#29
— Deberías dormir un poco más, aún falta un poco para que las clases empiecen. Ayer no pudiste dormir... —murmuró mirando al castaño desde el bolsillo delantero del suéter del mismo.
— ¿Me vigilas mientras duermo? —cuestionó alzando una de sus cejas y bajando su vista para alcanzar a visualizar al rubio.
— Sí... —se encogió de hombros apenado y desvió su mirada—. Debo estar pendiente de ti en todo momento... Y además, te ves lindo mientras duermes.
— Eso último no era necesario... —cerró su bolsillo para que el menor no pudiera verlo ya que sintió su cara arder.
Continuó caminando hasta llegar a un campo a la par de un río, aún no había gente por la calle. Sonrió ampliamente por los rayos solares que lograban dar en su rostro, no recordaba la última vez que había disfrutado tanto de eso. Cerró sus ojos para disfrutar un poco más de esa sensación; Inhaló profundamente el aire fresco.
— ¿Alguna vez has sentido la luz solar pegar en tu rostro? —exhaló profundamente.
— En realidad no... Sólo veo el amanecer y el anochecer mediante el espejo pero, nada pasa a través de él, ningún olor o sensación... Sólo es una imagen para mí. —respondió en un tono bajo, estaba pensando en aquellas veces en donde veía el sol sin sentir absolutamente nada.
Volvió a abrir sus ojos por esa respuesta para comenzar a preguntarse a sí mismo cuántas cosas Felix no se ha perdido de su mundo. En realidad a él antes le parecía horrible, pero conocer a una persona que no conoce ese mundo era triste y le hacía disfrutar de esos pequeños detalles que nunca disfrutó.
Miró nuevamente al frente, observando el color del cielo y consigo pensó en Felix. ¿Cuánto tiempo llevaba en el reino? ¿Cuántas cosas se perdió? ¿Cuántos amaneceres, anocheceres? Olores, sabores. No podía imaginarse ver el mundo que conoce como simples imágenes. Suspiró suavemente.
— Desearía que estuvieras aquí... —murmuró lo suficientemente bajo.
Tomó asiento en el césped y sacó el espejo de su bolsillo, sujetandolo para que Felix pudiera ver el cielo y el sol. Ninguno dijo algo, el rubio sonrió levemente, era como otra de las tantas escenas que ya había visto; Lo único diferente y lo que la hacía especial era que Jisung estaba ahí con él.
— Deseo que los olores y sensaciones pasen a través del espejo y lleguen a ti.
El pecoso miró al castaño.
— ¿Qué?
Jisung también lo miró, ambos hicieron contacto visual.
— No tengo nada en contra pero Jisung, ¿Por qué? —descendió su mirada—. No hagas cosas así sólo porque sientes pena de mí...
— ¿Pena? —frunció su ceño—. Felix, ¿Es que aún no lo entiendes? —tomó el espejo con ambas manos y miró al pecoso—. No es por pena, no es por nada de eso... Simplemente quiero que puedas sentir.
— No soy un humano para sentir... —se encogió de hombros—. No debería... —el castaño le interrumpió.
— ¿Y por qué los guardianes sí pueden? Dijiste que ellos estaban en mi mundo, cuidando de mí, ¿Pero realmente me cuidan? Desde que apareciste sólo me he sentido protegido por ti, eres tú quien lleva todo el peso encima y ¿No puedes sentir nada? ¿Eso siquiera tiene sentido, Felix? —habló en un tono un poco alto y molesto no con el rubio, sino con el Reino de Dios en general al cual el menor pertenecía.
— Ellos son superiores... —respondió mirando sus propias manos y tratando de buscar una excusa—. Ellos han pasado por más cosas, ellos —nuevamente fue interrumpido.
— ¡No esperaré a que tengas que pasar por lo que ellos pasaron sólo para que te creas digno de sentir algo, Felix! —acarició el espejo entre sus manos—. Anteriormente dijiste que había alguien de quien te estabas enamorando, ¿No? ¡Eso sólo demuestra que eres más humano de lo que aparentas!
