero.



El rubio miraba callado y algo sorprendido.



-40 monedas de cobre- dijo suave lo que le hizo mirarlo con una ceja alzada.



-Bien- le entrego el dinero y tomo el saco poniéndose sobre la cabeza encima del gorro de su capa- Parece que ya resolvimos el problema- le sonrió a la mujer bajita con dulzura- tenga un buen día- se despidió al ver cómo la mujer de negros cabellos se iba casi corriendo.



-¡Disculpe las molestias joven! - grito la mujer a la distancia.



El suspiro feliz, acomodo su mochila para echar sus demás compras, el rubio le miraba callado como si le analizara, acomodo mejor el saco en su cabeza lo sostenía con solo una mano y comenzó a caminar a su hogar, no sin antes mirar al rubio una última vez.



-Entonces el señor Masaru está enfermo.



-Asi es- respondió simple.



-No sabía que tenía hijos- intento responder todas las dudas en su cabeza.



-Hijo- corrigió- soy hijo único.



-oh- Izuku asintió despacio- no pensé que tuviera esposa.



-Tampoco yo- dijo con una sonrisa- no se cómo sigue casado con la loca de mi bruja- resoplo divertido.



Izuku lo miro incrédulo y ligeramente indignado.



-Es tu madre.



-¿Y que tiene?



Negó sin poder creerlo.



-Yo jamás llamaría a mi madre de esa forma.



-Exacto TU



Volvió a negar pero esta vez más divertido.



-¿Por qué nunca te había visto?- pregunto curioso, la lluvia poco a poco se volvía más intensa a su alrededor.



-Por que nunca vengo al pueblo- señaló la montaña que rodeaba su pueblo como una especie de cráter- siempre estoy en casa o en la montaña dónde viven unos conocidos.



-Yo nunca he ido, me encantan las aventuras pero mi padre solía decir que la gente como yo es fácilmente devorada por osos en las montañas.



El rubio soltó una sonora carcajada.



-Puede que si.



El también río.



-trabajas?- pregunto al ver las ligeras cicatrices en sus manos.



-Sip- asintió feliz el pecoso- Soy aprendiz, hago un poco de todo: práctico con la espada, cocino para el pueblo a veces, trabajo con mi madre en herbología, depende.



El rubio asintió sin mirarlo.



-tu trabajas?



El cenizo asintió.



-Voy de cacería, normalmente yo pescó y cazo la comida y mi padre la vende. También de vez en cuando voy al pueblo vecino a cambiar pescado por otras cosas para el pueblo.



-Guau- dijo emocionado- debe ser importante.



El pecho del cenizo se hinchó de orgullo.



-por supuesto que sí.



El pecoso sonrió estaba disfrutando la conversación hasta el primer relámpago seguido de un trueno se hizo presente.



-Ups debo irme- dijo mientras hacía un puchero.



-mmm- fue lo único que escucho del rubio.



-Nos vemos....



-Katsuki- respondió de inmediato- Bakugo katsuki.



El pecoso solo sonrió mostrando un ligero sonrojo en sus mejillas que apenas se notaba por la sombra que le daba su capa. La lluvia caía toda vía más fuerte, mojando si capa y parte su ropa.



-Nos vemos después.....Katsuki- se despidió y se alejo tranquilo mientras la lluvia se resbalaba por la mano que sostenían el saco hasta su camisa mojando toda la manga. Sus zapatillas rojas cubiertas de lodo y su capa manchada de las puntas de lodo, el sonriente pecoso miro hacia atrás aún con una enorme sonrisa para darse cuenta de algo.



El rubio jamás dejo de míralo y permanecía en el mismo lugar mientras el se alejaba. Sonrió en sus adentros "no me dijo su nombre, que tonto pecoso".



Ahora tenía una excusa para verlo de nuevo.

















Debo admitir que estoy muy emocionada por esta historia y esta es mi primer historia original (sin empezar por canciones o retos) y estoy muy feliz. Espero que les haya gustado, el próximo cap será dentro de poco. Por cierto el pueblo se parece al de your name aunque es más parecido al altar de la protagonista.

Bay nos vemos luego. 



















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