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THEODOSIA

En ese tiempo pensaba mucho en mis problemas, era lo único que conocía.

Tenía 11 años y ya estaba en 1° de secundaria. Ese Junio cumpliría 12 años, nunca me aseguré si me había saltado un año o no pero no es muy relevante. Fue en ese tiempo cuando la señorita Maria y yo empezamos una nueva vida, definitivamente encontrarme con ella fue lo mejor que me pasó.

Me llevó a su departamento, algo pequeño para dos personas pero dijo que nos mudaríamos pronto a un lugar más amplio.

Debo destacar que su comida es deliciosa, en especial la sopa, caliente y acogedora como todo en ella... algo que con mis padres nunca conocí.

-Muchas gracia por la comida-. Le dije con una pequeña sonrisa.

-No es nada, Theo-. Me devolvió la sonrisa. Ese "No es nada, Theo" suena tan distinto cuando viene de ella...

FLASHBACK

Llegué a casa toda amoratada, otra vez me habían agredido por ser 'negra'. Como pude y con mucho dolor en cada parte de mi cuerpo subí hasta mi habitación, en el camino me topé con mi hermano quien me vio con preocupación.

- ¡Theodosia, ¿qué te ocurrió?! -Se puso a mi altura y revisó mis heridas. No le respondí la pregunta, no había necesidad de hacerlo, mi rostro y mis lágrimas hablaban por si solas. Me llevó al baño donde curó mis heridas.

Él dijo:

- No es nada, Theo. Solo son moretones, recuerda no decirle nada a papá o a mamá. Promete que ellos no se van a enterar -. Asentí por simple indicación, y sonreí, falsamente pero sonreí.

- N-no te preocupes Aaron, no se van a enterar l-lo prometo - La voz me salió más quebrada de que hubiera deseado.

Obviamente al final rompí mi promesa, se enteraron por los chismes de un vecino que me vio caminado casi arrastrándome del dolor, porque no solo me habían dejado manchas moradas en todo el cuerpo, habían cortado mis piernas con una navaja, por suerte de manera muy superficial.

Me regañaron mis padres, y nuevamente dijeron "No es nada, Theo." acompañado de un "Deja de ser tan dramática, nos haces quedar mal".

Que linda mi familia.

Y para los que no se dieron cuenta, fue sarcasmo.

FIN FLASHBACK

Quedé mirando un rato la sopa, me entraron ganas de llorar. Sentía que no me lo merecía. Mis recuerdos me atacaron.

"Inservible" "Llorona" "Exagerada" "Dramática"

Esas son las cosas más leves que solían decirme ellos, mis padres.

Si les mencionara todos sus insultos probablemente se cubrirían la boca con la mano, reacción común en las personas creo, pero les mencionaré algunas:

"Debí haberte abortado cuando tuve oportunidad"

"¡Se como tu hermano y estudia!"

"Deja de cantar, ¡Irritas a todos!"

Mientras recordaba sentí como de mis ojos empezaban a gritar por salir lágrimas.

"Has algo productivo con tu vida y ponle fin"

-...Hocus Pocus -. Murmuré bajito y seguí comiendo. No contaba con que Maria había notado mis ojos llorosos. Ella se levantó de su sitio y me abrazo. Se sentía cálido estar con ella.

No tarde en corresponder el abrazo y ponerme a llorar, lloré incluso más que en el parque. Esa noche lloré como nunca había llorado, todo ese dolor tan dentro y profundo de mi saliendo en forma de gotas saldas que mojaron mis mejillas y el hombro derecho de la señorita.

Ella se la pasó todo el rato consolándome, abrazándome, mientras yo me aferraba a ella sin dejar de llorar. Pero a diferencia de lo que muchos creerían al leer esto, yo no lloré de tristeza únicamente, sino de alegría. Alegría porque al fin mi pesadilla había acabado.

Después de terminar de comer nos fuimos a dormir, le dije que podía dormir en el sofá, no quería incomodarla, pero no. Ella insistió en que durmiera en su cama, finalmente quedamos con que las dos dormiríamos ahí.

Traté de quedarme quieta pensando en que la estaría incomodando, sin embargo ella me abrazó. Creo que eso era lo que necesitaba, porque me quedé dormida casi al instante. Fue la primera noche en la que dormí tranquila.

................


Algunas semanas después nos fuimos a vivir a otro edificio, en otro estado de los E.E.U.U; por falta de recursos era uno un poco antiguo. El lado positivo es que estaba cerca a un pequeño bosque.

