#48
— ¿Me llamaste? —cuestionó luego de entrar a la oficina y hacer una sutil reverencia ante su mayor—. ¿Es hora?
— No. —contestó sin mirarlo—. Antes de desterrarte necesito que hagas una última cosa. —unió sus propias manos y las puso sobre el escritorio.
— Te escucho.
— Hyunjin necesito que... —tragó saliva y exhaló profundamente— le borres la memoria a Chan.
Al ver la expresión de confusión en el rostro del rubio, inmediatamente volvió a hablar para aclarar las cosas.
— Él revivió a Felix... Y ya que aún eres su guardián, eres tú quién debe hacerlo. —aclaró su garganta.
— ¿Qué? —su tono mostraba sorpresa—. ¿Chris revivió a Felix? —poco a poco esa sorpresa se volvía angustia y curiosidad— ¿Y Jisung? ¿Qué pasará con él? ¡Felix es su ángel!
— Es algo... increíble pero —soltó una risa nerviosa—, Jisung y Chan pidieron un deseo al mismo tiempo, Chan revivir a Felix, y Jisung que Minho se enamore de él. —luego de tanto dudar, hizo contacto visual con el rubio.
— ... ¿Qué? —frunció su ceño—. Pero... ¿Qué demonios pasará con Felix?
— Así que tú tampoco dudas de que Felix es la persona que más ama a Jisung. —una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios pero desapareció al instante—. Anulé los deseos... Felix esta aquí. —confesó antes de que dijera algo más y señaló brevemente un frasco blanco sobre su escritorio—. Pensaré en qué hacer ya que ambos deseos son opuestos... —se apoyó en el respaldo de su silla.
— Habla con Changbin, probablemente él tenga una solución... —se dio la vuelta para ir con Chris pero se detuvo— Y con Felix, él debería saber qué está pasando... —dijo refiriéndose al frasco donde Jeongin había guardado la esencia del pecoso, eso incluía todo su ser.
No comentó algo más, salió de la oficina y se aproximó a su destino, que era Chan. Sin embargo; Estaba preocupado, antes de entrar con Dios pudo ver a Changbin afuera de la habitación, sabía que había escuchado su conversación por lo cual estaba al tanto de lo que sucedía con Felix.
Mientras tanto, Jisung volvió a entrar a su habitación y miró aquel espejo lleno de grietas, no le dio importancia a eso ya que lo único que le preocupaba era que el rubio estuviera bien luego de aquella pelea, se sentía mal no sólo por la discusión, sino que sentía necesidad de verlo, quería tenerlo cerca.
— Estrellita, lo lamento... —murmuró.
Pero antes de poderse acercar al espejo, escuchó que alguien llamaba a su puerta por lo que algo dudoso bajó hasta la sala principal para atender a la persona de afuera. Sin embargo; lo primero que recibió al abrir la puerta, fue un golpe en su rostro que le tiró al suelo.
— Maldita sea... ¡No creí que serías tan estúpido! —escuchó una voz familiar pero que no pudo reconocer.
Al alzar su mirada, se encontró con un pelinegro que se veía furioso.
— Tal vez ya no puedas recordarlo... —dijo Changbin— ¡Pero espero que recuerdes ese golpe toda tu vida! —le gritó con lágrimas en los ojos.
— ¿Quién... —murmuró con una de sus manos en su mejilla anteriormente golpeada— eres?
Ahí Changbin se dio cuenta, Han perdió la memoria debido al deseo prohibido. Oficialmente había dejado de ser guardián de ambos, y de igual forma, oficialmente Felix había dejado de ser ángel de Jisung, esta vez para siempre sin poder arreglarlo ni con el poder de Dios.
Por su parte, cuando Hyunjin ingresó a la habitación de Chris mediante un espejo, apreció al mayor sentado en el borde de su cama mirando su gran espejo en el cual aparecía Seungmin. A pasos lentos se acercó a él hasta que escuchó su voz.
— Es muy tarde para arrepentirse, ¿Cierto? —cuestionó Chan en voz baja.
— Sí, lo siento... —respondió Hyunjin.
— Está bien... —su guardián se puso frente a él y alzó su mano a la altura de la frente de Chris—. Gracias por fingir ser mi amigo, Hyunjin.
— No lo fingí, realmente te volviste muy importante para mí, Chan... —sintió su pecho doler.
— Por favor dile a Seungmin que lo siento, y que agradezco tanto haberlo conocido, fue y es un chico maravilloso... Y gracias a ti, por cuidarme todo este tiempo. —levantó su mirada al menor, sonriéndole tristemente.
— Gracias, Chan...
— Y ahora lo entiendo... A Jisung le gusta Felix, mi Felix... —mostró una pequeña risa—. Él era mi ángel en vida y ahora él es ángel de mi mejor amigo... Y no lo culpo, ¿Quién no se enamoraría de Felix? Es tan hermoso.
