— ¿Ha hecho qué? —murmuró intentando formular lo que el mayor le había dicho. poco a poco, una enorme angustia se apoderó de él—. ¡¿Le ha pedido a Dios que me cambie de dueño?! —se puso de pie. sintió su corazón latir rápidamente al mismo tiempo en que un dolor en su pecho comenzaba a retumbar en él.

— ¡Felix cálmate! —alzó el tono de su voz para que el rubio pudiera escucharlo pero era tarde, el nombrado parecía simplemente escuchar sus propios pensamientos.

— ¡¿Por qué hizo eso?! ¡Me esforcé para ser importante para Jisung, lidie con él y logré que mejorara como persona! ¡No hice nada malo, hyung! —no sólo estaba enojado, sentía un nudo en su garganta a la par en que su voz se rompía—. ¿Por qué? —bajó su tono de voz al no poder hablar—. Intentó apartarme de él sin lograrlo, ¿Tanto quería hacerlo que hizo que me cambiaran de dueño? ¡¿Entonces por qué dejó que me asignaran a él en primer lugar?!

— ¡No estoy haciendo esto porque quiera, Felix! —se acercó al menor, se sentía molesto pero no sabía porqué si él tenía parte de la culpa—. ¡No soy feliz haciéndote esto!

— ¡No te creo! —el pelinegro se sorprendió al escucharlo hablar de esa manera—. Tú no sabes lo que Jisung significa para mí, tú llevas años aquí dentro en este hoyo, te adaptaste, ¿Pero yo? Vine aquí, ni siquiera sé si fue en contra de mi voluntad o no, me quitan todo, me asignan a un chico con el cual les dije que no quería estar, y cuando finalmente me siento feliz con él, cuando me siento importante y querido, ¡Me quitan eso!

— ¡Dices eso porque estás enamorado de él! Si no fuera así

Felix lo interrumpió.

— ¡Si no fuera así me sentiría de la misma manera en la que me siento ahora, roto! —la primera lágrima manchó su rostro. ambas manos se aferraron a los hombros de Changbin y apretaron éstos con fuerza—. ¡Si querías hacer esto desde el principio, ¿Por qué no lo hiciste antes de que me enamorara de él?!

Lo soltó y cayó al suelo. Esta vez más lágrimas cayeron de sus ojos y mancharon su rostro. Los sollozos se hicieron más fuertes y difíciles de controlar, ni siquiera podía respirar bien y sumando el fuerte dolor que sentía dentro de él lo hacía peor. Lloró con fuerza sin poder evitarlo, y con sus manos tapó su rostro en un intento fallido de calmarse.

Changbin suspiró, se odiaba, se odiaba por hacerle eso al menor. Y aunque no sabía si era lo mejor, intentaba convencerse de que lo era. Miró a Felix y dudó unos segundos antes de inclinarse a él, poniendo con lentitud su mano sobre su cabellera rubia.

— Perdóname.

Fue lo último que dijo antes de ponerse de pie y alejarse hasta salir de la habitación principal que era donde se encontraban. Le dolió dejarlo así pero como dijo Felix, se había acostumbrado a eso. No era la primera vez ni iba a ser la última que iba a dejar a un ángel así, roto.

— Felix.

Se sorprendió al verlo, el menor lucía tan mal que no pudo evitar sentir lástima por él; Y la sintió aún más ya que Hyunjin no se encontraba en ese momento en el reino, por lo que entendía que el rubio se sintiera solo, demasiado solo. Se puso de pie y lo invitó a sentarse cosa que sin decir nada, Felix aceptó, tomando asiento frente a él.

— Veo que Changbin te lo ha dicho.

— Dios. —llamó en un tono bajo para que su superior no notara su llanto—. Vine porque quería pedirle algo... —bajó su mirada para evitar mirarlo, no se sentía capaz de hacerlo en ese momento.

— Felix. —el nombrado le interrumpió.

— ¿Quién será el ángel de Jisung? Me gustaría saber que estará con alguien agradable y con alguien que... —guardó silencio para poder tomar aire y que el llanto no se volviera a apoderar de él— con alguien que lo cuide...

— No te preocupes por eso. Jisung estará en muy buenas manos, Choi Beomgyu es un excelente chico y es agradable, estoy seguro que podrá lidiar con Jisung muy bien y que se llevarán bien. —entrelazó sus propios dedos intentando mostrarse tranquilo ante la conversación.

— ¿Qué pasará conmigo?

— Estarás en espera mientras busco otro dueño para ti. Deberás entender que estos procesos llevan su tiempo así que mientras no tengas dueño, podrás descansar. —respondió. al ver la expresión del menor soltó un suspiro—. Felix, hay ángeles que han tenido más de cien dueños, piensa en ellos como un dueño más.

— ¿Y tratar a los humanos como simples objetos? —frunció su ceño indignado por lo que su superior comentó, aún así no lo miró.