Con algunas remodelaciones el espacio se veía más presentable: las paredes tapizadas con algunas flores vintage y el suelo con losas de madera que le daba un toque hogareño, y el hermoso paisaje que nos ofrecía desde la ventana.

Recuerdo que aveces me adentraba sin ir muy lejos entre los árboles del bosque, y en una rama algo alta Maria y yo atamos un par de cuerdas que volvimos columpio. Puede que haya sido algo infantil para muchos pero siempre tuve algo con ellos.

..."Hocus Pocus"...

Por un tiempo vivimos así: por las mañanas ella se iba a trabajar como mesera en un café local, y yo me quedaba en casa ya que ambas sabíamos que era peligroso si alguien me reconociese, o si me vieran con ella.

Por eso mismo un día cuando volvió trajo algunas cosas para hacernos un "cambio de look".

- ¿Y esto para que es? -Dije mientras manoseaba un artefacto.

-Es una plancha para el cabello-. En lo que ella me respondía note que se había sacado la cinta roja con la que siempre ataba su abundante cabello castaño; lo planchó y peino de forma que cubriera su ojo y sus pequeños rizos bien definidos se volvieron ondas, que a decir verdad le quedaban bastante bien.

-Theo, ven siéntate-. Me hizo sentarme en una silla, ella se puso atrás de mi y sentí como me peinaba, tomó dos mechones por los lados de mis orejas y los ató en una pequeña cola hacia atrás, dejando el resto suelto.

- Ya está, te queda bastante lindo-. Sonriendo como siempre me pasó un espejo, ahí noté que el listón perteneciente a ella lo tenía sujetándome la media cola. Abrí los ojos bastante, sabía que ese listón era especial para ella, ya me había contado la historia de por qué siempre lo tenía puesto, y que me lo hubiera dado realmente me dejó sin palabras. Ese listón fue un regalo de parte de una antigua amiga suya.

La miré, y ella me sonrió. No pude evitarlo, le devolví la sonrisa. Ya he perdido la cuenta de cuantas veces lo hice, se siente bien el estar a su lado.

...........


Los meses no se hicieron esperar. Para ese nuevo año ya nos habíamos establecido bien, incluso empecé a asistir al colegio.

No era uno grande, sino todo lo contrario, y eso era perfecto.

Todo fue tan diferente a lo que imaginé...

Conocí nuevos amigos, pese a que al inicio estuve muy retraída. Algunos chicos de grados mayores me molestaban, ...hocus pocus... ,pero nada que no pudiera resolver, en especial después de conocer a Philip Hamilton.

Ay por Dios, al inicio me pareció realmente un idiota. Por obvias razones siempre estuve en contra de los que coquetean con muchas chicas sin sentir nada, y el que haya intentado coquetear conmigo realmente me molestó, y siguió así hasta que hicimos las paces...e irónicamente teníamos demasiadas cosas en común. Nos volvimos mejores amigos inseparables y ya 😊.

Lo gracioso de él es lo buen poeta que es, bastante culto y eso siempre fue lo que más me gustó de él.

Poco a poco se fueron uniendo otras personas al grupo, entre ellas Frances Laurens y George de Lafayette.

El mejor año escolar en toda mi vida.

.........

La señorita Maria y yo estábamos pendientes de que nadie supiera nada, hasta parecía sospechoso que en la tele o en la radio no informaran mi desaparición.

Teníamos casi asegurado que nadie me buscaba, no sé si decir que es bueno o malo, pero por mi estaba bien. Después de todo era de suponer, mis padres no moverían un solo dedo por mí a menos que les pagaran por ello. Ni siquiera mi hermano, Aaron, lo haría, quiera o no. Y es en esos momentos cuando se los agradecía.

Mi vida iba mejor que nunca, me rehusaba a perder eso. Tenía todo, era feliz con ella y por ella. Con Maria.

Si, sería posible que nunca nos encuentren.

Maria y yo eramos todo. Nuestra relación variaba entre Madre-Hija, hermanas y amigas.

Todo era simplemente perfecto.

Aun con su trabajo, aun cuando no podíamos darnos muchos gustos y paseos, aun cuando sabíamos podíamos ser descubiertas en cualquier momento, ella nunca me abandonó.

Y aun cuando de vez en cuando la nostalgia, los recuerdos, las pesadillas me atacaban...

Ella estaba a mi lado.

Ella me calmaba.

Ella me decía que todo estaría bien.

Pero yo sabía...

- Señorita Lewis, debe acompañarnos -.

- Ya...ya veo -.

Que todo era mentira.

Esta vida...

- No te vallas... -.

Era mentira.

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