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13


—Vaya ¡¿Acaso esa chica practica boxeo?!— Kentin suspiró— No puedo creer que la enfermera haya decidido faltar justo hoy...

—¿Supongo que lo de no juzgar por la portada es cierto?— Sucrette encogió los hombros, menos mal que sólo grabaron el audio y no las imágenes, nadie creería que Debrah hizo esos golpes viendo un vídeo de la lucha— Ummm... Kentin ¿Te puedes ir? Creo que voy a necesitar quitarme la camisa.— él se sonrojo, se tapó los ojos con su brazo y se volteó.

—¡Claro! Pero ¿No necesitarás ayuda con la espalda? Puedo llamar a Rosalya o....

—Nah, creo que consigo hacerlo— no es como si tuviera opción, necesitaba aplicar pociones  y cremas mágicas a sus heridas y todos los que saben del aspecto mágico de esta aventura son chicos, bueno... Ahora que lo pensaba, no le importaría si Alexy le ayudara  pero sería muy raro y no quería comenzar rumores cinco minutos después de haber restaurado su reputación.

—Está bien, si cambias de opinión dime— fue hacia la puerta, chocando con la pared, pues aún tenía los ojos cubiertos y salió. 

Ella se sentó en la cama por un momento para contemplar el vacío, había acabado, habían vencido a Debrah, ahora mismo ella debe estar siendo secuestrada por el consejo, esperaba poder llegar a tiempo para decirle unas cuantas cosas a la cara. Vio la hora de su celular y suspiró, empezó a aplicar la crema en los lugares que su mano alcanzaba, pensó que no importaría que el centro de su espalda no fuera tratada, puede pedirle a su madre que le ponga crema cuando llegue a casa pero la lucesita que la ha estado acompañando le hizo el favor.

—Gracias...— se volvió a colocar la camiseta y guardó su hoodie en su bolso.

Al salir de la enfermería vio que Violeta, Kentin, Nathaniel, Lysandro, Dake y los gemelos estaban conversando:

—¿Ya están planeando la celebración? Porque francamente me siento cansada, será mejor que lo dejemos para otro día.

—No, les estaba diciendo como todos se quedaron en un silencio perpetuo, se sentía todo tan incómodo que me tuve que ir.— dijo Violeta.

—¿Cómo fue la cara de Castiel?

—Esa fue la que más shock tenía de todos.

—Hermoso. Bueno las otras clases que tenemos son inglés e historia ¿Creen que valga la pena que vaya? Va a ser muy incómodo que todos me miren...

—¿No quieres confrontarlos y decirles "se los dije"?— preguntó Armin extrañado.

—No tengo la energía para eso,— estiro sus brazos hacia arriba— y cuanto más visualizo, menos me dan ganas de estar aquí, le voy a decir a mi mamá que más tarde llame para justificar la falta...

—No te preocupes, luego te mandare los apuntes,— Kentin sabía que la victoria no iba a ser tan dulce con la pérdida del padre de Su, quería hacer todo lo posible para que se sintiera cómoda— y descansa ¿Sí?

—Me esforzaré en ello, y muchas gracias por creer en mí y ayudarme ¡Les debo una!

Mientras Su se iba Dake empezó a seguirla pero Kentin lo agarró:

—¿Qué haces?

—Mi tío y sus padres se conocen, sé lo que pasó...— Kentin lo soltó.

—No la presiones, ya pasó por mucho hoy...

—Lo sé.— se volteó y se fue.

—¿Ah? ¿Qué pasó?— preguntó Alexy extrañado— ¿Por qué acaban de tener una escena dramática de rivales amorosos de novela? Estoy perdido...

—Que bien que no soy la única.— comentó Rosalya.

—¿Algo más le pasó a Sucrette?— preguntó Violeta preocupada— ¿A tal punto de no querer restregar la victoria en la cara de todos?— colocó su mano en la boca pensando en las cosas terribles que podían causar ese estado de ánimo.

—Pienso que ella no les dijo porque no quería que ustedes también perdieran el sentimiento de victoria... Denle un poco de tiempo, ya se abrirá a contarles...

