#22
— ¿Pasa algo?
El rubio dio un ligero brinco ante la voz ajena pero, eso hizo que saliera de sus pensamientos. Se acomodó en el sofá tras hacer un pequeño ruido de negación, luego de acomodarse el mayor se sentó a un lado, poniendo su mano en el hombro del pecoso quien parecía seguir perdido.
— Felix. —llamó nuevamente.
— ¿Mh? —parpadeó un par de veces y miró a su amigo—. Seungmin, ¿Cuándo llegaste?
— Tú deberías decirme qué sucede, estás muy distraído. —apartó su mano del hombro foráneo—. ¿Pasó algo con tu dueño?
— No. Bueno, sí. —corrigió—. Pero no estoy pensando en él. —soltó un pequeño suspiro—. Seungmin, ¿Alguna vez tuviste recuerdos acerca de tu origen? —miró al nombrado.
El cuerpo del castaño se tensó un poco ante la pregunta. Sí, alguna vez tuvo recuerdos de su origen, antes no sabía que se trataba de su origen, pero al saber éste supo que era así. Sin embargo, tenía prohibido revelar algún tipo de información sobre eso a otros ángeles, y lo tenía aun más prohibido si se trataba se Felix.
— ¿Crees que tienes recuerdos sobre tu origen? —ladeó un poco su cabeza—. ¿Desde cuándo? —sonrió levemente intentando no mostrarse nervioso.
— Desde que vi a tu dueño.
Seungmin sintió una corriente eléctrica recorrer cada parte de su cuerpo, también sintió su corazón latir más rápido. Soltó un suspiro discreto y con sutileza desvió su mirada antes de mostrar otra sonrisa, soltando una pequeña risa después. No sabía si mentir, suponía que debía hacerlo pero no era tan bueno haciéndolo. No pudo responder ya que el rubio volvió a hablar:
— Sabes... Creo que Hyunjin tiene algo que ver conmigo, con mi origen. —se acercó al contrario.
— ¿Qué? —lo miró y frunció su ceño—. Pf, ¿Por qué creerías eso?
— En uno de los recuerdos, recuerdo haber dicho "Hyun", no terminé el nombre porque me desperté, pero es posible que sea Hyunjin... ¿Puedes creerlo? Hyunjin, podría ser parte de mi origen. —se alejó y recostó en el respaldo del sofá—. Debo averiguar más de él...
— ¿Cómo lo harás? ¿Piensas usarme para eso? —el rubio negó—. Porque no puedes ir a él, lo sabes. Changbin sospecharía si intentas algo con Hyunjin.
— Lo sé... No te usaré a ti pero, —hizo una mueca— tampoco quiero usar a Jisung... ¿Qué debería hacer?
— Olvidarte de todo eso, es obvio. —respondió inmediatamente—. Felix, saber de tu origen está prohibido, lo sabes. No hagas esto. —se giró a él y tomó las manos del pecoso—. Sé cómo te sientes vacío y solo ya que sientes que una gran parte de ti ha sido arrancada, pero créeme que saber tu origen no va a arreglar nada, por favor.
Felix se encogió de hombros y con suavidad acarició las manos ajenas, desviando la mirada después. No iba a negar que tenía miedo, pero realmente se sentía tan desorientado, eso en cierta parte le hacía sentir culpable, y más se sentía así sabiendo que tenía que llegar a Hyunjin mediante Jisung sí o sí. No quería usarlo pero, al final parecía ser inevitable.
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— ¿Por qué Chan tiene llaves de tu casa? —miró al castaño acomodando algunos recipientes llenos de comida.
— Te recuerdo que los padres de Chan me apoyaron en todo hasta que cumplí dieciocho, así que limpiaban mi casa y hacían más cosas aquí. —respondió terminando de acomodar la comida—. Chan no me entregó las llaves porque dice que "Yo podría hacer algo estúpido. —rió.
— ¿Tú tienes llaves de su casa? —el ajeno negó.
— En realidad tampoco de Hyunjin, como te dije; Jamás he ido a su casa, tampoco Chan. No conocemos a su familia, no sé si tiene hermanos. —se sentó en una de las sillas y cruzó sus brazos—. Somos amigos hace mucho tiempo y no sé nada de él, increíble.
—se encogió de hombros y desvió su mirada—. No conoces nada de él... No tiene sentido. —el castaño lo miró—. Es imposible que él sea parte de mi origen.
— Mh, ¿Por qué estás tan seguro? —apoyó sus manos en la mesa y puso su mentón sobre sus palmas, mirando al rubio después—. No conocemos nada de él, quizás sí descubrimos un poco de su origen podríamos compararlo con tus recuerdos y saber si concuerdan. —hizo un ademán con sus hombros.
— No, no. —sacudió su cabeza—. No puedo pedirte que descubras sobre él... —apartó su mirada.
— ¿Por qué no? —no hubo respuesta—. Felix, ¿Por qué no puedes pedirme eso? —ladeó un poco su cabeza buscando su mirada, el rubio lo miró de reojo y tras eso cerró sus ojos—. ¿Felix?
— ¡No quiero usarte, Jisung! —respondió alzando un poco su voz, después bajó su mirada.
El mayor se sorprendió pero, por unos segundos no dijo nada ya que no esperaba tal respuesta. Se alejó un poco del espejo, volviendo a recargar su espalda en el respaldo de la silla y de nuevo cruzó sus brazos. Tras unos segundos más comenzó a reír leve y de forma sutil. Felix volvió a abrir sus orbes pero, esta vez miró al castaño de forma confundida.