— Lo lamento... —murmuró Hyunjin.
— Aún tengo imágenes borrosas en mi mente acerca del Reino, pero si de verdad existe un Dios... Él tendrá que rogarme para que lo perdone...
Con esas palabras y un último contacto visual, Hyunjin procedió a borrarle la memoria. No quería mirar la escena así que cerró sus ojos para evitar mirarlo, mientras sentía las lágrimas calentar su rostro. Finalmente lo había perdido todo, ni siquiera se pudo despedir de él de una forma adecuada, no pudo decirle todo lo que quería, ni a él ni a Jisung.
— Espero que después de mi destierro podamos volver a encontrarnos, Bang Chan... —susurró apartándose de él.
— Lamento que todo haya tenido que ser de esta manera... —murmuró Jeongin.
— ¿Qué pasará con Felix? —preguntó Changbin ignorando las disculpas de su superior—. No puedes revivirlo y ya, tampoco puedes darle una vida nueva, eso va en contra del deseo de Jisung.
— Lo sé... Pero no encuentro algo lógico qué hacer. —intercambió miradas con Hyunjin intentando buscar una solución— Y será mejor que Felix lo sepa. —suspiró frustrado.
Tomó el frasco entre sus manos y lo abrió, permitiendo que saliera de él unas cenizas que poco a poco iban formando el cuerpo del rubio. Cuando finalmente el pecoso estaba de pie a un costado, éste abrió sus ojos confundido y miró a su alrededor.
— Estoy en el Reino... —murmuró.
— Tenemos que hablar. —habló su Dios invitándolo a sentarse, cuando el menor lo hizo prosiguió hablando—. Chan deseó revivirte.
Eso sorprendió al pecoso.
— Pero Jisung deseó —fue interrumpido.
— Por eso estás aquí, necesitamos saber qué hacer ya que ambos lo desearon al mismo tiempo. —aclaró su garganta suavemente—. Felix, sabes que desear que alguien de enamore de ti está prohibido. —el menor asintió—. Y las consecuencias de ese deseo es que la persona que más ama a quien lo deseó, desaparece de la existencia humana. —volvió a asentir ante las palabras de Jeongin.
— Pero si Chris hyung deseó que yo reviviera... —murmurlló.
— Exacto. Los deseos chocaron.
La habitación se quedó en silencio nuevamente. Una ola de emociones y sentimientos había golpeado a Felix muy cruelmente. Así como fue alejado de Jisung, fue atraído a Chan de repente. No podía aclararse todavía y de igual forma se sentía confundido, ¿Por qué Jisung tuvo que pedir ese deseo? ¿Por qué no lo escuchó? ¿Por qué Minho había sido de nuevo el problema tan de repente? No lo entendía.
— ¿Y si me conviertes en guardián? —sugirió sin mirar a ningún superior ahí—. Estaría en el mundo real como deseó Chris hyung, pero al mismo tiempo no sería humano y no podría vivir literalmente en el mundo humano, como dicta el deseo de Jisung.
Al principio no hubo respuesta.
— Vaya, es... Una buena idea. —agregó Hyunjin.
— Claro, eso funciona... Aunque llevas poca experiencia siendo ángel, podría funcionar. —dijo su Dios sonriendo aliviado.
— Tengo una condición entonces. —alzó su mirada a Jeongin.
Todos guardaron silencio esperando a que Felix continuará hablando, quién algo dudoso lo hizo.
— Quiero ser guardián de Jisung.
Nadie dijo algo.
— Sé que Jisung no será feliz con Minho. —comentó seguro de sus palabras—. Ese chico no es su felicidad, y aunque así fuera, Jisung aún guarda remordimientos por su pasado... Además —tragó saliva—, sospecho que Han tenía sentimientos por mí. —a pesar de estar nervioso su voz no tembló—. Por lo que sé que le asignarán otro ángel y por lo tanto otro guardián, así que pido ser ese guardián.
Hyunjin rompió el silencio que su Dios y Changbin no querían romper.
— Bien dicho... —musitó con una sonrisa y se acercó hasta tomar las manos de Felix, acariciando éstas—. Siempre di lo que piensas, mantente así hasta el final...
— Hecho. —habló Jeongin aceptando la condición.
Se puso de pie y miró a los tres chicos al otro lado de su escritorio.
— A partir de ahora habrán varios cambios. —puso sus manos detrás de él—. Felix, serás guardián de Jisung y de un ángel que te asignare en el futuro... Mientras tanto tú, Changbin. —hizo contacto visual con el nombrado—. Serás ascendido a miembro de la Asamblea Mágica.
Hyunjin se sintió emocionado por ambos debido a que ellos también lo estaban, pero en el fondo se sintió totalmente triste al saber que el destino de él (Hyunjin) no cambiaría y que debía aceptarlo sí o sí. Cuando cruzó miradas con Jeongin, también se puso de pie y aclaró su garganta para obtener la atención.