Sucrette ando por el largo pasillo mientras que todos la miraban, sin decir ni una palabra, se preguntaba si ellos no admitían que estaban mal por el shock o por el orgullo. Ya en la puerta escucho una voz llamándola, era Dake:

—Sé lo que pasó con tu padre, lo siento mucho por tu pérdida, si necesitas algo sólo dime ¿Vale? — ella suspiró.

—Gracias, pero ahora necesito reflexionar un poco por mi cuenta.— pasó su bolso a su otro hombro porque le molestaba.

—Vas a ver lo que le van a hacer a Debrah ¿No? 

—Como me conoces— soltó una corta risa.

—Y supongo que no quieres que te acompañe porque van a andar de nuevo con rumores.

—¡Así es! 

—Ten cuidado, aún hay espíritus rondando y tu estas débil, es más, deberías llamar a alguien para que te busque...

—¡Wow Dake! Te pongo a supervisar a los gemelos por un rato ¡¿Y ya eres mamá?!— el hizo puchero— No te preocupes, pensé en eso, tengo un billete de teletransportación...— el suspiro.

—Igual, ten cuidado.

—Vale, vale. Y si te hace sentir mejor, una vez que me recupere vamos a competir y por fin decidir quién gana la apuesta— y una vez más sonrió pero no  era una de sus sonrisas perfectas y genuinas, estas sonrisas eran tristes, trataban de mentir sobre como se siente.

—Y cuando yo gane, haré que confíes en mí más, incluso más que Kentin.

—Sigue soñando, cuando YO gane te colocare en una cita con Laeti.— y así se despidieron.

Sucrette fue a un callejón y sacó su billete, era como un billete de tren pero tenía únicamente dibujado un sello con runas y sigils, sacó un fósforo y lo quemó, así una luz la envolvió y cambio de ambiente en un instante:

—¡Oh joven Celestial!— dijo la secretaria frente suyo.

—Buenos días, vengo a...— la sala de espera en la que estaba no tenía a nadie a excepción de la secretaria y ella.

—A ver el caso de Doremi, lo sé, sala 7.

—Gracias.— caminó hasta la sala y tocó la puerta lo que provocó al instante un grito de ayuda.

—¡SAQUÉNME DE AQUI! ¡ME SECUESTRARON! ¡AYUDA!— No pudo evitar sonreír malévolamente.

Un señor abrió la puerta y le dijo:

—Hagas lo que hagas, no entres en el círculo, estamos conteniendo al espíritu e intentando obtener información.

—¿Y qué clase de nuevo y tortuoso procedimiento están haciendo para hacer que grite así?— dijo irónicamente, su voz llegando a los oídos de Debrah, inmediatamente causando que se pusiera pálida.

—No hemos hecho nada, estamos confirmando si ella está actuando así por ser secuestrada o las emociones de Doremi la están afectando...— cerraron la puerta y ella se acercó, lo suficiente como para que ella la viera.

—Vaya, vaya, Debrah ¿Por qué tienes esa cara?— tomó una silla y se sentó, la chica atada tragó saliva— ¿No te parece curioso como pensabas que tenías el mundo a tus pies? Creyéndote toda poderosa cuando no sabes lo más mínimo sobre el poder... Tienes que tener cuidado con quién te metes, sólo mira lo que pasó.— su voz era suave con un tono irónico, dominante... hace poco Debrah le gustaba escucharla gritar de dolor y ahora una simple sílaba de esa voz le daba escalofríos pero su orgullo no la iba a dejar que se derrumbe, lo cual es algo muy estúpido de hacer en esta situación.

—¡¿Estás enferma?! ¡¿Sólo por arruinar tu reputación de instituto estás secuestrándome?!— el resto de alquimistas ya estaban cansados de la de tatuajes y su actitud, y eso que sólo pasó una hora desde que la tienen.

— ¿Qué?  ¡Yo no te secuestré! Fue el consejo, yo simplemente los conozco.— estaba sonriente—Y si crees que esto se trata sólo de tus mentiras, estas equivocada,— la cara de Sucrette formó una seria y oscura expresión—  ¿En serio no estás consciente de tu conexión con Doremi?  ¿Atraíste junto a él, un montón de espíritus malévolos, lastimabas a cualquier persona mágica que tocaras y no sabías de eso nada de nada? 

— ¡¿De qué carajos estas hablando?!— hizo fuerza para intentar escapar de las cuerdas.