— No quise decir eso-

— Nosotros somos los objetos, ¿No? Ellos deberían tratarnos como objetos y nosotros no a ellos... Y aún así, Jisung me trató como si fuera una persona real, él... —cerró sus ojos y los presionó con fuerza para librarse de ese sentimiento.

— Felix, si no tienes nada más que decir, te invito a retirarte. —se apoyó en el respaldo de su silla—. Tus emociones y sentimientos están mezclados, ve a descansar.

Permaneció en silencio. Sí tenía una cosa más que agregar pero no estaba seguro si debía decirla; Después de todo, no sabía si era lo correcto o si su Dios se lo permitiría. Luego de segundos decidió a hablar:

— Tengo una última petición.

Finalmente lo miró e hicieron contacto visual.

Observó al castaño a través del espejo, la luz que entraba por la ventana de la habitación iluminada su cuerpo, su rostro. Cuando Dios atravesó al mundo real se giró al rubio y le extendió la mano para que se animara a entrar por primera vez al mundo humano.

Felix lo dudó unos segundos, no por miedo a ese mundo, sino porque podría tocar al que ya no sería más su dueño; Además, al salir del espejo sabía que debía despedirse sí o sí. Y aunque quiso alargar las cosas, no pudo. Primero extendió su mano hasta tomar la de su Dios, luego dio el primer paso y después el segundo, entrando por primera y última vez a ese mundo.

Miró a su alrededor, el ambiente se sentía distinto, hacía mucho frío gracias al aire que entraba por aquella ventana. Respiró profundamente y sonrió al ver la luz de la luna reflejar en sus manos, no pudo evitar sentirse conmovido. Finalmente miró a Jisung, dormía tan tranquilo como siempre.

Soltó la mano de su Dios y lentamente caminó hasta el castaño. Al estar cerca tomó asiento en el borde de la cama con mucho cuidado para no despertarlo aunque su interior gritaba porque lo hiciera. Lentamente su diestra se dirigió al cabello foráneo y se detuvo a centímetros de él, dudando todavía si podía hacerlo. Volvió a inhalar y con cuidado comenzó a acariciar la cabellera castaña.

Su cabello era suave y lacio, tal y como lo imaginaba siempre que lo veía. Con suavidad deslizó su mano por el rostro ajeno, sintiendo por primera vez su cálida piel. Una sonrisa se asomó por sus labios ante el tacto, debía admitir que se sentía diferente a la piel de los miembros del Reino, de eso estaba seguro.

Una pequeña risa escapó de sus labios al tocar sus mejillas, eran grandes y suaves, quería aplastarlas pero se contuvo de hacerlo, y para evitar la tentación decidió deslizar su diestra hasta alcanzar la mano ajena y finalmente como tanto deseó, entrelazar sus dedos con los de Jisung.

Una amplia sonrisa se dibujó sobre sus labios, haciendo que sus ojos se hicieran más pequeños. Observó sus manos unidas, no quería decirlo porque le pareció vergonzoso pero debía admitir que sus dedos encajaban tan bien. Soltó un pequeño suspiro y otra vez dirigió su mirada al rostro del castaño, lucía tan lindo.

— Jisung.

Susurró su nombre antes de inclinarse a él y poder apoyar su cabeza en el pecho del nombrado. Al sentir su calidez y poder oler su olor corporal las ganas de llorar regresaron a él. Era adictivo, no podía dejarlo, no quería dejarlo. La primera lágrima humedeció la ropa ajena.

— Perdón.

Volvió a susurrar mientras intentaba retener sus sollozos lo más que podía, volviéndolos lo suficientemente silenciosos para no despertar a su aún dueño.

— Felix. —llamó su Dios indicándole que debían volver al Reino.

El rubio subió su rostro hasta el de Jisung para alcanzar la frente foránea con sus labios y dejar un pequeño aunque duradero beso en ésta, antes de alejarse.

— No fui un buen ángel... En verdad perdóname.

Se apartó del castaño y se levantó de la cama dándole la espalda aunque sin soltar su mano aún. Miró a su Dios intentando rogarle con la mirada que no lo alejara de Jisung pero ninguna súplica funcionó. Debían volver. Caminó con cuidado y de forma lenta hasta que finalmente su mano soltó la del castaño.

Y otra vez, cruzó el espejo.

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스트레이키즈 STREAM OH.
• NUESTRO HYUNJIN ESTÁ DE VUELTA, DIOS MÍO NO HE PARADO DE LLORAR. Enserio necesitaba tanto volver a verlo y volver a escuchar su voz ): Sigan haciendo stream a Oh.♡
Espero estén bien, y lamento la demora. El capítulo anterior no pude evitarlo así que perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción al igual que en este.

Muchas gracias por leer y por las casi 7k leídas, me hace tan feliz saber que les gusta. Gracias por todo el apoyo. Hasta luego.♡