— Supongo que hasta aquí debo llegar... —dijo sin apartar la mirada de su Dios al cual tanto ama.
— Hyunjin... —murmuró Jeongin.
— Changbin, te agradezco por todo, fuiste como mi mejor amigo. —miró al nombrado y le sonrió, no quería ser tan sentimental pero no podía evitarlo—. Te felicito por entrar a la Asamblea Mágica, lo mereces...
— Hyunjin —el rubio le interrumpió.
— No, por favor no digas nada... Será más difícil. —apartó su mirada de él y cruzó miradas con Felix.
Se sintió horrible de ver su carita, su expresión; Después de todo, estaba siendo desterrado por él, por Felix. No se arrepentía de nada, pero no quería que el pecoso se sintiera culpable.
— Hey, pequeño, no llores... —inmediatamente se volvió a agachar al menor y esta vez limpió sus mejillas.
— Lo lamento Hyunjin... Todo esto está pasando por mí, por mi capricho de querer saber la verdad. —se abrazó al mayor con fuerza siendo correspondido rápidamente.
— No, no digas eso... Realmente estoy feliz de haber llegado al fondo de todo, mira todo lo bueno, podrás estar más cerca de Jisung, descubrimos la verdadera identidad de Jihyo, Chan finalmente será feliz y... Nos enteramos de la verdad sobre tu muerte. —acarició la cabellera ajena con sutileza—. No me arrepiento...
Lentamente se separó sólo un poco para volver a limpiar sus mejillas, sonriéndole para calmarlo; Sin embargo, pronto se sintió triste.
— Lo lamento, no podré verte convertido en un guardián, ni tampoco presenciare cuando golpees a Jisung... Pero seguramente serás el mejor guardián y podrás cumplir esa promesa, pequeño Felix. —suavemente dejó un beso en su frente—. Te deseo mucha suerte y... Por favor cuida bien de Chan y de Jisung.
— Gracias por todo... —murmuró entre el llanto—. Y prometo cuidar bien de ellos, enserio lo prometo.
— Si no les importa, ¿Podrían dejarme solo con él? —finalmente habló Jeongin.
Felix fue quien más dudó en salir de la oficina, sabía que al salir sería la última vez que vería a Hyunjin y no quería, pero Changbin lo sujetó sacándolo de ahí lentamente. El pecoso mantuvo su contacto visual con Hyunjin hasta que la puerta fue cerrada, una vez afuera, cayó al suelo en los brazos de su exguardián, quien no lo soltó en ningún momento.
Hyunjin inhaló profundamente en un intento de reservar las lágrimas, cuando lo logró, subió su vista a su enamorado.
— Si no te importa... ¿Le podrías decir a Seungmin que lo siento? No seré lo suficientemente fuerte para despedirme de él... —sonrió de forma leve.
— Le diré... Estoy seguro que para él también será difícil. —respondió acercándose poco a poco.
— Bien...
Guardaron silencio, era su despedida y a ambos le dolía de la misma forma.
— Lamento enamorarme de ti. —Hyunjin se disculpó—. Si no lo hubiera hecho, probablemente esto no sería tan doloroso...
— Da igual, no se pueden cambiar los sentimientos... —hizo un ademán con sus hombros—. Y me alegra que sea así porque en todos estos años, pude sentir lo que es estar enamorado de alguien.
Jeongin lo abrazó con fuerza cuando lo tuvo cerca, no pasaron muchos segundos para que Hyunjin le correspondiera de la misma manera, aferrándose a él sin querer soltarlo en ningún momento.
— Prometo que después de esto cambiaré las reglas... —murmuró el superior.
— Por favor... —se separó un poco para poder encontrar los labios ajenos con sus ojos— No prives a nadie más del amor...
Deslizó sus labios por el rostro de Jeongin hasta encontrar los belfos ajenos, mezclando ambos en un beso que siguieron a un ritmo lento y suave. Era su último beso así que los dos querían hacerlo duradero ya que inolvidable no sería posible.
— Te amo, Jeongin... —murmuró sobre los labios del nombrado.
Por último se separaron y el rubio se puso de rodillas ante su Dios, quien levantó su mano hasta que su palma quedó a la altura de la frente foránea. Con un último contacto visual y una última sonrisa, se despidieron.
— También te amo, Hyunjin...
Lentamente todo el cuerpo del rubio se convirtió en cenizas, acabando de forma lenta con el cuerpo de Hyunjin. Esas cenizas poco a poco entraban en un frasco color blanco que Jeongin tenía en su escritorio hasta que el proceso finalizó. Ya no había presencia física de lo que alguna vez fue su enamorado. Había sido desterrado del Reino por completo.
Jeongin cayó al suelo de rodillas y por primera vez, lloró por amor.
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