—Activen el lanzallamas del tercer ojo.—  comandó Sucrette con una expresión neutra y los otros hicieron caso, una máquina que definitivamente se parecía al lanzallamas estaba apuntando a Debrah, ella hizo más fuerza aún, estaba temblando  ¡No podía morir de esta manera! Sus sueños, su fama, el dinero... Cerró los ojos con fuerza, ríos en sus mejillas pero la extraña máquina apuntó un poco más arriba de su cabeza y disparó, no había sentido nada  ¿Ya había muerto? — Abre los ojos Debrah.— ella dudo pero lo hizo de todas formas.

— ¡¿Qué?!— la figura de un hombre volador con ropa brillante y lentes de sol volaba por la zona del círculo, intentando escapar y fallando pues la barrera se lo impedía.

—Este, es el espíritu de Joe Doremi, él se apego a ti como una garrapata, no sé porque te eligió, pero te ayudó para que todos creyesen tus mentiras, hizo que el roce de tu dedo fuera letal para los que tienen magia,— apuntó a su brazo con morados— maximizó todos tus encantos y atrajo a un montón de espíritus malignos, lo cual hizo que estos atacaran a mi padre y muriera y quién sabe si hubieron más heridos por ataques...— su expresión volvió a volverse asustadora casi opacando el quiebre de su voz—  ¿Por qué has hecho esto Doremi?— se dirigió al espectro mientras Debrah se quedaba en silencio, digiriendo la información.

— ¡Yo-yo-yo...!— tartamudeó, no parecía esperar que lo atrapasen—  ¡Yo no hice nada!  ¡Sólo quería volver a la vida y tener fama! Pero no quería agarrar a una persona inocente  ¿Entiendes?—sonrió, lo cual le trajo desconfianza a Sucrette —Encontré a esta alma sucia, la que tiene mas odio y pecados en toda esta ciudad, quería usarla rápido porque sabia lo que la combinación de nuestras energías harían pero... Las cosas se escaparon de mi control... Vamos... Déjame ir, eres una Celestial, podemos ayudarnos, sé que la odias. Sólo tienes que tomar mi mano, me desharé de ella y tomaré su cuerpo  ¡Todos ganan!—Sucrette colocó su mano en la barbilla, miró al resto de los mágicos y les hizo una señal de pulgares arriba.

—Hmm... Tendrás que demostrar tu lealtad, saquen la grabadora de memorias.— otra vez, siguieron sus órdenes— Sé que Debrah en este momento esta confundida, probablemente no crea que en verdad esta pasando, así que, quiero que la poseas, observa muy bien todas sus memorias, una vez hecho esto coloca tu dedo en el grabador y no quiero sólo las de ella, quiero las tuyas también...

— ¿Me van a quitar la memoria?— preguntó la chica.

—Oh no, la diversión aún no empieza Debrah y quiero que estes completamente consciente cuando pase, va a ser un copia y pega de memorias, nada dañino.— nuestra protagonista sonrió y el espíritu después de considerarlo obedeció, fue horrible para la de ojos azules, de repente estaba en la oscuridad, sola, no controlaba nada, sentía una gran desesperación, era como si se estuviera desvaneciendo.

—Listo,— dijo el espíritu ya fuera de ella— ahora nuestro trato...

— ¡No te apresures! Tenemos todo el tiempo del mundo, es más, vamos a ver un buen programa  ¡Coloquen la pantalla!— una pantalla apareció para todos observar— Dime Joe, tengo curiosidad sobre tu plan ¿Planeabas poseer a Debrah y ser mujer por el resto de tu vida? Quiero decir ¿No te incomodaría?

—Bueno, quería buscar a una bruja para cambiar el género del cuerpo...

—Hmmm... Interesante, me pregunto ¿Qué tanta verdad hay en eso?— la pantalla se prendió, mostrando a Debrah flirteando con Castiel, Joe estaba rodeándolos felizmente, luego se escuchó su voz pero sus labios no se movían (nota: los recuerdos se pueden ajustar con magia para poder ver los acontecimientos en tercera persona tipo película).

