#37
— ¿Choi... Beomgyu?
El mencionado asintió.
— Pero, ¿Qué hay de Felix? —cuestionó sorprendido, confundido y angustiado—. Él es mi ángel, ¡Felix es mi hada!
— Por favor cálmate, Jisung. —murmuró para no llamar la atención—. Es sólo que —intentó buscar una excusa y miró hacia los lados, intentando buscar a su guardián con la mirada pero sin encontrarlo— hubieron unos problemas en el Reino... Felix no podrá volver a ser tu ángel, lo siento. —descendió su mirada.
— ¿Qué? —cambió su expresión al mismo tiempo en que sentía su pecho doler—. No, espera.
Quiso argumentar algo pero simplemente no pudo, no sabía qué decir o hacer, ni siquiera estaba seguro si eso estaba pasando de verdad.
Rápidamente guardó el espejo en su bolsillo cuando escuchó a personas caminar detrás de él; No estaba reaccionando así que no pudo saber qué tan cerca estaban hasta que sintió como tocaban su hombro.
— ¿Jisung?
Se dio la vuelta y miró a los dos chicos frente a él pero aún así no fue capaz de decir algo por lo que tuvo que esperar a que uno de ellos volviera a hablar.
— ¿Estás bien? Por dios, estás pálido... —dijo el menor de los tres antes de colocar su mano en la frente ajena para corroborar su temperatura—. ¿Jisung?
— ¿Eh? —parpadeó un par de veces regresando a la realidad y mirando rápidamente a ambos chicos frente a él—. Lo lamento... No estoy bien, debo irme a casa.
Antes de que pudiera caminar a donde dijo, el mayor de los tres sujetó su hombro, haciendo que Jisung se girara a verlo.
— ¿Quieres que vaya contigo? —cuestionó Minho con una muy pequeña sonrisa para relajar al castaño.
— No. —respondió de inmediato—. Lo siento... Quiero estar solo, en verdad perdón, Minho. —de forma suave se zafó del agarre ajeno y siguió su paso rápido hacia su casa.
— ¿Habrá pasado algo grave? —cuestionó Jeongin mirando como el castaño se alejaba cada vez más—. Sólo espero que todo esté bien...
— Estoy seguro que así será. —comentó su mejor amigo dándole unas palmadas en la espalda, haciendo más grande su sonrisa.
Jisung aceleró el paso a su casa hasta que finalmente terminó corriendo, no entendía nada de lo que estaba pasando, ni siquiera sabía si eso estaba pasando de verdad. Felix no le dijo nada y apenas la noche anterior habían hablado, ¿Por qué de repente lo cambiaban? Y más importante y misterioso, ¿Qué problema era tan grave como para cambiar a Felix?
Cerró la puerta detrás de él y se recargó en ésta, dejándose caer lentamente hasta caer sentado al suelo. Metió una de sus manos en su bolsillo para sacar el espejo que tenía allí, aunque lo dudó por unos segundos; No se sentía listo para enfrentar al chico que se encontraba en él.
— ¿Beomgyu?
El nombrado apareció inmediatamente, haciendo una reverencia.
— ¿Es acaso una broma de Felix? —dijo entre una pequeña sonrisa que ocultaba su dolor—. Puedes decirle que no es para nada graciosa...
— Jisung —fue interrumpido.
— ¿Por qué? —bajó el espejo; éste fue al suelo junto a la mano del mayor, y su otro brazo lo uso para tapar sus ojos—. ¿Por qué tenían que cambiarlo? No es nada en contra de ti, pero yo ya estaba acostumbrado a él, él me dio tantos consejos, pasamos mucho tiempo juntos... ¿Por qué esperar hasta ahora y no cuando recién nos conocimos? —mordió su labio inferior haciendo fuerza en la mordida en un intento de soportar las lágrimas.
— Lo lamento... Fueron órdenes de Dios.
— ¡Maldita sea! —gritó furioso—. ¡¿Tu Dios cree que hace el bien?! ¡No estoy para nada feliz... Hazle saber eso!
Se puso de pie y fue hasta su habitación dejando el espejo en el suelo. Se tiró a su cama y cerró sus ojos, mientras limpiaba las lágrimas que ya habían escapado por sus ojos; Poco a poco comenzó a sollozar sin poderlo evitar, no podía imaginarse seguir sin Felix, después de todo, era él quien lo hacía una mejor persona.
Miró el espejo grande frente a su cama y recordó la primera vez que el pequeño pecoso apareció en él, con una enorme sonrisa en sus labios. Luego de levantarse y acercarse a él, acarició el espejo con las yemas de su dedo, recordando a Felix en sus caricias ya que solía poner sus dos dedos a la altura de las pecas del rubio.
"No rompas el espejo."
Las palabras de su antigua hada llegaron a su mente, ¿Pero qué importaba ahora? No quería un ángel si no iba a ser Felix, se negaba. Golpeó el espejo con su puño derecho, provocando una grieta en él.
"¡No rompas el espejo!"
Se detuvo antes de darle el segundo golpe, la voz de Felix repitiendo esas palabras seguían sonando en su cabeza. Tomó una toalla que estaba en el borde de su cama y con ésta cubrió el espejo, cayendo de rodillas después frente a él.
— Al fin llegas. —dijo la chica mirando al rubio llegar.
— Tenía que calmar a Felix, no sé qué diablos le hiciste. —respondió tomando asiento y cruzándose de brazos.