El pecoso se quedó sin palabras y sorprendido por la actitud que el mayor tomó, por una parte no entendía porqué insistía tanto con eso, pero otra parte de él le hacía querer simplemente atravesar el espejo y abrazar a Jisung por ser tan amable y considerado con él. Inhaló profundamente y apretó la mandíbula para retener las lágrimas antes de asentir y chasquear sus dedos; Concediendo la petición ajena.
Jisung volvió a girar el espejo para que nuevamente Felix pudiera ver el amanecer. Por primera vez el pecoso sintió la calidez de los rayos solares golpear en su rostro, y no sólo eso; La brisa mañanera también lo alcanzó provocando que una amplia sonrisa se dibujara en sus labios al mismo tiempo en que sentía su piel estremecerse por aquellas sensaciones.
Respiró profundamente, un aire frío entró por sus fosas nasales pero eso no le afectó a pesar de ser la primera vez que lo hacía. A la vez, ese mismo aire llegó a su cuerpo, y Felix sintió por primera vez lo que era el clima frío.
— ¿Te gusta?
Oyó la voz de Jisung así que inmediatamente salió de aquella fantasía para mirar a su dueño el cual mantenía una sonrisa mientras lo miraba. El menor no pudo evitar sentirse algo avergonzado por la forma en la que había reaccionado, así que descendió su rostro al sentir un vivo ardor en sus mejillas.
— Perdón, es que... Realmente se siente muy bien. —se encogió de hombros.
— Hey, no debes disculparte. —suspiró de manera silenciosa—. Pareces emocionado y feliz, me gusta verte así.
— ¿Enserio? —alzó su mirada al castaño para volver a hacer contacto visual con él, una vez hecho sonrió contagiando al mayor—. Pero Jisung... Estás haciendo muchas cosas por mí, y yo... No sé si pueda devolvertelo algún día.
— Me agrada que digas "algún día", eso significa que permanecerás conmigo mucho tiempo, ¿No? —inclinó su rostro a un lado y rió leve.
— ¿Huh? Eso dependerá de ti... —respondió algo confundido pero luego una pequeña sonrisa escapó de sus labios—. Si eres feliz, entonces tendré que irme... Si no lo eres, me quedaré hasta que lo seas.
— Que mala suerte.
— ¿Eh?
Se miraron.
— Soy una persona infeliz y que jamás encontrará la felicidad, eso significa que estarás conmigo siempre. —le guiñó el ojo mientras reía.
— Pf... No has entendido porqué tienes una hada mágica, tonto. —se cruzó de brazos y giró su rostro.
— Lo que digas, pequeña estrella. Ahora vete, quiero escuchar música. —con su diestra lo ahuyentó levemente.
Felix sonrió antes de desaparecer, Jisung también mostró una amplia sonrisa antes de sacar su celular y reproducir una lista de reproducción. Se puso de pie pero antes de caminar miró una vez más aquel amanecer que lo tenía tan cautivado y que aseguraba iba a recordar toda su vida ya que fue la primera amanecida que Felix pudo sentir.
— Sonará egoísta pero... No quiero ser feliz aún, Felix...
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스트레이키즈 WON KINGDOM.
• ¡Hola! Espero estén teniendo una linda
mañana/tarde/noche. Aquí les traigo el
otro capítulo. Me puse a pensar y tendré
(probablemente) que hacer la historia de
50 capítulos— Pero realmente no quería
hacerla tan larga. Aún así, intentaré que
todo vaya a su ritmo, no apresurar nada
pero tampoco retrasarlo.
¡Muchas gracias por leer! Perdonen si tuve
algún error ortográfico o en la redacción, si
es así pueden decirme y lo estaré. Gracias
por el apoyo a la historia ya que se ha
posicionado en el puesto #1 de hanlix.
Todo esto es gracias a ustedes. ¡Una vez
más gracias por leer! Hasta luego.♡
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