"Increíble, este chico se ve exquisito jejejeje  ¡No voy a tener que cambiar el sexo del cuerpo de ella. Ella ya esta haciendo el trabajo de envolverlo en una telaraña solo para mí  ¡JA! Sólo necesito que los dos se vuelvan famosos, la poseeré y fragmentaré su espíritu, luego besaré al chico y me apoderaré de él y haré lo mismo con su espíritu. El resto, lo más simple, hacer parecer que Debrah se suicidó, será muy bueno para las ventas del próximo álbum" la pantalla se puso negra con una barra de cargando

— ¡Eso no lo dije!  ¡Mis labios no se estaban moviendo! Debe haber un error...

—Los pensamientos también son memorias Joe— estaba apunto de decir algo—  ¡Cállate! Aún no ha acabado— la pantalla mostró a la de tatuajes y Dake conversando.

"Woah, si el de pelo rojo era un dulce  ¡Entonces este es todo un festín! Uff mira ese trasero...  ¿Qué puedo maniobrar con esto? Me deshago del pelirrojo como la chica quiere ¿O hago de su cuerpo mío, me deshago de ella y me robo al rubio en el cuerpo de Castiel? Jejejeje  ¡Tantas posibilidades! Parece que voy a esperar a ver si aparece otro platillo a la mesa..."

—Creo que hemos visto suficiente.— dijo Sucrette

—No  ¡No!  ¡Esto es un malentendido!

—Doremi, ambos sabemos cuál es la verdad. Gracias por la útil información de todas formas.— empezó a gritar, implorar y golpear la barrera— Lancen el agua sagrada.

—NOOOOOOO— su cuerpo empezó a fragmentarse, de las rajas de este una energía comenzó a salir y explotó, Debrah también sintió un gran dolor, pues estaba vinculada a él, pero seguía sin daños físicos.

Después de un rato, cuando la capturada se calmó un poco:

—Ahora  ¿Qué me van a hacer? No es mi culpa que él haya hecho lo que sea que hizo  ¿Vas a torturarme más por diversión?  ¿O vas a quitarme las memorias para que no revele nada de la magia?

— ¡Aún mejor!— exclamó juntando sus manos— Toda tu vida has mentido y te creyeron, ahora si dices la verdad sobre lo que ocurrió hoy  ¡Nadie te va a creer! Un castigo irónico ¿No crees?— el señor del principio se acercó con una máquina tatuadora— Anthony es un especialista en runas y sigils y también es un tatuador, básicamente te va a tatuar un símbolo que va a asegurar de que nadie te crea si dices algo de esta experiencia, la única persona que te puede creer es alguien con magia y no te lo recomendaría, la persona que te podría ayudar en esta situación, sabría leer el sigil, y cuando lo haga, decidirá no ayudarte, es más, vamos a hacerte el favor de colocar el tatuaje en la espalda o algo así para que puedas ocultarlo.

—¡Estás loca!  ¿Por qué no solo borrarme las memorias?

— ¿Por qué? Porque si hacemos eso tu actitud volverá a ser como antes y no queremos que otro espíritu se aferre a ti  ¿No? La memoria de que todos tus amigos del insti saben quién eres en realidad y toda esta sesión de dolor por permitir que tus sentimientos venenosos te ataran a un muerto y causaran caos, va a perseguirte por el resto de tu vida. Si tomas la decisión correcta, cambiarás para bien, si no, vas a ahogarte en tu propio odio. Además ¿Sabes lo difícil que es borrar la memoria de alguien? No, ese método no sirve.— Anthony usó magia para colocar a Debrah en una silla adecuada para tatuarla, le quitó las cuerdas y la contuvo con energía, solo faltaba subir su camisa para empezar a dibujar en su espalda.

—Te recomiendo que te relajes, o estarás haciendo esto peor para ti.— le dijo el hombre con una voz monótona.

—Bueno,— dijo Sucrette levantándose— creo que me voy, mándenme las memorias por e-mail  ¿Okay?  ¡Hasta la próxima!— se despidió, pues ya había visto a su rival sufrir suficiente.

Al día siguiente todos se preguntaban dónde estaba Sucrette, la culpa ya estaba siendo muy pesada y sentían la horrible necesidad de hablarle. Intentaron mandarle mensajes pero no contestaba, intentaron preguntar a sus amigos pero o no contestaban o decían que su desesperación estaba bien merecida por dudar de ella, fueron hasta su casa pero no estaba. El siguiente paso del curso "lógico" de pensamiento para seguir su rastro fue ir hasta la casa de Kentin, después de todo, mitad del insti pensaban que eran novios, pero no había nadie ahí, luego fueron hasta la casa de Dake, ya que la otra mitad del insti pensaba que este era su novio pero sólo una sirvienta estaba, la cual amablemente les informó que la familia estaba atendiendo un funeral.