— Pareciera que todos están en mi contra. —se quejó.
— Es verdad, que extraño, ¿No? —volvió a hablar Hyunjin, retandola—. ¿No será que hay algo que debas decirnos?
Todas las miradas se dirigieron a Jihyo, quién frunció el ceño molesta pero no dijo nada, simplemente tomó asiento.
— Y tú —giró su vista hasta Changbin— no deberías estar aquí.
— Fui el guardián de Felix. —contestó.
— Lo acabas de decir, lo fuiste. Ahora no tienes nada que hacer aquí, Changbin. —se volvió a poner de pie, girando su cuerpo al nombrado—. Ni siquiera te puedes hacer llamar guardián...
— Hyunjin. —dijo Dios para calmar al rubio, pero contrario de eso, lo empeoró.
— ¡Y tú...! —se giró a su superior, pero guardó silencio al saber que lo que estaba por hacer y decir le iba a doler no sólo por sus sentimientos, sino porque sería desterrado de ahí—. ¿Cómo puedes hacerte llamar Dios...? ¡Trajiste al Reino a un chico que se suicidó! —gritó enojado.
Todos guardaron silencio.
— ¡Si Felix se suicidó fue porque ya no quería vivir ni en forma humana ni como ángel, ni como nada...! —su vista se nubló debido a las lágrimas que se acumularon en sus ojos—. ¡¿Qué sentido tiene haber alejado a Chris de Jisung si de igual forma ibas a hacer un cambio de dueño?!
— Sabes que era lo mejor para Felix, ni siquiera puedes reclamar, Hyunjin. —dijo su superior poniéndose de pie al otro lado de su escritorio—. Tú como guardián de Chris supiste que él aún recordaba a Felix y no lo reportaste.
— Cometí un error, lo acepto. ¿Pero y tú? ¿No sé supone que lo ves todo? —apoyó sus manos en la mesa, mirando al pelinegro al otro lado—. Lo sabías por parte de Seungmin, ¡Sabías que Chris aún ama a Felix y por eso tener a Felix aquí iba a ser un problema...! Su origen lo estaría llamando porque Chan aún no puede olvidarlo y porque aún no lo suelta sentimentalmente, sabías eso y no hiciste nada... ¿Quién tiene el derecho de reclamarle a quién?
Antes de que Dios hablara, el rubio volvió a hacerlo.
— ¡Maldita sea! ¡¿Y por qué yo?! —golpeó el escritorio con sus dos manos—. ¡¿Por qué tuvieron que decirle a Felix que era yo parte de su origen...?! —descendió su mirada—. ¡¿Saben lo doloroso que era tenerlo junto a mí sabiendo que él y yo no somos nada?!
Felix cayó al suelo de rodillas y Hyunjin se sentó en la silla que estaba detrás de él; Sin embargo, las miradas fueron hasta el pecoso debido al ruido que había generado su caída. La puerta de la oficina estaba abierta, y fuera de ésta, a unos pocos centímetros se encontraba el primer mencionado.
— Felix...
Changbin, Jihyo y su superior corrieron a él, agachándose a la altura del menor.
— Hyunjin... —murmuró Dios con la voz temblorosa antes de girar su mirada al nombrado—. Acabas de traicionarme...
— Entonces sólo destiérrame... —se puso de pie y se dio la media vuelta, quedando de frente a él, bajando su vista para hacer contacto visual—. Y déjame descansar en paz.
Pasó por un lado de ellos, yéndose de la vista de todos y dejándolos con Felix. En el fondo se sentía demasiado mal, pero si debía sacrificarse para salvar al pequeño pecoso entonces lo haría, no importaba si tenía que hacer mierda sus propios sentimientos.
Lentamente las lágrimas se adueñaron de las mejillas del pecoso, de igual forma sus recuerdos también le invadieron, comenzando a recordar absolutamente todo; No obstante, las imágenes estaban pasando tan rápido en su cabeza que el dolor en ésta fue inevitable, y el dolor era tanto que apenas podía soportarlo.
— ¿Estás bien, Lix? —cuestionó la pelirroja, quien a cambio recibió un empujón por parte de su amigo.
— ¡Aléjate de mí...! —cerró sus ojos y los presionó con fuerza al mismo tiempo en que sujetaba su cabeza—. ¡Fuiste tú, Jihyo! ¡Tú...!
— ¿De qué estás hablando? —preguntó Changbin agitando suavemente el cuerpo del rubio—. ¿De qué está hablando, Jihyo? —ahora miró a la chica.
— ¡No lo sé! ¿Por qué habría de saberlo? —se defendió al mismo tiempo en que se alejaba.
— Jihyo. —llamó Dios poniéndose de pie y mirando a la pelirroja desde arriba—. ¿Hay algo que tengas que decirme?
Jihyo frunció ligeramente su ceño al no saber qué responder.
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스트레이키즈
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¡Hola! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche. Esta vez no tenía el capítulo listo ya que estaba en duda cuál publicar primero de las dos versiones, al final me decidí por esta. Perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción, si es si pueden decirme y lo editare.
¡Muchas gracias por leer! Ya son 9k leídas, creo que ya casi 10k, prometo poner lo mejor de mí en los capítulos, y esperemos que pueda terminar la historia antes de que termine Agosto. ¡Una vez más, gracias por leer y por todo el apoyo!
Hasta luego.♡
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