— ¿Por qué creerías que me estás usando, pequeña hada tonta? —sonrió ampliamente—. Pero, si te sientes mal porque crees que lo estás haciendo entonces no te preocupes. También quiero saber más acerca de Hyunjin.
— Pero... Me vas a decir lo que descubras sólo porque yo inconscientemente te pido que lo hagas. —hizo un pequeño puchero.
— No. Te diré es porque eres mi hada mágica y no tengo a nadie más conmigo. —sonrió—. Además, somos amigos, ¿No?
"Amigos", enfatizó esa palabra en su mente un par de veces. Tenía un amigo, y no era cualquier chico, era su dueño. Sonrió ampliamente y asintió varias veces, sintió una extrema felicidad dentro de él, se sentía querido por una persona que ya consideraba importante.
Al terminar su conversación se alejó del espejo y llegó hasta la barra, donde se sentó. Una pelirroja frente a él lo observó unos segundos hasta que se acercó a él. Suavemente con su mano golpeó la madera, captando la atención del rubio quien cuando la miró, sonrió como un niño pequeño emocionado, así que ella también sonrió.
— ¡Jihyo, hace mucho tiempo no te veía! —dijo alegre antes de extender sus manos para tomar las de las chicas, entrelazando sus dedos—. Quería verte~... Mi dueño es muy serio conmigo, te extrañaba.
— ¿Sigue siendo serio? Jmh... Changbin nunca va a cambiar. —sonrió—. Cuéntame, ¿Cómo has estado? ¿Qué tal las cosas con Jisung? ¿Siguen llevándose mal?
—negó con su cabeza—. En realidad es muy agradable estar con él, —desvió su mirada y comenzó a sonreír poco a poco— es lindo, atento conmigo y es muy divertido. Nosotros... —bajó su mirada nervioso por lo que diría— ... Tuvimos tres citas. —volvió su vista a la pelirroja.
— ¿Qué? —apartó sus manos suavemente tras oírlo—. ¿Citas? Es decir, ¿Citas románticas?
— Bueno, yo no las consideraría románticas... La primera ocurrió porque el chico que le gusta lo dejó plantado, las otras dos sólo fueron para conocernos mejor... Creo que desde ahí nos comenzamos a llevar bien. —hizo un ademán con sus hombros y bajó sus manos, sobando éstas. en ese momento se preguntó cómo sería tomar las manos de su dueño.
— Uh, si así fueron las cosas entonces está bien. —sonrió de nueva cuenta—. Perdona, es que fue tan de repente que no supe cómo reaccionar pero, me alegra enserio que las cosas vayan bien ahora.
— Jihyo. —dijo seriamente—. Hay algo más que me está molestando estos días. —hicieron contacto visual, la pelirroja cambió su expresión de inmediato.
— Tu origen.
Felix se sorprendió así que se quedó callado, no esperaba que ella supiera de eso, además nadie pudo haberle dicho ya que Jihyo no había estado en ese lugar durante varias semanas así que la comunicación con otros ángeles, guardianes o incluso con el mismo Dios era imposible. Sacudió un poco su cabeza y asintió lentamente.
— ¿Cómo lo sabes...?
— Puedo verlo, Felix... Tu expresión es la misma que la de muchos ángeles cuando quieren saber de sí mismos y de dónde provienen. —suspiró suavemente y luego llevó su mano a la mejilla del pecoso, acariciando ésta.
No dijeron nada más, Felix bajó su mirada otra vez para pensar en qué podría decirle. La mayor nunca le regañó por ser curioso acerca de ese tema, pero si era estricta y le decía que era mejor dejarlo así; Aún así, ella ocupaba un puesto muy importante en el Reino de Dios, temía que pudiera decirle algo diferente ahora.
Jihyo acarició suavemente la mejilla del menor durante unos segundos hasta que un poco sorprendida se apartó del rubio.
— ¿Pasa algo? —cuestionó Felix mirándola confundido.
— No. —frunció su ceño—. Perdona, debo informar algo que olvidé... —bajó sus manos y chasqueó los dedos fuera de la vista ajena—. Sabes como es Dios, seguro se enojara por la tardanza. —soltó una risa fingida.
Se despidió del menor y corrió a la oficina de Dios asegurándose de que Felix no la siguiera con la mirada. Al entrar a la habitación cerró la puerta inmediatamente, ahí estaba Changbin junto al guardián de Seungmin y su Dios. Hizo una leve reverencia antes de acercarse a ellos. En la sala había un silencio que nadie quería romper, hasta que la chica habló finalmente.
— ¿Por qué? —cuestionó en voz baja, luego subió su mirada al rubio que se encontraba a su costado—. ¿Por qué "él" sí puede recordar a Felix pero a mí no?
Preguntó mirando al guardián de Seungmin y refiriéndose al dueño del mismo.
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• ¡Hola! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche. Hoy intenté escribir un capítulo más pero no pude, dios mío; Mi inspiración con esta historia está al mínimo. Aún así muchísimas gracias por leer, además que ya son 3k leídas, enserio muchas gracias. Me alegra que la historia les guste.
Perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editaré. Quiero terminar la historia antes de los 50 capítulos así que intentaré terminarla aproximadamente por el capítulo 40, por lo que es probable que los capítulos a partir del 27 sean más largos que de costumbre. Una vez más muchísimas gracias por leer y por el apoyo. Hasta luego.♥︎
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