Y ahí es donde estaban, en el funeral de Felipe. Miembros del consejo, vecinos, amigos, el profesor Boris, Dake, Kentin y su familia... El carisma del padre de Sucrette había logrado tocar los corazones de mágicos y no mágicos.

—Woah, si que conocía mucha gente...— dijo Kentin al entrar, Sucrette no mentía cuando le dijo que cada vez que salían, se paraba a conversar con un amigo cada cinco minutos.

—No tienes idea...—  Dake lo sorprendió con su entrada y su sonrisa triste.

—¿Lo conocías en verdad?

—No mucho, si acaso lo vi en la fiesta de navidad de este año, ya sabes, antes vivía en Australia... Pero mi tío lo conoció y le hablo muchas veces de mi, lo cual causo que me fulminara durante toda la fiesta...¿Y tú?

—Sí, soy el amigo de la infancia de Sucrette, claro que lo conocía, aunque... Antes... Cuando era débil, le tenía mucho miedo,— soltó una risa ante el recuerdo— el sabía que me gustaba Su, quiero decir ¿Quién no sabe eso? Y pues, le gustaba asustarme con su aura de padre sobre protector... Desearía poder hablado más con él...

—Yo desearía poder haberle conocido bien...—por primera vez en todo el tiempo qué se conocen, estaban hablando con ojos sinceros, no habían miradas de celos, rabias, en fin, cosas de rivales. Sabían que ahora lo más importante era Sucrette y que no tenían que pelearse de ninguna forma, sólo apoyarla.

Se dirigieron hacia ella y su madre, los padres de Kentin y el tío de Dake se adelantaron para saludar y dar las condolencias mientras los chicos caminaban lentamente, de repente Kentin paro, sus ojos bien abiertos, otra vez... Lo vio... Seguía sin saber quien era, pues siempre ocultaba su cara, ahora la misteriosa figura estaba sentada al lado de Sucrette, con alas blancas, no tenía la más mínima idea de quién era o porque lo veía, pero ya van varias veces que ocurre, lo ve por un segundo y cuando se voltea desaparece, incluso sus cosas han cambiado de sitio repentinamente y francamente se estaba empezando a preocupar.

—Oye ¿Estás bien?— le preguntó Dake con una ceja fruncida.

—Ah, sí... Creo...Creo no he estado durmiendo bien...— ese tono y esa expresión que hizo... Dake no tenía un buen sentimiento.

—¿Qué quieres decir? ¿Viste algo?

 Una de las cosas por la cual Felipe era conocido, era por un libro que escribió. En este declaraba que no existe tal cosa como "mágicos" y "no mágicos", simplemente existen personas con más facilidad de hacer cosas extraordinarias, así afirmando que si una persona sin poderes se presenta en el ambiente adecuado para desarrollar su espiritualidad podrá desenvolver poderes, lamentablemente, los pocos no mágicos que sabían de la magia no querían someterse a un experimento. Sin embargo, consiguió probar que su teoría tenía un poco de fundamento ¿Cómo? Buscando voluntarios mágicos y ponerlos a practicar para que desenvolvieran poderes contrarios a los que tenían naturalmente, fue muy difícil, pero se probó posible. El mismo Felipe consiguió poderes más allá de los celestiales pero no tuvo mucho tiempo para demostrarlos debido a la maldición que afectó su salud y espiritualidad.

Desde  que Dake vio a Kentin por primera vez se preguntaba si el hecho de que haya sido amigo de Sucrette durante tanto tiempo hubiera sido suficiente para establecer las "condiciones" para que desarrolle algo, después de todo Sucrette es muy poderosa.

—No es nada... No te preocupes...— saludaron a Sucrette la cual parecía cansada, sus ojos rojos de tanto llorar. A ambos les dolía verla así.

El ambiente del lugar era muy deprimente, lo cual hacía contraste con el soleado clima. Muchos estaban contando historias, a veces reían entre lágrimas ante los recuerdos. 

—Ya es hora— dijo Anthony entrando en la sala del velorio, esto significaba que ya habían colocado todos los símbolos protectores para que no robasen su cuerpo.

Caminaron lentamente, llevando el cuerpo, cantando algo desconocido para Kentin:

—¿Huh? ¿Qué es esta música?— preguntó Manon.

—Felipe le gustaba mucho las músicas en idiomas antiguos con temática espiritual, en su testamento pidió que lo llevásemos así...— dijo Lucía, en realidad, esto era una tradición mágica.

—Hasta en su muerte ha sido una persona muy curiosa e interesante...— la mujer de lentes suspiró.

Habían llegado al punto, no había ninguna persona que no estuviese sollozando

—Estamos aquí reunidos para lamentar la muerte de alguien muy especial, amigable, fuerte, lleno de determinación... Su trabajo era excepcional. Era un gran esposo, padre y amigo.— el señor hizo una pausa— Su espíritu con certeza encontrará la paz.

El funeral ya había acabado. Kentin y Dake iban a ir a la casa de Sucrette, intentaron llevar películas para distraerla y se sorprendieron  con la cantidad de películas que tuvieron que quitar de la lista debido a la muerte de un familiar estar en ella. Cuando Kentin colocó su mano en su bolsillo sintió algo metálico, era una pulsera con su nombre, también encontró un papel que decía "usa esto siempre, más instrucciones han de llegar :D Posdata: No le digas esto a nadie" el se quedó extrañado, tiró la pulsera al suelo pero de inmediato se esfumó y volvió al bolsillo con otra nota "Buen intento, pero no me rindo tan fácil. Si quieres algún tipo de explicación: Es por tu propio bien".

Un escalofrío recorrió su cuerpo ¡¿Qué rayos estaba pasando?!

Sucrette al llegar a casa decidió llamar a sus amigos e invitarles, para así explicarles porque no se sentía tan victoriosa. No quería quedarse sola con sus pensamientos y por más que Kentin y Dake estuviesen aquí, se estaban quedando sin cosas que decir, lo cual los hacía sentir terrible.

—Estamos aquí para la fiesta ¡Wohooo!— exclamó Alexy con unas bolsas de compras, mientras Armin fue rápido en notar que los tres estaban vestidos de negro y comenzó a sospechar.

—Alexy, mal momento.— Dake le fulminó

—Oh vamos, sea lo que sea que te este dejando mal quedará olvidado apenas comencemos con las películas, videojuegos, helados, maquillaje,.... ¡Nos vamos a divertir al máximo!

—¿Trajiste sandwiches de helado como te dije?— Sucrette se sentó en el sofá en el que estaba acostada, su voz era bajita como la de Violeta.

—Claro que si— le dio un paquete sonriendo.

—Gracias...

—Okay Sucrette, cuéntanos todo— empezó Rosalya— ¿Qué cosa insensible estos dos te dijeron?

—¡¿Nosotros?!— Kentin y Dake exclamaron en unisono.

—Están en la zona del crimen, son los principales sospechosos ¿O acaso es una historia con un ex? Cuéntalo todo querida, y si quieres llorar no lo reprimas, después de todo es bueno para limpiar la piel.— Sucrette se rió un poco con su comentario.

—No es nada de eso y creo que ya estoy deshidratada...— le dio una mordisca al helado, todos la miraron preocupados— Verán... Mi padre tenía una condición muy delicada y...— todos sintieron un escalofrío en anticipación, conectando los puntos— Murió...— hubo un gran silencio, los ojos de Sucrette miraban al vacio.

Todos se sentaron al rededor de ella en el sofá y la miraron preocupados, Sucrette no sabía que más decir, por su cabeza solo pasaba lo mucho que tenía que doler... Que los espíritus lo atacaran, que su madre lo haya tenido que llevar al hospital.

—Su salud ya estaba delicada, entonces...— agregó pero era lo único que se le ocurría decir, la verdad daba vueltas en su cabeza y no la dejaba pensar.

—No es necesario que digas más— Kentin tomó su mano.

—Vamos a ver pelis... Y si empiezas a sentirte mal ¡Nos lo dices y todos te abrazamos! ¿Okay?— exclamó Alexy acariciando su cabeza.

—Está bien...— dijo sonriendo.

Después de mil años volví... Como les trata la cuarentena? 












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